jueves, 16 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO PIDE INVITES A UN POBRE A COMER EL DOMINGO 19 NOVIEMBRE


El Papa te pide que invites a un pobre a comer el domingo 19 de noviembre
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

VATICANO, 15 Nov. 17 / 11:05 am (ACI).- El domingo 19 de noviembre se celebrará la I Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco, por esa razón el Santo Padre animó a todos, católicos, fieles de otras religiones y no creyentes, a tener un gesto con los más necesitados como, por ejemplo, invitarlos “a nuestra mesa como invitados de honor”.

El Pontífice realizó esta invitación en el mensaje con motivo de la Jornada, en el que señala que “en ese domingo, si en nuestro vecindario viven pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el momento propicio para encontrar al Dios que buscamos”.

De esa manera, los pobres “podrán ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de manera más coherente”. 

Los pobres, “con su confianza y disposición a dejarse ayudar, nos muestran de modo sobrio, y con frecuencia alegre, lo importante que es vivir con lo esencial y abandonarse a la providencia del Padre”.

De otro lado, Mons. José Octavio Ruiz Arenas, Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización afirmó que “lo importante es que, en la medida de lo posible, desarrollemos esa conciencia específica de la necesidad de ayudar a una persona concreta”. Esa persona concreta puede ser “un familiar, un amigo o un desconocido”.

El Prelado explicó que “el Papa quiso establecer esta Jornada Mundial de los Pobres para que tomemos conciencia de que la pobreza es una realidad presente a la que no podemos dar la espalda”. 

“La pobreza está en todo el mundo. Somos conscientes de que la principal fuente de la pobreza es la mala distribución de las riquezas, el egoísmo, el acaparamiento de los bienes materiales, el olvido de los demás”.

La Jornada Mundial de los Pobres se celebrará en el Vaticano con una Misa en la que participarán miles de personas en situación de exclusión social. 

Posteriormente, unos 1.500 pobres participarán en un almuerzo festivo con el Papa Francisco en el Aula Pablo VI, mientras que otras 2.500 personas en situación de pobreza serán recibidas en diferentes seminarios y colegios católicos de la capital italiana para participar también en un almuerzo.

Esta iniciativa la impulsó el propio Papa Francisco tras la clausura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, con el objetivo de que el conjunto de la comunidad cristiana sienta el llamado de ofrecer su mano a los pobres, a los débiles y a los hombres y mujeres cuya dignidad ha sido pisoteada.

PAPA FRANCISCO RECLAMA UNIDAD ENTRE SACERDOTES, PARROQUIAS Y DIÓCESIS


Papa Francisco reclama unidad entre sacerdotes, parroquias y Diócesis
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



VATICANO, 16 Nov. 17 / 06:22 am (ACI).- El Papa Francisco destacó la importancia de que haya unidad entre las parroquias y los sacerdotes con su Obispo y con las estructuras diocesanas, así como la importancia de la comunión de estas con la Iglesia universal.

El Pontífice se expresó así ante los participantes en la Asamblea Internacional de la Confederación Unión Apostólica del Clero, a quienes recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano este jueves 16 de noviembre.

En su discurso, Francisco defendió que, en el papel del pastor en la Iglesia particular resulta esencial una “espiritualidad diocesana” que sea reflejo de la “comunión trinitaria”, la cual es el “principal modelo de referencia para la comunidad eclesial”.

Para ello, es imperante la necesidad de que la Iglesia particular se sostenga en la Diócesis: “Una Iglesia particular tiene un rostro, un ritmo y una decisión concreta a la que debe servir con dedicación cada día testimoniando la sintonía y la unidad vivida y desarrollada con el Obispo”.

“El camino pastoral de la comunidad local –continuó el Papa– tiene como punto de referencia imprescindible el plan pastoral de la Diócesis, a la cual se deben ceñir los programas de las asociaciones, de los movimientos y de cualquier grupo particular”.

Francisco destacó que “la dedicación a la Iglesia particular debe expresarse siempre como un aliento mayor que la sitúe en sintonía con la vida de toda la Iglesia. La comunión y la misión son dinámicas correlativas".

"El ministro sirve a su Iglesia particular, con docilidad al Espíritu Santo y a su Obispo, y en colaboración con los demás presbíteros, pero con la conciencia de formar parte de la Iglesia universal que supera los confines de la propia Diócesis y del propio país”.

Añadió que “esta unidad pastoral, de todos en torno al Obispo, es la que hace la unidad en la Iglesia. Es muy triste cuando en un presbítero encontramos que esta unidad no existe, o que es aparente”.

Por otro lado, señaló que uno se convierte “en experto en espiritualidad de comunión gracias a la conversión a Cristo, a la apertura dócil a la acción de su Espíritu, a la acogida de los hermanos. Como bien sabemos, la fecundidad del apostolado no depende sólo de la actividad y de los esfuerzos organizativos, por otro lado, necesarios, si no, en primer lugar, de la acción divina”.

“Hoy, como en el pasado, los santos son los evangelizadores más eficaces, y todos los bautizado son llamados a aspirar a la medida más alta de vida cristiana, es decir a la santidad. Con más razón, esto concierne a los ministros ordinarios”.

Para poder realizar este ideal de santidad, continuó el Obispo de Roma, “cada ministro ordinario está llamado a seguir el ejemplo del Buen Pastor que da la vida por las ovejas. Para ello, el Padre celeste nos ha colmado de infinitos tesoros de misericordia, ternura y amor: ahí es donde siempre podremos encontrar la energía espiritual indispensable para irradiar en el mundo su amor y su alegría”.

Asimismo, relacionado estrechamente con el camino de la espiritualidad, se encuentra el empeño de la acción pastoral al servicio del pueblo de Dios, destacó el Papa. “Los pastores están llamados a ser servidores sagaces y fieles que imitan al Señor”. Servidores que “viven las alegrías y los dolores, las decepciones y las esperanzas del rebaño a ellos confiado”, incidió. 

IMÁGENES DEL PAPA FRANCISCO CON MENSAJES















miércoles, 15 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO SEÑALA ESTAS 2 CONDICIONES PARA ENCONTRARSE CON DIOS EN LA EUCARISTÍA


El Papa señala estas 2 condiciones para encontrarse con Dios en la Eucaristía
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
VATICANO, 15 Nov. 17 / 04:25 am (ACI).- Ser humildes y dejarse sorprender por Dios: estas son las dos condiciones indicadas por el Papa Francisco, durante la Audiencia General de este miércoles 15 de noviembre, para poder encontrarse con Dios en la Eucaristía.

En su catequesis, el Santo Padre señaló que “la Misa es oración, aún más, es la oración por excelencia, la más alta, la más sublime y, al mismo tiempo, la más concreta. De hecho, es el encuentro de amor con Dios mediante su Palabra y el Cuerpo y la Sangre de Jesús”. Afirmó que para comprender la belleza de la celebración eucarística hay que tener ese aspecto en cuenta.

Por lo tanto, humildad y confianza son requisitos esenciales para recibir al Señor. “En primer lugar, ser humildes, reconocerse hijos, descansar en el Padre, fiarse de Él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario hacerse pequeños como niños. En el sentido de que los niños saben fiarse, saben que alguno se preocupará de ellos, de aquello que comerán, de aquello que llevarán, y así todo”.

“La segunda predisposición, también propia de los niños, es dejarse sorprender –continuó el Pontífice–. El niño hace siempre mil preguntas porque desea descubrir el mundo, se maravilla de las cosas pequeñas porque todo es nuevo para él. Para entrar en el Reino de los Cielos es necesario dejarse maravillar. En nuestra relación con el Señor, en la oración, ¿nos dejamos maravillar? ¿Nos dejamos sorprender? Porque el encuentro con el Señor es siempre un encuentro vivo”.

Si la Eucaristía es oración, “¿qué es la oración?”, se preguntó Francisco. “Es, sobre todo, diálogo, una relación personal con Dios. El hombre ha sido creado como ser relacional que encuentra su plenitud relacionándose en el encuentro con su Creador”.

En la catequesis señaló también que “el Libro del Génesis afirma que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, el cual es Padre, Hijo y Espíritu Santo, una relación perfecta de amor y de unidad. De ella podemos comprender que nosotros hemos sido creados para entrar en una relación perfecta de amor, en un continuo entregarse y recibirse para poder encontrar así la plenitud de nuestro ser”.

“Cuando Moisés, ante la zarza ardiente, recibe la llamada de Dios, le pregunta cuál es su nombre, y Él le responde: ‘Yo soy el que es’. Esta expresión, en su sentido original, expresa presencia y favor, y, de hecho, inmediatamente después añade: ‘El Señor, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob’”, subrayó el Papa.

De esta manera, “también Cristo, cuando llama a sus discípulos, los llama para que permanezcan con Él. Esta es la gracia más grande: poder experimentar que la Eucaristía es el momento privilegiado para estar con Jesús y, por medio de Él, con Dios y con los hermanos”.

El Pontífice invitó a “rezar como un verdadero diálogo”, y recordó que ese diálogo “también implica saber permanecer en silencio. En silencio junto a Jesús. Del misterioso silencio de Dios surge su Palabra que resuena en nuestro corazón. Jesús mismo nos enseña cómo es posible ‘estar’ verdaderamente con el Padre y nos lo demuestra con su oración”.

“Los Evangelios nos muestran a Jesús que se retira a un lugar aparte para rezar; los discípulos, viendo su íntima relación con el Padre, sienten el deseo de poder participar, y le piden: ‘Señor, enséñanos a rezar’. Jesús responde que la primera cosa necesaria para rezar es saber decir ‘Padre’, es decir, ponerse en su presencia con confianza filial. Pero para poder aprender, es necesario reconocer humildemente que necesitamos ser instruidos, y decirlo con sencillez: enséñame a rezar, Señor”.

Por ello insistió en la necesidad de pedirle al Señor: “Señor, enséñame a rezar”.

LAMBORGHINI DONA UNO DE SUS DEPORTIVOS AL PAPA FRANCISCO PARA FINANCIAR PROYECTOS SOCIALES


Lamborghini dona uno de sus deportivos al Papa Francisco para financiar proyectos sociales
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 15 Nov. 17 / 06:53 am (ACI).- El fabricante italiano de vehículos deportivos de alta gama, Lamborghini, ha fabricado una unidad única de su modelo Huracan que ha donado al Papa Francisco con fines sociales.

La donación tuvo lugar el miércoles 15 de noviembre, antes de la Audiencia General, frente a la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Para poder destinarlo a dichos fines sociales, el vehículo deportivo será subastado por la casa Sotheby’S. Los beneficios resultantes de la subasta se entregarán al Santo Padre.

Con esos fondos, la Santa Sede financiará la reconstrucción de la Planicie de Nínive, región del norte de Irak, dominada durante años por el Estado Islámico y destruida por la guerra, por medio de diversos proyectos de la Fundación de derecho pontificio Ayuda a la Iglesia Necesitada.

La labor de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Irak pretende garantizar el retorno de los cristianos a la Planicie de Nínive, de donde debieron huir para salvar sus vidas tras la ocupación de Estado Islámico, mediante la reconstrucción de sus hogares, el restablecimiento de los servicios públicos y la restitución de los lugares de culto.

La mayor parte de los cristianos de Nínive se refugiaron en el Kurdistán iraquí. La mayoría continúan refugiados allí a la espera de poder regresar finalmente a su tierra y recuperar sus raíces y su dignidad.

Un segundo proyecto que se financiará con la subasta del Lamborghini será la ayuda a víctimas de la trata de personas y de la prostitución por medio de la Comunidad Papa Juan XXIII.

Por último, otras dos asociaciones italianas que desarrollan su actividad principalmente en África, Gicam y Amigos de Centroáfrica, se beneficiarán de la donación para sus proyectos centrados en la ayuda a las mujeres y a los niños.

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA EUCARISTÍA COMO ENCUENTRO CON DIOS


TEXTO: Catequesis del Papa Francisco sobre la Eucaristía como encuentro con Dios
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




VATICANO, 15 Nov. 17 / 05:50 am (ACI).- El Papa Francisco ofreció una segunda catequesis sobre la Misa durante la Audiencia General en la Plaza de San Pedro.

El Pontífice explicó que la Eucaristía es la mejor oración y afirmó que hay que “ser humildes, reconocerse hijos, descansar en el Padre, confiar en Él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario hacerse pequeños como niños”.

A continuación, la catequesis completa del Papa:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


Continuamos con las catequesis sobre la Santa Misa. Para comprender la belleza de la celebración eucarística deseo iniciar con un aspecto muy simple: la Misa es oración, es más, es la oración por excelencia, la más alta, la más sublime, y al mismo tiempo la más “concreta”. De hecho, es el encuentro de amor con Dios mediante su Palabra y el Cuerpo y Sangre de Jesús. Es un encuentro con el Señor.

Pero antes debemos responder a una pregunta. ¿Qué cosa es verdaderamente la oración? Ella es sobre todo diálogo, relación personal con Dios. Y el hombre ha sido creado como ser en relación personal con Dios que encuentra su plena realización solamente en el encuentro con su Creador. El camino de la vida es hacia el encuentro definitivo con el Señor.

El Libro del Génesis afirma que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, quien es Padre e Hijo y Espíritu Santo, una relación perfecta de amor que es unidad. De esto podemos comprender que todos nosotros hemos sido creados para entrar en una relación perfecta de amor, en un continuo donarnos y recibirnos para poder encontrar así la plenitud de nuestro ser.

Cuando Moisés, ante la zarza ardiente, recibe la llamada de Dios, le pregunta cuál es su nombre. Y, ¿qué cosa responde Dios?: «Yo soy el que soy» (Ex 3,14). Esta expresión, en sentido original, expresa presencia y gracia, y de hecho enseguida Dios agrega: « El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob» (v. 15). Así también Cristo, cuando llama a sus discípulos, los llama para que estén con Él. Esta pues es la gracia más grande: poder experimentar que la Misa, la Eucaristía es el momento privilegiado para estar con Jesús, y, a través de Él, con Dios y con los hermanos.

Orar, como todo verdadero diálogo, es también saber permanecer en silencio – en los diálogos existen momentos de silencio –, en silencio junto a Jesús. Y cuando nosotros vamos a Misa, tal vez llegamos cinco minutos antes y comenzamos a conversar con quien está al lado nuestro. Pero no es el momento de conversar: es el momento del silencio para prepararnos al diálogo. Es el momento de recogernos en nuestro propio corazón para prepararnos al encuentro con Jesús. ¡El silencio es muy importante! Recuerden lo que les he dicho la semana pasada: no vamos a un espectáculo, vamos al encuentro con el Señor y el silencio nos prepara y nos acompaña. Permanecer en silencio junto a Jesús. Y del misterioso silencio de Dios emerge su Palabra que resuena en nuestro corazón. Jesús mismo nos enseña como realmente es posible “estar” con el Padre y nos lo demuestra con su oración. Los Evangelios nos muestran a Jesús que se retira en lugares apartados para orar; los discípulos, viendo esto su íntima relación con el Padre, sienten el deseo de poder participar, y le piden: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1). Hemos escuchado en la Lectura antes, al inicio de la audiencia. Jesús responde que la primera cosa necesaria para orar es saber decir “Padre”. Estén atentos: si yo no soy capaz de decir “Padre” a Dios, no soy capaz de orar. Debemos aprender a decir “Padre”, es decir, ponerse en su presencia con confianza filial. Pero para poder aprender, se necesita reconocer humildemente que tenemos necesidad de estar instruidos, y decir con simplicidad: Señor enséñanos a orar.

Este es el primer punto: ser humildes, reconocerse hijos, descansar en el Padre, confiar en Él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario hacerse pequeños como niños. En el sentido que los niños saben confiar, saben que alguien se preocupará de ellos, de lo que comerán, de lo que se pondrán y otras cosas más (cfr. Mt 6,25-32). Esta es la primera actitud: confianza y familiaridad, como el niño hacia los padres; saber que Dios se recuerda de ti, cuida de ti, de ti, de mí, de todos.


La segunda predisposición, también esta propia de los niños, es dejarse sorprender. El niño hace siempre mil preguntas porque desea descubrir el mundo; y se maravilla incluso de cosas pequeñas porque todo es nuevo para él. Para entrar en el Reino de los cielos se necesita dejarse maravillar. ¿En nuestra relación con el Señor, en la oración – pregunto – nos dejamos maravillar o pensamos que la oración es hablar a Dios como hacen los papagayos? No, es confiar y abrir el corazón para dejarse maravillar. ¿Nos dejamos sorprender por Dios que es siempre el Dios de las sorpresas? Porque el encuentro con el Señor es siempre un encuentro vivo, no es un encuentro de museo. Es un encuentro vivo y nosotros vamos a la Misa, no a un museo. Vamos a un encuentro vivo con el Señor.

En el Evangelio se habla de un cierto Nicodemo (Jn 3,1-21), un hombre anciano, una autoridad en Israel, que donde Jesús para conocerlo; y el Señor le habla de la necesidad de “renacer de lo alto” (Cfr. v. 3). Pero, ¿qué cosa significa? ¿Se puede “renacer”? ¿Volver a tener el gusto, la alegría, la maravilla de la vida, es posible, también ante tantas tragedias? Esta es una pregunta fundamental de nuestra fe y este es el deseo de todo verdadero creyente: el deseo de renacer, la alegría de reiniciar. ¿Nosotros tenemos este deseo? ¿Cada uno de nosotros tiene deseo de renacer siempre para encontrar al Señor? ¿Tienen este deseo? De hecho, se puede perderlo fácilmente porque, a causa de tantas actividades, de tantos proyectos de poner en acto, al final nos queda poco tiempo y perdemos de vista aquello que es fundamental: nuestra vida del corazón, nuestra vida espiritual, nuestra vida que es encuentro con el Señor en la oración.

En verdad, el Señor nos sorprende mostrándonos que Él nos ama incluso en nuestras debilidades. «Jesucristo […] es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero» (1 Jn 2,2). Este don, fuente de verdadera consolación – pero el Señor nos perdona siempre – esto, consuela, es una verdadera consolación, es un don que nos es dado a través de la Eucaristía, de aquel banquete nupcial en el cual el Esposo encuentra nuestra fragilidad. Puedo decir que, ¿Cuándo recibo la comunión en la Misa, el Señor encuentra mi fragilidad? ¡Sí! ¡Podemos decirlo porque esto es verdad! El Señor encuentra nuestra fragilidad para llevarnos a nuestra primera llamada: aquella de ser imagen y semejanza de Dios. Este es el ambiente de la Eucaristía, esta es la oración.

martes, 14 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO INVITARÁ ALMUERZO A 1500 NECESITADOS EN LA JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES


El Papa invitará el almuerzo a 1500 necesitados en la Jornada Mundial de los Pobres
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 14 Nov. 17 / 09:38 am (ACI).- Miles de personas en situación de exclusión y pobres participarán en la Misa celebrada por el Papa Francisco con motivo de la I Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará en Roma el próximo domingo 19 de noviembre.

Tras la celebración de la Eucaristía, 1.500 personas participarán en una comida festiva en el Aula Pablo VI junto al Santo Padre, mientras que otras 2.500 personas serán recibidas en diferentes seminarios y colegios católicos de Roma para participar también en un almuerzo.

Los necesitados estarán acompañados por el personal de las asociaciones de voluntariado provenientes de Roma, Lazio y de diversas diócesis del mundo, que se reunirán en la Basílica de San Pedro para participar en la Misa.

40 diáconos de la Diócesis de Roma y cerca de 150 voluntarios provenientes de las parroquias de la Diócesis servirán a los pobres.

La Jornada se ha organizada con la colaboración del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización junto con Cáritas, la Comunidad de Sant’Egidio, la Orden de Malta, Nuevos Horizontes, la Comunidad Juan XXIII, la Asociación Fratello 2016, Opere Antoniane de Roma, ACLI Roma, y los Grupos de Cercanía de Voluntariado.

El menú que se servirá en el Aula Pablo VI lo confeccionará el restaurante “Al Pioppeto”, y estará compuesto por diferentes platos tradicionales de la cocina italiana. 

La Banda de Música de la Gendarmería Vaticana y el coro “Le Dolci Note” animarán la comida.


La celebración de la Jornada Mundial de los Pobres es el resultado de un fuerte deseo del Papa Francisco tras la conclusión del Jubileo de la Misericordia con el fin de que toda la comunidad cristiana se sienta llamada a tender la mano a los pobres, a los débiles, a los hombres y mujeres cuya dignidad ha sido pisoteada.