jueves, 4 de agosto de 2016

CONSTRUIR CON EL DEPORTE UNA CULTURA DEL ENCUENTRO POR UN MUNDO DE PAZ, PAPA FRANCISCO

Construir con el deporte una cultura del encuentro por un mundo de paz
Mensaje del Papa Francisco ante los Juegos Olímpicos de Río


Fuente: ForumLibertas 



El Vídeo del Papa sobre los valores del deporte, a dos días de los Juegos Olímpicos que se celebran en Brasil, sueña “con el deporte como la práctica de la dignidad humana, convertida en un vehículo de fraternidad”
Cuando faltan tan solo dos días para que se dé el pistoletazo de salida en Brasil a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, que se celebran entre el 5 y el 21 de agosto, el Papa Francisco asegura está convencido de que “con el deporte es posible construir la cultura del encuentro entre todos por un mundo de paz”.
El Santo Padre comenta además en esta versión de ‘El Vídeo del Papa’, un clip de un minuto y treinta segundos que se ha hecho viral, sus intenciones de oración para este mes de agosto e insiste en que el deporte puede contribuir a crear un mundo de paz.
El vídeo comienza con la imagen de varios deportistas golpeando o lanzando pelotas: un futbolista, una tenista, un jugador de ping pong, un jugador de rugby… Y las imágenes muestran el esfuerzo que ponen en la práctica de su especialidad deportiva. Es entonces cuando empieza a oírse la voz del Papa.
“Sueño con el deporte como la práctica de la dignidad humana, convertida en un vehículo de fraternidad. ¿Entrenamos juntos esta petición? Que el deporte fomente el encuentro fraternal entre los pueblos y contribuya a la paz en el mundo”, añade en su mensaje.


“Derribar los muros que nos separan”
Mientras acaba de pronunciar sus palabras, los balones o bolas lanzados por los atletas comienzan a destruir un oscuro muro. Lentamente, la pared va cayendo hasta que, al final, todos los deportistas juntos acaban por demolerlo.
Por su parte, Frédéric Fornos, el sacerdote jesuita director de la Red Mundial de Oración del Papa, el movimiento católico que ideó El Video del Papa, coincide con Francisco en que “el deporte puede contribuir fuertemente a derribar los muros que nos separan”.
Fornos añade que “frente a los grandes desafíos del mundo de hoy, frente a la violencia y a la barbarie que surge, más que nunca el deporte, como encuentro fraternal entre los pueblos, es necesario. ¡Hay tantos miedos! ¡Nos conocemos tan mal! Espero que el encuentro olímpico mundial contribuya a generar una cultura del encuentro al servicio de la paz”.
Una reforma profunda de la Red
La red no es más que el nuevo nombre del histórico Apostolado de la Oración, un servicio que nació en 1849 y que, desde entonces, se encarga de distribuir entre todos los fieles católicos las intenciones que el obispo de Roma tiene para cada mes.
Durante más de un siglo, el movimiento creció y se extendió hasta convertirse en referencia mundial. Pero en las últimas décadas sus métodos de trabajo quedaron obsoletos. Entró en un declino que si no se detenía lo iba a conducir a una crisis sin retorno, según informa Vatican Insider.
“La gente rezaba, pero muy pocos. Había todavía millones de católicos inscritos, pero muchos grupos eran personas mayores que rezaban por las intenciones del Papa. Era como si el lenguaje ya no hablase, como si las formas que se utilizaban para este servicios ya no hablasen a las nuevas generaciones”, explica Fornos.
Por eso se decidió meter al Apostolado en un proceso de reforma profunda, una “recreación”. Un empezar de nuevo. Y así identificar derroteros para el futuro. Todo comenzó en 2010, gracias –entre otras cosas- al empuje del propio padre Fornos. El movimiento cambió de nombre, ahora se llama Red Mundial de Oración del Papa, y diseñó un nuevo logotipo.
Entonces surgieron nuevas ideas. Primero El video del Papa, una forma de acercar las reflexiones del pontífice en primera persona, para ilustrar sus intenciones hasta entonces distribuidas solo por escrito. La iniciativa se convirtió rápidamente en viral y tocó a más de 500 millones de personas en el mundo. Números de récord. Luego vino Click to Pray, una herramienta nueva para quienes, siendo ya fieles comprometidos, desean interactuar en su oración diaria. Se trata de una comunidad que incluye una innovadora aplicación para teléfonos celulares, un blog y una lista de correos electrónicos.
Todos estos proyectos fueron aprobados por el propio Papa, quien en diciembre de 2014 dio luz verde al proyecto titulado “Un camino con Jesús en disponibilidad apostólica”. Y como resultado de todo este trabajo, a finales de julio Francisco designó oficialmente a Fornos como director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa y su rama de jóvenes, el Movimiento Eucarístico Juvenil (MEJ).
“Todos quieren relacionarse con el Papa”
Las novedades no quedarán ahí. A partir del 2017 la forma en que se eligen las intenciones del Papa cambiará después de casi 100 años. Hasta ahora las dos intenciones mensuales del pontífice se preparaban casi con un año de anticipación. Por eso pasaba mucho tiempo entre que eran redactadas y aprobadas, hasta que los fieles las rezaban. Pero desde el próximo año las cosas van a cambiar, porque una de las dos intenciones será elegida por el mismo líder católico al inicio de cada mes.
“Actualmente estamos en un mundo de inmediatez, todos quieren estar en relación directa con el Papa. Nuestra estructura de comunicación había quedado desfasada. Teníamos intenciones muy generales, que no correspondían a la actualidad y además siempre estábamos fuera de las preocupaciones inmediatas del Papa”, detalla Fornos.
Por eso, de las dos intenciones que cada mes propondrá el Pontífice, una será más espiritual y generalista, la otra tocará la actualidad inmediata, problemas específicos de la realidad.
“La red mundial de oración del Papa quiere sacarnos de un mundo de indiferencia para entrar en la cultura del encuentro, porque cada mes nos abre una ventana sobre una preocupación del santo padre con respecto al mundo. Nos saca de nuestro pequeño universo, que a veces nos asfixia sin darnos cuenta”, sigue el sacerdote.
“Es una manera de ayudar a la Iglesia a despertarse, involucrarse con el problema planteado aquel mes. Salir de un confort de la fe, porque a veces estamos en una fe cómoda, una fe tranquila y que no nos moleste el mundo. Pero si el evangelio no nos molesta, no es el espíritu de Dios el que nos conduce”, concluye.

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