miércoles, 14 de diciembre de 2016

PAPA FRANCISCO REZA POR EL FALLECIDO PRELADO DEL OPUS DEI MONS. JAVIER ECHEVARRÍA


Papa Francisco reza por el fallecido Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría
Por Miguel Pérez Pichel



VATICANO, 13 Dic. 16 / 07:31 am (ACI).- El Papa Francisco llamó por teléfono a las 8.15 a.m. de esta mañana al Vicario Auxiliar de la Prelatura, Mons. Fernando Ocáriz, para expresar su cercanía al Opus Dei, tras el fallecimiento de su Prelado, Mons. Javier Echevarría.

Según señala el Opus Dei a través de su sitio web, “el Santo Padre ha asegurado sus oraciones por el Prelado durante la celebración de la Eucaristía y ha enviado su bendición para todos los fieles y amigos de la Prelatura”.

Asimismo, en un telegrama enviado a Mons. Fernando Ocáriz, el Santo Padre hizo llegar al Vicario Auxiliar del Opus Dei y a todos los miembros de la Prelatura su “más sentido pésame” por el fallecimiento de Mons. Javier Echevarría, “al mismo tiempo que me uno a vuestra acción de gracias a Dios por su paternal y generoso testimonio de vida sacerdotal y episcopal”.

El Pontífice destacó que “a ejemplo de San Josemaría Escrivá y del Beato Álvaro del Portillo, a quienes sucedió al frente de toda esa familia, entregó su vida en un constante servicio de amor a la Iglesia y a las almas”.

En el telegrama, el Obispo de Roma indicó que “elevo al Señor un ferviente sufragio por este fiel servidor suyo para que lo acoja en su goza eterno y lo encomiendo con afecto a la protección de Nuestra Madre, la Virgen de Guadalupe, en cuya fiesta entregó su alma a Dios”.


A partir de las 12.00 –hora de Roma– de este martes 13 de diciembre, todos los fieles que lo deseen podrán velar los restos mortales de Mons. Echevarría en el templo de Santa María de la Paz, iglesia prelaticia del Opus Dei, en Roma, situada en Viale Bruno Buozzi, nº 75.

El Prelado fue trasladado hasta esta iglesia después de permanecer en la capilla del policlínico del Campus Biomédico de Roma, donde estaba internado por una infección pulmonar, a la que acudieron numerosas personas durante toda la noche, según informó la Prelatura del Opus Dei.

El funeral de Mons. Echevarría tendrá lugar el próximo jueves 15 de diciembre a las 19.00 en la basílica de San Eugenio de Roma, en Viale delle Belle Arti, 10.

Mons. Javier Echevarría falleció en Roma el lunes 12 de diciembre a las 21.20 de la noche, fiesta de la Virgen de Guadalupe, a los 84 años de edad.

PEREGRINOS MEXICANOS REGALAN UN PASTEL AL PAPA FRANCISCO POR SU 80 CUMPLEAÑOS

Peregrinos mexicanos regalan un pastel al Papa Francisco por su 80 cumpleaños
Por Miguel Pérez Pichel



VATICANO, 14 Dic. 16 / 06:50 am (ACI).- Un grupo de peregrinos mexicanos lograron convencer al Papa Francisco para que soplara las velas de un pastel que le regalaron con motivo de su 80 cumpleaños, que tendrá lugar el próximo sábado 17 de diciembre

Entre felicitaciones y el canto “Las mañanitas”, los peregrinos mexicanos le entregaron el pastel cuando accedía al Aula Pablo VI para comenzar con la Audiencia General de este miércoles.

El Santo Padre, notablemente sorprendido, dio las gracias a la autora del pastel y sopló las velas ante el regocijo de los presentes.


Tras la catequesis del Papa, todas las delegaciones presentes en la Audiencia felicitaron al Pontífice por su aniversario en diferentes idiomas.

El Papa agradeció a todos las felicitaciones. “Pero les voy a contar algo que los hará reír”, comenzó a decir divertido. “En mi tierra, felicitar antes del cumpleaños traer mala suerte. Y quien felicita antes de tiempo un cumpleaños, es un gafe (alguien que tiene mala suerte)”, bromeó, desatando las risas de los fieles presentes.

Al finalizar la Audiencia, los peregrinos volvieron a entonar de forma espontánea “Las mañanitas”.

La Santa Sede ha habilitado varias direcciones de correo electrónico en diferentes idiomas para que todos aquellos que lo deseen puedan enviar al Pontífice un mensaje de felicitación. Los fieles de lengua española y portuguesa pueden escribirle a la dirección PapaFrancisco@vatican.va para enviarle sus mejores deseos.


Para celebrar su cumpleaños, el Obispo de Roma presidirá, a las 8.00 de la mañana en la Capilla Paolina, la celebración de la Eucaristía junto a los Cardenales residentes en Roma.

Además, el Papa Francisco acaba de celebrar 47 años de su ordenación sacerdotal recibida el 13 de diciembre de 1969, unos días antes de cumplir 33 años.

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL ANUNCIO DE LA BUENA NOTICIA


TEXTO: Catequesis del Papa Francisco sobre el anuncio de la Buena Noticia
 Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa



VATICANO, 14 Dic. 16 / 05:21 am (ACI).- El Aula Pablo VI del Vaticano acogió una nueva catequesis del Papa Francisco sobre la esperanza. En ella, meditó sobre la cita bíblica “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien!”. 

“Y viendo al pequeño Niño de Belén, los pequeños del mundo sabrán que la promesa se ha cumplido, el mensaje se ha realizado. En un niño apenas nacido, necesitado de todo, envuelto en pañales y puesto en un pesebre, está contenida toda la potencia del Dios que salva”, dice el Papa.

A continuación, la catequesis completa del Papa Francisco:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Nos estamos acercando a la Navidad, y el profeta Isaías una vez más nos ayuda a abrirnos a la esperanza acogiendo la Buena Noticia de la llegada de la salvación.

El capítulo 52 de Isaías inicia con la invitación dirigida a Jerusalén para que se despierte, se quite de encima el polvo y las cadenas y se revista con los vestidos más bellos, porque el Señor ha venido a liberar a su pueblo (vv. 1-3). Y agrega: «Mi Pueblo conocerá mi Nombre en ese día, porque yo soy aquel que dice: ¡Aquí estoy!» (v. 6).


A este, “aquí estoy” dicho por Dios, que resume toda su voluntad de salvación y de acercarse a nosotros, responde el canto de alegría de Jerusalén, según la invitación del profeta. Es un momento histórico muy importante. Es el fin del exilio en Babilonia, es la posibilidad para Israel de encontrar a Dios y, en la fe –en la fe– encontrarse a sí mismo.

El Señor está cerca, y el “pequeño resto”, es decir, el pequeño pueblo que ha quedado después del exilio, el “pequeño resto” que en el exilio ha resistido en la fe, que ha atravesado la crisis y ha continuado creyendo y esperando incluso en medio de la oscuridad, aquel “pequeño resto” podrá ver las maravillas de Dios.

A este punto el profeta introduce un canto de júbilo: «¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación, y dice a Sión: ¡Tu Dios reina!. […] ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén!, – las ruinas deben cantar porque llega la liberación, viene la reconstrucción –¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, él redime a Jerusalén! El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, verán la salvación de nuestro Dios» (Is 52,7.9-10).

Hasta aquí, Isaías. Estas palabras de Isaías, sobre las cuales queremos detenernos un poco, hacen referencia al milagro de la paz, y lo hacen de un modo muy particular, poniendo la mirada no sobre el mensajero, sino sobre sus pies que corren veloz: «¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia…».

Parece el esposo del Cantar de los Cantares que corre hacia su amada: «Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas» (Cant 2,8). También así, el mensajero de la paz corre, llevando la buena noticia de liberación, de salvación, y proclamando que Dios reina.

Dios no ha abandonado a su pueblo y no se ha dejado derrotar por el mal, porque Él es fiel, y su gracia es más grande del pecado. Esto debemos aprenderlo, ¿eh? ¡Porque nosotros somos testarudos! Y no aprendemos esto. Pero yo les hare una pregunta: ¿Quién es más grande, Dios o el pecado? ¿Quién? … Ah, no están convencidos. No se escucha bien. Y ¿Quién vence al final? ¿Dios o el pecado? Y ¿Dios es capaz de vencer el pecado más grave? También ¿el pecado más vergonzoso? ¿Incluso el pecado que es terrible, el peor de los pecados, es capaz de vencerlo? Sí.

Y esta pregunta no es fácil, veamos si entre ustedes hay un teólogo o una teóloga para responder: ¿Con qué armas vence Dios el pecado? Con el amor. Bien, tantos buenos teólogos. Y esto –que Dios vence el pecado– quiere decir que “Dios reina”; son estas las palabras de la fe en un Señor cuya potencia se inclina hacia la humanidad, se abaja, para ofrecer misericordia y liberar al hombre de lo que desfigura en él la imagen bella de Dios, porque cuando estamos en el pecado la imagen de Dios se desfigura.

Y el cumplimiento de tanto amor será justamente el Reino instaurado por Jesús, aquel Reino de perdón y de paz que nosotros celebramos con la Navidad y que se realiza definitivamente en la Pascua. Y la alegría más bella de la Navidad es aquella alegría interior de paz: el Señor ha cancelado mis pecados, el Señor me ha perdonado, el Señor ha tenido misericordia de mí, ha venido a salvarme. Esta es la alegría de la Navidad.

Son estos, hermanos y hermanas, los motivos de nuestra esperanza. Cuando todo parece terminar, cuando, ante tantas realidades negativas, la fe se hace difícil y viene la tentación de decir que nada más tiene sentido, ahí está en cambio la bella noticia traída por esos pies veloces: Dios está viniendo a realizar algo nuevo, a instaurar un reino de paz; Dios ha “desnudado su brazo” y viene a traer libertad y consolación. El mal no triunfará por siempre, existe un final para el dolor. La desesperación ha sido vencida porque Dios está entre nosotros.


Y también nosotros estamos llamados a despertarnos un poco, como Jerusalén, según la invitación que le dirige el profeta; estamos llamados a convertirnos en hombres y mujeres de esperanza, colaborando con la llegada de este Reino hecho de luz y destinado a todos, hombres y mujeres de esperanza.

Pero qué feo es cuando encontramos un cristiano que ha perdido la esperanza: “Yo no espero nada, todo ha terminado para mí”, un cristiano que no es capaz de mirar el horizonte con esperanza y ante su corazón solo hay un muro. Pero ¡Dios destruye estos muros con el perdón! Y por esto, nuestra oración, para que Dios nos de cada día la esperanza y la dé a todos, aquella esperanza que nace cuando vemos a Dios en el pesebre en Belén.

El mensaje de la Buena Noticia que nos es confiado es urgente, debemos también nosotros correr como el mensajero sobre los montes, porque el mundo no puede esperar, la humanidad tiene hambre y sed de justicia, de verdad, de paz.

Y viendo al pequeño Niño de Belén, los pequeños del mundo sabrán que la promesa se ha cumplido, el mensaje se ha realizado. En un niño apenas nacido, necesitado de todo, envuelto en pañales y puesto en un pesebre, está contenida toda la potencia del Dios que salva.

Se necesita abrir el corazón –la Navidad es un día para abrir el corazón– se necesita abrir el corazón a tanta pequeñez que está ahí, en aquel niño, y tanta maravilla que está ahí. Es la maravilla de la Navidad, a la cual nos estamos preparando, con esperanza, en este tiempo de Adviento.

Es la sorpresa de un Dios niño, de un Dios pobre, de un Dios débil, de un Dios que abandona su grandeza para hacerse cercano a cada uno de nosotros. Gracias.

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA MISERICORDIA


IMÁGENES DEL PAPA FRANCISCO

























martes, 13 de diciembre de 2016

RECEN POR MÍ!!! PAPA FRANCISCO


HOY 13 DE DICIEMBRE PAPA FRANCISCO CELEBRA 47 AÑOS DE ORDENADO SACERDOTE


El Papa Francisco celebra hoy 47 años de ordenado sacerdote
Por Diego López Marina
 Fotografías: Compañía de Jesús y ACI Prensa - Daniel Ibañez




VATICANO, 13 Dic. 16 / 01:07 am (ACI).- El 13 de diciembre de 1969, solo cuatro días antes de cumplir 33 años de edad, el jesuita Jorge Mario Bergoglio, ahora convertido en el Papa Francisco, fue ordenado sacerdote por el Arzobispo Emérito de Córdoba (Argentina), Mons. Ramón José Castellano.

Aquel 13 de diciembre, hace 47 años, fue sábado, vísperas del tercer domingo de Adviento. En la liturgia de la Iglesia, este día es conocido como el Domingo de Gaudete o Domingo de la Alegría, para muchos el sello del Pontificado del Papa Francisco.

Según el libro “El jesuita: Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio”, Francisco encontró su vocación al sacerdocio mientras estaba en camino a celebrar el Día de la Primavera. Cuando pasó por una iglesia para confesarse, finalmente terminó siendo inspirado por el aquel sacerdote.


En otra oportunidad el Santo Padre contó que, inicialmente, su madre no apoyó su decisión de entrar al sacerdocio, a pesar de que ella era una católica devota. Sin embargo, en el momento en que fue ordenado, aceptó su llamado y pidió su bendición al final de la ceremonia.

En sus primeros años como presbítero, Jorge Mario Bergoglio prosiguió su formación como jesuita entre 1970 y 1971 en España. El 22 de abril de 1973 emitió sus profesiones perpetuas en la Compañía de Jesús.

Cuando regresó a Argentina sirvió como profesor en la facultad de teología de San José en la localidad de San Miguel (en las afueras de la ciudad de Buenos Aires), rector del Colegio y, a la edad de 36 años, fue designado Provincial de Argentina de los jesuitas.


La hermosa oración que Jorge Bergoglio escribió antes de ser ordenado sacerdote


(ACI).- En el 2013 el diario italiano Avvenire publicó para el día de aniversario de la ordenación sacerdotal del ahora Papa Francisco, una hermosa oración escrita por el joven jesuita poco antes de ser presbítero para siempre.


Reproducimos el texto publicado por Avvenire:

“Quiero creer en Dios Padre, que me ama como un hijo, y en Jesús, el Señor, que me infundió su Espíritu en mi vida para hacerme sonreír y llevarme así al Reino eterno de vida. 
Creo en la Iglesia.
Creo que en la historia, que fue traspasada por la mirada de amor de Dios y en el día de la primavera, 21 de septiembre, me salió al encuentro para invitarme a seguirle.
Creo en mi dolor, infecundo por el egoísmo, en el que me refugio.
Creo en la mezquindad de mi alma que buscar tragar sin dar…, sin dar.
Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor y sin traicionarlos nunca buscando una seguridad para mí.
Creo en la vida religiosa.
Creo que quiero amar mucho.
Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero que me sonríe invitándome a aceptarla.
Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena, como una noche de verano.
Creo que papá está en el cielo, junto al Señor.
Creo que el Padre Duarte está también allí, intercediendo por mi sacerdocio.
Creo en María, mi Madre, que ama y nunca me dejará solo.
Y espero en la sorpresa de cada día en que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado, que me acompañarán siempre hasta ese encuentro definitivo con ese rostro maravilloso que no sé cómo es, que le escapó continuamente, pero quiero conocer y amar. Amén”.