viernes, 30 de octubre de 2015

¿POR QUÉ EL AMOR DE DIOS HACE VENCEDOR AL CRISTIANO? PAPA FRANCISCO RESPONDE


¿Por qué el amor de Dios hace vencedor al cristiano? Papa Francisco responde
Por Alvaro de Juana
Foto L'Osservatore Romano







(ACI).- En la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco celebró de nuevo la Misa y habló del amor de Dios por cada hombre y cómo ninguna cosa puede separarles, incluso si uno lo rechaza. Este amor hace “vencedores” a los cristianos.

“¡Dios no puede no amar! Y esta es nuestra seguridad. Yo puedo rechazar este amor, puedo rechazarlo como lo ha rechazado el buen ladrón, hasta el final de su vida”.

“Pero ahí le esperaba el amor. El más malvado, el más blasfemo es amado por Dios con una ternura de padre, de papá”. Es un amor “como el de una gallina con sus polluelos”.

Comentando la primera lectura, Francisco explicó que el apóstol San Pablo dice a los cristianos que son vencedores porque “si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?”.

“La fuerza de esta seguridad de vencedor” el cristiano la debe “tener en sus propias manos, como si fuese su propiedad” de tal forma que los creyentes podrían decir: “¡Ahora nosotros somos los campeones!”.

Pero somos vencedores “no porque tenemos este don en la mano, sino por otra cosa”. Es otra cosa “que nos hace vencer o al menos si nosotros queremos rechazar la victoria siempre podremos vencer”. Es el hecho de que nada “podrá separarnos jamás del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, nuestro Señor”.



“No es que nosotros seamos vencedores sobre nuestros enemigos, sobre el pecado. ¡No! Estamos tan unidos al amor de Dios que ninguna persona, ninguna potencia, ninguna cosa nos podrá separar de este amor”.

“Pablo ha visto en el don algo más, aquello que da el don: es el don de la recreación, es el don de la regeneración en Cristo Jesús. Ha visto el amor de Dios. Un amor que no se puede explicar”.

Pero “todo hombre y mujer puede rechazar el don” y preferir su pecado, y sin embargo “el don existe”.

“El don es el amor de Dios, un Dios que no puede separarse de nosotros”, subrayó el Papa.

Respecto al Evangelio, en el que Jesús dice que debe acudir a Jerusalén donde morirá, Francisco dijo que Dios habla también en la actualidad a través de este pasaje: “¡Cuántas veces he querido recoger a tu hijo como una gallina a sus polluelos bajo las alas y vosotros no habéis querido! Es una imagen de ternura”. Y “cuántas veces he querido sentir esta ternura, este amor, como la gallina con los polluelos y ustedes lo han rechazado”.

Por eso San Pablo es capaz de decir que ha entendido “que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potencias, ni alturas, ni profundidades, ni ninguna otra cosa podrá jamás separarnos de este amor”.

“Dios, el potente, el creador, puede hacer todo: ¡Dios llora! En este llanto de Jesús sobre Jerusalén, en esas lágrimas, está todo el amor de Dios. Dios llora por mí cuando me alejo; Dios llora por cada uno de nosotros; Dios llora por esos malvados que hacen tantas cosas feas, tanto mal a la humanidad… Espera, no condena, llora. ¿Por qué? Porque ama”.

Las lecturas que el Papa comentó son las siguientes:

Primera Lectura: Romanos 8,31b-39

Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: "Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza." Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Evangelio: Lucas 13,31-35

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: "Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte." Él contestó: "Id a decirle a ese zorro: "Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término." Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos baja las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: "Bendito el que viene en nombre del Señor”.

PAPA FRANCISCO: DIOS TIENE COMPASIÓN DE NOSOTROS PORQUE ES UN PADRE QUE NOS AMA


Papa Francisco: Dios tiene compasión de nosotros porque es un padre que nos ama
Por Alvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano








 (ACI).- El Papa Francisco pronunció esta mañana en español la homilía en la Misa de la Casa Santa Marta, en la que habló de la compasión que Dios tiene hacia cada persona. A su vez afirmó que los sacerdotes deben “conmoverse, comprometerse con la vida de la gente, porque un sacerdote es un sacerdote, como Jesús es sacerdote”.

“Dios tiene compasión. Tiene compasión de cada uno de nosotros, tiene compasión de la humanidad y ha enviado a su Hijo para curarla, para regenerarla” y para “renovarla”.

Francisco explicó que “en la Parábola que todos conocemos del Hijo pródigo, se dice que cuando el padre –que es una figura de Dios que perdona– ve llegar a su hijo tiene compasión. La compasión de Dios no es tener piedad: no tiene nada que ver una cosa con la otra”.

En este sentido indicó que “puedo tener piedad de un perro que se está muriendo” pero la compasión de Dios va más allá: es “meterse en el problema, meterse en la situación del otro, con el corazón de Padre”. Y por esa razón “ha enviado a su Hijo”.



“Jesús curaba a la gente pero no es un ‘curandero’. ¡No! Curaba a la gente como signo, como signo de la compasión de Dios, para salvarla, para poner en su sitio del reciento a la oveja perdida”.

“Dios tiene compasión. Dios pone su corazón de Padre, pone su corazón por cada uno de nosotros. Y cuando Dios perdona, perdona como Padre y no como un empleado del tribunal, que lee una sentencia y dice: ‘Absuelto por insuficiencia de pruebas’. Nos perdona desde dentro, perdona porque se ha metido en el corazón de esta persona”.

El Pontífice también dijo que Jesús fue enviado para “llevar la buena noticia, para liberar a aquellos que se sienten oprimidos”. “Es enviado por el Padre para meterse en cada uno de nosotros, liberándonos de nuestros pecados, de nuestros males”.

Precisamente “esto es lo que hace un sacerdote: conmoverse, comprometerse con la vida de la gente, porque un sacerdote es un sacerdote, como Jesús es sacerdote”.

“Cuántas veces –y después nosotros tenemos que ir a confesarnos– criticamos a estos sacerdotes, a los cuales no les interesa lo que sucede en su congregación, que no se preocupan”. Este “no es un buen sacerdote” porque “un buen sacerdote es aquel que se involucra” en “todos los problemas humanos”.

El Papa tuvo palabras hacia el Cardenal Javier Lozano Barragán, presente en la Misa, con ocasión de la celebración de sus 60 años de sacerdocio.

Francisco le agradeció su labor al frente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, del que fue Presidente.

“Damos gracias a Dios por estos 60 años de sacerdocio”, dijo el Papa.

NUEVA FUNDACIÓN PARA DIFUNDIR LA EDUCACIÓN CATÓLICA EN EL MUNDO


Nueva fundación para difundir la educación católica en el mundo
28 octubre 2015

Papa Francisco instituyó la Fundación Gravissimum educationis, con sede en la Ciudad del Vaticano, en el 50 aniversario de la Declaración conciliar de este nombre


Por: Iacopo Scaramuzzi | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it 



Con un quirógrafo publicado a 50 años exactos de la publicación de la declaración «Gravissimum educationis» por parte de Pablo VI, hoy Papa Francisco instituyó una fundación para difundir la educación católica en el mundo.
«Agradezco a la Congregación para la Educación Católica iniciativas promovidas durante el quincuagésimo aniversario de la Declaración Gravissimum educationis sobre la educación, promulgada por el Concilio Vaticano II, tal día como hoy, 28 de octubre, en 1965», escribió el Papa. «También me complace saber -añade - que ese dicasterio desea establecer en esta circunstancia una Fundación llamada Gravissimum Educationis encaminada a proseguir "fines científicos y culturales para promover la educación católica en el mundo" . La Iglesia reconoce que ''la importancia decisiva de la educación en la vida del hombre y su influjo cada vez mayor en el progreso social contemporáneo están profundamente vinculados al cumplimiento del mandamiento recibido de su divino Fundador, a saber, el anunciar a todos los hombres el misterio de la salvación e instaurar todas las cosas en Cristo. Acojo, por tanto, de buen grado, la petición que me fue expresada de construir en el Estado de la Ciudad del Vaticano la Fundación Gravissimum educationis».
«En virtud de la potestad apostólica en la Iglesia y de la soberanía en el Estado de la Ciudad del Vaticano, viendo los cánones 116 §1, 117 y 1303 §1, primero del Derecho Canónico –prosigue el quirógrafo papal– erijo en persona jurídica civil la Fundación Gravissimum educationis, con sede en la Ciudad del Vaticano». La Fundación, concluye el Papa en el documento que fue firmado hoy mismo, «será regida por las leyes canónicas vigentes en la Iglesia y por las leyes civiles vigentes en la Ciudad del Vaticano, además del estatuto».
Celebrando el quincuagésimo primer aniversario de la ‘Gravissimum educationis', además del vigésimo quinto aniversario de la Constitución Apostólica ‘Ex corde Ecclesiae’, la Congregación para la Educación Católica, guiada por el cardenal Giuseppe Versaldi, quiere volver a impulsar el compromiso de la Iglesia en el campo educativo con un congreso mundial que se llevará a cabo del 18 al 21 de noviembre de 2015: «En los años del post-Concilio -se lee en el texto de presentación- el magisterio ha vuelto en varias ocasiones a la importancia de la educación y al aporte que a ella la comunidad cristiana está llamada a ofrecer justamente en donde se presenta de manera evidente y no raramente dramática una emergencia educativa. De hecho, los centros educativos católicos no son solo ‘dispensarios de competencias’ sino, justamente por su naturaleza intrínseca, se caracterizan por ser lugares de encuentro, dialogo y mutuo enriquecimiento en un recorrido de educación a la vida que se abre a los demás en la óptica del bien común». El congreso tendrá tres sesiones: la inaugural y la final serán sesiones plenarias, y se llevarán a cabo en el Aula Pablo VI en el Vaticano. En cambio, la sesión central se llevará a cabo los días 19 y 20 de noviembre de 2015 en el Centro Mariapoli de Castel Gandolfo.

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA TERNURA


miércoles, 28 de octubre de 2015

ESTOS SON EL LOGO Y LEMA OFICIAL DE LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A KENIA 2015


Estos son el logo y lema oficial de 
la visita del Papa Francisco a Kenia
Foto : Logo Kenia / Crédito : Conferencia Episcopal de Kenia






(ACI).- Los obispos kenianos anunciaron el logo oficial para la visita del Papa Francisco a Kenia (del 25 al 27 de noviembre), que tiene como lema: 


“Estén fuertes en la fe… no tengan miedo”.


El logo tiene forma circular y en el centro aparece una paloma blanca en representación del Espíritu Santo. Sobre ella, al lado izquierdo, hay una llama roja. Dentro de esta hay una cruz blanca en la parte derecha y al otro extremo, de color blanco, está la silueta del país.



Los contornos del logo llevan los colores de la bandera keniana (negro, rojo y verde). En la parte superior de la imagen se ha colocado el lema. En la parte inferior se lee la frase en inglés: “Pope Francis 2015” (“Papa Francisco 2015”). Bajo esta, al lado izquierdo, han escrito con letras rojas “Visit to Kenya” (“Visita a Kenia”) y en el otro lado, con letras verdes está la fecha.

RELIGIOSAS CONFECCIONARÁN VESTIDURAS QUE USARÁ PAPA FRANCISCO EN MISA DE KENIA


Religiosas confeccionan vestiduras 
que usará el Papa en Misa en Kenia
Por María Ximena Rondón





 (ACI).- Las vestiduras que utilizará el Papa Francisco para la celebración de la Misa en la Universidad de Nairobi (Kenia), el 26 de noviembre, ya están siendo confeccionadas por las “Hermanas Dimesse”, una congregación misionera marista.



El convento de las religiosas queda en Kangemi, en Nairobi, uno de los barrios más pobres y peligrosos del país. Allí las hermanas tienen un taller de costura, manejan el hospital más grande de la zona e instruyen en la agricultura a las mujeres. Este barrio será visitado por el Santo Padre el 27 de noviembre.

Sor Ida Lagonegro, Superiora de las Hermanas Dimesse y encargada de supervisar la elaboración de las prendas, indicó que ya tienen las muestras para la casulla y que presentarán el diseño a los Obispos para obtener su aprobación.

PAPA FRANCISCO ENTRISTECIDO POR VÍCTIMAS DE FUERTE TERREMOTO EN AFGANISTÁN Y PAKISTÁN


Papa Francisco entristecido por víctimas de fuerte terremoto en Afganistán y Pakistán




 (ACI).- El Papa Francisco ha enviado hoy sus condolencias por las víctimas del terremoto que tuvo lugar este lunes 26 de octubre en Afganistán y Pakistán.

En un telegrama al Nuncio Apostólico en Pakistán, Mons. Ghaleb Bader, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, señala que “Su Santidad el Papa Francisco, se ha entristecido profundamente al tener noticia de la trágica pérdida de vidas en Afganistán y Pakistán como resultado del terremoto en esa región”.


El Pontífice “expresa su profunda solidaridad con todos los afectados por este desastre y asegura su oración por los muertos, al igual que por los heridos y los que siguen desaparecidos”.

“Sobre todos los que lloran la pérdida de sus seres queridos, así como sobre las autoridades civiles y el personal de emergencia que interviene en la labor de socorro, el Papa Francisco invoca las bendiciones divinas del consuelo y la fortaleza”.

El terremoto tuvo una magnitud 7,5 en la escala de Richter con epicentro a 196 kilómetros de profundidad en la provincia de Badakhshan, al norte de Afganistán, en el macizo montañoso de Hindu Kush.

También golpeó fuertemente a Pakistán y el norte de la India. Han muerto al menos 300 personas, la mayoría de las zonas montañosas de Pakistán y hay también miles de heridos.

¿PIERDES EL TIEMPO JUNTO A TUS HIJOS? EL PAPA FRANCISCO TE ACONSEJA QUE LO HAGAS


¿"Pierdes el tiempo" junto a tus hijos? 
El Papa te aconseja que lo hagas
Papa Francisco saluda y bendice a niño en Plaza de San Pedro. Foto: Stephen Driscoll / ACI Prensa.







 (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco subrayó hoy la importancia de compartir en familia todos los días, y alentó a los padres a “perder el tiempo” junto a sus hijos.

En una publicación en su cuenta en la red social Twitter, el Santo Padre cuestionó: “Padres: ¿saben “perder el tiempo” con sus hijos?”, y a continuación aseguró que esta “es una de las cosas más importantes que pueden hacer todos los días”.


Esta no es la primera vez que el Papa alienta a los padres a pasar tiempo con sus hijos. En junio de 2014, con ocasión de la apertura del Congreso Pastoral de la Diócesis de Roma, Francisco lamentó que los niños actualmente viven “huérfanos sin el afecto del ‘hoy’ o un afecto ‘demasiado apurado’: papá está cansado, mamá está cansada, van a dormir... ¡Y ellos se quedan huérfanos!”.

“¡Huérfanos de gratuidad! La gratuidad del papá y de la mamá que saben pasar el tiempo para jugar con sus hijos”, señaló.

En enero de este año, el Santo Padre advirtió que “la ausencia de la figura paterna en la vida de los pequeños y de los jóvenes produce lagunas y heridas que pueden ser también muy graves”.

“De hecho -agregó- las desviaciones de los niños y adolescentes pueden atribuirse en gran medida a esta falta, la falta de ejemplos y guías autorizadas en su vida cotidiana”, explicó en esa ocasión.

PAPA FRANCISCO NOS EXPLICA ¿QUÉ RELACIÓN DEBEN TENER LA IGLESIA Y LAS DIVERSAS RELIGIONES?


¿Qué relación deben tener la Iglesia y las diversas religiones? El Papa lo explica
Por Alvaro de Juana
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa







 (ACI).- “El Señor desea que todos los hombres se reconozcan hermanos y vivan como tales, formando la gran familia humana en la armonía de la diversidad”. Fueron las palabras del Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, dedicada a los 50 años de la histórica Declaración Nostra aetate, el documento del Concilio Vaticano II que supuso un antes y un después en la relación con el resto de confesiones religiosas, sobre todo con el judaísmo. Se trató, por tanto, de una Audiencia interreligiosa.

El Santo Padre, después de escuchar los saludos del Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el Cardenal Jean Louis Tauran, y del Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Cardenal Kurt Koche, habló de la necesidad de convivencia pacífica en nuestros días.

“El conocimiento, el respeto y la estima mutua constituyen la vía que, si vale de manera peculiar para la relación con los hebreos, vale análogamente también para las relaciones con las otras religiones”, aseguró el Pontífice.

“Pienso en particular en los musulmanes, que –como recuerda el Concilio– adoran al Dios único, viviente y subsistente, misericordioso y omnipotente, creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres”, dijo parafraseando la propia Nostra aetate.

“El diálogo del que tenemos necesidad tiene que ser abierto y respetuoso” porque “entonces se revelará fructífero”.

Así, “el respeto recíproco es condición y, al mismo tiempo, fin del diálogo interreligioso: respetar el derecho de todos a la vida, a la integridad física, a las libertades fundamentales, es decir, la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religiones”.

Francisco afirmó que “el mundo mira a los no creyentes, nos exhorta a colaborar entre nosotros, y con los hombres y mujeres de buena voluntad que no profesan ninguna religión, nos pide respuestas efectivas sobre numerosos temas: la paz, el hambre, la miseria que aflige a millones de personas, la crisis ambiental, la violencia, en particular aquella que se comete en nombre de la religión, la corrupción, el degrado moral, la crisis de la familia, de la economía, y sobre todo de la esperanza”.


 
“Nosotros los creyentes no tenemos recetas para estos problemas, pero tenemos un gran recurso: la oración”, añadió.

“La oración es nuestro tesoro, al que acudimos según las respectivas tradiciones, para pedir los dones que anhela la humanidad”.

El Santo Padre manifestó que “a causa de la violencia y del terrorismo se ha difundido una actitud de sospecha e incluso de condena de las religiones”. Pero “en realidad, ninguna religión permanece inmune al riesgo de desviaciones fundamentalistas o extremistas en individuos o grupos” por lo que “se necesita observar los valores positivos que ellos viven y proponen, y que son fuente de esperanza”.

En definitiva, “se trata de alzar la mirada para ir más allá” puesto que “el diálogo sobre el confiado respeto puede llevar semillas de bien que a veces se convierten en retoños de amistad y de colaboración en muchos campos, y sobre todo en el servicio a los pobres, a los pequeños, a los ancianos, en la acogida a los migrantes, en la atención a quien es excluido”.

“Podemos caminar juntos tomando cuidado los unos de los otros”, subrayó.

En el transcurso de su discurso, Francisco saludó a las numerosas personas que participaron del encuentro y que pertenecían a otras confesiones religiosas. “El Concilio Vaticano II fue un tiempo extraordinario de reflexión, diálogo y oración para renovar la mirada de la Iglesia católica sobre sí misma y sobre el mundo”, explicó.

En particular, “el mensaje de la Declaración Nostra aetate es siempre actual”. El documento expone “la creciente independencia de los pueblos; la búsqueda humana de un sentido de la vida, del sufrimiento, de la muerte, cuestiones que siempre acompañan nuestro camino; el origen común y el destino común de la humanidad; la religión como búsqueda de Dios o del Absoluto; la Iglesia abierta al diálogo con todos y al mismo tiempo fiel a la verdad en la que cree, comenzando por esa salvación ofrecida a todos que tiene su origen en Jesús”.

El Papa recordó el encuentro interreligioso celebrado el 27 de octubre de 1986 en la ciudad italiana de Asís, donde nació San Francisco. “Fue querido y promovido por San Juan Pablo II, el cual un año antes, hace treinta años, dirigiéndose a los jóvenes musulmanes en Casablanca (Marruecos), deseó que todos los creyentes en Dios favorezcan la amistad y la unión entre los hombres y los pueblos”.

“La llama encendida en Asís se ha extendido en todo el mundo y constituye un signo permanente de esperanza”, destacó.

Uno de los cambios producidos en la relación entre las religiones en este tiempo es que “indiferencia y oposición han dado paso a la colaboración y la benevolencia. De enemigos y extraños nos hemos convertido en amigos y hermanos”.

“El Concilio, con la Declaración Nostra aetate, ha trazado la vía: ‘sí’ al redescubrimiento de las raíces hebraicas del cristianismo; ‘no’ a cada forma de antisemitismo y condena de cada injuria, discriminación y persecución que se derivan”.

El Papa terminó su intervención recordando el próximo Jubileo de la Misericordia que comenzará el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción. “Es una ocasión propicia para trabajar juntos en el campo de las obras de caridad” y a la que “se pueden unir muchas personas que no se sienten creyentes o que se encuentran en la búsqueda de Dios y de la verdad”.

“Debemos proponernos siempre dejar un mundo mejor de como lo hemos encontrado” a través de “pequeños gestos de nuestra vida diaria”, agregó.

“En cuanto al futuro del diálogo interreligioso, la primera cosa que debemos hacer es orar” porque “sin el Señor nada es posible; ¡Él todo lo puede!”.

Al final, el Papa invitó a los presentes a rezar en silencio según la religión que profesara cada uno.

Francisco recordó –como ya hiciera este martes a través de un telegrama– a las víctimas del terremoto que ha causado al menos 300 muertos en Afganistán y Pakistán. “Estamos cercanos a la población de Pakistán y Afganistán golpeadas por un fuerte terremoto, que ha causado numerosas víctimas y daños ingentes”.

“Oremos por los difuntos y sus familiares, por todos los heridos y sin techo, implorando de Dios alivio en el sufrimiento y coraje en la adversidad. Que no les falte a estos hermanos nuestra concreta solidaridad”. 

IMÁGENES DEL PAPA FRANCISCO









lunes, 26 de octubre de 2015

PAPA FRANCISCO RENUEVA LLAMADO DE PAZ PARA ORIENTE MEDIO


El Papa renueva llamado de paz para Oriente Medio: Que nadie se desanime en este momento
Por Alvaro de Juana
Foto: Caritas Internationalis




 (ACI).- El Papa Francisco recordó esta mañana a los cristianos perseguidos en Oriente Medio y pidió que “ninguno se desanime en este momento” al tiempo que lanzó un llamado a la comunidad internacional para que “sepa adoptar todas las estrategias validas al fin de lograr la paz”.

Al recibir en el Vaticano a los miembros del Sínodo de la Iglesia Caldea, que se celebra del 24 al 29 de este mes de octubre, el Santo Padre habló de la dramática situación que se vive en Oriente Medio sobre todo por el terrorismo islamista y también les pidió a los prelados ser verdaderos pastores con los fieles a imagen del Buen Pastor.

Al comienzo del discurso mandó un afectuoso saludo “a todos los fieles y todos los habitantes de las amadas tierras de Siria e Irak, en un periodo particularmente de sufrimiento y delicado, con el consuelo y la solidaridad cristiana”.

“Que la misericordia de Dios pueda, en el inminente Año Jubilar, calmar las heridas de la guerra que llenan el corazón de vuestras comunidades, para que ninguno se desanime en este momento, en el que los clamores de la violencia parecen superar las sinceras oraciones por la paz”.

“Hoy la situación en vuestras tierras de origen está gravemente comprometida por el odio fanático del terrorismo que continua provocando una fuerte hemorragia de fieles que se alejan de las tierras de sus padres, donde crecieron en la tradición”.

Francisco dijo que “este estado de cosas está ciertamente minando la vital presencia cristiana en aquella tierra que ha visto iniciar el camino del patriarca Abraham, resonar la voz de los Profetas que llamaban a la esperanza a Israel durante el exilio, fundar las primeras Iglesias sobre la sangre de tantos mártires, testimoniar la plenitud del Evangelio, hacer crecer las sociedades con su propia contribución, durante siglos de paz en convivencia con nuestros hermanos seguidores del Islam”.  


 
Sin embargo, “por desgracia, nuestros tiempos están señalados por innumerables ejemplos de persecución, también hasta el martirio”, dijo en alusión a la situación que viven los cristianos de Oriente Medio.

El Papa recordó que la Iglesia Caldea sufre por esta situación y está atenta a las necesidades de los fieles que se han visto obligados a huir de sus países.

“Confirmo, hoy más que nunca, toda la ayuda y la solidaridad de la Sede Apostólica a favor del bien común de toda la Iglesia Caldea”.

“Rezo para que los cristianos no sean obligados a abandonar Irak y Oriente Medio” y “les exhorto a trabajar de manera incansable como constructores de unidad en todas las provincias de  Irak, favoreciendo el diálogo y la colaboración entre todos los actores de la vida pública, contribuyendo a resanar las divisiones e impidiendo que surjan otras”.

El Pontífice aprovechó su visita para renovar el llamado a la comunidad internacional para que “sepa adoptar todas las estrategias validas al fin de lograr la paz en países terriblemente devastados por el odio, para llevar el aliento vital del Amor a lugares que desde siempre han sido encrucijada de los pueblos, culturas y naciones”.

“Para que la tan ansiada paz pueda surgir en el horizonte de la historia y así los dramas trágicos infligidos por la violencia dejen lugar a un clima de convivencia recíproca”.

Sobre el Sínodo de la Iglesia Caldea les recordó que es “un camino en compañía”, “un momento propicio de comparar las diversidades que enriquecen la comunión fraterna entre ustedes, bajo la mirada del Cristo Buen Pastor”.

El Papa les invitó a “seguir la exhortación del Apóstol Pablo” y tener “los mismos sentimientos de Cristo, obrando con misericordia, en la humildad, en la paciencia y en la acogida recíproca que genera comunión”.

Entre los deseos del Pontífice, expresó que sea vivido “con sentido de la responsabilidad, participación y servicio, teniendo siempre delante la imagen del Buen Pastor, que tiene en el corazón la salvación de sus ovejas y, de modo particular, toma cuidado de la perdida”.

Francisco les pidió comportarse así “sabiendo que el ejercicio de la comunión a veces requiere una verdadera y propia kenosis, un ‘abajamiento’ y un despojarse de sí mismo”.

También les pidió prestar atención a los laicos así como a los consagrados y sacerdotes y “ser benévolos y comprensivos con sus necesidades”.

El Santo Padre se despidió pidiéndoles un “espíritu misionero” y confiándoles palabras de aliento para los fieles. 

100 CONCEJOS DE PAPA FRANCISCO A LAS FAMILIAS


100 consejos de papa Francisco a las familias
Ofrecemos 100 breves consejos del Papa Francisco que se encuentran en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015


Por: http://opusdei.es | Fuente: Artículo original publicado en www.iglesiaendirecto.com 



Lea las catequesis completas del Papa en este libro electrónico gratuito.
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1. “Permiso”, “gracias”, “perdón”. En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015).
2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar que el otro abra la puerta de su corazón (13 de mayo de 2015)
3. Antes de hacer algo en familia: «Permiso, ¿puedo hacerlo? ¿Te gusta que lo haga así?». Es un lenguaje educado, lleno de amor. Y esto hace mucho bien a las familias (13 de mayo de 2015)
4. Un cristiano que no sabe dar gracias es alguien que ha olvidado el lenguaje de Dios. Escuchad bien: un cristiano que no sabe dar gracias es alguien que ha olvidado el lenguaje de Dios (13 de mayo de 2015).

5. Una vez escuché decir a una persona anciana, muy sabia, muy buena, sencilla, pero con la sabiduría de la piedad, de la vida: «La gratitud es una planta que crece sólo en la tierra de almas nobles». Esa nobleza del alma, esa gracia de Dios en el alma nos impulsa a decir gracias, a la gratitud. Es la flor de un alma noble. Esto es algo hermoso (13 de mayo de 2015).
6. La tercera palabra es “perdón”. Palabra difícil, es verdad, sin embargo tan necesaria. Cuando falta, se abren pequeñas grietas —incluso sin quererlo— hasta convertirse en fosas profundas (13 de mayo de 2015).
7. Reconocer el hecho de haber faltado, y mostrar el deseo de restituir lo que se ha quitado —respeto, sinceridad, amor— hace dignos del perdón. Y así se detiene la infección. Si no somos capaces de disculparnos, quiere decir que tampoco somos capaces de perdonar. En la casa donde no se pide perdón comienza a faltar el aire, las aguas comienzan a verse estancadas. Muchas heridas de los afectos, muchas laceraciones en la familias comienzan con la pérdida de esta preciosa palabra: «Perdóname» (13 de mayo de 2015).
8. En la vida matrimonial se discute, a veces incluso “vuelan los platos”, pero os doy un consejo: nunca terminar el día sin hacer las paces. Escuchad bien: ¿habéis discutido mujer y marido? ¿Los hijos con los padres? ¿Habéis discutido fuerte? No está bien, pero no es este el auténtico problema. El problema es que ese sentimiento esté presente todavía al día siguiente. Por ello, si habéis discutido nunca terminar el día sin hacer las paces en la familia. ¿Y cómo debo hacer las paces? ¿Ponerme de rodillas? ¡No! Sólo un pequeño gesto, algo pequeño y vuelve la armonía familiar. Basta una caricia, sin palabras. Pero nunca terminar el día en familia sin hacer las paces. ¿Entendido esto? No es fácil pero se debe hacer. Y con esto la vida será más bonita (13 de mayo de 2015).
9. Jesús nació en una familia. Él podía llegar de manera espectacular, o como un guerrero, un emperador… No, no: viene como un hijo de familia. Esto es importante: contemplar en el belén esta escena tan hermosa (…) La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de la familia, de cada familia (17 de diciembre de 2014).
10. Cuánto podrían aprender las madres de las atenciones de María hacia ese Hijo. Y cuánto los padres podrían obtener del ejemplo de José, hombre justo, que dedicó su vida a sostener y defender al niño y a su esposa —su familia— en los momentos difíciles. Por no decir cuánto podrían ser alentados los jóvenes por Jesús adolescente en comprender la necesidad y la belleza de cultivar su vocación más profunda, y de soñar a lo grande. Jesús cultivó en esos treinta años su vocación para la cual lo envió el Padre. Y Jesús jamás, en ese tiempo, se desalentó, sino que creció en valentía para seguir adelante con su misión (17 de diciembre de 2014).
11. Cada familia cristiana —como hicieron María y José—, ante todo, puede acoger a Jesús, escucharlo, hablar con Él, custodiarlo, protegerlo, crecer con Él; y así mejorar el mundo (…) Esta es la gran misión de la familia: dejar sitio a Jesús que viene, acoger a Jesús en la familia, en la persona de los hijos, del marido, de la esposa, de los abuelos… Jesús está allí. Acogerlo allí, para que crezca espiritualmente en esa familia (17 de diciembre de 2014).
12. Las madres son el antídoto más fuerte ante la difusión del individualismo egoísta. “Individuo” quiere decir “que no se puede dividir”. Las madres, en cambio, se “dividen” a partir del momento en el que acogen a un hijo para darlo al mundo y criarlo. Una sociedad sin madres sería una sociedad inhumana, porque las madres saben testimoniar siempre, incluso en los peores momentos, la ternura, la entrega, la fuerza moral (…) Sin las madres, no sólo no habría nuevos fieles, sino que la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo (7 de enero de 2015).
13. Es verdad que tú debes ser “compañero” de tu hijo, pero sin olvidar que tú eres el padre. Si te comportas sólo como un compañero de tu hijo, esto no le hará bien a él (28 de enero de 2015).
14. La primera necesidad es que el padre esté presente en la familia. Que sea cercano a la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas. Y que sea cercano a los hijos en su crecimiento: cuando juegan y cuando tienen ocupaciones, cuando son despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando son taciturnos, cuando se lanzan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando vuelven a encontrar el camino; padre presente, siempre. Decir presente no es lo mismo que decir controlador. Porque los padres demasiado controladores anulan a los hijos, no los dejan crecer (4 de febrero de 2015).
15. Cuánta dignidad y cuánta ternura en la espera de ese padre que está en la puerta de casa esperando que el hijo regrese. Los padres deben ser pacientes. Muchas veces no hay otra cosa que hacer más que esperar; rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad y misericordia (4 de febrero de 2015).
16. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin guardar nada para sí. Una vez escuché en una reunión de matrimonios a un papá que decía: «Algunas veces tengo que castigar un poco a mis hijos… pero nunca bruscamente para no humillarlos». ¡Qué hermoso! Tiene sentido de la dignidad. Debe castigar, lo hace del modo justo, y sigue adelante (4 de febrero de 2015).
17. Los hijos necesitan encontrar un padre que los espera cuando regresan de sus fracasos. Harán de todo por no admitirlo, para no hacerlo ver, pero lo necesitan; y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de cerrar (4 de febrero de 2015).
18. Los hijos son la alegría de la familia y de la sociedad. No son un problema de biología reproductiva, ni uno de los tantos modos de realizarse. Y mucho menos son una posesión de los padres… No. Los hijos son un don (…) Ser hijo e hija, según el designio de Dios, significa llevar en sí la memoria y la esperanza de un amor que se ha realizado precisamente dando la vida a otro ser humano, original y nuevo. Y para los padres cada hijo es él mismo, es diferente, es diverso (11 de febrero de 2015).
19. Se ama a un hijo porque es hijo, no porque es hermoso o porque es de una o de otra manera; no, porque es hijo. No porque piensa como yo o encarna mis deseos. Un hijo es un hijo: una vida engendrada por nosotros, pero destinada a él, a su bien, al bien de la familia, de la sociedad, de toda la humanidad (11 de febrero de 2015).
20. La experiencia humana de ser hijo e hija, nos permite descubrir la dimensión más gratuita del amor, que jamás deja de sorprendernos. Es la belleza de ser amados antes: los hijos son amados antes de que lleguen. Cuántas veces encuentro en la plaza a madres que me muestran la panza y me piden la bendición…, esos niños son amados antes de venir al mundo. Esto es gratuidad, esto es amor; son amados antes del nacimiento, como el amor de Dios (11 de febrero de 2015).
21. Los hijos son amados antes de haber hecho algo para merecerlo, antes de saber hablar o pensar, incluso antes de venir al mundo. Ser hijos es la condición fundamental para conocer el amor de Dios, que es la fuente última de este auténtico milagro (11 de febrero de 2015).
22. Una sociedad de hijos que no honran a sus padres es una sociedad sin honor; cuando no se honra a los padres, se pierde el propio honor. Es una sociedad destinada a poblarse de jóvenes desapacibles y ávidos (11 de febrero de 2015).
23. Si a una familia numerosa la miran como si fuera un peso, hay algo que está mal (…) La vida se rejuvenece y adquiere energías multiplicándose: se enriquece, no se empobrece. Los hijos aprenden a ocuparse de su familia, maduran al compartir sus sacrificios, crecen en el aprecio de sus dones (11 de febrero de 2015).
24. Que cada uno de nosotros piense en su corazón en sus propios hijos —si los tiene—; piense en silencio. Y todos nosotros pensemos en nuestros padres, y demos gracias a Dios por el don de la vida. En silencio, quienes tienen hijos, piensen en ellos, y todos pensemos en nuestros padres. Que el Señor bendiga a nuestros padres y bendiga a vuestros hijos (11 de febrero de 2015).
25. Todos conocemos familias que tienen hermanos divididos, que han reñido; pidamos al Señor por estas familias —tal vez en nuestra familia hay algunos casos— para que les ayude a reunir a los hermanos, a reconstituir la familia. La fraternidad no se debe romper y cuando se rompe sucede lo que pasó con Caín y Abel (18 de febrero de 2015).
26. En la familia, entre hermanos se aprende la convivencia humana, cómo se debe convivir en sociedad. Tal vez no siempre somos conscientes de ello, pero es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo (…) La libertad y la igualdad, sin la fraternidad, pueden llenarse de individualismo y de conformismo, incluso de interés personal (18 de febrero de 2015).
27. La fraternidad en la familia resplandece de modo especial cuando vemos el cuidado, la paciencia, el afecto con los cuales se rodea al hermanito o a la hermanita más débiles, enfermos, o con discapacidad. Los hermanos y hermanas que hacen esto son muchísimos, en todo el mundo, y tal vez no apreciamos lo suficiente su generosidad (18 de febrero de 2015).
28. Tener un hermano, una hermana que te quiere es una experiencia fuerte, impagable, insustituible. Lo mismo sucede en la fraternidad cristiana. Los más pequeños, los más débiles, los más pobres deben enternecernos: tienen “derecho” de llenarnos el alma y el corazón. Sí, ellos son nuestros hermanos y como tales tenemos que amarlos y tratarlos(18 de febrero de 2015).
29. Hoy más que nunca es necesario volver a poner la fraternidad en el centro de nuestra sociedad tecnocrática y burocrática: entonces también la libertad y la igualdad tomarán su justa entonación. Por ello, no privemos a nuestras familias con demasiada ligereza, por sometimiento o por miedo, de la belleza de una amplia experiencia fraterna de hijos e hijas (18 de febrero de 2015).
30. La atención a los ancianos habla de la calidad de una civilización. Esta civilización seguirá adelante si sabe respetar la sabiduría de los ancianos. En una civilización en la que no hay sitio para los ancianos o se los descarta porque crean problemas, esta sociedad lleva consigo el virus de la muerte (4 de marzo de 2015).
31. Debemos despertar el sentido colectivo de gratitud, de aprecio, de hospitalidad, que hagan sentir al anciano parte viva de su comunidad. Los ancianos son hombres y mujeres, padres y madres que estuvieron antes que nosotros en el mismo camino, en nuestra misma casa, en nuestra diaria batalla por una vida digna. Son hombres y mujeres de quienes recibimos mucho (4 de marzo de 2015).
32. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente de todos modos, incluso si no lo pensamos. Y si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos tratarán a nosotros (…) Donde no hay consideración hacia los ancianos, no hay futuro para los jóvenes (4 de marzo de 2015).
33. La ancianidad contiene una gracia y una misión, una verdadera vocación del Señor. La ancianidad es una vocación. No es aún el momento de “abandonar los remos en la barca”. Este período de la vida es distinto de los anteriores, no cabe duda; debemos también un poco “inventárnoslo”, porque nuestras sociedades no están preparadas, espiritual y moralmente, a dar al mismo, a este momento de la vida, su valor pleno. Es necesario delinear una espiritualidad de las personas ancianas (11 de marzo de 2015).
34. Es importante el testimonio de los ancianos en la fidelidad (11 de marzo de 2015).
35. La oración de los abuelos y los ancianos es un gran don para la Iglesia, es una riqueza. Una gran inyección de sabiduría también para toda la sociedad humana: sobre todo para la que está demasiado atareada, demasiado ocupada, demasiado distraída. Alguien debe incluso cantar, también por ellos, cantar los signos de Dios, proclamar los signos de Dios, rezar por ellos (11 de marzo de 2015).
36. La oración de los ancianos es algo hermoso. Podemos dar gracias al Señor por los beneficios recibidos y llenar el vacío de la ingratitud que lo rodea. Podemos interceder por las expectativas de las nuevas generaciones y dar dignidad a la memoria y a los sacrificios de las generaciones pasadas. Podemos recordar a los jóvenes ambiciosos que una vida sin amor es una vida árida. Podemos decir a los jóvenes miedosos que la angustia del futuro se puede vencer. Podemos enseñar a los jóvenes demasiado enamorados de sí mismos que hay más alegría en dar que en recibir.
37. Los abuelos y las abuelas forman el “coro” permanente de un gran santuario espiritual, donde la oración de súplica y el canto de alabanza sostienen a la comunidad que trabaja y lucha en el campo de la vida (11 de marzo de 2015).
38. Las palabras de los abuelos tienen algo especial para los jóvenes. Y ellos lo saben. Las palabras que mi abuela me entregó por escrito el día de mi ordenación sacerdotal aún las llevo conmigo, siempre en el breviario, y las leo a menudo y me hace bien (…) ¡Cuánto quisiera una Iglesia que desafía la cultura del descarte con la alegría desbordante de un nuevo abrazo entre los jóvenes y los ancianos! Y esto es lo que hoy pido al Señor, este abrazo (11 de marzo de 2015).
39. Los niños nos recuerdan que todos, en los primeros años de vida, hemos sido totalmente dependientes de los cuidados y de la benevolencia de los demás. Y el Hijo de Dios no se ahorró este paso. Es el misterio que contemplamos cada año en Navidad. El belén es el icono que nos comunica esta realidad del modo más sencillo y directo (18 de marzo de 2015).
40. Los niños son en sí mismos una riqueza para la humanidad y también para la Iglesia, porque nos remiten constantemente a la condición necesaria para entrar en el reino de Dios: la de no considerarnos autosuficientes, sino necesitados de ayuda, amor y perdón (18 de marzo de 2015).
41. Los niños nos recuerdan otra cosa hermosa: que somos siempre hijos, incluso cuando se llega a la edad de adulto, o anciano, también si se convierte en padre, si ocupa un sitio de responsabilidad, por debajo de todo esto permanece la identidad de hijo. Todos somos hijos. Y esto nos reconduce siempre al hecho de que la vida no nos la hemos dado nosotros mismos sino que la hemos recibido (18 de marzo de 2015).
42. Sabemos que también los niños tienen el pecado original, sus egoísmos, peroconservan una pureza y una sencillez interior. Pero los niños no son diplomáticos: dicen lo que sienten, dicen lo que ven, directamente. Y muchas veces ponen en dificultad a los padres, manifestando delante de otras personas: «Esto no me gusta porque es feo». Pero los niños dicen lo que ven, no son personas dobles, no han cultivado aún esa ciencia de la doblez que nosotros adultos lamentablemente hemos aprendido (18 de marzo de 2015).
43. Los niños tienen la capacidad de sonreír y de llorar. Algunos, cuando los tomo para abrazarlos, sonríen; otros me ven vestido de blanco y creen que soy el médico y que vengo a vacunarlos, y lloran… pero espontáneamente. Los niños son así: sonríen y lloran, dos cosas que en nosotros, los grandes, a menudo “se bloquean”, ya no somos capaces… Muchas veces nuestra sonrisa se convierte en una sonrisa de cartón, algo sin vida, una sonrisa que no es alegre, incluso una sonrisa artificial, de payaso. Los niños sonríen espontáneamente y lloran espontáneamente. Depende siempre del corazón, y con frecuencia nuestro corazón se bloquea y pierde esta capacidad de sonreír, de llorar (18 de marzo de 2015).
44. Los niños traen vida, alegría, esperanza, incluso complicaciones. Pero la vida es así. Ciertamente causan también preocupaciones y a veces muchos problemas; pero es mejor una sociedad con estas preocupaciones y estos problemas, que una sociedad triste y gris porque se quedó sin niños (18 de marzo de 2015).
45. No descarguemos sobre los niños nuestras culpas, ¡por favor! Los niños nunca son “un error”. Su hambre no es un error, como no lo es su pobreza, su fragilidad, su abandono —tantos niños abandonados en las calles; y no lo es tampoco su ignorancia o su incapacidad—; son tantos los niños que no saben lo que es una escuela. Si acaso, estos son motivos para amarlos más, con mayor generosidad. ¿Qué hacemos con las solemnes declaraciones de los derechos humanos o de los derechos del niño, si luego castigamos a los niños por los errores de los adultos? (8 de abril de 2015).
46. Gracias a Dios los niños con graves dificultades encuentran con mucha frecuencia padres extraordinarios, dispuestos a todo tipo de sacrificios y a toda generosidad. ¡Pero estos padres no deberían ser dejados solos! Deberíamos acompañar su fatiga, pero también ofrecerles momentos de alegría compartida y de alegría sin preocupaciones, para que no se vean ocupados sólo en la rutina terapéutica (8 de abril de 2015).
47. Pensad lo que sería una sociedad que decidiese, una vez por todas, establecer este principio: «Es verdad que no somos perfectos y que cometemos muchos errores. Pero cuando se trata de los niños que vienen al mundo, ningún sacrificio de los adultos será considerado demasiado costoso o demasiado grande, con tal de evitar que un niño piense que es un error, que no vale nada y que ha sido abandonado a las heridas de la vida y a la prepotencia de los hombres». ¡Qué bella sería una sociedad así! (8 de abril de 2015).
48. La Iglesia, como madre, nunca abandona a la familia, incluso cuando está desanimada, herida y de muchos modos mortificada. Ni siquiera cuando cae en el pecado, o cuando se aleja de la Iglesia; siempre hará todo lo posible por tratar de atenderla y sanarla, invitarla a la conversión y reconciliarla con el Señor (25 de marzo de 2015)
49. Yo me pregunto si la así llamada teoría del gender no sea también expresión de una frustración y de una resignación, orientada a cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma. Sí, corremos el riesgo de dar un paso hacia atrás. La remoción de la diferencia, en efecto, es el problema, no la solución. Para resolver sus problemas de relación, el hombre y la mujer deben en cambio hablar más entre ellos, escucharse más, conocerse más, quererse más. Deben tratarse con respeto y cooperar con amistad. Con estas bases humanas, sostenidas por la gracia de Dios, es posible proyectar la unión matrimonial y familiar para toda la vida (15 de abril de 2015).
50. El vínculo matrimonial y familiar es algo serio, y lo es para todos, no sólo para los creyentes. Quisiera exhortar a los intelectuales a no abandonar este tema, como si hubiese pasado a ser secundario, por el compromiso en favor de una sociedad más libre y más justa (15 de abril de 2015).
51. La desvalorización social de la alianza estable y generativa del hombre y la mujer es ciertamente una pérdida para todos. ¡Tenemos que volver a dar el honor debido al matrimonio y a la familia! (29 de abril de 2015).
52. Jesús comienza sus milagros en un matrimonio, en una fiesta de bodas: un hombre y una mujer. Así, Jesús nos enseña que la obra maestra de la sociedad es la familia: el hombre y la mujer que se aman. Desde los tiempos de las bodas de Caná, muchas cosas han cambiado, pero ese “signo” de Cristo contiene un mensaje siempre válido (29 de abril de 2015).
53. En realidad, casi todos los hombres y mujeres quisieran una seguridad afectiva estable, una matrimonio sólido y una familia feliz. La familia ocupa el primer lugar en todos los índices de aceptación entre los jóvenes; pero, por miedo a equivocarse, muchos no quieren tampoco pensar en ello; incluso siendo cristianos, no piensan en el matrimonio sacramental, signo único e irrepetible de la alianza, que se convierte en testimonio de la fe. Quizás, precisamente este miedo de fracasar es el obstáculo más grande para acoger la Palabra de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal y a la familia (29 de abril de 2015).
54. El matrimonio consagrado por Dios custodia el vínculo entre el hombre y la mujer que Dios bendijo desde la creación del mundo; y es fuente de paz y de bien para toda la vida conyugal y familiar (29 de abril de 2015).
55. La virtud de la hospitalidad de las familias cristianas tiene hoy una importancia crucial, especialmente en las situaciones de pobreza, degradación y violencia familiar (29 de abril de 2015).
56. No tengamos miedo de invitar a Jesús a la fiesta de bodas, de invitarlo a nuestra casa, para que esté con nosotros y proteja a la familia. Y no tengamos miedo de invitar también a su madre María. Los cristianos, cuando se casan “en el Señor”, se transforman en un signo eficaz del amor de Dios. Los cristianos no se casan sólo para sí mismos: se casan en el Señor en favor de toda la comunidad, de toda la sociedad (29 de abril de 2015).
57. Vosotros maridos que estáis aquí presentes, ¿entendéis esto? ¿Amáis a vuestra esposa como Cristo ama a la Iglesia? Esto no es broma, son cosas serias. El efecto de este radicalismo de la entrega que se le pide al hombre, por el amor y la dignidad de la mujer, siguiendo el ejemplo de Cristo, tuvo que haber sido enorme en la comunidad cristiana misma (6 de mayo de 2015).
58. El sacramento del matrimonio es un gran acto de fe y de amor (…) La vocación cristiana a amar sin reservas y sin medida es lo que, con la gracia de Cristo, está en la base también del libre consentimiento que constituye el matrimonio (6 de mayo de 2015).
59. La decisión de “casarse en el Señor” contiene también una dimensión misionera, que significa tener en el corazón la disponibilidad a ser intermediario de la bendición de Dios y de la gracia del Señor para todos. En efecto, los esposos cristianos participan como esposos en la misión de la Iglesia (6 de mayo de 2015).
60. La ruta del amor: se ama como ama Dios, para siempre. Cristo no cesa de cuidar a la Iglesia: la ama siempre, la cuida siempre, como a sí mismo. Cristo no cesa de quitar del rostro humano las manchas y las arrugas de todo tipo. Es conmovedora y muy bella esta irradiación de la fuerza y de la ternura de Dios que se transmite de pareja a pareja, de familia a familia (6 de mayo de 2015).
61. Los hijos deben crecer sin desalentarse, paso a paso. Si vosotros, padres, decís a los hijos: «Subamos por aquella escalera» y los tomáis de la mano y paso a paso los hacéis subir, las cosas irán bien. Pero si vosotros decís: «¡Vamos, sube!» —«Pero no puedo» —«¡Sigue!», esto se llama exasperar a los hijos, pedir a los hijos lo que no son capaces de hacer. Por ello, la relación entre padres e hijos debe ser de una sabiduría y un equilibrio muy grande. Hijos, obedeced a los padres, esto quiere Dios. Y vosotros, padres, no exasperéis a los hijos, pidiéndoles cosas que no pueden hacer. Y esto hay que hacerlo para que los hijos crezcan en la responsabilidad de sí mismos y de los demás (20 de mayo de 2015).
62. Es difícil para los padres educar a los hijos que sólo ven por la noche, cuando regresan a casa cansados del trabajo. ¡Los que tienen la suerte de tener trabajo! Es aún más difícil para los padres separados, que cargan el peso de su condición: pobres, tuvieron dificultades, se separaron y muchas veces toman al hijo como rehén, y el papá le habla mal de la mamá y la mamá le habla mal del papá, y se hace mucho mal. A los padres separados les digo: jamás, jamás, jamás tomar el hijo como rehén (20 de mayo de 2015).
63. Os habéis separado por muchas dificultades y motivos, la vida os ha dado esta prueba, pero que no sean los hijos quienes carguen el peso de esta separación, que no sean usados como rehenes contra el otro cónyuge, que crezcan escuchando que la mamá habla bien del papá, aunque no estén juntos, y que el papá habla bien de la mamá. Para los padres separados esto es muy importante y muy difícil, pero pueden hacerlo (20 de mayo de 2015).
64. La vida se ha vuelto tacaña con el tiempo para hablar, reflexionar, discutir. Muchos padres se ven “secuestrados” por el trabajo y otras preocupaciones, molestos por las nuevas exigencias de los hijos y por la complejidad de la vida actual, y se encuentran como paralizados por el temor a equivocarse. El problema, sin embargo, no está sólo en hablar (…) Más bien preguntémonos: ¿Intentamos comprender “dónde” están los hijos realmente en su camino? ¿Dónde está realmente su alma, lo sabemos? Y, sobre todo, ¿queremos saberlo? ¿Estamos convencidos de que ellos, en realidad, no esperan otra cosa? (20 de mayo de 2015).
65. Incluso en las mejores familias hay que soportarse, y se necesita mucha paciencia para soportarse. Pero la vida es así. La vida no se construye en un laboratorio, se hace en la realidad. Jesús mismo pasó por la educación familiar (20 de mayo de 2015).
66. La buena educación familiar es la columna vertebral del humanismo. Su irradiación social es el recurso que permite compensar las lagunas, las heridas, los vacíos de paternidad y maternidad que tocan a los hijos menos afortunados. Esta irradiación puede obrar auténticos milagros. Y en la Iglesia suceden cada día estos milagros (20 de mayo de 2015).
67. Es hora de que los padres y las madres vuelvan de su exilio —porque se han autoexiliado de la educación de los hijos— y vuelvan a asumir plenamente su función educativa. Esperamos que el Señor done a los padres esta gracia: de no autoexiliarse de la educación de los hijos. Y esto sólo puede hacerlo el amor, la ternura y la paciencia (20 de mayo de 2015).
68. El noviazgo fortalece la voluntad de custodiar juntos algo que jamás deberá ser comprado o vendido, traicionado o abandonado, por más atractiva que sea la oferta (27 de mayo de 2015).
69. Quien pretende querer todo y enseguida, luego cede también en todo —y enseguida— ante la primera dificultad (o ante la primera ocasión). No hay esperanza para la confianza y la fidelidad del don de sí, si prevalece la costumbre de consumir el amor como una especie de “complemento” del bienestar psico-físico (27 de mayo de 2015).
70. Se debe revaluar el noviazgo como tiempo de conocimiento mutuo y de compartir un proyecto. Y centrándose en lo esencial: la Biblia, para redescubrirla juntos, de forma consciente; la oración, en su dimensión litúrgica, pero también en la “oración doméstica”, que se vive en familia; los sacramentos, la vida sacramental, la Confesión… a través de los cuales el Señor viene a morar en los novios y los prepara para acogerse de verdad uno al otro «con la gracia de Cristo»; y la fraternidad con los pobres, y con los necesitados, que nos invitan a la sobriedad y a compartir. Los novios que se comprometen en esto crecen los dos y todo esto conduce a preparar una bonita celebración del Matrimonio de modo diverso, no mundano sino con estilo cristiano (27 de mayo de 2015).
71. El noviazgo es un itinerario de vida que debe madurar como la fruta, es un camino de maduración en el amor, hasta el momento que se convierte en matrimonio (…). Que cada pareja de novios le diga al otro: “Te convertiré en mi esposa, te convertiré en mi esposo”. Esperar ese momento; es un itinerario que va lentamente hacia adelante, pero es un itinerario de maduración. Las etapas del camino no se deben quemar. La maduración se hace así, paso a paso (27 de mayo de 2015).
72. Nosotros cristianos deberíamos arrodillarnos ante esas familias pobres, que son una auténtica escuela de humanidad que salva las sociedades de la barbarie (…). Deberíamos estar cada vez más cerca de las familias que la pobreza pone a prueba. Todos vosotros conocéis a alguien: papá sin trabajo, mamá sin trabajo… y la familia sufre, las relaciones se debilitan (…). Hagamos todo lo que podamos para ayudar a las familias y seguir adelante en la prueba de la pobreza y de la miseria que golpea los afectos, los vínculos familiares (3 de junio de 2015).
73. La oración por los enfermos no debe faltar nunca. Es más, debemos rezar aún más, tanto personalmente como en comunidad (…) Ayudemos a los enfermos, sin quedarse en habladurías: ayudar siempre, consolar, aliviar, estar cerca de los enfermos; esta es la tarea (10 de junio de 2015).
74. Cuán importante es educar a los hijos desde pequeños en la solidaridad ante la enfermedad. Una educación que deja de lado la sensibilidad por la enfermedad humana, aridece el corazón. Y hace que los jóvenes estén “anestesiados” respecto al sufrimiento de los demás, incapaces de confrontarse con el sufrimiento. Cuántas veces vemos llegar al trabajo a un hombre, una mujer, con cara de cansancio, con una actitud cansada y al preguntarle: «¿Qué sucede?», responde: «He dormido sólo dos horas porque en casa hacemos turnos para estar cerca del niño, de la niña, del enfermo, del abuelo, de la abuela». Y la jornada continúa con el trabajo. Estas cosas son heroicas, son la heroicidad de las familias. Esas heroicidades ocultas que se hacen con ternura y con valentía cuando en casa hay alguien enfermo (10 de junio de 2015).
75. Todas las veces que la familia en el luto —incluso terrible— encuentra la fuerza de custodiar la fe y el amor que nos unen a quienes amamos, la fe impide a la muerte, ya ahora; impide llevarse todo. La oscuridad de la muerte se debe afrontar con un trabajo de amor más intenso. «Dios mío, ilumina mi oscuridad», es la invocación de la liturgia (17 de junio de 2015).
76. En la luz de la Resurrección del Señor, que no abandona a ninguno de los que el Padre le ha confiado, nosotros podemos quitar a la muerte su «aguijón», como decía el apóstol Pablo (1 Cor 15, 55); podemos impedir que envenene nuestra vida, que haga vanos nuestros afectos (17 de junio de 2015).
77. El amor es más fuerte que la muerte. Por eso el camino es hacer crecer el amor, hacerlo más sólido, y el amor nos custodiará hasta el día en que cada lágrima será enjugada, cuando «ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto, ni dolor» (Ap 21, 4). Si nos dejamos sostener por esta fe, la experiencia del luto puede generar una solidaridad de los vínculos familiares más fuerte, una nueva apertura al dolor de las demás familias, una nueva fraternidad con las familias que nacen y renacen en la esperanza (17 de junio de 2015).
78. En la familia, todo está unido entre sí: cuando su alma está herida en algún punto, la infección contagia a todos. Y cuando un hombre y una mujer, que se comprometieron a ser «una sola carne» y a formar una familia, piensan de manera obsesiva en sus exigencias de libertad y gratificación, esta distorsión mella profundamente en el corazón y la vida de los hijos. Muchas veces los niños se esconden para llorar solos…Tenemos que entender esto bien. Marido y mujer son una sola carne. Pero sus criaturas son carne de su carne (24 de junio de 2015).
79. Es importante que el estilo de la comunidad, su lenguaje, sus actitudes, estén siempre atentas a las personas, partiendo de los pequeños. Ellos son los que sufren más en estas situaciones [de disgregación familiar]. Es importante que sientan a la Iglesia como madre atenta a todos, siempre dispuesta a la escucha y al encuentro (…). De aquí la reiterada invitación de los Pastores a manifestar abierta y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos y alentarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos, la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y paz (5 de agosto de 2015).
80. Las familias cristianas pueden colaborar con Él haciéndose cargo de la atención de las familias heridas, acompañándolas en la vida de fe de la comunidad. Que cada uno haga su parte asumiendo la actitud del buen Pastor, que conoce a cada una de sus ovejas y a ninguna excluye de su amor infinito (5 de agosto de 2015).
81. La fiesta no es la pereza de estar en el sofá, o la emoción de una tonta evasión (…) Es el tiempo para contemplar cómo crecen los hijos, o los nietos, y pensar: ¡qué bello! Es el tiempo para mirar nuestra casa, a los amigos que hospedamos, la comunidad que nos rodea, y pensar: ¡qué bueno! (12 de agosto de 2015).
82. Es importante hacer fiesta. Son momentos de familiaridad en el engranaje de la máquina productiva: ¡nos hace bien! (12 de agosto de 2015).
83. Vosotros, mamás y papás, sabéis bien esto: ¡cuántas veces por amor a los hijos sois capaces de tragaros las penas para dejar que ellos vivan bien la fiesta, degusten el sentido bueno de la vida! ¡Hay tanto amor en esto! (12 de agosto de 2015).
84. El verdadero tiempo de la fiesta interrumpe el trabajo profesional, y es sagrado, porque recuerda al hombre y a la mujer que están hechos a imagen de Dios, que no es esclavo del trabajo, sino Señor, y, por tanto, tampoco nosotros nunca debemos ser esclavos del trabajo, sino «señores» (12 de agosto de 2015).
85. El tiempo de descanso, sobre todo el del domingo, está destinado a nosotros para que podamos gozar de lo que no se produce ni consume, no se compra ni se vende. Y en lugar de esto vemos que la ideología del beneficio y del consumo quiere comerse también la fiesta: también ésta a veces se reduce a un «negocio», a una forma de hacer dinero y gastarlo (12 de agosto de 2015).
86. La familia está dotada de una competencia extraordinaria para entender, dirigir y sostener el auténtico valor del tiempo de la fiesta. ¡Qué bonitas son las fiestas en familia! Y en particular la del domingo. No es casualidad que las fiestas en las que hay sitio para toda la familia son aquellas que salen mejor (12 de agosto de 2015).
87. La fiesta es un precioso regalo de Dios; un precioso regalo que Dios ha hecho a la familia humana: ¡no lo estropeemos! (12 de agosto de 2015).
88. La familia educa al trabajo con el ejemplo de los padres: el papá y la mamá que trabajan por el bien de la familia y de la sociedad (19 de agosto de 2015).
89. El trabajo es sagrado, el trabajo da dignidad a una familia. Tenemos que rezar para que no falte el trabajo en una familia (19 de agosto de 2015).
90. Un corazón habitado por el amor a Dios convierte también en oración un pensamiento sin palabras, o una invocación ante una imagen sagrada, o un beso enviado hacia una iglesia. Es hermoso cuando las mamás enseñan a los hijos pequeños a mandar un beso a Jesús o a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en eso! En ese momento el corazón de los niños se convierte en espacio de oración. Y es un don del Espíritu Santo (26 de agosto de 2015).
91. Quien tiene una familia aprende rápido a resolver una ecuación que ni siquiera los grandes matemáticos saben resolver: hacer que veinticuatro horas rindan el doble. Hay mamás y papás que por esto podrían ganar el Premio Nobel. De 24 horas hacen 48: ¡no sé cómo hacen, pero se mueven y lo hacen! ¡Hay tanto trabajo en la familia! (26 de agosto de 2015).
92. El espíritu de oración restituye el tiempo a Dios, sale de la obsesión de una vida a la que siempre le falta el tiempo, vuelve a encontrar la paz de las cosas necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados (…) Tú, mamá, papá, enseña al niño a rezar, a hacer la señal de la cruz: es una hermosa tarea de las mamás y los papás (26 de agosto de 2015).
93. No os olvidéis de leer todos los días un pasaje del Evangelio. La oración brota de la familiaridad con la Palabra de Dios. ¿Contamos con esta familiaridad en nuestra familia? ¿Tenemos el Evangelio en casa? ¿Lo abrimos alguna vez para leerlo juntos? El Evangelio leído y meditado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos (26 de agosto de 2015).
94. Por la mañana y por la tarde, y cuando nos sentemos a la mesa, aprendamos a decir juntos una oración, con mucha sencillez: es Jesús quien viene entre nosotros, como iba a la familia de Marta, María y Lázaro (26 de agosto de 2015).
95. Una sola sonrisa milagrosamente arrancada a la desesperación de un niño abandonado, que vuelve a vivir, nos explica el obrar de Dios en el mundo más que mil tratados teológicos. Un solo hombre y una sola mujer, capaces de arriesgar y sacrificarse por un hijo de otros, y no sólo por el propio, nos explican cosas del amor que muchos científicos ya no comprenden. Y donde están estos afectos familiares, nacen esos gestos del corazón que son más elocuentes que las palabras (2 de septiembre de 2015).
96. Imaginemos que el timón de la historia (de la sociedad, de la economía, de la política) se entregue —¡por fin!— a la alianza del hombre y de la mujer, para que lo gobiernen con la mirada dirigida a la generación que viene. Los temas de la tierra y de la casa, de la economía y del trabajo, tocarían una música muy distinta (2 de septiembre de 2015).
97. Nuestras ciudades se convirtieron en espacios desertificados por falta de amor, por falta de una sonrisa. Muchas diversiones, muchas cosas para perder tiempo, para hacer reír, pero falta el amor. La sonrisa de una familia es capaz de vencer esta desertificación de nuestras ciudades. Y esta es la victoria del amor de la familia. Ninguna ingeniería económica y política es capaz de sustituir esta aportación de las familias (2 de septiembre de 2015).
98. El Espíritu de Dios hace florecer los desiertos (cf. Is32, 15). Tenemos que salir de las torres y de las habitaciones blindadas de las élites, para frecuentar de nuevo las casas y los espacios abiertos de las multitudes, abiertos al amor de la familia (2 de septiembre de 2015).
99. Dios ha confiado a la familia el emocionante proyecto de hacer «doméstico» el mundo. Precisamente la familia está al inicio, en la base de esta cultura mundial que nos salva; nos salva de tantos, tantos ataques, de tantas destrucciones, de tantas colonizaciones, como la del dinero o de las ideologías que amenazan tanto al mundo. La familia es la base para defenderse (16 de septiembre de 2015).
100. En Caná, estaba la Madre de Jesús, la «madre del buen consejo». Escuchemos sus palabras: «Haced lo que Él os diga» (cf. Jn 2, 5). Queridas familias, queridas comunidades parroquiales, dejémonos inspirar por esta Madre, hagamos todo lo que Jesús nos diga y nos encontraremos ante el milagro, el milagro de cada día (9 de septiembre de 2015).