jueves, 27 de octubre de 2016

PAPA FRANCISCO, LAS GUERRAS SE CREAN PARA ADORAR AL DIOS DINERO


Papa Francisco: Las guerras se crean para adorar al dios dinero
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 27 Oct. 16 / (ACI).- El Papa Francisco criticó hoy, en la homilía de la Misa matutina, a los adoradores de dinero que favorecen las guerras así como la trata de personas y el tráfico de armas.

De esta manera explicó el Papa Francisco el Evangelio del día en el que Jesús en Jerusalén dice “¡Cuántas veces he querido reunir a todos los hijos como una gallina a sus polluelos y no habéis querido!”.

“También hoy delante de las desgracias, de las guerras que se hacen para adorar al dios dinero, a tantos inocentes asesinados por las bombas que lanzan los adoradores del ídolo dinero, también hoy el Padre llora, también hoy dice: ‘Jerusalén, Jerusalén, hijos míos, ¿qué estáis haciendo?’. Y lo dice a las pobres víctimas y también a los traficantes de armas y a todos aquellos que ven la vida de la gente. Nos hará bien pensar que nuestro Padre Dios se ha hecho hombre para poder llorar y nos hará bien pensar que nuestro Padre Dios hoy llora: llora por esta humanidad que no termina de entender la paz que Él nos ofrece, la paz del amor”.


Francisco recordó que Jesús ya se preparaba para morir: “Alguno ha dicho que Dios se ha hecho hombre para poder llorar, llorar aquello que habían hecho a sus hijos. El llanto delante la tumba de Lázaro es el llanto del amigo. Este es el llanto del Padre”.

El Santo Padre también recordó la parábola del hijo pródigo cuando “le pide a su padre la herencia y se marcha”. “Ese padre no fue a sus vecinos a decirles: ‘¡Mira, mira lo que ha pasado! ¡Lo que este pobre desgraciado me ha hecho! Maldigo a este hijo’”. “No, no ha dicho esto” pero “estoy seguro, quizás, que se fue a llorar a solas”.

Otro momento que rememoró fue el de Jesús con la cruz camino del Calvario, donde se da “un llanto de padre y madre que Dios también hoy continúa haciendo”, explicó el Papa.

Evangelio comentado por el Papa:

Lucas 13:31-35
31 En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte.»
32 Y él les dijo: «Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado.
33 Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén.
34 «¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!
35 Pues bien, se os va a dejar vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».

miércoles, 26 de octubre de 2016

NUEVAS NORMAS PARA SEPULTURA DE MUERTOS, CREMACIÓN Y CONSERVACIÓN DE CENIZAS


Vaticano dicta normas para sepultura de muertos, cremación y conservación de cenizas
Por Álvaro de Juana




VATICANO, 25 Oct. 16 /  (ACI).- El Vaticano ha presentado un documento acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación, elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe que está presidida por el Cardenal Gerhard Müller.

Con estas nuevas normas incluidas en la instrucción titulada Ad resurgendum cum Christo, se prohíbe algunas prácticas ampliamente difundidas en la actualidad entre los católicos como la conservación de las cenizas en el hogar, esparcir las cenizas del difunto en el mar o usarlas para confeccionar recuerdos.

La cremación es lícita y las cenizas deben conservarse en un lugar sagrado

La Iglesia establece ahora que “cuando razones de tipo higiénicas, económicas o sociales lleven a optar por la cremación, ésta no debe ser contraria a la voluntad expresa o razonablemente presunta del fiel difunto, la Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta práctica, ya que la cremación del cadáver no toca el alma" ni tampoco niega "la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo”.

El texto precisa que la Iglesia "sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos; sin embargo, la cremación no está prohibida a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana”.

Las cenizas, precisa el texto, "deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente”.


La instrucción establece que la conservación de las cenizas en un lugar sagrado (cementerio) ayuda a evitar "la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas”.

No se puede conservar las cenizas en el hogar

La Congregación para la Doctrina de la Fe señala que está totalmente prohibida “la conservación de las cenizas en el hogar”. “Sólo en casos de graves y excepcionales circunstancias, dependiendo de las condiciones culturales de carácter local, el Ordinario (obispo), de acuerdo con la Conferencia Episcopal o con el Sínodo de los Obispos de las Iglesias Orientales, puede conceder el permiso para conservar las cenizas en el hogar”.

“Las cenizas, sin embargo, no pueden ser divididas entre los diferentes núcleos familiares y se les debe asegurar respeto y condiciones adecuadas de conservación”, dice también.

No se puede esparcir las cenizas

El Papa Francisco también ha aprobado que “para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos, teniendo en cuenta que para estas formas de proceder no se pueden invocar razones higiénicas, sociales o económicas que pueden motivar la opción de la cremación”.

¿Por qué estas prohibiciones?

“Siguiendo la antiquísima tradición cristiana, la Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados”.


El texto recuerda que en 1963 la Santa Sede estableció que “la Iglesia aconseja vivamente la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos”, pero “agregó que la cremación no es contraria a ninguna verdad natural o sobrenatural y que no se les negaran los sacramentos y los funerales a los que habían solicitado ser cremados, siempre que esta opción no obedezca a la negación de los dogmas cristianos o por odio contra la religión católica y la Iglesia”.

Sin embargo, la Congregación para la Doctrina de la Fe destaca que la cremación se ha extendido “notablemente en muchos países” y “al mismo tiempo también se han propagado nuevas ideas en desacuerdo con la fe de la Iglesia”.

El Vaticano también recuerda que “la inhumación (entierro) es en primer lugar la forma más adecuada para expresar la fe y la esperanza en la resurrección corporea”.

“Enterrando los cuerpos de los fieles difuntos, la Iglesia confirma su fe en la resurrección de la carne, y pone de relieve la alta dignidad del cuerpo humano como parte integrante de la persona con la cual el cuerpo comparte la historia”.

La Iglesia advierte por tanto que no puede permitir "actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, considerada como anulación definitiva de la persona, o como momento de fusión con la Madre naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de re-encarnación, o como la liberación definitiva de la ‘prisión’ del cuerpo”.

CONOCE LA ANÉCDOTA QUE CONMOVIÓ A PAPA FRANCISCO SOBRE UN INMIGRANTE Y UN TAXISTA


Conoce la anécdota que conmovió a Papa Francisco sobre un inmigrante y un taxista
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 26 Oct. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco sorprendió este miércoles durante la Audiencia General en la Plaza de San Pedro al contar una anécdota que ocurrió hace tan solo unos días y que refleja muy bien la actitud que deben tener los cristianos respecto a las personas que necesitan ayuda.

“Hace algunos días sucedió una pequeña historia: había un refugiado que buscaba un camino y una señora se le acercó preguntándole qué era lo que buscaba”, comenzó a contar Francisco.

“El refugiado no llevaba zapatos y él ha dicho que quería ir a San Pedro para atravesar la Puerta Santa. La señora llamó a un taxi porque lo veía sin zapatos. Pero el refugiado olía muy mal y el conductor del taxi no quería que llevarle, pero al final accedió a llevarle junto a la señora”.


“Ella le pidió que le contase su historia durante el recorrido de diez minutos para llegar hasta la Plaza de San Pedro. El hombre contó su historia de dolor, sufrimientos y hambre y contó también porque fue obligado a huir de su casa”, añadió el Papa.

“Una vez llegaron –continuó– la señora quiso pagar el taxi, pero el conductor, que al principio no quería llevar al inmigrante porque olía mal, dijo que no porque, añadió, tendría que pagar él a la señora por haberle dado la oportunidad se escuchar una historia que le hizo hecho cambiar el corazón”.

Así, “esta señora, teniendo sangre armenia, sabía qué significaba ser parte de un pueblo que es obligado a huir”. “Pensad en esta historia y en qué podemos hacer por los refugiados”, concluyó.

En la catequesis de este miércoles, Francisco hizo hincapié en la ayuda que hay que prestar a los refugiados e inmigrantes. “El compromiso de los cristianos en este campo es urgente hoy como fue en el pasado” y es para todos: “las diócesis, las parroquias, los institutos de vida consagrada, las asociaciones y los movimientos, todos estamos llamados a acoger a los hermanos y las hermanas que huyen de la guerra, del hambre, de la violencia y de condiciones de vida deshumanas”, dijo el Papa.

PAPA FRANCISCO: LOS CRISTIANOS ESTAMOS LLAMADOS A DAR ACOGIDA A QUIEN LO NECESITA

Papa Francisco: Los cristianos estamos llamados a dar acogida a quien lo necesita
Por Álvaro de Juana
 Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa
VATICANO, 26 Oct. 16 /  (ACI).- En el ciclo de catequesis sobre las obras de misericordia, el Papa Francisco habló en esta ocasión de “fui extranjero y me acogieron, estuve desnudo y me vistieron” y comentó que el cristiano debe estar atento a esta realidad y ayudar al que lo necesita.

“Estas obras de misericordia hacen evidente que los cristianos no están cansados ni tienen pereza en la espera del encuentro final con el Señor, sino que cada día allí lo encuentran, reconociendo su rostro en el de tantas personas que piden ayuda”.

Francisco afirmó que “en nuestros tiempos es más que nunca actual la obra de misericordia relacionada con los extranjeros” puesto que “la crisis económica, los conflictos armados y los cambios climáticos empujan a muchas personas a emigrar”.

En su opinión, “las migraciones no son un fenómeno nuevo, sino que pertenecen a la historia de la humanidad”. Es “falta de memoria histórica pensar que es una cosa solo de nuestros tiempos” ya que “la Biblia nos ofrece muchos ejemplos concretos de migración”. “Basta pensar en Abraham a quien la llamada de Dios le lleva a dejar su país para ir a otro”, recordó.


También fue así “para el pueblo de Israel, que de Egipto, donde era esclavo, fue marchando durante 40 años por el desierto hasta que llegó a la tierra prometida por Dios” e incluso “para la Sagrada Familia, que fue obligada a emigrar y huir de la amenaza de Herodes”.

En la actualidad, “el contexto de crisis económica favorece por desgracia el emerger actitudes de cierre y de no acogida”. “En algunas partes del mundo –explicó el Papa–  surgen muros y barreras” y “parece a veces que la obra silenciosa de muchos hombres y mujeres que, de diferentes modos, se prodigan por ayudar y asistir a los refugiados e inmigrantes es oscurecida por el rumor de otros que dan voz a un instintivo egoísmo”, denunció.

Sin embargo, “la cerrazón no es una solución, es más, termina por favorecer la criminalidad”. “La única vía de solución es la de la solidaridad”, afirmó.

“El compromiso de los cristianos en este campo es urgente hoy como fue en el pasado” y es para todos: “las diócesis, las parroquias, los institutos de vida consagrada, las asociaciones y los movimientos, todos estamos llamados a acoger a los hermanos y las hermanas que huyen de la guerra, del hambre, de la violencia y de condiciones de vida deshumanas”.

“Todos juntos somos una gran fuerza de ayuda para cuantos han perdido la patria, familia, trabajo y dignidad. Y vestir al desnudo, ¿qué quiere decir si no restituir la dignidad a quien la ha perdido?”, preguntó.


El Pontífice pidió pensar en las mujeres víctimas de la trata y que están en las calles o “en los diferentes modos de usar el cuerpo humano como una mercancía, incluso con menores”.

“No tener un trabajo, una casa, un salario justo o ser discriminados por la raza o por la fe son todo formas de ‘desnudez’, frente a las cuales como cristianos somos llamados a estar atentos, vigilantes y prontos a actuar”.

Por último, el Obispo de Roma pidió no ceder “a la trampa de encerrarnos en nosotros mismos, indiferentes a las necesidades de los hermanos y preocuparnos solo por nuestros propios intereses”. Así, “en la medida que nos abramos a nosotros la vida es fecunda, la sociedad retoman la paz y las personas recuperan su plena dignidad”. 

PAPA FRANCISCO VA A SUECIA A CELEBRAR LOS 50 AÑOS DE DIÁLOGO CATÓLICO, LUTERANO


El Papa va a Suecia a celebrar 50 años de diálogo católico-luterano, explica Cardenal
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 26 Oct. 16 / (ACI).- El Papa Francisco visitará Suecia el 31 de octubre y el 1 de noviembre, con motivo de los 500 años de la reforma luterana. Un viaje en el que también dará un mensaje de esperanza a los católicos del país.

En una rueda de prensa este miércoles en la Sala Stampa del Vaticano para presentar los detalles del viaje, el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, aclaró que la visita del Papa Francisco a Suecia se centrará en la conmemoración de los 50 años del comienzo del diálogo con los protestantes y no tanto en la de los 500 años de la reforma luterana.

“No celebramos tanto los 500 años de la reforma protestante, como los 50 años del comienzo del diálogo entre luteranos y católicos”, afirmó.

El Cardenal destacó que “es la primera vez en la historia que católicos y luteranos hacen esta conmemoración común”. Subrayó que en ese hecho reside la novedad del acto, ya que hasta entonces luteranos y católicos celebraban actos conmemorativos por separado.

Suecia tiene más de nueve millones de habitantes en el que sólo el 1,15 % se declara católico (113.000), por lo que es un país mayoritariamente protestante con un importante porcentaje de la población agnóstica o atea.


El Cardenal Koch señaló que la intención de Lutero no era romper la Iglesia, aunque la consecuencia de sus actos fuera esa ruptura. “Lutero –explicó– no quería dividir la Iglesia. No quería crear dos iglesias. Quería reformar la Iglesia Católica, pero en aquel momento no era posible, y dio lugar a la división de los cristianos y a terribles guerras de religión”.

Por su parte, el Secretario General de la Federación Luterana Mundial, Martin Junge, celebró que “el tiempo está maduro para avanzar del conflicto hacia la comunión” en las relaciones entre cristianos.

Aseguró que “es sumamente significativo contar con la presencia del Papa Francisco en Suecia. Estamos sumamente agradecidos por su presencia y por el alto valor que esa presencia le va a dar a la conmemoración conjunta. Somos conscientes de que el Papa está dando continuidad al camino ecuménico emprendido por sus predecesores".

El Papa, dijo "está cosechando los frutos de ese camino, pero dándole un nuevo impulso. Indudablemente, hemos registrado un gran interés por el Papa Francisco por parte de la opinión pública en los países nórdicos”.

El Cardenal Koch dijo también que el ecumenismo tiene muchas páginas, pero que “el fundamento del ecumenismo es el ecumenismo espiritual: la oración por la unidad. Jesús rezó por la unidad de sus discípulos”. Señaló además lo que consideró tres tipos de ecumenismo: cultural, práctico y teológico.

“Tenemos un ecumenismo cultural. Por ejemplo, en Navidad se hace un concierto conjunto del Coro de la Capilla Sixtina y del coro del Patriarcado de Moscú. La música es la lengua más universal del mundo, y puede ayudar al diálogo".

Luego, continuó, "tenemos un ecumenismo práctico, que consiste en la colaboración conjunta, como el viaje del Papa Francisco a Lesbos con el Patriarca Ecuménico Bartolomeo, y el Arzobispo Jerónimo de Atenas, para ofrecer un gesto ecuménico hacia los refugiados”.

Por último, “el diálogo ecuménico teológico no es algo fácil. Hubo cuestiones difíciles en el pasado, sobre todo en lo referente a la cuestión de la justificación. La Iglesia estaba dividida sobre esto. Ahora hay que buscar caminos para caminar juntos”.


El Papa Francisco llegará al aeropuerto internacional de Malmö el lunes 31 de octubre, donde tendrá lugar una recepción oficial. A continuación, mantendrá un encuentro con el primer ministro sueco, Stefan Löfven, en las mismas instalaciones del aeropuerto.

Posteriormente, realizará una visita de cortesía a la Familia Real en el Palacio Real de Lund. En la catedral luterana de esta misma ciudad, a las 14.30, hará una oración ecuménica conjunta.

El acto central del viaje tendrá lugar a las 16.40 en el estadio de Malmö. Allí se producirá el evento ecuménico y el encuentro con las diferentes delegaciones ecuménicas.

El martes 1 de noviembre, el Papa celebrará la Santa Misa a las 9.30 en el estadio Swedbank de Malmö antes de dirigirse al aeropuerto para regresar a Roma.

SALVADOREÑO DISEÑA EL LOGO DEL VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A SUECIA


Salvadoreño diseña el logo del viaje del Papa Francisco a Suecia



ROMA, 26 Oct. 16 /  (ACI).- El diario del Vaticano, L’Osservatore Romano (LOR), dio a conocer el logo del viaje que el Papa Francisco realizará a Suecia del 31 de octubre al 1 de noviembre en ocasión de los 500 años de la reforma protestante.

El logo ha sido confeccionado por el artista salvadoreño Christian Chavarría Ayala, quien coloca en el centro de la cruz a Cristo.

En una nota que LOR publicó hace unos días, se indica que el logo muestra a Dios, uno y trino, creador y reconciliador. En la base se aprecia las manos divinas que tienen juntas todas las cosas creadas.

Jesucristo, palabra de Dios, que se hace presente en la Eucaristía, es el culmen de toda la vida. Él sostiene toda la creación y renueva la vida del hombre con su muerte y resurrección.

El viñedo y la vid simbolizan a Cristo y al pueblo de Dios. La paloma que se ve en tres partes representa el Espíritu Santo. Es la certeza de que la obra de salvación de Dios continúa expresando su potencia en cada tiempo y situación, según la promesa divina.

La fuente bautismal simboliza el agua viva que regenera al hombre y lo inserta en la comunión de los santos. La Eucaristía manifiesta la comunión visible de la Iglesia.

Jesucristo, al centro, se ofrece como alimento para la vida, para alentar la unidad y reconciliar.

La cruz representa el más profundo deseo de una Eucaristía compartida.

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE ACOGER AL EMIGRANTE Y REFUGIADO


TEXTO: Catequesis del Papa Francisco sobre acoger al emigrante y refugiado
 Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa



VATICANO, 26 Oct. 16 /  (ACI).- La catequesis del Papa Francisco en la Audiencia Jubilar habló de la acogida y la ayuda al refugiado y al inmigrante, una actitud que todo cristiano debe tener, según afirmó el Pontífice.

“A veces parece que la obra silenciosa de muchos hombres y mujeres que, de diversos modos, se ofrecen para ayudar y asistir a los prófugos y a los migrantes sea opacada por el murmullo de otros que dan voz a un instintivo egoísmo. Pero la cerrazón no es la solución, al contrario, termina por favorecer los tráficos criminales. La única vía de solución es aquella de la solidaridad. Solidaridad, solidaridad con los migrantes, solidaridad con los forasteros”, afirmó.

A continuación, el texto completo de la catequesis del Papa:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Proseguimos con la reflexión sobre las Obras de misericordia corporales, que el Señor Jesús nos ha transmitido para mantener siempre viva y dinámica nuestra fe. Estas obras, de hecho, muestran que los cristianos no están cansados e inactivos en la espera del encuentro final con el Señor, sino que cada día van a su encuentro, reconociendo su rostro en aquel de tantas personas que piden ayuda. Hoy nos detenemos en estas palabras de Jesús: «Estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron» (Mt 25,35-36).

En nuestro tiempo es todavía actual la obra que se refiere a los forasteros. La crisis económica, los conflictos armados y los cambios climáticos llevan a tantas personas a emigrar. Sin embargo, las migraciones no son un fenómeno nuevo, sino que pertenecen a la historia de la humanidad. Es falta de memoria histórica pensar que estas sean algo propio de nuestro tiempo.


La Biblia nos ofrece muchos ejemplos concretos de migración. Basta pensar en Abrahán. La llamada de Dios lo llevó a dejar su país para ir a otro: «Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré» (Gen 12,1). Y así también fue para el pueblo de Israel, que de Egipto, donde era esclavo, caminó marchando por cuarenta años en el desierto hasta cuando llegó a la tierra prometida por Dios.

La misma Sagrada Familia – María, José y el pequeño Jesús – fue obligada a emigrar para huir de las amenazas de Herodes: «José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes» (Mt 2,14-15). La historia de la humanidad es una historia de migraciones: en cada latitud, no existe un pueblo que no haya conocido el fenómeno migratorio.

En el curso de los siglos hemos asistido a propósito a grandes expresiones de solidaridad, a pesar que no han faltado tensiones sociales. Hoy, el contexto de la crisis económica favorece lamentablemente el surgir de actitudes de cerrazón y de no acogida. En algunas partes del mundo surgen muros y barreras.

A veces parece que la obra silenciosa de muchos hombres y mujeres que, de diversos modos, se ofrecen para ayudar y asistir a los prófugos y a los migrantes sea opacada por el murmullo de otros que dan voz a un instintivo egoísmo. Pero la cerrazón no es la solución, al contrario, termina por favorecer los tráficos criminales. La única vía de solución es aquella de la solidaridad. Solidaridad … solidaridad con los migrantes, solidaridad con los forasteros…

El compromiso de los cristianos en este campo es urgente hoy como en el pasado. Para mirar sólo al siglo pasado, recordemos la estupenda figura de Santa Francisca Cabrini, que dedicó su vida junto a la de sus compañeras a los migrantes hacia los Estados Unidos de América. También hoy tenemos necesidad de estos testimonios para que la misericordia pueda alcanzar a tantos que se encuentran en necesidad.

Es un compromiso que involucra a todos, ninguno excluido. Las diócesis, las parroquias, los institutos de vida consagrada, las asociaciones y movimientos, como también cada cristiano, todos estamos llamados a acoger a los hermanos y a las hermanas que huyen de la guerra, del hambre, de la violencia y de condiciones de vida deshumanos.

Todos juntos somos una gran fuerza de ayuda para cuantos han perdido la patria, la familia, el trabajo y la dignidad. Hace algunos días, ha sucedido una pequeña historia, de ciudad. Había un refugiado que buscaba una calle y una señora se le acercó y le dijo: “¿Usted busca algo?”. Estaba sin zapatos, este refugiado. Y él dijo: “Yo quisiera ir a San Pedro para pasar por la Puerta Santa”. Y la señora pensó: “Pero, no tiene zapatos, ¿cómo iremos caminando?”. Y llamó un taxi.

Para este migrante, aquel refugiado olía mal y el conductor del taxi casi no quería que subiera, pero al final lo dejó subir al taxi. Y la señora, junto a él. Y la señora le preguntó un poco de su historia de refugiado y de migrante, en el recorrido del viaje, los diez minutos para llegar hasta aquí. Este hombre narró su historia de dolor, de guerra, de hambre y porque había huido de su Patria para migrar aquí.

Cuando llegaron, la señora abrió la cartera para pagar al taxista y el taxista, el hombre, el conductor que al inicio no quería que este migrante subiera porque olía mal, le dijo a la señora: “No, señora, soy yo quien debo pagar a usted porque usted me ha hecho escuchar una historia que me ha cambiado el corazón”.


Esta señora sabía qué cosa era el dolor de un migrante, porque tenía sangre armenia y sabía el sufrimiento de su pueblo. Cuando nosotros hacemos una cosa de este tipo, al inicio nos negamos porque nos da un poco de incomodidad, “pero, huele mal…”. Pero al final, la historia nos perfuma el alma y nos hace cambiar. Piensen en esta historia y pensemos que cosa podemos hacer por los refugiados.

Y la otra cosa es vestir a quien está desnudo: ¿no quiere decir otra cosa que restituir la dignidad a quien lo ha perdido? Ciertamente dando de vestir a quien no tiene; pero pensemos también en las mujeres víctimas de la trata arrojadas a las calles, o a los demás, modos de usas el cuerpo humano como mercancía, incluso de los menores.

Y así también no tener un trabajo, una casa, un salario justo es una forma de desnudez, o ser discriminado por la raza o per la fe, son todas formas de “desnudez”, ante las cuales como cristianos estamos llamados a estar atentos, vigilantes y listos a actuar.

Queridos hermanos y hermanas, no caigamos en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos, indiferentes a las necesidades de los hermanos y preocupados sólo de nuestros intereses.

Es justamente en la medida en la cual nos abrimos a los demás que la vida se hace fecunda, la sociedad consigue la paz y las personas recuperan su plena dignidad. Y no se olviden de aquella señora, no se olviden de aquel migrante que olía mal y no se olviden del taxista al cual el migrante había cambiado el alma. Gracias.