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jueves, 8 de septiembre de 2016

MADRE TERESA FUE EL ÁNGEL DE LOS POBRES EN EL MONTE DE LOS OLIVOS


Madre Teresa fue el “ángel de los pobres en el Monte de los Olivos”
 Fotografía: Daniel Ibañez





VATICANO, 07 Sep. 16 /  (ACI).- El sacerdote, escritor y funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Florian Kolfhaus, escribió un comentario sobre la “mística” de Santa Teresa de Calcuta, a quien llamó “El ángel de los pobres en el Monte de los Olivos”.

Aquí el resumen de su columna publicada originalmente en CNA Deutsche:

Santa Teresa de Calcuta es un ícono del Año de la Misericordia. Como enfermera conoció el sufrimiento físico y emocional de las personas, y es respetada por su servicio desinteresado entre los enfermos y abandonados.

Madre Teresa nunca quiso ser más que ningún trabajador social o filántropo, ella solo quería servir a Cristo. Entendió que Jesús se encuentra en el más pobre entre los pobres, que Él sufrió y continúa sufriendo de manera misteriosa en cada enfermo y hambriento.


En el Monte de los Olivos y el Gólgota, Jesús tuvo a todos los hombres del mundo de pie frente a sus ojos, no una masa anónima, sino a cada individuo en particular. Y aunque Él, verdadero Dios y verdadero hombre, sufrió por los pecados de la humanidad, fue consolado por cada oración piadosa, inclusive aquellas que son recitadas 2.000 años después de su Pasión, Muerte y Resurrección.

Las buenas obras que se estén realizando hoy en día, en aquel tiempo fueron una gota de agua en sus labios resecos. Madre Teresa escuchó su grito “tengo sed” y le dio de beber al mostrar su amor tierno por los necesitados. “Tengo sed” gritaba Cristo, quien anhela el agua de nuestra devoción. Los Santos comprendieron que el Señor se hizo mendigo sí mismo mendigo para que podamos aliviar en algo su angustia.

La Madre Teresa supo tocar el cuerpo enfermo del mismo Cristo. Entendió que lo cuidaba, vestía, alimentaba y confortaba. Reconoció que los cristianos creemos en un Dios que tiene hambre y sed. Ella quiso, como "ángel de los pobres" confortar al Señor en el Monte de los Olivos ante el sueño de sus amigos.

Las obras de misericordia de la Madre Teresa eran más que un compromiso social. Practicaba el misticismo cristiano que en repetidas ocasiones significa la conversión continua. Imitaba al Cristo que sale al encuentro de la humanidad, pero también al que sufre; se encontraba con Él en el dolor y en la carga del pecado sobre sí.

Más que seguir un modelo de conciencia social, la Madre Teresa tuvo un profundo misticismo en Cristo. Su caridad y lo que enseñó acerca de Jesús es verdadero, en el sentido de sufrir con él y aliviar su sufrimiento a través del necesitado. Los numerosos admiradores de la Madre a menudo no saben de esta misión espiritual, la cual fue la verdadera razón de todas sus obras de caridad.

Pidamos a Santa Madre Teresa por nuestra salud espiritual para que logremos “salir hacia fuera”, como expresó en una ocasión el Papa Francisco, no sólo para los que están en necesidad de consuelo, sino para darle de beber al mismo Jesús. Este es el más profundo misticismo de la caridad: “el consuelo que proviene de Dios”.

Una paradoja difícil que tiene sus raíces en la encarnación del Hijo de Dios. El Beato Francisco Martos –uno de los pastorcitos de Fátima– estaba fascinado con el pensamiento de consolar a aquel Jesús oculto.


El mismo Señor le dice a Santa Margarita María de Alacoque acerca de su anhelo de amorosa adoración: "Tengo sed, pero una sed tan ardiente de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento, que esta sed me consume y no hallo a nadie que se esfuerce según mi deseo en apagármela, correspondiendo de alguna manera a mi amor”.

Este amor también era una parte integral de la vida cotidiana de la Madre Teresa: al beber de la copa al mismo Cristo en la Sagrada Eucaristía y en el cuidado devocional de los enfermos.

La Madre Teresa nos enseña cómo podemos satisfacer la sed infinita de un Dios que quiso morir en la cruz. Las muchas semanas y meses que vivió sin consuelo espiritual; que tuvo que soportar y resistir como Cristo en la cruz: "Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?". La enfermería, la Adoración Eucarística, resistir mentalmente la soledad y el miedo. De esa forma la Santa de Calcuta dio de beber a Cristo a través de la comprensión de la mística cristiana.  Una y otra vez la palabra "Tengo sed" aparece en sus escritos y oraciones.

martes, 6 de septiembre de 2016

PASOS PARA CONSEGUIR UNA RELIQUIA ORIGINAL DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA


¿Cómo conseguir una reliquia original de la Madre Teresa de Calcuta? Sigue estos pasos




VATICANO, 05 Sep. 16 /  (ACI).- El domingo 4 de septiembre, luego de 19 años de haber partido a la Casa del Padre, fue canonizada la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad y conocida mundialmente por su entrega generosa a los más pobres de entre los pobres.

Durante la ceremonia presidida por el Papa Francisco, una de las religiosas presentó el relicario que contiene un cabello y sangre de la nueva Santa, que vienen a ser reliquias de primer grado.


Existen también reliquias de segundo grado, que son algún objeto usado por el santo o santa, o asociados al sufrimiento de un mártir; y las de tercer grado, si se trata de cualquier objeto que ha sido tocado con una reliquia de primer grado o la tumba del santo.

Por ello, con ocasión de la canonización de la Santa de origen albanés, algunas de sus reliquias se pueden venerar estos días en Roma (Italia). El 5 y 6 de septiembre estarán en la Basílica de San Juan de Letrán, y los días 7 y 8 en la Iglesia de San Gregorio Magno al Celio.

La veneración de reliquias es una antigua costumbre entre los fieles y fue aprobada por la Iglesia en el Concilio de Trento. Así, para un correcto culto, la Iglesia ha establecido normas entre las cuales está la prohibición de vender reliquias sagradas.

En ese sentido, según informa el sitio web oficial del Centro Madre Teresa de Calcuta, quien desee recibir una reliquia auténtica de la nueva Santa, y no ser víctima de comerciantes y estafadores, “puede comunicarse con la Oficina de Postulación por correo electrónico a relic@motherteresa.org”, o escribir a su dirección postal:

Oficina de Postulación
c/o Piazza S. Gregorio al Celio, 2
00184 Roma
Italia

lunes, 5 de septiembre de 2016

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA DE CANONIZACIÓN DE SANTA TERESA DE CALCUTA


Homilía del Papa Francisco en la Misa de canonización de Santa Teresa de Calcuta





(ACI).- Ante cientos de miles de fieles presentes llegados de todas partes del mundo y que abarrotaron la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco presidió la Misa de canonización de Santa Teresa de Calcuta.

A continuación el texto completo de su homilía:

«¿Quién comprende lo que Dios quiere?» (Sb 9,13). Este interrogante del libro de la

Sabiduría, que hemos escuchado en la primera lectura, nos presenta nuestra vida como un misterio, cuya clave de interpretación no poseemos. Los protagonistas de la historia son siempre dos: por un lado, Dios, y por otro, los hombres.

Nuestra tarea es la de escuchar la llamada de Dios y luego aceptar su voluntad. Pero para cumplirla sin vacilación debemos ponernos esta pregunta. ¿Cuál es la voluntad de Dios en mi vida? La respuesta la encontramos en el mismo texto sapiencial: «Los hombres aprendieron lo que te agrada» (v. 18). Para reconocer la llamada de Dios, debemos preguntarnos y comprender qué es lo que le gusta. En muchas ocasiones, los profetas anunciaron lo que le agrada al Señor. Su mensaje encuentra una síntesis admirable en la expresión: «Misericordia quiero y no sacrificios» (Os 6,6; Mt 9,13).


A Dios le agrada toda obra de misericordia, porque en el hermano que ayudamos reconocemos el rostro de Dios que nadie puede ver (cf. Jn 1,18). Cada vez que nos hemos inclinado ante las necesidades de los hermanos, hemos dado de comer y de beber a Jesús; hemos vestido, ayudado y visitado al Hijo de Dios (cf. Mt 25,40).

Estamos llamados a concretar en la realidad lo que invocamos en la oración y profesamos en la fe. No hay alternativa a la caridad: quienes se ponen al servicio de los hermanos, aunque no lo sepan, son quienes aman a Dios (cf. 1 Jn 3,16-18; St 2,14-18). Sin embargo, la vida cristiana no es una simple ayuda que se presta en un momento de necesidad.

Si fuera así, sería sin duda un hermoso sentimiento de humana solidaridad que produce un beneficio inmediato, pero sería estéril porque no tiene raíz. Por el contrario, el compromiso que el Señor pide es el de una vocación a la caridad con la que cada discípulo de Cristo lo sirve con su propia vida, para crecer cada día en el amor.

Hemos escuchado en el Evangelio que «mucha gente acompañaba a Jesús» (Lc 14,25). Hoy aquella «gente» está representada por el amplio mundo del voluntariado, presente aquí con ocasión del Jubileo de la Misericordia. Ustedes son esa gente que sigue al Maestro y que hace visible su amor concreto hacia cada persona. Les repito las palabras del apóstol Pablo: «He experimentado gran gozo y consuelo por tu amor, ya que, gracias a ti, los corazones de los creyentes han encontrado alivio» (Flm 1,7).

Cuántos corazones confortan los voluntarios. Cuántas manos sostienen; cuántas lágrimas secan; cuánto amor derramo en el servicio escondido, humilde y desinteresado. Este loable servicio da voz a la fe y expresa la misericordia del Padre que está cerca de quien pasa necesidad.

El seguimiento de Jesús es un compromiso serio y al mismo tiempo gozoso; requiere radicalidad y esfuerzo para reconocer al divino Maestro en los más pobres y descartados de la vida, y ponerse a su servicio. Por esto, los voluntarios que sirven a los últimos y a los necesitados por amor a Jesús no esperan ningún agradecimiento ni gratificación, sino que renuncian a todo esto porque han descubierto el verdadero amor.

Igual que el Señor ha venido a mi encuentro y se ha inclinado sobre mí en el momento de necesidad, así también yo salgo al encuentro de él y me inclino sobre quienes han perdido la fe o viven como si Dios no existiera, sobre los jóvenes sin valores e ideales, sobre las familias en crisis, sobre los enfermos y los encarcelados, sobre los refugiados e inmigrantes, sobre los débiles e indefensos en el cuerpo y en el espíritu, sobre los menores abandonados a sí mismos, así como también sobre los ancianos dejados solos. Dondequiera que haya una mano extendida que pide ayuda para ponerse en pie, allí debe estar nuestra presencia y la presencia de la Iglesia que sostiene y da esperanza. Hacer esto con la viva memoria de cuando yo estaba tendido ahí y el Señor se inclinó sobre mí.

Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que «el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre».


Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos. La misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento.

Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres. Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea vuestro modelo de santidad.

Pienso que tal vez tendremos un poco de dificultad en llamarla Santa Teresa. Su santidad es tan cercana a nosotros, que espontáneamente la seguiremos llamando Madre Teresa.

Esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión.

Madre Teresa amaba decir: «Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír» porque abriga el corazón en su sonrisa. Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura.

domingo, 4 de septiembre de 2016

PAPA FRANCISCO INVITA A LLEVAR EN EL CORAZÓN LA SONRISA DE MADRE TERESA DE CALCUTA


El Papa invita a llevar en el corazón la sonrisa de Madre Teresa
En la homilía de la misa de canonización de la santa albanesa, 
Francisco recuerda que quienes se ponen al servicio de los hermanos, aunque no lo sepan, son quienes aman a Dios



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha recordado que Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, fue “generosa dispensadora de la misericordia divina”, poniéndose a disposición de todos “por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada”. Así lo ha indicado en la homilía de la misa de canonización de la monja albanesa, ante una gran multitud que ha acudido a Roma para el gran evento. Durante la homilía, cuando ya se había realizado en rito de canonización, Francisco ha recordado que Madre Teresa se comprometió en la defensa de la vida proclamando incesantemente que “el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre”. El Papa cree, ha indicado, que “tendremos un poco de dificultad en llamarla santa Teresa. Su santidad es tan cercana a nosotros, tan tierna y fecunda que espontáneamente continuaremos a decirle Madre Teresa”.

Por otro lado ha subrayado que la ya santa, se inclinó “sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado”. Y de este modo, hizo “sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos”. En esta misma línea ha precisado que la misericordia fue para ella la sal que daba sabor a cada obra suya, y la luz que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento.

El Pontífice ha aseverado que la misión que Madre Teresa desarrolló en las periferias “permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres”. Por eso, el Papa ha pedido que esta incansable trabajadora de la misericordia “nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”. Del mismo modo ha exhortado a llevar en el corazón “su sonrisa” y entregarla “a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren”.

Haciendo referencia a las lecturas del día, el Santo Padre ha recordado que nuestra tarea es la de escuchar la llamada de Dios y luego aceptar su voluntad. Pero haciéndose esta pregunta. ¿Cuál es la voluntad de Dios en mi vida? Y para reconocer la llamada de Dios –ha indiado– debemos preguntarnos y comprender qué es lo que le gusta. A Dios, ha proseguido, le agrada toda obra de misericordia, porque en el hermano que ayudamos reconocemos el rostro de Dios que nadie puede ver.

Por eso ha subrayado que “quienes se ponen al servicio de los hermanos, aunque no lo sepan, son quienes aman a Dios”. Es más, “el compromiso que el Señor pide es el de una vocación a la caridad con la que cada discípulo de Cristo lo sirve con su propia vida, para crecer cada día en el amor”.

El Santo Padre también ha dedicado unos palabras a las voluntarios presentes en la plaza, que este fin de semana celebran su Jubileo. “Vosotros sois esa gente que sigue al Maestro y que hace visible su amor concreto hacia cada persona”, ha indicado. “Cuántos corazones confortan los voluntarios. Cuántas manos sostienen; cuántas lágrimas secan; cuánto amor derramo en el servicio escondido, humilde y desinteresado”, ha exclamado Francisco. Este loable servicio –ha añadido– da voz a la fe y expresa la misericordia del Padre que está cerca de quien pasa necesidad.

Finalmente, el Papa ha recordado que el seguimiento de Jesús es ·un compromiso serio y al mismo tiempo gozoso” que “requiere radicalidad y esfuerzo para reconocer al divino Maestro en los más pobres y ponerse a su servicio”.

Por esto, los voluntarios “no esperan ningún agradecimiento ni gratificación”, sino que “renuncian a todo esto porque han descubierto el verdadero amor”.

Dondequiera que haya una mano extendida que pide ayuda para ponerse en pie –ha concluido Francisco– allí debe estar nuestra presencia y la presencia de la Iglesia que sostiene y da esperanza.

MISIONERA DE LA CARIDAD SOBREVIVIENTE DE YEMEN CONMUEVE A PAPA FRANCISCO




Misionera de la Caridad sobreviviente de Yemen conmueve al Papa
Por Diego López Marina



VATICANO, 03 Sep. 16 / (ACI).- Durante la Audiencia Jubilar en la Plaza de San Pedro de este sábado, la Madre Superiora del Hogar de Ancianos de las Misioneras de la Caridad en Yemen, Sor Sally, brindó su testimonio sobre cómo actúa la Providencia en la Congregación fundada por la Beata Madre Teresa de Calcuta, la cual se dedica a suplir las necesidades materiales y espirituales de los más necesitados.

“Desde el principio de la fundación de las Misioneras de la Caridad, nuestra fundadora, la Madre Teresa de Calcuta se encontró con Jesús. Y a partir de Él, ella recibió su vocación a nuestra forma de amar y poner nuestra confianza en Dios. Ella vivió en total dependencia de Dios de sus propias necesidades y de las de los pobres bajo su cuidado”, dijo Sor Sally en la víspera de la canonización de la Madre Teresa.

Proveniente de Kerala (India), Sor Sally se convirtió en Misionera de la Caridad y luego fue enviada al Medio Oriente para servir a los más necesitados. Vivió en el monasterio de la orden en Adén, República de Yemen, hasta marzo de este año luego de ser puesta a salvo del ataque en el que fueron masacradas cuatro religiosas de su comunidad por presuntos terroristas.

“La Madre dijo que Él estará con nosotros, y cuando Él esté allí, no nos hará falta nada. Al igual que San Pablo, podemos proclamar: Yo sé en quién he puesto mi confianza. Nosotras rezamos todos los días, adoramos todos los designios de su Divina Providencia, volcándonos enteramente a su voluntad”, detalló a los participantes del Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia.


Durante su testimonio la religiosa dio algunos ejemplos de la acción de Dios en la vida de la comunidad fundada por la Madre Teresa. Aquí el resto de su testimonio:

“El 25 de marzo de 2015, en Yemen, había disparos y bombardeos por todas partes. Teníamos 64 inquilinos, 14 ayudantes, 5 hermanas y no había comida. Nos encontramos en una situación de total impotencia.


El 30 de marzo, a las 7:30 pm, no había electricidad. Estaba muy oscuro y llamaron a la puerta. Todas corrimos hacia la puerta con miedo y ansiedad, pero fue anunciada una buena noticia: nos trajeron frutas y verduras. Dios trabaja con nosotros en nuestra vida diaria. Nosotros creímos y experimentamos su gracia. Al igual que la viuda de Sarepta.

Al día siguiente, a las 5:30 AM, hubo un golpe en la puerta. La providencia de Dios estaba trabajando de nuevo. Un hombre trajo pan fresco que era suficiente para todo el mundo. Durante 10 días nunca dejó de llevar el pan, y en el décimo día trajo la harina y el trigo. Después de la Santa Comunión, oramos, ‘haznos dignos, Señor, para servir a nuestros semejantes. Dales, a través de nuestras manos un pan de cada día y a través de nuestro amor comprensivo darles paz y alegría.

En medio de esta situación peligrosa, nuestra querida Superior general, Sor Prema, nos llamó de Calcuta y habló con nosotros en forma individual. Nos dio la opción de permanecer o abandonar el lugar. Todos nosotros tuvimos una respuesta: "elegimos permanecer, vivir o morir con nuestros pobres". Es el fruto de nuestra oración diaria.

Nos quedamos sin el suministro de medicamentos para nuestros inquilinos. La hermana superior, llamó a la puerta del tabernáculo, y le dijo a Jesús: ‘Tú eres el dueño de esta casa, haz algo’. Por la tarde, un hombre trajo los mismos medicamentos que nuestro pobres necesitabas.

El momento crítico llegó cuando nos quedaba sólo un tanque de agua. Nuestros vecinos y otras personas llegaron con sus botellas vacías, pidiendo agua potable. Con el calor y el peligro de cada día, ¿quién puede negar agua potable a una persona sedienta o familiar? Dimos hasta la última gota. Nos recordó las palabras de nuestra querida madre: ‘la sed no es solo de agua, sino también para entender el amor, la justicia y la paz’.

Una vez más la Providencia de Dios: un camión cargado con botellas de agua llegó a nuestro complejo. Fuimos llenados de agua hasta el borde, agradeciendo a Dios. Jesús dijo, ‘tuve sed y me disteis de beber agua. Ven, bendito de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros’.

Con el corazón lleno con un amor más grande y entusiasmo, rogamos a Dios para seguir usando nuestra pequeñez para hacer presente a la Iglesia en el mundo de hoy, a través de la misión confiada a nosotros por nuestra Madre Teresa, incluso en medio de un entorno peligroso.

Con la ayuda del Corazón Inmaculado de María, causa de nuestra alegría, continuamos la búsqueda de los más pobres entre los pobres y llevarles el tierno afecto de Dios a través de nuestras humildes palabras de amor, pequeñas obras de paz, brindadas a costa de nuestras vidas”.

IMÁGENES DE LA CANONIZACIÓN DE SANTA TERESA DE CALCUTA







Sor Jacinta le entregó al Papa una reliquia de Madre Teresa y él la besó y la bendijo fotos

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La estampita y oración de Santa Teresa de Calcuta repartida en el Vaticano durante su canonización.

Fuente: Aciprensa

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PAPA FRANCISCO: SANTA TERESA DE CALCUTA DEFENDIÓ SIEMPRE LA VIDA HUMANA


Papa Francisco: Santa Teresa de Calcuta defendió siempre toda vida humana



VATICANO, 04 Sep. 16 /  (ACI).- En la homilía de la Misa de la canonización de Santa Teresa de Calcuta celebrada este domingo 4 de septiembre, el Papa Francisco afirmó que la querida religiosa defendió y acogió siempre toda vida humana.

Ante una multitud de unas 120 mil personas en la Plaza de San Pedro y en la Vía de la Conciliación, el Santo Padre resaltó que la “Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada”.

“Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que ‘el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre’”, subrayó.

Francisco recordó que la nueva Santa “se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado”.


Además, dijo, “ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos. La misericordia ha sido para ella la ‘sal’ que daba sabor a cada obra suya, y la ‘luz’ que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento”.

Su misión, prosiguió el Papa, “en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres”.

El Pontífice propuso que ella sea modelo de santidad para los voluntarios, y resaltó que “esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”.

La Madre Teresa, continuó el Papa, “amaba decir: ‘Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír’. Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren”.

De ese modo, remarcó, “abriremos horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura”.

El Papa Francisco refirió también que el seguimiento de Jesús, como el que hizo la Madre Teresa, “es un compromiso serio y al mismo tiempo gozoso; requiere radicalidad y esfuerzo para reconocer al divino Maestro en los más pobres y ponerse a su servicio”.

Por esto, “los voluntarios que sirven a los últimos y a los necesitados por amor a Jesús no esperan ningún agradecimiento ni gratificación, sino que renuncian a todo esto porque han descubierto el verdadero amor”.

“Igual que el Señor ha venido a mi encuentro y se ha inclinado sobre mí en el momento de necesidad, así también yo salgo al encuentro de Él y me inclino sobre quienes han perdido la fe o viven como si Dios no existiera, sobre los jóvenes sin valores e ideales, sobre las familias en crisis, sobre los enfermos y los encarcelados, sobre los refugiados e inmigrantes, sobre los débiles e indefensos en el cuerpo y en el espíritu, sobre los menores abandonados a sí mismos, como también sobre los ancianos dejados solos”.

El Papa afirmó luego que “dondequiera que haya una mano extendida que pide ayuda para ponerse en pie, allí debe estar nuestra presencia y la presencia de la Iglesia que sostiene y da esperanza”.

PAPA FRANCISCO CANONIZÓ A SANTA TERESA DE CALCUTA


 Fiesta en el cielo y la tierra: El Papa canonizó a Santa Teresa de Calcuta


VATICANO, 04 Sep. 16 / (ACI).- En una multitudinaria Misa celebrada este domingo 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, a la que se calcula asitieron unas 120 mil personas, el Papa Francisco canonizó a Santa Teresa de Calcuta.

Luego de escuchar la petición del Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal Angelo Amato, para que la Madre Teresa sea inscrita en el libro de los santos; y tras las lectura de una breve reseña biográfica, se procedió a la letanía de los santos.

Tras el canto de las letanías, el Santo Padre leyó la siguiente fórmula para declarar Santa a la Madre Teresa de Calcuta:

“En honor a la Santísima Trinidad,
para exaltación de la fe católica
y crecimiento de la vida cristiana,
con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo,
de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo
y la Nuestra,
después de haber reflexionado largamente,
invocando muchas veces la ayuda divina
y oído el parecer
de numerosos hermanos en el episcopado,
declaramos y definimos a
la Beata Teresa de Calcuta
Santa
y la inscribimos en el Catálogo de los Santos,
y establecemos que en toda la Iglesia
sea devotamente honrada entre los Santos.
En el nombre del Padre y del Hijo
Y del Espíritu Santo.
Amén”.

Al inciar la Eucaristía se colocó un especial relicario de la nueva Santa con un gran significado espiritual. Tiene forma de cruz, con un corazón alrededor y las reliquias (cabello y sangre) están dentro de una "gota de agua" que representa la sed los pobres y necesitados del mundo. Los colores recuerdan el blanco y el azul del sari (hábito) de la Madre Teresa, que también representan a la Virgen María.


En su homilía, el Papa Francisco dijo que "Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que 'el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre'".

"Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos".

"La misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento", resaltó.


Su misión, continuó el Papa, "en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres".

"Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea vuestro modelo de santidad".

El Santo Padre hizo votos también para que "esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión".

El Pontífice recordó también que la "Madre Teresa amaba decir: 'Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír'. Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura".


Teresa de Calcuta, cuyo nombre fue Gonxha Agnes Bojaxhiu, nació en Skopje el 26 de agosto de 1910. Fue bautizada al día siguiente y recibió la Primera Comunión a la edad de 5 años.

En 1928 ingresó a la Congregación de las Hermanas de Loreto en Irlanda. Llegó a la India en 1929 y emitió los primeros votos en 1937. Se distinguió por su amor y celo en los 20 años que estuvo en esa congregación en la India.

En septiembre de 1946 recibió la llamada, a través de visiones del mismo Señor Jesús, de "renunciar a todo y servirlo en los más pobres entre los pobres".

En 1948 obtuvo el permiso eclesiástico para iniciar su apostolado en los barrios más pobres de Calcuta.

Fundó a las Misioneras de la Caridad el 7 de octubre de 1950, reconocidas como de derecho pontificio en febrero de 1965. El carisma de la congregación es entregarse por los más pobres entre los pobres.

En 1963 fundó la rama masculina, los Hermanos Misioneros de la Caridad, en 1973 a las Hermanas Contemplativas, en 1979 a los Hermanos Contemplativos, y a los Padres Misioneros de la Caridad en 1984; y el movimiento Corpus Christi para sacerdotes.

Cuando volvió a la Casa del Padre el 5 de septiembre de 1997 la Congregación contaba con 3.842 religiosas viviendo en 594 casas en 120 países.

Pese a vivir 50 años de aridez espiritual u "oscuridad interior", la Madre Teresa siempre sirvió con gran amor, convirtiéndose en testimonio vivo de la misericordia y la ternura de Dios para con todos.

viernes, 2 de septiembre de 2016

RETRATO OFICIAL DE LA CANONIZACIÓN DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA


Este es el retrato oficial de la canonización de la Madre Teresa de Calcuta


(ACI).- Hoy se presentó en Washington D.C., Estados Unidos, el retrato oficial de la canonización de la Madre Teresa de Calcuta.


Cortesía Caballeros de Colón

Una copia del mismo fue colocada esta mañana en la Plaza de San Pedro para la ceremonia que presidirá el domingo 4 de septiembre el Papa Francisco.

El título del retrato es "Santa Teresa de Calcuta: Portadora del Amor de Dios".

El retrato ha sido realizado por el artista de 50 años Chas Fagan, por encargo de los Caballeros de Colón, la organización laical más grande del mundo que contribuye con una gran cantidad de proyectos de ayuda en la Iglesia en todo el orbe.

Fagan realizó la obra en un lapso de cuatro meses y estará presente en la canonización de la Madre Teresa el domingo en el Vaticano.

En una nota enviada por Carl Anderson, Caballero Supremo de los Caballeros de Colón, a Fagan, se comenta que “con certeza es el mejor retrato que he visto alguna vez de la Madre Teresa”.

Chas Fagan es un artista que tiene en su haber diversos retratos y estatuas de personajes históricos que incluyen al Expresidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, el astronauta Neil Amstrong, la emblemática luchadora por los derechos civiles de los afroamericanos Rosa Parks, Barbara Bush, entre otros.

Sobre la Madre Teresa, Fagan afirma que “ella fue siempre un constante recordatorio de que hay mucho más por hacer en el mundo y que si uno ayuda a alguien, de pronto los propios problemas podrán desaparecer”.

Joe Cullen, vocero de los Caballeros de Colón, explicó que el retrato pasará a ser propiedad legal de las Misioneras de la Caridad luego de la canonización. Después de Wahington estará en New Haven, pasará luego a Nueva York y después volverá a la capital estadounidense. 

Los Caballeros de Colón imprimirán 1 millón de estampas para la canonización con una breve oración en inglés, español, francés e italiano que dice lo siguiente: "Dios amó tanto al mundo que nos entregó a Su único Hijo. Dios sigue amando al mundo y nos envía a ti y a mí, a ser Su amor, Su compasión para los pobres".

IMÁGENES DE LA PREPARACIÓN PARA LA CANONIZACIÓN DE MADRE TERESA DE CALCUTA













IMÁGENES DE LA PREPARACIÓN PARA LA 
CANONIZACIÓN DE MADRE TERESA DE CALCUTA


"La Madre Teresa marcó la historia de nuestro siglo con valentía. Sirvió a todos los seres humanos promoviendo su dignidad y su respeto, e hizo sentir la ternura de Dios a quienes habían sido derrotados por la vida." - Papa Juan Pablo II


http://ewtn.com/madreteresa/coverage.asp


Fuente: EWTN en español