lunes, 17 de agosto de 2015

EL PAPA FRANCISCO SALUDA A JÓVENES QUE CELEBRAN BICENTENARIO DE NACIMIENTO DE DON BOSCO


El Papa saluda a jóvenes que celebran bicentenario de nacimiento de Don Bosco
Papa Francisco. Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa.



VATICANO, 16 Ago. 15 / 10:39 am (ACI/EWTN Noticias).- Concluido el rezo del Ángelus, el Papa Francisco envió hoy un saludo a los jóvenes que se han reunido en Turín (Italia) para participar en la celebración del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco.

Juan Melchor Bosco Occhiena, conocido como Don Bosco,  nació un 16 de agosto de 1815 en el caserío de I Becchi, cerca de Morialdo en Castelnuovo (norte de Italia), en el seno de una familia muy humilde.

Como sacerdote, San Juan Bosco acogió a centenares de jóvenes a quienes les ofreció espacios de formación para que lleguen a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

El Papa dirigió “un saludo especial a los numerosos jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, reunidos en Turín en los lugares de San Juan Bosco para celebrar el bicentenario de su nacimiento”.

“Les animo a vivir en la cotidianidad la alegría del Evangelio, para generar esperanza en el mundo”, señaló.

Etiquetas: Vaticano, jóvenes, Ángelus, Don Bosco, Papa Francisco, Ángelus dominical, Bicentenario Don Bosco

EN LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN: PAPA FRANCISCO EXPLICA DOS GRANDES LECCIONES DE MARÍA


Fiesta de la Asunción: Papa Francisco explica dos grandes lecciones de la Virgen María
Foto Daniel Ibáñez / ACI Prensa




VATICANO, 15 Ago. 15 / 07:29 am (ACI).- Al presidir este mediodía el rezo del Ángelus en ocasión de la fiesta de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al Cielo, el Papa Francisco explicó dos importantes lecciones de la Madre de Dios para todo cristiano.

El Pontífice recordó que en el Evangelio de hoy aparece el canto del Magnificat, en el que María, tras el encuentro con su prima Isabel que también está embarazada, alaba a Dios por las grandes cosas que ha obrado en ella.

Primera lección: La fe

El Santo Padre explicó que este pasaje evangélico resalta “el motivo más verdadero de la grandeza de María y de su santidad: el motivo es la fe. De hecho Isabel la saluda con estas palabras: ‘Feliz tú por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor’”.

El Papa señaló que “la fe es el corazón de toda la historia de María; ella es la creyente, la gran creyente; ella sabe –y así lo dice– que en la historia pesa la violencia de los prepotentes, el orgullo de los ricos, la arrogancia de los soberbios”.

Sin embargo, prosigue, “María cree y proclama que Dios no deja solos a sus hijos, humildes y pobres, sino que los socorre con misericordia, con premura, derribando a los poderosos de sus tronos, dispersando a los orgullosos en las tramas de sus corazones. Y ésta es la fe de nuestra Madre, ¡esta es la fe de María!”

Segunda lección: La vida no es un deambular sin rumbo

El Papa Francisco dijo luego que las grandes cosas obradas por Dios en María no tienen que ver solo con ella sino que también “nos tocan profundamente, nos hablan de nuestro viaje por la vida, nos recuerdan la meta que nos espera: la casa del Padre”.

“Nuestra vida, vista a la luz de María asunta al Cielo, no es un deambular sin rumbo, sino una peregrinación que, aún con todas sus incertidumbres y sufrimientos, tiene una meta segura: la casa de nuestro Padre, que nos espera con amor”.

Dios, explica el Pontífice, ha dejado en la tierra “un signo de consuelo y de segura esperanza” que tiene un rostro y un nombre concreto: “aquel signo tiene un rostro, aquel signo tiene un nombre: el rostro radiante de la Madre del Señor, el nombre bendito de María, la llena de gracia, bendita porque ella creyó en la palabra del Señor. ¡La gran creyente!”

“Como miembros de la Iglesia, estamos destinados a compartir la gloria de nuestra Madre, porque, gracias a Dios, también nosotros creemos en el sacrificio de Cristo en la cruz y, mediante el Bautismo, somos insertados en este misterio de salvación”.

Al finalizar su reflexión y parafraseando la oración de la Salve, Francisco pidió a todos rezar para que “mientras prosigue nuestro camino sobre esta tierra, ella vuelva sobre nosotros sus ojos misericordiosos, nos despeje el camino, nos indique la meta, y nos muestre después de este exilio a Jesús, fruto bendito de su vientre. Y decimos juntos: ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!”

PAPA FRANCISCO: EL CIELO COMIENZA EN LA EUCARISTÍA


Papa Francisco: El Cielo comienza en la Eucaristía
Foto: Joaquín Peiro / ACI Prensa.




VATICANO, 16 Ago. 15 / 09:35 am (ACI/EWTN Noticias).- Al presidir hoy el rezo del Ángelus ante la multitud de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco reflexionó sobre el significado de “comer la carne y beber la sangre de Jesús”, y aseguró  que el Cielo comienza en la Eucaristía.

El Santo Padre explicó que “vivir en comunión real con Jesús sobre esta tierra nos hace ya pasar de la muerte a la vida. El cielo comienza precisamente en esta comunión con Jesús”.

“En estos domingos la Liturgia nos está proponiendo, del Evangelio de Juan, el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, que es Él mismo y que es también el sacramento de la Eucaristía” dijo, y señaló que el pasaje de hoy “presenta la última parte de ese discurso, y hace referencia a algunos entre la gente que se escandalizan porque Jesús dice: ‘El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día’”.

El Papa destacó que “el estupor de los que lo escuchan es comprensible”. “Ante todo preguntas: ¿qué significa ‘comer la carne y beber la sangre’ de Jesús?, ¿es solo una imagen, una forma de decir, un símbolo, o indica algo real?”, indicó.

Francisco destacó que “sabiendo que deberá morir sobre la cruz por nosotros, Jesús se identifica con aquel pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en el ‘signo’ del Sacrificio que lo espera. Este proceso tiene su culmen en la Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su Cuerpo y en su Sangre”.

“Es la Eucaristía, que Jesús nos deja con una finalidad precisa: que nosotros podamos convertirnos en una sola una cosa con Él”.

Francisco lamentó que “a veces, con respecto a la santa Misa, se siente esta objeción: ‘¿Para qué sirve la Misa? Yo voy a la iglesia cuando tengo ganas, y rezo mejor solo’”.

Ante esto, el Santo Padre respondió que “la Eucaristía no es una oración privada o una bella experiencia espiritual, no es una simple conmemoración de aquello que Jesús ha hecho en la Última Cena”.

“Decimos, para entender bien, que la Eucaristía es ‘memorial’, o sea un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo ofrecido por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros”.

El Papa subrayó que “la Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos”.

“Nutrirnos de aquel ‘Pan de vida’ significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus  elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor y convertirnos en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho”.

Al finalizar, el Santo Padre señaló que “en el Cielo ya nos espera María nuestra Madre – ayer hemos celebrado este misterio. Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos de Jesús, Pan de Vida, siempre con fe”.

martes, 11 de agosto de 2015

SI NO CAMBIAN Y NO SE HACEN COMO LOS NIÑOS...


Si no cambian y no se hacen como los niños...

Tiempo Ordinario



Mateo 18, 1-5. 10,12-14. Tiempo Ordinario.El Señor elige según sus criterios y elige a los débiles y los humildes, para confundir a los poderosos de la tierra. 



Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net 




Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la 19a. Semana del Tiempo Ordinario   del lunes 10 al domingo 16 de agosto 2015.
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Del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10, 12-14
En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?" Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: "Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente  el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron.  De igual modo, el Padre Celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños".
Oración introductoria
Espíritu Santo, dame tu luz en este momento de oración. Con la confianza de un niño pido también la intercesión de mi ángel de la guarda, de modo que tenga la docilidad para escuchar la Palabra y seguirla, como una oveja sigue a su pastor.

Petición
Jesús, concédeme el don de buscar, con la sencillez y la nobleza de un niño, el amor.

Meditación del Papa Francisco
Hay una relación entre Dios y nosotros pequeños: Dios, el grande y nosotros pequeños. Dios, cuando debe elegir a las personas, también a su pueblo, siempre elige a los pequeños. Dios elige a su pueblo porque es el más pequeño, tiene menos poder que los otros pueblos. Hay un diálogo entre Dios y la pequeñaza humana. También la Virgen María dijo: "El Señor ha mirado la humillación de su sierva". El Señor ve el corazón. El Señor elige según sus criterios y elige a los débiles y los humildes, para confundir a los poderosos de la tierra.
Todos nosotros con el bautismo somos elegidos por el Señor. Todos somos elegidos. Nos ha elegido uno a uno. Nos ha dado un nombre y nos mira. Hay un diálogo, porque así ama el Señor.
La fidelidad cristiana, nuestra fidelidad, es simplemente mantener nuestra pequeñez, para poder dialogar con el Señor. Por esto la humildad, la mansedumbre son tan importantes en la vida del cristiano, porque guarda la pequeñez, a la que le gusta mirar al Señor. Y será siempre el diálogo entre nuestra pequeñez y la grandeza del Señor. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 21 de enero de 2014, en Santa Marta).
Reflexión 
En cuántas instituciones se da una lucha despiadada en las personas por subir de rango en su trabajo. Se pisa y se hunde al otro con tal de ser el mejor y estar por encima de los demás. Llevamos a la práctica la frase maquiavélica de "el fin justifica los medios". Si hay que ridiculizar, criticar o humillar a nuestro contrincante, lo hacemos.

También a los discípulos de Jesús les surgían estos aires de posesión que tiene todo hombre, por eso le preguntan a Cristo quién será el primero en le reino de los cielos. Sin embargo, Jesús les saca de dudas respondiéndoles que aquel que sea como un niño. Respuesta un poco desconcertante porque todos eran ya mayores de edad y como que eso de volver a las cosas de niño no se vería muy bien en ellos. Obviamente, Jesús se refería a ser como niños en el espíritu, porque si alguien nos da ejemplo de inocencia, sencillez, pureza, sinceridad, cariño son precisamente los niños. En ellos no se da la doblez, morbosidad, envidia que desgraciadamente florece en algunas personas mayores. Los niños conquistan a todo mundo precisamente por su espontaneidad e ingenuidad que nace de su sencillez.

Que este evangelio sea una invitación a mirar la intención por la que buscamos las virtudes espirituales. Si es por amor a nosotros mismos, para que nos vean las demás personas, para que vean lo bueno que somos, o si las buscamos para crecer en nuestra vida espiritual con esa sencillez con la que se dirige un niño a sus padres.

Pidamos a Cristo la gracia de ganarnos el primer puesto en el reino de los cielos por nuestra sencillez y sinceridad en el momento de servir a los demás.

Propósito
Ante las tentaciones que se me puedan presentar hoy, pedir a Dios su gracia para evitar, incluso, el pecado venial.

Diálogo con Cristo 
Gracias, Señor, por mi ángel de la guarda y por la gran esperanza que surge de esta meditación. La cultura admira a la persona que por su propio esfuerzo tiene éxito, y esto es bueno. Pero, como tu hijo, debo tener una visión más amplia: atesorar esa confianza y dependencia a tu gracia, que es la que realmente logrará la trascendencia de mi vida. Además, siempre recordar que hay muchas ovejas sin pastor que no deben quedarse atrás ni perderse, si en mí está el poder ayudarles a volver o encontrar el redil.

FRANCIA: REPIQUE DE CAMPANAS Y UNA BELLA ORACIÓN A LA VIRGEN POR LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS


Francia: Repique de campanas y una bella oración a la Virgen por cristianos perseguidos.
Por María Ximena Rondón



PARÍS, 10 Ago. 15 / 07:12 am (ACI).- El sábado 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María, los fieles franceses recitarán la oración “Nuestra Señora que derriba los muros” y repicarán las campanas de las iglesias de seis diócesis: Fréjus-Toulon, Gap y Embrun, Bayonne, Avignon, Ajaccio y Nancy, para manifestar su apoyo y solidaridad con los cristianos perseguidos en Medio Oriente.


Cuando se cumple un año de la huida de más de 100 mil cristianos de la Llanura de Nínive en Irak a causa de la persecución del Estado Islámico en el país, el Arzobispo de Avignon, Mons. Jean Pierre Cattenoz, indicó que eligieron el día de la Asunción para esta iniciativa porque “cuando todo va mal, a la única que nos podemos dirigir es a la Virgen María. Los cristianos de oriente tienen una fuerte devoción a María”.

En un comunicado publicado en el sitio web de la Conferencia Episcopal Francesa, el Arzobispo explica que eligieron la oración “Nuestra Señora que derriba los muros” porque “las paredes tienen que caer son grandes: las que existen entre las naciones y los pueblos que están siendo masacrados y también las que dividen comunidades, incluso en Francia”.

A inicios de julio, una laica de nombre Anne de Ladouctte denunció a Famille Chrétienne el silencio de Francia sobre la situación de los cristianos en Oriente: “no es normal que Francia, la hija mayor de la Iglesia, no se haya expresado de manera masiva su apoyo a los cristianos de Oriente”.

Mons. Dominique Rey, Obispo de Fréjus-Toulon, respondió a este llamado y propuso esta iniciativa “sencilla y fuerte” esperando que todos los católicos de Francia se sumen.


“Bastaría un signo, una expresión intensamente expresada por todos los hombres de buena voluntad: en el día de la Asunción al mediodía en Francia, las campanas de nuestras iglesias  sonarán y los cristianos y todos los que deseen reunirse en la plazas expresarán su apoyo armados sólo con el amor en nuestras manos”, dijo el Prelado según indica un comunicado de su diócesis.

A continuación la oración a Nuestra Señora la que derriba los muros:


Santísima Madre de Dios,

te invocamos como Madre de la Iglesia,

Madre de todos los cristianos sufrientes.

Te suplicamos, por tu ardiente intercesión,

que derribes el muro, los muros de nuestros corazones,

y los muros que generan el odio, la violencia, el miedo y la indiferencia, entre los hombres y entre los pueblos.

Tu que has aplastado a la antigua serpiente,

reúnenos y acógenos en tu manto virginal,

protégenos de todos mal, y abre para siempre en nuestras vidas

la puerta de la esperanza.

Haz nacer en nosotros y en este mundo, la civilización del amor

Surgida de la cruz y de la resurrección de tu divino Hijo,

Jesucristo, nuestro Salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.


(Esta oración, escrita en francés en un muro en Tierra Santa junto a un ícono de la Virgen, puede rezarse también como novena por los cristianos perseguidos desde el 15 hasta el 23 de agosto).

IMÁGENES DEL PAPA FRANCISCO CON MENSAJES












domingo, 9 de agosto de 2015

¿ES HORA DE DIMITIR? EL QUE CREE, TIENE VIDA ETERNA - EVANGELIO DOMINGO 9 AGOSTO 2015


¿Es hora de dimitir? El que cree, tiene vida eterna

Tiempo Ordinario



Juan 6,41-51. Domingo 19o. Tiempo Ordinario B. Muchas veces renunciamos a nuestras responsabilidades y nos dejamos vencer por el desánimo. 



Por: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Juan 6, 41-51
Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?» Jesús les respondió: «No murmuréis entre vosotros. «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» 

Oración introductoria
Jesús, dame fe para saber orar. No permitas que me dé miedo el silencio y el sosiego. Haz que opte siempre por el camino de la escucha de tu Palabra. Quiero reconocerte y adorarte en la Eucaristía.

Petición
Espíritu Santo, enséñame a reconocer tu presencia y acción en todo lo bueno que hay en mi vida.

Meditación del Papa Francisco
Si miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que existen muchas ofertas de alimento que no vienen del Señor y que aparentemente satisfacen más. Algunos se nutren con el dinero, otros con el éxito y la vanidad, otros con el poder y el orgullo. Pero el alimento que nos nutre verdaderamente y que nos sacia es sólo el que nos da el Señor. El alimento que nos ofrece el Señor es distinto de los demás, y tal vez no nos parece tan gustoso como ciertas comidas que nos ofrece el mundo. Entonces soñamos con otras comidas, como los judíos en el desierto, que añoraban la carne y las cebollas que comían en Egipto, pero olvidaban que esos alimentos los comían en la mesa de la esclavitud. Ellos, en esos momentos de tentación, tenían memoria, pero una memoria enferma, una memoria selectiva. Una memoria esclava, no libre.
Cada uno de nosotros, hoy, puede preguntarse: ¿y yo? ¿Dónde quiero comer? ¿En qué mesa quiero alimentarme? ¿En la mesa del Señor? ¿O sueño con comer manjares gustosos, pero en la esclavitud? (Homilía de S.S. Francisco, 19 de julio de 2014).
Reflexión
Algunos medios de comunicación especularon sobre la posible dimisión del Papa Juan Pablo II debido a su edad y a su salud. Sin embargo, el Santo Padre nunca mencionó una sola palabra sobre el tema. Después de esos absurdos pronunciamientos de la prensa, el Papa expresó abiertamente su firme deseo de continuar en la misión que Cristo le había encomendado al frente de su Iglesia hasta su muerte. ¡Qué ejemplo tan maravilloso de entrega y de fidelidad heroica nos dió San Juan Pablo II! A pesar de su edad y de su quebrantada salud, siguió en pie, como un roble, conduciendo el timón de la Iglesia, sabiendo que es el mismo Señor quien la guió a través de él.

Sin embargo, muchos de nosotros, a nuestra edad y llenos de salud, sí que "dimitimos" tantas veces, presos del desaliento, la depresión y el cansancio. Dimitimos de nuestras responsabilidades y nos dejamos vencer por las crisis del desánimo. Nos asalta la tentación de la derrota y claudicamos a la primera bajo el peso de las desilusiones, las incomprensiones, los fallos, los fracasos, el ambiente mezquino, injusto y podrido que nos rodea; bajo el peso de la hipocresía, de la falsedad y de la desconfianza. Y todo se nos acumula dentro, nos nubla la vista, seca las energías de nuestro corazón y, finalmente, nos postramos en tierra y desistimos de seguir avanzando.

A nosotros nos pasa lo que le aconteció al profeta Elías. La primera lectura, del libro de los Reyes, nos cuenta que Elías, huyendo de la persecución desatada contra él por la reina Jezabel, fatigado del camino, se tira bajo una retama, se desea la muerte y luego se queda profundamente dormido. Ya no tiene ganas de nada, se siente frustrado y completamente derrotado. Ya no vale la pena continuar. ¿Para qué esforzarse más? ¿Qué sentido tiene, si nadie lo reconoce, si lo persiguen e intentan darle muerte por el bien que realiza? Basta ya. Mejor quedarse tranquilo y olvidarse de todo. Y, en medio de esta crisis mortal, se le aparece un ángel del Señor, lo despierta, le da de comer y de beber, y lo anima a seguir adelante: "Levántate y come -le dice- porque el camino es superior a tus fuerzas". Y con el vigor que le dio aquel alimento –nos narra el autor sagrado– "caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al Horeb, el monte de Dios".

Recuerdo que, cuando era niño -y después, cuando me fui haciendo menos niño- con mucha frecuencia escuchaba –y también cantaba– durante la Santa Misa aquel motete que dice: "No podemos caminar con hambre y bajo el sol, danos siempre el mismo pan, tu Cuerpo y Sangre, Señor". Y enseguida venía a mi imaginación una estampa típica del desierto. Y me fortalecía pensando en Jesús, a quien enseguida iba a recibir en la Sagrada Comunión.

Esta es la enseñanza que nos trae el evangelio de hoy: "Yo soy el pan de vida –nos dice nuestro Señor–. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan, vivirá para siempre". No sólo tendrá la fuerza para caminar cuarenta días y cuarenta noches, como Elías; ni sólo tendrá la fortaleza que necesita para vencer las crisis de desánimo, de cansancio y de derrota; sino que, además, tendrá vida ETERNA. ¿Qué más podemos desear?

Pero aquí tenemos que preguntarnos: ¿Cómo recibo a nuestro Señor en la Comunión? Si lo hago con verdadera fe, devoción y amor, producirá sus frutos de vida eterna en mi alma. Pero si lo recibo de modo indigno, distraído, con el corazón tibio o mediocre... es obvio que no me aprovechará para nada. Ojalá que, de hoy en adelante, procuremos recibir a Jesús en nuestra alma como lo haría la Santísima Virgen María después de que su Hijo subió al cielo. Entonces, sólo entonces, muchas cosas cambiarán en nuestra vida.

Propósito
Visitar a Cristo Eucaristía, o hacer una comunión espiritual, para agradecerle su inmenso amor.

Diálogo con Cristo
Señor, el espejismo de las cosas del mundo me deslumbran y me impiden reconocerte y darte el lugar que te corresponde en mi vida. Gracias por este momento de oración. Confío me lleve a valorar la Eucaristía como mi lugar de luz, de esperanza, de conversión; te pido la gracia de gozar sensiblemente de tu presencia eucarística.


Preguntas o comentarios al autor    P. Sergio Cordova LC