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lunes, 27 de junio de 2016

LA IGLESIA DEBE PEDIR PERDÓN A LOS GAYS? NO SOLO A ELLOS, RESPONDE PAPA FRANCISCO


¿La Iglesia debe pedir perdón a los gays? No solo a ellos, responde el Papa Francisco



ROMA, 26 Jun. 16 / (ACI).- En el vuelo de retorno de Armenia a Roma y preguntado sobre unas recientes afirmaciones del Cardenal alemán Reinhard Marx quien dijo que la Iglesia debe disculparse con los homosexuales por haberlos marginado, el Papa Francisco afirmó que la Iglesia no solo debe pedirles disculpas sino “perdón”, pero no solo a ellos sino a cualquiera que pueda haberse sentido de esa forma.

El Santo Padre contestó de modo similar a como lo hizo en la conferencia de prensa que ofreció cuando volvió de Río de Janeiro a Roma tras haber participado en la Jornada Mundial de la Juventud.

En aquella oportunidad el Pontífice afirmó lo siguiente: “si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar? El Catecismo de la Iglesia Católica lo explica de forma muy bella esto. Dice que no se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia”.

En la rueda de prensa de hoy, el Papa repitió el argumento y dijo lo siguiente: “repetiré lo mismo que he dicho en el primer viaje. Repito lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica. No son discriminados, deben ser respetados, acompañados pastoralmente”.

A continuación la pregunta y la respuesta completa del Papa Francisco en la rueda de prensa de hoy en el vuelo de retorno de Armenia a Roma.

Pregunta: Santidad, en los últimos días el Cardenal alemán Marx, hablando en una conferencia en Dublin sobre el mundo moderno, ha dicho que la Iglesia debe pedir perdón a los gays por haberlos marginado. Días después sucedió lo de Orlando. Muchos dicen que la comunidad cristiana tiene algo que hacer con este odio a estas personas. ¿Qué cosa piensa?

Respuesta: Repetiré lo mismo que he dicho en el primer viaje. Repetiré lo mismo que he dicho en el primer viaje. Repito lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica. No son discriminados, deben ser respetados, acompañados pastoralmente.


Se puede condenar pero no por motivos teológicos sino por motivos digamos de comportamientos políticos o por ciertas manifestaciones demasiado ofensivas para los otros, pero estas son cosas que no entran en el problema.

El problema es una persona que tiene esa condición, que tiene buena voluntad y que busca a Dios, ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? debemos acompañar bien, eso es lo que dice el Catecismo, es claro el Catecismo.

Además hay algunas tradiciones en algunos países, en algunas culturas, que tienen una mentalidad distinta en este problema.

Creo que la Iglesia no solo debe pedir perdón como ha dicho ese cardenal marxista (risas), no solo debe pedir perdón a las personas gays que ha ofendido, sino que debe pedir perdón también a los pobres, a las mujeres explotadas, a los niños explotados en el trabajo, debe pedir perdón por haber bendecido muchas armas.

La Iglesia debe pedir perdón por no haberse comportado muchas veces. Los cristianos, la Iglesia es santa, los pecadores somos nosotros- Los cristianos debemos pedir perdón por no haber acompañado tantas opciones…

Recuerdo que de niño en la cultura católica cerrada de Buenos Aires de donde vengo, no se podía entrar en la casa de una familia divorciada. Estoy hablando de hace 80 años. La cultura ha cambiado, los cristianos deberíamos pedir perdón, perdón, sobre muchas cosas, es una palabra que olvidamos mucho.

Esto es verdad. Muchas veces el padre patrón, y no el padre que es padre. Está el padre que bastonea y no el padre que abraza. Pero hay muchos que sí lo hacen. Están los padres de las cárceles, padres santos que no se ven porque la santidad es pudorosa.

Hay muchas organizaciones de gente buena y gente no tan buena, de gente que porque uno da una bolsa un poco grande y se mira a otro lado como hicieron las potencias internacionales con los tres genocidios.

Nosotros los cristianos, padres, obispos, hemos hecho esto, pero nosotros los cristianos tenemos a una Teresa de Calcuta y a muchas Teresas de Calcuta, hay muchos matrimonios santos. Está el grano y la cizaña. Debemos rezar al Señor para que esta cizaña termine.

Recordemos que todos somos pecadores, yo primero, de acuerdo. No solo debemos pedir disculpas sino perdón.

Lo que dice el Catecismo sobre la homosexualidad

La enseñanza católica respecto de la homosexualidad está resumida en tres artículos del Catecismo de la Iglesia Católica; 2357, 2358 y 2359. En estos artículos la Iglesia enseña que:

Los homosexuales "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta".

La homosexualidad, como tendencia es "objetivamente desordenada", que "constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba".

Apoyado en la Sagrada Escritura "la Tradición ha declarado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados", "no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual" y por tanto "no pueden recibir aprobación en ningún caso".

"Las personas homosexuales están llamadas a la castidad" y "mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".

PAPA FRANCISCO CONCLUYE SU VISITA A ARMENIA Y VUELVE A ROMA


El Papa Francisco concluye 
su visita a Armenia y vuelve a Roma





EREVÁN, 26 Jun. 16  (ACI).- Luego de la visita que realizó al Monasterio de Khor Virap, uno de los lugares sagrados de la Iglesia Armenia situado a los pies del monte Ararat, el Papa Francisco se dirigió al Aeropuerto internacional de Ereván para tomar el avión de regreso a Roma luego de tres días en el país.

Antes, en el Monasterio, el Santo Padre acompañado del Catholicós Karekin II, entró en procesión y se dirigió a la Sala del “Pozo de San Gregorio el Iluminador”, donde encendieron una vela que llevaron hasta una capilla. Una vez de nuevo en el exterior, Francisco y el Catholicós liberaron dos palomas hacia el Monte Ararat, como deseo de paz, desde el balcón del monasterio.


Ya en el aeropuerto, el Papa y Karekin II fueron acogidos por el Presidente de la República de Armenia, Serzh Sargsyan, y su mujer con quienes el Papa mantuvo un encuentro privado durante unos minutos.

Después regresaron para los himnos del Vaticano y de Armenia y el saludo entre las diversas delegaciones.

A las 18.40 de Armenia (16.40 horas en Roma), el avión de la compañía Alitalia partió rumbo a Roma.

RUEDA DE PRENSA DEL PAPA FRANCISCO EN EL VUELO DE ARMENIA A ROMA


 Rueda de prensa del Papa Francisco en el vuelo de Armenia a Roma




ROMA, 26 Jun. 16 /  (ACI).- A su regreso de Armenia tras una visita de tres días, el Papa Francisco concedió la habitual rueda de prensa en el avión en la que habló de diversos temas como la salida del Reino Unido de la Unión Europea, entre otros.

A continuación el texto completo de la rueda de prensa:

Papa Francisco: Les agradezco mucho la ayuda en este viaje por todo su trabajo que hace bien a la gente. Comunicar bien las cosas son buenas noticias y las buenas noticias hacen siempre bien. Muchas gracias, gracias.

Artur Grygorian, Televisión Pública de Armenia: Su Santidad, se sabe que tiene amigos armenios y ha tenido contacto con la comunidad armenia en Argentina. En estos últimos tres días, usted ha podido tocar el espíritu armenio. ¿Cuál ha sido su sentir, su impresión y cuál sería su mensaje y su oración por el futuro de nosotros los armenios?

Respuesta: Empezamos por el futuro y luego vamos al pasado. Espero para este pueblo la justicia y la paz y rezo por esto porque es un pueblo valiente y rezo para que encuentre la justicia y la paz.

Sé que muchos trabajan por esto y también he estado muy contento la semana pasada cuando he visto una fotografía del presidente Putin, con los dos presidentes armenio y de Azerbayán. Al menos hablan, también con Turquía.

El Presidente de la República en el discurso de bienvenida ha hablado claro y ha tenido el coraje de decir “pongámonos de acuerdo, perdonémonos y miremos al futuro”. Este es un gran aliento para un pueblo que ha sufrido mucho.

El ícono del pueblo armenio, me ha venido a la mente mientras rezaba un poco hoy, es una vida de piedra y es una ternura de madre. Ha portado cruces, pero cruces de piedra. También se ve, pero no ha perdido la ternura, el arte, la música, aquellos tonos, muy difíciles de entender y con gran genialidad.

Un pueblo que ha sufrido mucho en su historia y solo la fe lo ha mantenido en pie porque el hecho de que sea la primera nación cristiana, esto no es suficiente. Ha sido la primera nación cristiana porque el Señor la ha bendecido porque ha tenido santos, ha tenido obispos santos, mártires y por esto ha hecho resistencia con piel de piedra, digamos, pero no ha perdido la ternura de un corazón materno. Armenia también es madre. Esta fue la segunda pregunta, vamos ahora a la primera.

Si, he tenido contacto con los armenios: iba con frecuencia donde ellos, a sus Misas, tengo muchos amigos armenios. Una cosa que habitualmente… no me gusta hacer para descansar, pero iba a cenar con ellos y ustedes hacen cenas pesadas… pero era muy amigo, muy amigo, ya sea el Arzobispo Kissag Mouradian, el apostólico como de Boghossian, católico, pero entre ustedes, es más importante de la pertenencia o a la iglesia apostólica o la Iglesia católica es la “armenidad” y esto lo he entendido en esos tiempos. Hoy me ha saludado un argentino de familia armenia que cuando iba a las Misas siempre el Arzobispo lo hacía sentarse cerca de mí para que me explicara algunas ceremonias, algunas palabras que no entendía.

Jeannine Paloulian - Nouvelles d’Armenie: Gracias Santo Padre, ayer por la noche en el encuentro de oración pidió a la gente ser actores de reconciliación con Turquía y Azerbayán. Quisiera preguntarle simplemente, ya que estará por Azerbayán en unas semanas ¿Qué se hará, qué signo concreto, como lo ha hecho en Armenia, cuál es el signo que se quiere dar en Azerbayán?

Respuesta: Hablaré para servir a la verdad, de lo que he visto y de lo que escucho y también los alentaré. Me he encontrado con el presidente azero y he hablado con él. Diré que no hacer la paz por un pedacito de tierra -porque no es gran cosa- significa algo oscuro, pero eso es algo que le digo a todos, a los armenios y los azeros.

Tal vez no se ponen de acuerdo sobre las modalidades de hacer la paz y sobre esto se debe trabajar. Pero diré que al momento me viene en el corazón, pero siempre en positivo, buscar soluciones que sean viables, que vayan adelante.

Jean Luis De La Vassiere AFP: Santo Padre, quisiera agradecerle por mi parte y del semanario La Croix. Le agradecemos. Tengo una pregunta, ¿Por qué ha decidido agregar abiertamente la palabra genocidio en su discurso al palacio presidencial? En un tema doloroso como este ¿cree que es útil para la paz, en esta región complicada?

Respuesta: En Argentina cuando se hablaba del exterminio armenio, siempre se usaba la palabra genocidio. Yo no conocía otra. En la Catedral de Buenos Aires, en el tercer altar a la izquierda hemos puesto una cruz de piedra recordando el genocidio armenio, y ha venido el arzobispo, los dos arzobispos armenos, el católico y el apostólico cuando se ha estado inaugurada, también el arzobispo católico en la iglesia católica de San Bartolomé, ha hecho un altar en memoria de San Bartolomé.

Yo no conocía otra palabra. Yo vengo con esta palabra. Cuando llego a Roma escucho otra palabra: “El Gran Mal” o “la tragedia terrible”, pero en armenio, que no se decirla... y me dicen que aquella es ofensiva, aquella del genocidio, y que se debe decir esta.

Yo siempre he hablado de tres genocidios del siglo pasado, siempre tres: el primero el armenio, luego el de Hitler y por último el de Stalin. Los tres.

Hay otro en África, pero, en la órbita de las dos grandes guerras están estos tres… He preguntado por qué pero algunos sienten que no es verdad, que no ha sido un genocidio. Un abogado me ha dicho esto que me ha interesado mucho: la palabra “genocidio” es una palabra técnica, es una palabra que tienen una tecnicidad que no es sinónimo de “exterminio”.

Se puede decir exterminio pero decir genocidio comporta acciones de reparación… esto me ha dicho el abogado. El año pasado cuando preparaba el discurso he visto que San Juan Pablo II usaba las dos palabras: El Gran Mal y genocidio, y las he citado entre comillas, y no cayó bien, hubo una declaración del gobierno turco. Turquía en pocos días ha llamado a Ankara al embajador, que es un buen hombre, un embajador de lujo, que ha vuelto hace dos o tres meses, “un ayuno de embajador”, pero es un derecho a la protesta y lo tenemos todos.

En este discurso al inicio no estaba la palabra. Es cierto. Respondo por qué la he agregado. Luego de haber escuchado el tono del Presidente y también con mi pasado de esta palabra, y tras haber dicho esta palabra también el año pasado en San Pedro públicamente, habría sonado muy extraño no decir lo mismo al menos.

Pero allí yo quería subrayar otra cosa y creo, sino me equivoco, que he dicho: “en este genocidio como en los otros dos, las grandes potencias internacionales miraban a otra parte”. Y esta ha sido la acusación.

En la Segunda Guerra Mundial algunas potencias tenían las fotografías de las ferrovías que llevaban a Auschwitz, tenían la posibilidad de bombardearlas y no lo han hecho.


Por ejemplo, en el contexto de la Primera Guerra estaba el problema de los armenios y en el contexto de la Segunda Guerra, donde hubo el problema de Hitler y Stalin, después de Yalta y todo aquello de lo que nadie habla, se debe subrayar todo esto y se debe hacer la pregunta histórica: ¿Por qué no han hecho esto? ustedes potencias. No acuso, es una pregunta. Es curioso, se miraba a la guerra pero no al pueblo.

No sé si es cierto pero me gustaría saber si es verdad que cuando Hitler perseguía tanto a los judíos una de las palabras que él habría dicho es: “pero quién recuerda a los armenios, hagamos lo mismo con los judíos”. No sé si es verdad, tal vez una cosa de esas que se dicen, pero he escuchado decir esto. Que los historiadores busquen y vean si es cierto. Pero esta palabra nunca fue dicha con ánimo ofensivo sino que ha sido algo dicho objetivamente.

Elisabetta Piqué, La Nación:  Felicitaciones por el viaje ante todo. Sabemos que usted es el Papa y está también el Papa Benedicto, el Papa Emérito. Pero últimamente hicieron un poco de ruido unas declaraciones del Prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Ganswein, que sugirió que había un ministerio petrino compartido con un Papa activo y otro contemplativo. ¿Hay dos Papas?

Respuesta: Hubo una época en la Iglesia que hubo tres (en español) risas. No he leído las declaraciones porque no he tenido tiempo de ver estas cosas. Benedicto es Papa Emérito. Él ha dicho claramente aquel 11 de febrero que daba su dimisión a partir del 28 de febrero que se retiraba a ayudar a la Iglesia con la oración.

Y, Benedicto, está en el monasterio rezando: yo he ido a encontrarlo muchas veces o al teléfono. El otro día me ha escrito una carta con aquella firma suya, dándome algunas felicitaciones por este viaje, y una vez, no una vez sino varias veces, he dicho que es una gracia tener en casa al abuelo sabio. También se lo he dicho en su cara y él se ríe, pero él es para mí el Papa Emérito, es el abuelo sabio, es el hombre que me custodia la espalda con su oración.

Pero no olvido aquel discurso que nos ha dado a los cardenales, el 28 de febrero: “entre ustedes seguro está mi sucesor. Prometo obediencia” y lo ha hecho. Luego he escuchado, pero no sé si sea cierto, esto. Lo subrayo, he escuchado, tal vez sean dichos, pero van bien con su carácter, que algunos han ido allá a lamentarse por este nuevo Papa, y los ha ahuyentado, con su mejor estilo bávaro, educado, pero los ha ahuyentado. Si no es cierto está bien dicho porque este hombre es así, es un hombre de palabra, un hombre recto, recto, recto.

Es el Papa Emérito. Además, no sé si usted recuerda que he agradecido públicamente, no sé cuándo, creo que fue en un vuelo, a Benedicto por haber abierto la puerta a los Papas eméritos.

Hace 70 años no existían los obispos eméritos y hoy hay… pero con este alargamiento de la vida se puede regir una iglesia a esta edad, con achaques o no? Y él con coraje, con oración y también con ciencia, con teología ha decidido abrir esta puerta y creo que esto es bueno para la Iglesia.

Pero hay un solo Papa y el otro… o tal vez habrá como los obispos eméritos, no digo mucho pero tal vez pueda haber dos o tres. Serán eméritos, han sido, son eméritos.

Pasado mañana se celebra el 65 aniversario de su ordenación episcopal, perdón, sacerdotal. Estará su hermano Georg porque los dos fueron ordenados juntos. Habrá un pequeño acto con los jefes de los dicasterios y poca gente porque él prefiere una cosa modesta. También estaré yo y diré algunas cosas a este gran hombre de oración, de coraje, que es el Papa Emérito y no el segundo Papa. Él es fiel a su palabra y es un hombre de Dios, muy inteligente y para mí es el abuelo sabio en casa.

Alexej Bukalov, l’Italtass: Gracias por este viaje, el primero en territorio ex soviético.  Mi pregunta va un poco fuera de este argumento. Sé que ha alentado mucho el Concilio Panortodoxo, luego del encuentro con el Patriarca Kiril en Cuba, se mencionó como un aliento. ¿Cuál es su juicio sobre eso?.

Respuesta: Tengo un juicio positivo. Ha sido un paso adelante, no del 100% pero un paso adelante. Las cosas que han justificado, entre comillas, son sinceros entre ellos, son cosas que con el tiempo se pueden resolver. Pero que ellos mismo, estos 4 que no han ido, quieran ir un poco más adelante.

Creo que el primer paso se da como se puede, como los niños: dan el primer paso y luego lo hacen como pueden, primero lo hacen como los gatos y luego los primeros pasos.

Yo estoy contento. Han hablado de muchas cosas. Creo que el hecho es positivo, el solo hecho que estas iglesias autocéfalas se hayan reunido en nombre de la ortodoxia para mirarse a la cara, para rezar juntos y para hablar y tal vez decirse algunas cosas, eso es positivísimo. Yo agradezco al Señor. En el próximo habrá más. Bendito sea el Señor.

Edward Pentin, National Catholic Register: Santo Padre como Juan Pablo II, usted parece ser alguien que apoya a la Unión Europea, ha elogiado el proyecto europeo cuando ha ganado recientemente el Premio Carlomagno. ¿Está preocupado de que el Brexit pueda llevar a la desintegración de Europa, eventualmente a la guerra?

Respuesta: La guerra ya existe en Europa, además existe un aire de división, no sólo en Europa, pero en los mismo países, recuerda usted Cataluña, el año pasado Escocia. Estas divisiones, no digo que sean peligrosas, pero debemos estudiarlas bien. Antes de dar un paso adelante para una división, hablar bien entre nosotros y buscar soluciones viables.

Yo de verdad no sé, no he estudiado cuáles son los motivos para que el Reino Unido haya querido tomar esta decisión, pero existen divisiones y creo que esto lo he dicho una vez, no sé dónde pero lo he dicho, que la independencia se hace por la emancipación, por ejemplo todos nuestros países latinoamericanos, también países africanos se han emancipado de la corona, de Madrid, también en África de París, Londres, Ámsterdam, sobre todo Indonesia.

Esta es una emancipación más comprensible porque detrás hay una cultura, un modo de pensar, en vez que la secesión de un país, aún no hablo de la Brexit, pensamos en Escocia, en todos estos, es una cosa que ha dado nombre y esto lo digo sin ofender, usando la palabra que usan los políticos, la balcanización, sin hablar de Los Balcanes.

Es un poco de secesión no es emancipación, y detrás existen historias, culturas, manifiestos y también buena voluntad. Esto tenerlo claro. Para mí siempre la unidad es superior al conflicto, pero existen diversas maneras de unidad, y también la fraternidad y aquí ya me refiero a la Unión Europea, la fraternidad es mejor que la enemistad y las distancias, digamos. La fraternidad es mejor.

Los puentes son mejores que los muros, todo esto nos debe hacer reflexionar. Yo pienso, yo cuando soy de la Unión Europea pero quiero tener ciertas cosas que son mías, de mi cultura, y el paso, y me refiero al Premio Carlomagno, que debe dar la Unión Europea para reencontrar la fuerza que ha tenido en sus raíces, es un paso  de creatividad y de “sana desunión”, es decir, dar más independencia, dar más libertad a los países de la unión, pensar otra forma de unión, ser creativos. 

Creativos en los puestos de trabajo, en la economía. Hay una economía líquida hoy en Europa que hace por ejemplo que en Italia la juventud de 25 años para abajo no tiene trabajo el 40%. Hay algo que no está bien en esa unión masiva, pero no botamos al niño con el agua sucia de la ventana, buscamos rescatar las cosas, recrear las cosas humanas, también de nuestra personalidad, es un camino y siempre se debe hacer.

Un adolescente no es lo mismo que una persona adulta o una persona anciana, es lo mismo y no es lo mismo, se recrea continuamente y eso le da vida, el querer vivir y le da fecundidad y esto subrayo, hoy la palabra, las dos palabras claves para la Unión Europea: creatividad y fecundidad.

Tilmann Kleinjung, ARD, Radio Nacional Alemana: Hoy habló de los dones que comparten las Iglesias.  En vista que usted irá dentro de 4 meses a Lund para conmemorar el 500 aniversario de la Reforma, pienso que tal vez este sea el momento justo no sólo para recordar las heridas de ambas partes, pero también de reconocer los dones de la reforma, tal vez sea una pregunta herética, la de anular o retirar la excomunión de Martín Lutero o de cualquier rehabilitación. Gracias.

Yo creo que las intenciones de Martín Lutero no eran equivocadas, era un reformador. Tal vez algunos métodos no eran los justos, pero en ese tiempo si leemos por ejemplo la historia de Pastor, un obispo alemán, que se convirtió cuando vio la realidad, se hizo católico.

En ese tiempo la Iglesia no era un modelo de imitar, había corrupción en la Iglesia, había mundanidad, el apego al dinero, al poder, y por esto él protestó.

Él era inteligente, ha hecho un paso adelante justificando el porqué lo hacía, y hoy luteranos y católicos, protestantes, todos, estamos de acuerdo con la doctrina de la justificación, en este punto tan importante él no se ha equivocado.

Pero él ha hecho una medicina a la Iglesia, y luego esta medicina se ha consolidado en un estado de cosa, en un estado de disciplina, en una forma de creer, de hacer, en un modo litúrgico, y además no estaba solo, estaba Zwingli, estaba Calvino, cada uno distinto al otro, y detrás de ellos, quienes estaban, los príncipes.

Debemos meternos en la historia de ese tiempo. Es una historia no muy fácil de entender y luego fueron avanzando las cosas, hoy el diálogo es muy bueno, ese documento sobre la justificación creo que es uno de los documentos ecuménicos más ricos, más profundo, existen divisiones, dependen también de las Iglesias.

En Buenos Aires había dos iglesias luteranas, una pensaba de un modo, también en la misma iglesia luterana no hay unidad, pero se respetan, se aman, la diversidad es aquello que tal vez ha hecho tanto mal a todos y hoy buscamos retomar el camino para encontrarse después de 500 años. Yo creo que debemos rezar juntos, rezar. Por esto la oración es importante.

Segundo trabajar por los pobres, por los perseguidos, por tanta gente, los prófugos, tanta gente que sufre. Trabajar juntos, orar juntos y que los teólogos estudien juntos buscando. Este es un camino largo, larguísimo.

Una vez buscando he dicho, yo sé cuándo será el día de la plena unidad, ¿Cuál? el día después de la venida del Hijo del Hombre, porque no se sabe, el Espíritu Santo hará la gracia, y mientras tanto, orar, amarse y trabajar juntos. Sobre todo por los pobres, por las personas que sufren por la paz y tantas cosas por las que se está trabajando en conjunto.

Cecile Chambraud, Le Monde: Hace unas semanas habló de una comisión para reflexionar sobre el tema de si las mujeres podían ser diaconisas algún día. ¿Quería saber si ya existe esa comisión y cuáles son las preguntas que tendrían que estudiar y que todavía están por resolver? Y por último. A veces una comisión sirve para olvidarse de problemas, quería saber si es el caso.

Hubo un presidente en Argentina que aconsejaba a otros presidentes de otros países: que cuando tú quieres que una cosa no se resuelva crea una comisión (risas)...

El primero que ha estado sorprendido por esta noticia he sido yo, porque el diálogo con las religiosas que se ha registrado y luego publicado en L'Osservatore Romano era sobre otra cosa sobre esta línea... “nosotras hemos escuchado que en los primeros siglos habían diaconisas, se podría estudiar sobre esto, o se podría hacer una comisión”... nada más me han preguntado, han estado educadas, pero no sólo educadas, aman a la Iglesia, son mujeres consagradas.

Yo he contado que conocía un teólogo sirio que ha muerto, el que ha hecho una edición crítica al italiano sobre San Efrén, y una vez hablando de las diaconisas, cuando venía y me hospedaba en vía della Scrofa, él vivía ahí, y en el desayuno hablando... pero si...  no sé bien qué cosa era la ordenación...

Ciertamente habían estas mujeres que ayudaban al obispo y ayudaban en tres cosas: primero en el bautizo de las mujeres porque está el bautismo por inmersión, segundo en la unción, pre y post  bautismal de la mujer, y luego -esto da risa- porque había la mujer que iba al obispo a lamentarse porque el esposo le pegaba, el obispo llamaba a estas diaconisa para que vea el cuerpo de la mujer y encontrara indicios que probaban estas cosas... he dicho esto… pero ¿Se puede estudiar?.. Sí, yo diría a la (Congregación de la) Doctrina de la Fe que se haga esta comisión.

Al día siguiente, “la Iglesia abre la puerta a las diaconisas”, de verdad me he molestado un poco con los medios, esto no es decir la verdad de las cosas a la gente.

He hablado con el Prefecto de la Doctrina de la Fe y me ha dicho “mire que hay un estudio que ha hecho la Comisión teológica internacional en los años ochenta”.

Luego he hablado con la presidenta y le he dicho si por favor me puede hacer llegar una lista de gente que ella crea que yo pueda tener para formar esta comisión, y me envió la lista, también el Prefecto me ha enviado la lista y ahora los tengo sobre mi escritorio para hacer esta comisión, pero yo creo que se ha estudiado tanto sobre el tema en la época de los ochenta que no será difícil tener una luz sobre este argumento.

Pero hay otra cosa, hace un año y medio yo he hecho una comisión de mujeres teólogas que han trabajado con el Cardenal Rylko y han hecho un buen trabajo, porque es muy importante el pensamiento de la mujer. Para mí la función de la mujer no es tan importante como el pensamiento de la mujer en la Iglesia. la mujer piensa de otro modo que nosotros los hombres, y no se puede tomar una decisión buena y justa sin escuchar a las mujeres.

Yo de vez en cuando en Buenos Aires hacía una consulta a los consultores sobre un tema, y luego hacía venir a algunas mujeres, ellas veían las cosas con otra luz… y luego la solución era muy fecunda, muy bella.

Yo debo encontrar estas mujeres teólogas que han hecho un buen trabajo pero que luego se ha parado porque el dicasterio para los laicos cambia ahora y se rehace.

Yo espero un poco que se haga para continuar este segundo trabajo. Y otra cosa de esto de las mujeres teólogas... pero aquello que quisiera subrayar es más importante, el modo de entender, de pensar, de ver las cosas de la mujer, que la funcionalidad de la mujer. Y repito eso de siempre, la Iglesia es mujer, es la Iglesia, y no es una mujer solterona, es una mujer casada con el Hijo de Dios, su esposo es Jesucristo.

Cindy Wooden, CNS:  Santidad, en los últimos días el Cardenal alemán Marx hablando en una conferencia en Dublín, sobre la Iglesia en el mundo moderno, ha dicho que la Iglesia Católica debe pedir perdón a la comunidad gay por haberlos marginado. Días después sucedió lo de Orlando. Muchos dicen que la comunidad cristiana tiene algo que hacer con este odio a estas personas. ¿Qué cosa piensa?

Respuesta: Repetiré lo mismo que he dicho en el primer viaje. Repito lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica. No son discriminados, deben ser respetados, acompañados pastoralmente.

Se puede condenar pero no por motivos teológicos sino por motivos digamos de comportamientos políticos o por ciertas manifestaciones demasiado ofensivas para los otros, pero estas son cosas que no entran en el problema.

El problema es una persona que tiene esa condición, que tiene buena voluntad y que busca a Dios ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? Debemos acompañar bien, eso es lo que dice el Catecismo, es claro el Catecismo.

Además hay algunas tradiciones en algunos países, en algunas culturas, que tienen una mentalidad distinta en este problema.

Creo que la Iglesia no solo debe pedir perdón como ha dicho ese cardenal marxista (risas), no solo debe pedir perdón a las personas gays que ha ofendido, sino que debe pedir perdón también a los pobres, a las mujeres explotadas, a los niños explotados en el trabajo, debe pedir perdón por haber bendecido muchas armas.

La Iglesia debe pedir perdón por no haberse comportado muchas veces. Los cristianos, la Iglesia es santa, los pecadores somos nosotros- Los cristianos debemos pedir perdón por no haber acompañado tantas opciones…

Recuerdo que de niño en la cultura católica cerrada de Buenos Aires de donde vengo, no se podía entrar en la casa de una familia divorciada. Estoy hablando de hace 80 años.

La cultura ha cambiado, gracias a Dios, los cristianos deberíamos pedir perdón, perdón, no sólo por esto, sobre muchas cosas, es una palabra que olvidamos mucho. Ahora hago de pastor y hago el sermón (risas). Esto es verdad. Muchas veces el sacerdote patrón, y no el sacerdote padre. Está el padre que bastonea y no el padre que abraza, perdona, consuela.

Pero hay muchos capellanes de hospitales, capellanes de las cárceles, tantos santos ¡eh!, pero estos no se ven porque la santidad es pudorosa, se esconde. En cambio es un poco desvergonzada la desvergüenza. Es desvergonzada se hace ver.

Hay muchas organizaciones de gente buena y gente no tan buena, de gente que porque uno da una bolsa un poco grande y se mira a otro lado como hicieron las potencias internacionales con los tres genocidios.

Nosotros los cristianos, padres, obispos, hemos hecho esto, pero nosotros los cristianos tenemos a una Teresa de Calcuta y a muchas Teresas de Calcuta, tantas monjas en el África, tantos laicos, tantos matrimonios santos. Está el grano y la cizaña. Y así dice el Señor que es el reino, no debemos escandalizarnos de ser así.

Debemos rezar para que el Señor haga que esta cizaña termine y haya más grano, pero esta es la vida de la Iglesia, no se puede hacer un límite todos nosotros somos santos, porque todos nosotros tenemos el Espíritu Santo dentro, pero todos nosotros somos pecadores y yo el primero, ¿de acuerdo? No solo debemos pedir disculpas sino perdón.

Padre Lombardi: Santo Padre yo también le hago una última pregunta y lo dejamos ir en paz

Papa Francisco: No me meta en dificultades (risas)

Padre Lombardi: No, es sobre el próximo viaje a Polonia para el cual ya nos estamos preparando y usted dedicará la preparación en este mes de Julio. Si nos dice cualquier cosa, sobre sus sentimientos con los que va a esta Jornada Mundial de la Juventud en este Jubileo de la Misericordia, y otro punto más específico es que hemos visitado con usted el Memorial de Tzitzernakaberd, durante la visita en Armenia y también visitará Auschwitz, Birkenau durante su viaje en Polonia. Entonces he escuchado que desea vivir este momento más con el silencio que con las palabras, como ha hecho también antes. ¿Quería saber si usted quiere dar un discurso o si prefiere un momento de oración silenciosa, con su motivación específica?

Hace dos años en la Redipuglia (Italia) hice lo mismo al conmemorar el centenario de la gran guerra. A Redipuglia, fui en silencio, luego fue la Misa, en la Misa hice una prédica pero era otra cosa.  

El silencio… hoy, hemos visto esta mañana el silencio, ¿fue hoy? ayer, he visto este silencio. Quisiera ir a ese lugar de horror, sin discursos y sin gente, solo con los que sean necesarios. Pero los periodistas seguro si estarán ahí. Pero sin saludar a este y a otro, no, no, solo entrar, rezar y que el Señor me dé la gracia de llorar.

Gracias por su trabajo y por su benevolencia.

domingo, 26 de junio de 2016

PAPA EN ARMENIA: JESÚS NOS PIDE ESTAR UNIDOS PARA OFRECER CON COHERENCIA EL EVANGELIO


El Papa en Armenia: Jesús nos pide estar unidos para ofrecer con coherencia el Evangelio
Por Alvaro de Juana




EREVÁN, 25 Jun. 16 /  (ACI).- Otro de los eventos más importantes de este sábado en Armenia fue el Encuentro Ecuménico y de Oración de Paz en la plaza de la República de Ereván en el que el Papa Francisco habló de la unidad y de cerrar viejas heridas.

“La unidad no es un beneficio estratégico para buscar mutuos intereses, sino lo que Jesús nos pide y que depende de nosotros cumplir con buena voluntad y con todas las fuerzas, para realizar nuestra misión: ofrecer al mundo, con coherencia, el Evangelio”.

Pero antes de este encuentro, el Pontífice visitó la Catedral Armenia Apostólica “Yot Verk” de la ciudad de Gyumri. Allí, junto al líder de la Iglesia Armenia, el Catholicós Karekin II, oró en silencio ante el icono María de las siete heridas. Luego, continuó hacia la Catedral Armenio-Católica de los Santos Mártires de la misma ciudad y situada también en la misma plaza. Una vez terminada la visita, el Pontífice se trasladó al aeropuerto en el que tomó un avión para dirigirse de nuevo a Ereván y celebrar el Encuentro Ecuménico.

“He venido como peregrino desde Roma para encontrarme con vosotros y para manifestaros un sentimiento que brota desde la profundidad del corazón: es el afecto de vuestro hermano, es el abrazo fraterno de toda la Iglesia Católica, que os quiere y que está cerca de vosotros”, manifestó Francisco al pronunciar su discurso.

El Pontífice rememoró cómo “en los años pasados, se han intensificado, gracias a Dios, las visitas y los encuentros entre nuestras Iglesias, siendo siempre muy cordiales y con frecuencia memorables”.

“Estoy muy agradecido a Dios por la «real e íntima unidad» entre nuestras Iglesias y os agradezco vuestra fidelidad al Evangelio, frecuentemente heroica, que es un don inestimable para todos los cristianos”.


El Papa aseguró que el encuentro “no es un intercambio de ideas” sino “de dones” por lo que hay que recoger “lo que el Espíritu ha sembrado en nosotros, como un don para cada uno”.

“Compartamos con gran alegría los muchos pasos de un camino común que ya está muy avanzado, y miremos verdaderamente con confianza al día en que, con la ayuda de Dios, estaremos unidos junto al altar del sacrificio de Cristo, en la plenitud de la comunión eucarística”.

De nuevo, Francisco recordó a los mártires armenios, “nuestras estrellas en el cielo” que “resplandecen sobre nosotros e indican el camino que nos falta por recorrer en la tierra hacia la comunión plena”.

En esta ocasión puso de modelo a uno de ellos, el Catholicós Nerses Shnorhali. “Él manifestaba un amor extraordinario por su pueblo y sus tradiciones, y, al mismo tiempo, estaba abierto a las otras Iglesias, incansable en la búsqueda de la unidad, deseoso de realizar la voluntad de Cristo: que los creyentes sean uno”.

Explicó que “para lograr la unidad necesaria no basta, según san Nerses, la buena voluntad de alguien en la Iglesia: es indispensable la oración de todos”.

“San Nerses advertía también la necesidad de acrecentar el amor recíproco, porque sólo la caridad es capaz de sanar la memoria y curar las heridas del pasado: sólo el amor borra los prejuicios y permite reconocer que la apertura al hermano purifica y mejora las propias convicciones”.

El Papa aprovechó para invitar a dejar “las convicciones rígidas y los intereses propios, en nombre del amor que se abaja y se da, en nombre del amor humilde” porque “este es el aceite bendecido de la vida cristiana, el ungüento espiritual precioso que cura, fortifica y santifica”.

Continuando con el ejemplo del mártir, dijo que ni los cálculos ni los intereses atraen la misericordia de Dios, sino “el amor humilde y generoso”. “Rezando y amándonos intensamente unos a otros con corazón puro, con humildad y apertura de ánimo, dispongámonos a recibir el don de la unidad”. “Sigamos nuestro camino con determinación, más aún corramos hacia la plena comunión entre nosotros”, añadió.

Otro de los temas que abordó el Papa argentino fueron las guerras y la persecución de los cristianos. “¡Qué grandes son hoy los obstáculos en el camino de la paz y qué trágicas las consecuencias de las guerras!”.

“Pienso en las poblaciones forzadas a abandonar todo, de modo particular en Oriente Medio, donde muchos de nuestros hermanos y hermanas sufren violencia y persecución a causa del odio y de conflictos, fomentados siempre por la plaga de la proliferación y del comercio de armas, por la tentación de recurrir a la fuerza y por la falta de respeto a la persona humana, especialmente a los débiles, a los pobres y a los que piden sólo una vida digna un siglo del ‘Gran Mal’ que se abatió sobre vosotros”.

Sobre el genocidio armenio, el Santo Padre lo calificó de “exterminio terrible y sin sentido”. Un “trágico misterio de iniquidad que vuestro pueblo ha experimentado en su carne” y que “permanece impreso en la memoria y arde en el corazón”.

“Quiero reiterar que vuestros sufrimientos nos pertenecen: son los sufrimientos de los miembros del Cuerpo místico de Cristo”, aseguró. “Recordarlos no es sólo oportuno, sino necesario: que sean una advertencia en todo momento, para que el mundo no caiga jamás en la espiral de horrores semejantes”.

Sobre las heridas de los armenios, producidas por esta masacre y por el sometimiento comunista de la Unión soviética, Francisco indicó que aquellas que “permanecen abiertas y que han sido producidas por el odio feroz e insensato” pueden “en cierto modo conformarse a las de Cristo resucitado, a esas heridas que le fueron infligidas y que tiene impresas todavía en su carne”.

De hecho, “también el dolor más grande, transformado por el poder salvífico de la cruz, de la cual los Armenios son heraldos y testigos, puede ser una semilla de paz para el futuro”.

En la última parte de su discurso se dirigió a los jóvenes para pedirles “ser constructores de paz: no notarios del status quo, sino promotores activos de una cultura del encuentro y de la reconciliación”.

“Que Dios bendiga vuestro futuro y «haga que se retome el camino de reconciliación entre el pueblo armenio y el pueblo turco, y que la paz brote también en el Nagorno Karabaj”, concluyó deseando a los jóvenes.

TEXTO COMPLETO DE HOMILÍA DE PAPA FRANCISCO EN LA MISA DE GYUMRI, ARMENIA


TEXTO COMPLETO: Homilía del Papa Francisco en la Misa en Gyumri, Armenia




Gyumri, 25 Jun. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco celebró esta mañana en Armenia una Misa en la Plaza Vartanants en la ciudad de Gyumri, hasta donde llegó en avión.

“Nos vendrá bien dejar que el encuentro con la ternura del Señor ilumine el corazón de alegría: una alegría más fuerte que la tristeza, una alegría que resiste incluso ante el dolor, transformándose en paz”, dijo en la homilía.

A continuación, el texto completo:

«Reconstruirán sobre ruinas antiguas […] renovarán ciudades devastadas» (Is 61,4). En estos lugares, queridos hermanos y hermanas, podemos decir que se han cumplido las palabras del profeta Isaías que hemos escuchado. Después de la terrible devastación del terremoto, estamos hoy aquí para dar gracias a Dios por todo lo que ha sido reconstruido.

Pero también podríamos preguntarnos: ¿Qué es lo que el Señor quiere que construyamos hoy en la vida?, y ante todo: ¿Sobre qué cimiento quiere que construyamos nuestras vidas? Quisiera responder a estas preguntas proponiendo tres bases estables sobre las que edificar y reconstruir incansablemente la vida cristiana.

La primera base es la memoria. Una gracia que tenemos que pedir es la de saber recuperar la memoria, la memoria de lo que el Señor ha hecho en nosotros y por nosotros: recordar que, como dice el Evangelio de hoy, él no nos ha olvidado, sino que se «acuerda» (cf. Lc 1,72) de nosotros: nos ha elegido, amado, llamado y perdonado; hay momentos importantes de nuestra historia personal de amor con él que debemos reavivar con la mente y el corazón. Pero hay también otra memoria que se ha de custodiar: la memoria del pueblo. Los pueblos, en efecto, tienen una memoria, como las personas. Y la memoria de vuestro pueblo es muy antigua y valiosa.


En vuestras voces resuenan la de los santos sabios del pasado; en vuestras palabras se oye el eco del que ha creado vuestro alfabeto con el fin de anunciar la Palabra de Dios; en vuestros cantos se mezclan los llantos y las alegrías de vuestra historia. Pensando en todo esto, podéis reconocer sin duda la presencia de Dios: él no os ha dejado solos. Incluso en medio de tremendas dificultades, podríamos decir con el Evangelio de hoy que el Señor ha visitado a su pueblo (cf. Lc 1,68): se ha acordado de vuestra fidelidad al Evangelio, de las primicias de vuestra fe, de todos los que han dado testimonio, aun a costa de la sangre, de que el amor de Dios vale más que la vida (cf. Sal 63,4). Qué bueno es recordar con gratitud que la fe cristiana se ha convertido en el aliento de vuestro pueblo y el corazón de su memoria.

La fe es también la esperanza para vuestro futuro, la luz en el camino de la vida, y es la segunda base de la que quisiera hablaros. Existe siempre un peligro que puede ensombrecer la luz de la fe: es la tentación de considerarla como algo del pasado, como algo importante, pero perteneciente a otra época, como si la fe fuera un libro miniado para conservar en un museo. Sin embargo, si se la relega a los anales de la historia, la fe pierde su fuerza transformadora, su intensa belleza, su apertura positiva a todos. La fe, en cambio, nace y renace en el encuentro vivificante con Jesús, en la experiencia de su misericordia que ilumina todas las situaciones de la vida. Es bueno que revivamos todos los días este encuentro vivo con el Señor.

Nos vendrá bien leer la Palabra de Dios y abrirnos a su amor en el silencio de la oración. Nos vendrá bien dejar que el encuentro con la ternura del Señor ilumine el corazón de alegría: una alegría más fuerte que la tristeza, una alegría que resiste incluso ante el dolor, transformándose en paz. Todo esto renueva la vida, que se vuelva libre y dócil a las sorpresas, lista y disponible para el Señor y para los demás. También puede suceder que Jesús llame para seguirlo más de cerca, para entregar la vida por él y por los hermanos: cuando os invite, especialmente a vosotros jóvenes, no tengáis miedo, dadle vuestro «sí». Él nos conoce, nos ama de verdad, y desea liberar nuestro corazón del peso del miedo y del orgullo. Dejándole entrar, seremos capaces de irradiar amor. De esta manera, podréis dar continuación a vuestra gran historia de evangelización, que la Iglesia y el mundo necesitan en esta época difícil, pero que es también tiempo de misericordia.

La tercera base, después de la memoria y de la fe, es el amor misericordioso: la vida del discípulo de Jesús se basa en esta roca, la roca del amor recibido de Dios y ofrecido al prójimo. El rostro de la Iglesia se rejuvenece y se vuelve atractivo viviendo la caridad. El amor concreto es la tarjeta de visita del cristiano: otras formas de presentarse son engañosas e incluso inútiles, porque todos conocerán que somos sus discípulos si nos amamos unos a otros (cf. Jn 13,35). Estamos llamados ante todo a construir y reconstruir, sin desfallecer, caminos de comunión, a construir puentes de unión y superar las barreras que separan. Que los creyentes den siempre ejemplo, colaborando entre ellos con respeto mutuo y con diálogo, a sabiendas de que «la única competición posible entre los discípulos del Señor es buscar quién es capaz de ofrecer el amor más grande» (Juan Pablo II, Homilía, 27 septiembre 2001).

El profeta Isaías, en la primera lectura, nos ha recordado que el espíritu del Señor está siempre con el que lleva la buena noticia a los pobres, cura los corazones desgarrados y consuela a los afligidos (cf. 61,1-2).

Dios habita en el corazón del que ama; Dios habita donde se ama, especialmente donde se atiende, con fuerza y compasión, a los débiles y a los pobres. Hay mucha necesidad de esto: se necesitan cristianos que no se dejen abatir por el cansancio y no se desanimen ante la adversidad, sino que estén disponibles y abiertos, dispuestos a servir; se necesitan hombres de buena voluntad, que con hechos y no sólo con palabras ayuden a los hermanos y hermanas en dificultad; se necesitan sociedades más justas, en las que cada uno tenga una vida digna y ante todo un trabajo justamente retribuido.

Tal vez podríamos preguntarnos: ¿Cómo se puede ser misericordiosos con todos los defectos y miserias que cada uno ve dentro de sí y a su alrededor? Quiero fijarme en el ejemplo concreto de un gran heraldo de la misericordia divina, cuya figura he querido resaltar declarándolo Doctor de la Iglesia universal: san Gregorio de Narek, palabra y voz de Armenia.

Nadie como él ha sabido penetrar en el abismo de miseria que puede anidar en el corazón humano. Sin embargo, él ha puesto siempre en relación las miserias humanas con la misericordia de Dios, elevando una súplica insistente hecha de lágrimas y confianza en el Señor, «dador de los dones, bondad por naturaleza […], voz de consolación, noticia de consuelo, impulso de gozo, […] ternura inigualable, misericordia desbordante, […] beso salvífico» (Libro de las Lamentaciones, 3,1), con la seguridad de que «la luz de [su] misericordia nunca será oscurecida por las tinieblas de la rabia» (ibíd., 16,1). Gregorio de Narek es un maestro de vida, porque nos enseña que lo más importante es reconocerse necesitados de misericordia y después, frente a la miseria y las heridas que vemos, no encerrarnos en nosotros mismos, sino abrirnos con sinceridad y confianza al Señor, «Dios cercano, ternura de bondad» (ibíd., 17,2), «lleno de amor por el hombre, […] fuego que consume los abrojos del pecado» (ibíd., 16,2).

Por último, me gustaría invocar con sus palabras la misericordia divina y el don de no cansarse nunca de amar: Espíritu Santo, «poderoso protector, intercesor y pacificador, te dirigimos nuestras súplicas [...] Concédenos la gracia de animarnos a la caridad y a las buenas obras [...] Espíritu de mansedumbre, de compasión, de amor al hombre y de misericordia, [...] tú que eres todo misericordia, [...] ten piedad de nosotros, Señor Dios nuestro, según tu gran misericordia» (Himno de Pentecostés).

Saludo al final de la misa

Al final de esta celebración, deseo expresar vivo agradecimiento al Catholicós Karekin II y al Arzobispo Minassian por las amables palabras que me han dirigido, así como al Patriarca Ghabroyan y a los obispos presentes, a los sacerdotes y a las autoridades que nos han recibido. Doy las gracias a todos los que habéis participado, viniendo a Gyumri incluso de diferentes regiones y de la vecina Georgia.

Quisiera saludar en particular a los que con tanta generosidad y amor concreto ayudan a los necesitados. Pienso especialmente en el hospital de Ashotsk, inaugurado hace veinticinco años, y conocido como el «Hospital del Papa»: nacido del corazón de san Juan Pablo II, sigue siendo una presencia muy importante y cercana a los que sufren; pienso en las obras que llevan a cabo la comunidad católica local, las Hermanas Armenias de la Inmaculada Concepción y las Misioneras de la Caridad de la beata Madre Teresa de Calcuta.

Que la Virgen María, nuestra Madre, os acompañe siempre y guíe los pasos de todos en el camino de la fraternidad y de la paz.

PAPA FRANCISCO: EVITEMOS EL PELIGRO DE CAER EN HORRORES COMO EL GENOCIDIO ARMENIO


Papa Francisco: Evitemos el peligro de caer en “horrores” como el genocidio armenio
Por Walter Sánchez Silva




EREVÁN, 24 Jun. 16 / 12:04 pm (ACI).- En su discurso dirigido al Presidente, las autoridades civiles y el cuerpo diplomático de Armenia, el Papa Francisco afirmó que la humanidad debe aprender de las trágicas experiencias del pasado para “evitar el peligro de volver a caer en tales horrores” como el genocidio armenio.

El genocidio armenio fue la masacre perpetrada por el Imperio Otomano, la actual Turquía, en la que 1,5 millones de armenios murieron asesinados entre 1915 y 1923; una masacre que los turcos no admiten como genocidio.

“Teniendo ante los ojos los terribles efectos que en el siglo pasado causaron el odio, los prejuicios y el deseo desenfrenado de poder, espero sinceramente que la humanidad sea capaz de aprender de esas trágicas experiencias a actuar con responsabilidad y sabiduría para evitar el peligro de volver a caer en tales horrores”, dijo el Papa.

Acompañado de su séquito, el Santo Padre sostuvo en Ereván (Armenia), un encuentro con el Presidente Serzh Sargsián, a quien le obsequió una medalla de la visita apostólica con la imagen de San Gregorio el Iluminador, fundador y patrón de la Iglesia apostólica armenia. El regalo fue elaborado por la artista Danila Longo.

Antes de la alocución del Pontífice, el mandatario armenio pronunció un discurso en el palacio presidencial en el que hizo un breve repaso a la historia cristiana de Armenia y la gran importancia de la fe en esta nación.


Sargsián resaltó que “el cristianismo es más que una religión para nosotros. Es un estilo de vida que ha insertado en el pueblo armenio el deseo de vivir en paz y la filosofía de superar las dificultades con moderación y dignidad”.

Dirigiéndose al Santo Padre, el mandatario dijo que “mientras más cristianos somos, más respetamos y apreciamos la fe de otros, más tolerantes y amantes de la paz nos hacemos, capaces de coexistir pacíficamente con otros pueblos y cuidamos incluso mejor el legado cultural y espiritual de otros en nuestra tierra”.

[Puede leer: Mientras más cristianos somos más tolerantes nos hacemos, dice Presidente armenio]

Por su parte, el Papa Francisco resaltó la importancia de la tarea de la Iglesia por el respeto de los derechos humanos y los valores en el mundo.

Por ello subrayó que “es vital que todos los que confiesan su fe en Dios unan sus fuerzas para aislar a quien se sirva de la religión para llevar a cabo proyectos de guerra, de opresión y de persecución violenta, instrumentalizando y manipulando el santo nombre Dios”.

“En la actualidad, igual e incluso tal vez más que en la época de los primeros mártires, los cristianos son discriminados y perseguidos en algunos lugares por el mero hecho de profesar su fe, mientras que en diversas zonas del mundo no se encuentra solución satisfactoria a muchos conflictos, causando dolor, destrucción y el desplazamiento forzado de poblaciones enteras”, denunció.

Luego de resaltar la importancia de que los responsables de las naciones trabajen por la paz, Francisco se refirió al genocidio armenio, que en el país es conocido como “El Gran Mal” y afirmó que “aquella tragedia, por desgracia, aquel genocidio, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo la aniquilación de poblaciones enteras”.

En palabras improvisadas, el Papa dijo al Presidente armenio que “es tan triste como en esto (…) las grandes potencias internacionales miraban a otra parte”.

“Rindo homenaje al pueblo armenio, que, iluminado por la luz del Evangelio incluso en los momentos más trágicos de su historia, siempre ha encontrado en la cruz y en la resurrección de Cristo la fuerza para levantarse de nuevo y reemprender el camino con dignidad”, prosiguió.

El Papa dijo luego a los presentes en el palacio presidencial que la historia de Armenia “está unida a su identidad cristiana, custodiada durante siglos. Esta identidad, en vez de ser un obstáculo para una sana laicidad del Estado, más bien la reclama y la alimenta, favoreciendo participación ciudadana de todos los miembros de la sociedad, la libertad religiosa y el respeto a las minorías”.

Para concluir, el Santo Padre hizo votos para que “Dios bendiga y proteja a Armenia, tierra iluminada por la fe, por el valor de los mártires, por la esperanza, que es más fuerte que cualquier sufrimiento”.

sábado, 25 de junio de 2016

PAPA PIDE EN ARMENIA TESTIMONIAR A CRISTO FRENTE A LAS DIVISIONES DEL MUNDO


El Papa pide en Armenia testimoniar a Cristo frente a las divisiones del mundo
Por Alvaro de Juana



EREVÁN, 24 Jun. 16  (ACI).- El primer lugar al que acudió el Papa Francisco en su viaje apostólico en Armenia fue la Catedral Armenia Apostólica de la Santa Etchmiadzin, donde habló de la fe del país y del ecumenismo y la fraternidad frente a las divisiones que se viven en el mundo actual.

“El mundo, desgraciadamente, está marcado por las divisiones y los conflictos, así como por formas graves de pobreza material y espiritual, incluida la explotación de las personas, incluso de niños y ancianos, y espera de los cristianos un testimonio de mutua estima y cooperación fraterna, que haga brillar ante toda conciencia el poder y la verdad de la resurrección de Cristo”, dijo al respecto.

“El compromiso paciente y renovado hacia la plena unidad, la intensificación de las iniciativas comunes y la colaboración entre todos los discípulos del Señor con vistas al bien común, son como luz brillante en una noche oscura, y una llamada a vivir también las diferencias en la caridad y en la mutua comprensión”, dijo en el saludo.


En opinión del Santo Padre, “el espíritu ecuménico adquiere un valor ejemplar, incluso fuera de los límites visibles de la comunidad eclesial, y representa para todos una fuerte llamada a componer las divergencias mediante el diálogo y la valorización de lo que une”.

“Esto impide también la instrumentalización y la manipulación de la fe, porque obliga a redescubrir las genuinas raíces, a comunicar, defender y propagar la verdad en el respeto de la dignidad de todo ser humano y con modos que trasparenten la presencia de ese amor y de aquella salvación, que se quiere difundir”.

“Se ofrece de este modo al mundo —que tiene necesidad urgente de ello— un convincente testimonio de que Cristo está vivo y operante, capaz de abrir siempre nuevas vías de reconciliación entre las naciones, las civilizaciones y las religiones. Se confirma y se hace creíble que Dios es amor y misericordia”, añadió.

El Papa también pidió “armonizar los conflictos que desgarran la vida civil y producen divisiones difíciles de sanar”, con la ayuda de Cristo.

El segundo asuntó que Francisco abordó fue el de la fe del pueblo armenio y dio gracias porque ha conferido al país “su identidad peculiar y la hizo mensajera de Cristo entre las naciones”.

“Cristo es vuestra gloria, vuestra luz, el sol que os ha iluminado y dado una nueva vida, que os ha acompañado y sostenido, especialmente en los momentos de mayor prueba. Me inclino ante la misericordia del Señor, que ha querido que Armenia se convirtiese en la primera nación, desde el año 301, en acoger el cristianismo como su religión, en un tiempo en el que todavía arreciaban las persecuciones en el Imperio Romano”.

Francisco subrayó que “la fe en Cristo no ha sido para Armenia como un vestido que se puede poner o quitar en función de las circunstancias o conveniencias, sino una realidad constitutiva de su propia identidad, un don de gran valor que se debe recibir con alegría, y custodiar con atención y fortaleza, a precio de la misma vida”.

TEXTO COMPLETO DE SALUDO DEL PAPA FRANCISCO AL CATHOLICÓS DE TODOS LOS ARMENIOS


TEXTO COMPLETO: Saludo del Papa Francisco al Catholicós de Todos los Armenios



EREVÁN, 24 Jun. 16  (ACI).- El Papa Francisco llegó a Armenia a las 15 hora local y fue recibido en el aeropuerto de Ereván, desde el que fue trasladado a la Catedral Armenia Apostólica de la Santa Etchmiadzin.  Allí, el Pontífice dirigió un saludo al Catholicós de Todos los Armenos Su Santidad Karekin II después de entrar en procesión y de recitar en voz alta el Salmo 122 (121).

A continuación, el texto completo del saludo del Papa:

Venerado hermano,
Patriarca Supremo y Catholicós de Todos los Armenios,
Estimados hermanos y hermanas en Cristo

Crucé con emoción el umbral de este lugar sagrado, testigo de la historia de vuestro pueblo, centro que irradia su espiritualidad; y considero un don precioso de Dios el poder acercarme al santo altar desde el cual se difunde la luz de Cristo en Armenia. Saludo al Catholicós de Todos los Armenios, Su Santidad Karekin II, a quien le agradezco de corazón la grata invitación a visitar Santa Etchmiadzin, a los arzobispos y a los obispos de la Iglesia Apostólica Armenia, y doy las gracias a todos por la cordial y alegre bienvenida que me han deparado. Gracias, Santidad, por haberme acogido en su casa; este elocuente signo de amor dice, mucho más que las palabras, lo que significa la amistad y la caridad fraterna.

En esta solemne ocasión, doy gracias a Dios por la luz de la fe encendida en vuestra tierra, la fe que confirió a Armenia su identidad peculiar y la hizo mensajera de Cristo entre las naciones. Cristo es vuestra gloria, vuestra luz, el sol que os ha iluminado y dado una nueva vida, que os ha acompañado y sostenido, especialmente en los momentos de mayor prueba. Me inclino ante la misericordia del Señor, que ha querido que Armenia se convirtiese en la primera nación, desde el año 301, en acoger el cristianismo como su religión, en un tiempo en el que todavía arreciaban las persecuciones en el Imperio Romano.

La fe en Cristo no ha sido para Armenia como un vestido que se puede poner o quitar en función de las circunstancias o conveniencias, sino una realidad constitutiva de su propia identidad, un don de gran valor que se debe recibir con alegría, y custodiar con atención y fortaleza, a precio de la misma vida. Como escribió san Juan Pablo II, «Con el “bautismo” de la comunidad armenia, [...] nació una identidad nueva del pueblo, que llegaría a ser parte constitutiva e inseparable del mismo ser armenio.

Desde entonces ya no será posible pensar que, entre los componentes de esa identidad, no figure la fe en Cristo, como constitutivo esencial» (Carta. ap. En el XVII centenario del bautismo del pueblo armenio, 2 febrero 2001, 2). Que el Señor os bendiga por este testimonio luminoso de fe, que muestra de manera ejemplar la poderosa eficacia y fecundidad del bautismo recibido hace más de mil setecientos años con el signo elocuente y santo del martirio, que ha sido un elemento constante en la historia de vuestro pueblo.

Doy gracias al Señor por el camino que la Iglesia católica y la Iglesia Apostólica Armenia han recorrido a través de un diálogo sincero y fraterno, con el fin de llegar a compartir plenamente la mesa eucarística. Que el Espíritu Santo nos ayude a realizar esa unidad por la cual pidió Nuestro Señor, para que sus discípulos sean uno y el mundo crea. Me es grato recordar aquí el impulso decisivo dado a la intensificación de las relaciones y al fortalecimiento del diálogo entre nuestras dos iglesias en los últimos tiempos por Su Santidad Vasken I y Karekin I, san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Entre las etapas particularmente significativas de este compromiso ecuménico, recuerdo la conmemoración de los testigos de la fe del siglo XX, en el contexto del Gran Jubileo del año 2000; la entrega a vuestra Santidad de la reliquia del Padre de la Armenia cristiana, San Gregorio el Iluminador, para la nueva catedral de Ereván; la Declaración Conjunta de Su Santidad Juan Pablo II y de Vuestra Santidad, firmada precisamente aquí, en Santa Etchmiadzin; y las visitas que Vuestra Santidad ha hecho al Vaticano con motivo de grandes eventos y conmemoraciones.

El mundo, desgraciadamente, está marcado por las divisiones y los conflictos, así como por formas graves de pobreza material y espiritual, incluida la explotación de las personas, incluso de niños y ancianos, y espera de los cristianos un testimonio de mutua estima y cooperación fraterna, que haga brillar ante toda conciencia el poder y la verdad de la resurrección de Cristo. El compromiso paciente y renovado hacia la plena unidad, la intensificación de las iniciativas comunes y la colaboración entre todos los discípulos del Señor con vistas al bien común, son como luz brillante en una noche oscura, y una llamada a vivir también las diferencias en la caridad y en la mutua comprensión.

El espíritu ecuménico adquiere un valor ejemplar, incluso fuera de los límites visibles de la comunidad eclesial, y representa para todos una fuerte llamada a componer las divergencias mediante el diálogo y la valorización de lo que une. Esto impide también la instrumentalización y la manipulación de la fe, porque obliga a redescubrir las genuinas raíces, a comunicar, defender y propagar la verdad en el respeto de la dignidad de todo ser humano y con modos que trasparenten la presencia de ese amor y de aquella salvación, que se quiere difundir. Se ofrece de este modo al mundo —que tiene necesidad urgente de ello— un convincente testimonio de que Cristo está vivo y operante, capaz de abrir siempre nuevas vías de reconciliación entre las naciones, las civilizaciones y las religiones. Se confirma y se hace creíble que Dios es amor y misericordia.

Queridos hermanos, cuando nuestro actuar está inspirado y movido por la fuerza del amor de Cristo, crece el conocimiento y la estima recíproca, se crean mejores condiciones para un camino ecuménico fructífero y, al mismo tiempo, se muestra a todas las personas de buena voluntad, y a toda la sociedad, una vía concreta y factible para armonizar los conflictos que desgarran la vida civil y producen divisiones difíciles de sanar. Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por intercesión de María Santísima, san Gregorio el Iluminador, «Columna de Luz de la Santa Iglesia de los Armenios», y san Gregorio de Narek, Doctor de la Iglesia, os bendiga a todos y a toda la Nación armenia, y la guarde siempre en la fe que ha recibido de los padres y que gloriosamente ha testimoniado a lo largo de los siglos.