miércoles, 21 de diciembre de 2016

NUEVA CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA ESPERANZA Y EL PESEBRE


TEXTO: Nueva catequesis del Papa Francisco sobre la esperanza y el pesebre
Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)




VATICANO, 21 Dic. 16 / 06:37 am (ACI).- El Papa Francisco dedicó su catequesis de este miércoles a reflexionar sobre la esperanza originada en la encarnación del Hijo de Dios y la importancia de tener el pesebre en casa en el tiempo del Adviento y la Navidad.

A continuación, y gracias a Radio Vaticano, el texto completo de su catequesis de hoy:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hemos iniciado hace poco un camino de catequesis sobre el tema de la esperanza, muy apropiado para el tiempo del Adviento. El profeta Isaías ha sido quien nos ha guiado hasta ahora.

Hoy, a pocos días de la Navidad, quisiera reflexionar de modo más específico sobre el momento en el cual, por así decir, la esperanza ha entrado en el mundo, con la encarnación del Hijo de Dios. El mismo profeta Isaías había preanunciado el nacimiento del Mesías en algunos pasajes: «Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel» (7,14); y también – en otro pasaje – «Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces» (11,1).

En estos pasajes se entre ve el sentido de la Navidad: Dios cumple la promesa haciéndose hombre; no abandona a su pueblo, se acerca hasta despojarse de su divinidad. De este modo Dios demuestra su fidelidad e inaugura un Reino nuevo, que dona una nueva esperanza a la humanidad. Y ¿cuál es esta esperanza? La vida eterna.

Cuando se habla de la esperanza, muchas veces se refiere a lo que no está en el poder del hombre y que no es visible. De hecho, lo que esperamos va más allá de nuestras fuerzas y nuestra mirada. Pero el Nacimiento de Cristo, inaugurando la redención, nos habla de una esperanza distinta, una esperanza segura, visible y comprensible, porque está fundada en Dios.

Él entra en el mundo y nos dona la fuerza para caminar con Él –Dios camina con nosotros en Jesús–, caminar con Él hacia la plenitud de la vida; nos da la fuerza para estar de una manera nueva en el presente, a pesar de ser difícil.

Entonces, esperar para el cristiano significa la certeza de estar en camino con Cristo hacia el Padre que nos espera. La esperanza jamás está detenida, la esperanza siempre está en camino y nos hace caminar. Esta esperanza, que el Niño de Belén nos dona, ofrece una meta, un destino bueno en el presente, la salvación para la humanidad, la bienaventuranza para quien se encomienda a Dios misericordioso.

San Pablo resume todo esto con la expresión: «Solamente en esperanza hemos sido salvados» (Rom 8,24). Es decir, caminando de este modo, con esperanza, somos salvados. Y aquí podemos hacernos una pregunta, cada uno de nosotros: ¿yo camino con esperanza o mi vida interior está detenida, cerrada? ¿Mi corazón es un cajón cerrado o es un cajón abierto a la esperanza que me hace caminar? No solo sino con Jesús. Una buena pregunta para hacernos.

El pesebre

En las casas de los cristianos, durante el tiempo de Adviento, se prepara el pesebre, según la tradición que se remonta a San Francisco de Asís. En su simplicidad, el pesebre transmite esperanza; cada uno de los personajes está inmerso en esta atmósfera de esperanza.

Antes que nada notamos el lugar en el cual nace Jesús: Belén. Un pequeño pueblo de Judea donde mil años antes había nacido David, el pastor elegido por Dios como rey de Israel.

Belén no es una capital, y por esto es preferida por la providencia divina, que ama actuar a través de los pequeños y los humildes. En aquel lugar nace el “hijo de David” tan esperado, Jesús, en el cual la esperanza de Dios y la esperanza del hombre se encuentran.

Luego, miramos a María, Madre de la esperanza. Con su “si” abrió a Dios la puerta de nuestro mundo: su corazón de joven estaba lleno de esperanza, completamente animada por la fe; y así Dios la ha elegido y ella ha creído en su palabra.

Aquella que durante nueve meses ha sido el arca de la nueva y eterna Alianza, en la gruta contempla al Niño y ve en Él el amor de Dios, que viene a salvar a su pueblo y a la entera humanidad.

Junto a María estaba José, descendiente de Jesé y de David; también él ha creído en las palabras del ángel, y mirando a Jesús en el pesebre, piensa que aquel Niño viene del Espíritu Santo, y que Dios mismo le ha ordenado llamarle así, “Jesús”.

En este nombre está la esperanza para todo hombre, porque mediante este hijo de mujer, Dios salvará a la humanidad de la muerte y del pecado. Por esto es importante mirar el pesebre: detenerse un poco y mirar y ver cuanta esperanza hay en esta gente.

Y también en el pesebre están los pastores, que representan a los humildes y a los pobres que esperaban al Mesías, el «consuelo de Israel» (Lc 2,25) y la «redención de Jerusalén» (Lc 2,38).

En aquel Niño ven la realización de las promesas y esperan que la salvación de Dios llegue finalmente para cada uno de ellos. Quien confía en sus propias seguridades, sobre todo materiales, no espera la salvación de Dios. Pero fijemos esto en la cabeza: nuestras propias seguridades no nos salvaran. Las propias seguridades no nos salvaran, solamente la seguridad que nos salva es aquella de la esperanza en Dios, aquella que nos salva, aquella fuerte.

Y aquella que nos hace caminar en la vida con alegría, con ganas de hacer el bien, con las ganas de ser felices para toda la eternidad. Los pequeños, los pastores, en cambio confían en Dios, esperan en Él y se alegran cuando reconocen en este Niño el signo indicado por los ángeles (Cfr. Lc 2,12).

Y justamente ahí está el coro de los ángeles que anuncia desde lo alto el gran designio que aquel Niño realiza: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él» (Lc 2,14). La esperanza cristiana se expresa en la alabanza y en el agradecimiento a Dios, que ha inaugurado su Reino de amor, de justicia y de paz.

Queridos hermanos y hermanas, en estos días, contemplando el pesebre, nos preparamos para el Nacimiento del Señor. Será verdaderamente una fiesta si acogemos a Jesús, semilla de esperanza que Dios siembra en los surcos de nuestra historia personal y comunitaria. Cada “si” a Jesús que viene es un germen de esperanza.

Tengamos confianza en este germen de esperanza, en este sí: “Si Jesús, tú puedes salvarme, tú puedes salvarme”. ¡Feliz Navidad de esperanza para todos!

sábado, 17 de diciembre de 2016

80 AÑOS DEL PAPA FRANCISCO


ES PROPIO DEL AMOR NO OLVIDAR EL CAMINO DE FE QUE HEMOS RECORRIDO


Papa Francisco: Es propio del amor no olvidar el camino de fe que hemos recorrido
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa.




VATICANO, 17 Dic. 16 / 06:26 am (ACI).- En la homilía de la Misa que celebró este 17 de diciembre, con motivo de su 80 cumpleaños, en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico en el Vaticano, el Papa Francisco alentó a “mirar atrás” y “hacer memoria” del camino de la fe que hemos recorrido. “Es propio del amor no olvidar”, dijo.

El Santo Padre exhortó a los fieles a dirigir “la mirada atrás para poder ir mejor hacia adelante. Esto es el significado de la jornada litúrgica de hoy. La gracia de la memoria. Pedir esta memoria. Es propio del amor no olvidar”.

“Es propio del amor tener delante de los ojos tanto bien que hemos recibido. Es propio del amor mirar la historia. De dónde venimos. Nuestros padres, nuestros antepasados. El camino de la fe”, señaló.

El Santo Padre llamó la atención sobre la peculiaridad del Evangelio del día, en el cual se enumera toda la genealogía de Jesús, en el período de Adviento, cuando ya estamos ansiosos por la Navidad. Según explicó parece como que “en el momento en el cual la espera vigilante se hace más intensa, cuando entramos en este camino del Adviento, en este momento en que la Iglesia empieza con las grandes Antífonas, en este momento fuerte que indica que vamos adelante hacia la Navidad, la Liturgia nos hace detenernos un poco”.


“Detengámonos”, propuso. “¿Qué significa este detenerse en un momento que progresa en intensidad? Simplemente la Iglesia quiere que hagamos memoria. Párate y haz memoria. Mira hacia atrás. Mira el camino”.

“¡Hagan memoria!”, alentó. “La memoria, esta actitud deuteronómica que le da al alma tanta fuerza. La memoria que la misma Escritura subraya como modo de rezar, de encontrar a Dios”.

Francisco destacó las bondades de la memoria. “Esta memoria nos hace bien porque hace más intensa la vigilante esperanza hacia la Navidad. La memoria que toma desde el inicio la elección del pueblo: Jesucristo hijo de David, hijo de Abraham. El pueblo elegido camina hacia una promesa, con la fuerza de la alianza y de las siguientes alianzas que fue haciendo. Así es el camino para el cristiano, así es nuestro camino simple”.

“Nos han hecho una promesa –recordó el Papa–: ‘Camina en mi presencia y sé irreprochable’, como nuestros padres. Una promesa que será plena hacia el final pero que se consolida con cada alianza que hacemos, y nos hace ver que no somos nosotros los que elegimos. Nos hace entender que todos nosotros fuimos elegidos: la elección, la promesa, la alianza son como los pilares de la memoria cristiana”.

Sin embargo, debemos evitar quedarnos en lo externo del Evangelio de hoy, en esa aparente enumeración “aburrida” y fijarnos en la gracia que contiene, pidió. “Esta es la gracia de hoy: hacer memoria. Cuando nosotros leemos este evangelio hay una historia de gracia. Una historia de gracia muy grande, pero también una historia de pecado. En el camino siempre encontramos gracia y pecado”.

“En la historia de la salvación hay pecadores grandes y también hay santos. También nosotros en la propia vida encontraremos lo mismo. Momentos de gran fidelidad al Señor, de alegría en el servicio, y momentos feos de infidelidad y pecado que nos hacen sentir la necesidad de la salvación”.

“Esta es nuestra seguridad. Porque cuando nosotros tenemos necesidad de salvación, confesamos la fe. Hacemos una confesión de fe: ‘Yo soy un pecador, pero tú me puedes salvar, tú me llevas adelante’. Y así se va a delante en la alegría de la esperanza”.

Francisco recordó que “en el adviento hemos empezado a recorrer este camino en vigilante esperanza al Señor. Nos detenemos, miramos hacia atrás, vemos que el camino ha estado lindo, que el Señor no nos ha defraudado, que el Señor es fiel”.

“Aunque también vemos que en la historia, en nuestra vida, hay momentos felices y momentos feos de pecado. Pero el Señor, Él mismo con la mano tendida para levantarnos nos dice: ‘sigue adelante. Sigue adelante al encuentro definitivo’”, señaló.

El Papa Francisco terminó su homilía invitando a todos a luchar por la gracia de la memoria: “que no nos quiten jamás la gracia de la memoria, de mirar hacia atrás todo lo que el Señor ha hecho por nosotros en la Iglesia, en la historia de la Salvación”, porque es “la historia de un Dios que quiere caminar con su pueblo y hacerse finalmente un hombre como cada uno de nosotros”.

FELIZ CUMPLEAÑOS 80 PAPA FRANCISCO!!


¡Feliz Cumpleaños 80 Papa Francisco!
Por Diego López Marina
/ Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 16 Dic. 16 / 06:00 pm (ACI).- Ya son las 00:00 horas del 17 de diciembre en Roma y el Papa Francisco cumple 80 años de vida. Millones de fieles se alegran en todo el mundo por el cumpleaños del Pontífice nacido en la Argentina y que siempre pide que se acuerden de rezar por él.

Este año 2016 ha sido de grandes momentos para el Santo Padre. Poco antes de que comenzara, más precisamente el 8 de diciembre de 2015 en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco inauguró el Jubileo o Año Santo de la Misericordia al abrir, acompañado de Benedicto XVI, la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro.

Ya en 2016, en el mes de febrero, fueron enviados a todo el mundo más de mil misioneros de la misericordia, es decir, sacerdotes que tenían como misión perdonar los pecados reservados como el del aborto, que ordinariamente solo podían absolver obispos y algunos presbíteros; una facultad que el Papa acaba de extender de manera indefinida a todos los sacerdotes a través de la Carta Apostólica “Misericordia et misera”.

Después, entre el 12 al 18 de febrero el Papa realizó un histórico viaje a México, donde además del Distrito Federal, visitó cuatro lugares donde nunca antes estuvo un Pontífice: Ecatepec, San Cristóbal de las Casas, Morelia y Ciudad Juárez en la frontera con Estados Unidos.

En el mes de junio Francisco visitó Armenia, primer país cristiano del mundo, del viernes 24 al domingo 26 y rindió homenaje a las víctimas del genocidio –entre millón y medio y dos millones de personas asesinadas– a manos de los turcos que gobernaron el Imperio Otomano de 1915 a 1923.

Más adelante, el 27 de julio el Pontífice arribó a Polonia, concretamente a Cracovia, donde presidió la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), la segunda de su pontificado luego de la realizada en Río de Janeiro en 2013 donde más de tres millones de jóvenes celebraron la fe con el Santo Padre.

También pudo visitar el campo de concentración de Auschwitz, como hizo Benedicto XVI en 2006, y el Santuario Mariano de Czestochowa.


Al término de este encuentro mundial, el Pontífice anunció que la siguiente edición de la JMJ se llevará a cabo en Panamá en el 2019.

Luego, en una multitudinaria Misa celebrada el 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, a la que se calcula asistieron unas 120 mil personas, el Papa Francisco canonizó a Santa Teresa de Calcuta.

El penúltimo viaje del año se llevó a cabo entre el 30 de septiembre al 2 de octubre, en el que Francisco visitó los países Georgia y Azerbaiyán, dos países limítrofes con Rusia donde se encontró con las pequeñas comunidades católicas, así como con la mayoría ortodoxa y musulmana respectivamente.

El 16 de octubre el Papa Francisco canonizó a siete nuevos santos en el Vaticano, entre ellos el niño mexicano José Sánchez del Río, mártir de la guerra cristera, y el sacerdote argentino José Gabriel del Rosario Brochero, el “Cura Brochero”.

A finales de octubre se llevó a cabo el último viaje apostólico del año en el que el Santo Padre visitó Suecia del 31 de octubre al 1 de noviembre, con motivo de los 500 años de la reforma protestante y los 50 años del diálogo entre los luteranos y los católicos.

Finalmente, concluyendo el año litúrgico y previo a la Misa por la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, el domingo 13 de noviembre se cerraron las Puertas Santas en todo el mundo y el día 20 el Papa Francisco puso fin al Año de la Misericordia con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.

Biografía

Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio y Regina María Sívori, inmigrantes italianos.


Fue bautizado el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires.

Durante su infancia fue alumno del Colegio Salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles y estudió en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 27 Hipólito Yrigoyen en la que se graduó como técnico químico. Luego trabajó en el laboratorio Hickethier-Bachmann.

Durante su juventud, sufrió una enfermedad a los pulmones por lo que fue sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón, lo que no le impidió desarrollar sus actividades con normalidad.

El 11 de marzo de 1958 ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en el Seminario de Villa Devoto.  Como novicio de la Compañía de Jesús terminó sus estudios en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile.


Entre 1967 y 1070 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, casi a los 33 años de edad.

Continuó sus estudios de 1970 a 1971 en la Universidad de Alcalá Henares (España) y el 22 de abril de 1973 realizó su profesión de jesuita. De regreso a Argentina fue maestro de novicios en la Villa Barilari; profesor en la Facultad de Teología de San Miguel; consultor provincial de la Compañía de Jesús, cargo que ocupó hasta 1979; y rector del Colegio Máximo de la Facultad.

Fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires por el Papa Juan Pablo IIel 20 de mayo de 1992. Cuando la salud del entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Antonio Quarracino, empezó a debilitarse, Mons. Bergoglio fue designado Arzobispo Coadjutor el 3 de junio de 1997. Al fallecer el Cardenal Quarracino lo sucedió en el cargo de Arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.

Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el Papa Juan Pablo II lo creó Cardenal. Como Purpurado formó parte de la Comisión para América Latina; la Congregación para el Clero; el Pontificio Consejo para la Familia; la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El Cardenal Bergoglio siempre tuvo un estilo de vida sencillo y austero. Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia episcopal, renunció a su limosina y a su chofer, se movilizaba en transporte público y preparaba su comida.

El Cardenal Bergoglio disfrutaba de la ópera, el tango y el fútbol, cuya pasión aún disfruta al ser socio activo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

LO QUE HAGAMOS A LOS MÁS DÉBILES SE LO HACEMOS AL MISMO CRISTO


Lo que hagamos a los más débiles se lo hacemos al mismo Cristo, dice el Papa
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.




VATICANO, 17 Dic. 16 / 09:45 am (ACI).- Ante miembros de la Comunidad de Nomadelfia, a los que recibió en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa Francisco recordó la obligación de todo cristiano de acoger a los débiles. Lo que hagamos a nuestros hermanos más débiles, se lo hacemos a Cristo mismo, advirtió el Santo Padre

“Quien haya alimentado, vestido y acogido a uno de los más pobres de entre los hombres, habrá alimentado, acogido y amado al mismo Hijo de Dios. Quien, al contrario, haya rechazado, despreciado y olvidado a alguno de los más débiles y pequeños, habrá rechazado a Dios mismo”, recordó.

El Pontífice reflexionó sobre lo que significa el Adviento para un cristiano. “El tiempo de Adviento nos ayuda a meditar sobre el misterio del Hijo de Dios llegado en carne, que con su nacimiento ha traído al mundo la luz y la paz”.

El Obispo de Roma señaló que “en Navidad, Dios no se revela como aquel que está en lo alto y que domina el universo, más bien se revela como aquel que se abaja y desciende, asumiendo el aspecto frágil de un niño. De este modo, Dios nos enseña que no debemos ponernos nosotros mismos por encima de los otros, sino que estamos llamados a abajarnos, a servir por amor a los más débiles, a hacernos pequeños con los pequeños”.


“Si Dios, mediante la venida de su Hijo a la tierra se involucró con el hombre hasta el punto de hacerse como uno de nosotros, excepto en el pecado, ello significa que, según la misma palabra de Jesús, cualquier cosa que hagamos a uno de los más pequeños, se lo haremos a Él”.

El Papa Francisco tuvo unas palabras de recuerdo de don Zeno Saltini, que fundó la Comunidad de Nomadelfia en el año 1948 con la finalidad de que niños abandonados pudieran tener una familia. “Don Zeno Saltini, su fundador, había entendido bien estas cosas e, incluso en medio de las dificultades y de los malentendidos, siguió hacia adelante con confianza, con el objetivo de llevar la buena semilla del Evangelio también a los terrenos más áridos. ¡Y ha tenido éxito! Su Comunidad de Nomadelfia es la prueba”, destacó.

“Don Zeno se presenta a nosotros hoy con ese ejemplo de fiel discípulo de Cristo que, a imitación del divino Maestro, se apoya en el sufrimiento de los más débiles y de los más pobres convirtiéndose en testigo de una caridad inagotable”.

El Santo Padre exhortó a los presentes a que la valentía y la perseverancia de Don Zeno “les sirvan de guía en su empeño cotidiano de hacer fructificar las semillas del bien que sembró de forma abundante, motivado por la pasión evangélica y por un sincero amor a la Iglesia”.

La Comunidad de Nomadelfia es una obra fundada en Italia en el año 1948 por el sacerdote Zeno Saltini. Su labor tiene por objetivo crear una red de familias que acojan a niños abandonados como si fueran sus propios hijos.

Estas familias viven juntas en poblados, o “ciudades”, siguiendo el ejemplo de las primeras comunidades cristianas. En la comunidad se comparten todos los bienes.

En Roma existe una pequeña comunidad, cuya principal función es acoger a peregrinos, en la que 50 familias acogen a unas 300 personas. Su comunidad más importante se encuentra cerca de la localidad italiana de Grosseto.

Según indican fuentes de la Comunidad de Nomadelfia, la Iglesia les reconoció y les erigió como parroquia en el año 1962. En 1994 se aprobó su nueva Constitución como “Asociación privada entre fieles”.

La Comunidad de Nomadelfia se adhiere a la doctrina, al culto y a las costumbres de la Iglesia. Para el Estado Italiano, Nomadelfia es una asociación civil organizada como una cooperativa de trabajo.

PAPA FRANCISCO CELEBRÓ SU 80 CUMPLEAÑOS DESAYUNANDO CON PERSONAS SIN HOGAR


El Papa Francisco celebró su 80 cumpleaños desayunando con personas sin hogar
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano.



VATICANO, 17 Dic. 16 / 07:35 am (ACI).- Este sábado 17 de diciembre, día de su 80 cumpleaños, el Papa Francisco desayunó en la Casa Santa Marta con ocho personas sin hogar –dos mujeres y seis hombres– que suelen dormir bajo la columnata de la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.

En el desayuno también participó Mons. Konrad Krajewski, Limosnero de Su Santidad.

Entre las ocho personas sin hogar que desayunaron hoy con el Papa se encuentran cuatro italianos, un moldavo, dos rumanos y un peruano.


El Santo Padre saludó afectuosamente a cada uno, y ellos le regalaron tres ramos de girasoles que el Papa colocó inmediatamente en la capilla de la Casa Santa Marta.

Antes de concluir el desayuno, alrededor de las 7:45 a.m. (hora de Roma), el Santo Padre les regaló dulces argentinos.

En el transcurso del día, en muchos comedores de Roma, se servirá al finalizar el almuerzo o la cena una tarta de cumpleaños proporcionada por el Papa. Quienes se alojan en albergues recibirán una bolsa con una pequeña imagen en recuerdo de la Navidad y un pequeño regalo.

Durante los últimos días, el Papa Francisco recibió cerca de 50 mil felicitaciones y saludos por correo electrónico provenientes de todo el mundo. Los más numerosos son en inglés, español e italiano, pero también le escribieron más de mil felicitaciones en latín.

PAPA FRANCISCO EN SU 80 CUMPLEAÑOS, RECEN POR MI


Papa Francisco en su 80 cumpleaños: Recen por mí para que mi vejez sea feliz
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.




VATICANO, 17 Dic. 16 / 07:02 am (ACI).- Tras la misa concelebrada en la Capilla Paulina del Palacio Vaticano para celebrar su cumpleaños, el Papa Francisco reflexionó ante los presentes sobre la “vejez”, y pidió oraciones para que la suya sea “tranquila, religiosa y fecunda y también feliz”.

El Santo Padre indicó que “vejez” es “una palabra que desde hace algunos días me viene a la mente y que parece fea. Asusta un poco”.


El Papa comentó divertido cómo el día anterior le regalaron la obra “Sobre la vejez”, de Cicerón. “Una gota más”, dijo sonriendo.

Sin embargo, el Pontífice recordó sus propias palabras: “La vejez es sabiduría”. “Esperemos que también lo sea para mí”, expresó.

Francisco recordó también algunos versos sobre la vejez que le resultan inspiradores. “‘Con paso silencioso, de golpe llega la vejez’, decía Plinio, un poema que recuerdo cuando pensó en cómo ha llegado tan rápido la vejez”.

El Papa también insistió en vivir con alegría esta etapa de la vida. “Cuando uno lo piensa como una etapa que es para dar alegría, sabiduría, esperanza, uno comienza a vivir”. Y recordó otro poema: “‘la vejez es tranquila y es religiosa’. Recen por mí para que mi vejez sea así, tranquila, religiosa y fecunda, y también feliz”.