jueves, 8 de septiembre de 2016

ORACIÓN EN LA FIESTA LITÚRGICA DE LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA


Oración de San Juan Pablo II en la Fiesta litúrgica de la Natividad de la Virgen María


¡Oh Virgen naciente,

esperanza y aurora de salvación para todo el mundo, vuelve benigna tu mirada materna hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias!

¡Oh Virgen fiel,
que siempre estuviste dispuesta y fuiste solícita para acoger, conservar y meditar la Palabra de Dios, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro precioso que nos han transmitido nuestros padres!

¡Oh Virgen potente,
que con tu pie aplastaste la cabeza de la serpiente tentadora, haz que cumplamos, día tras dÍa, nuestras promesas bautismales, con las cuales hemos renunciado a Satanás, a sus obras y a sus seducciones, y que sepamos dar en el mundo un testimonio alegre de esperanza cristiana!

¡Oh Virgen clemente,
que abriste siempre tu corazón materno a las invocaciones de la humanidad, a veces dividida por el desamor y también, desgraciadamente, por el odio y por la guerra, haz que sepamos siempre crecer todos, según la enseñanza de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial!

Amén.

(Misa en Frascati, 8 de septiembre de 1980)

MADRE TERESA FUE EL ÁNGEL DE LOS POBRES EN EL MONTE DE LOS OLIVOS


Madre Teresa fue el “ángel de los pobres en el Monte de los Olivos”
 Fotografía: Daniel Ibañez





VATICANO, 07 Sep. 16 /  (ACI).- El sacerdote, escritor y funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Florian Kolfhaus, escribió un comentario sobre la “mística” de Santa Teresa de Calcuta, a quien llamó “El ángel de los pobres en el Monte de los Olivos”.

Aquí el resumen de su columna publicada originalmente en CNA Deutsche:

Santa Teresa de Calcuta es un ícono del Año de la Misericordia. Como enfermera conoció el sufrimiento físico y emocional de las personas, y es respetada por su servicio desinteresado entre los enfermos y abandonados.

Madre Teresa nunca quiso ser más que ningún trabajador social o filántropo, ella solo quería servir a Cristo. Entendió que Jesús se encuentra en el más pobre entre los pobres, que Él sufrió y continúa sufriendo de manera misteriosa en cada enfermo y hambriento.


En el Monte de los Olivos y el Gólgota, Jesús tuvo a todos los hombres del mundo de pie frente a sus ojos, no una masa anónima, sino a cada individuo en particular. Y aunque Él, verdadero Dios y verdadero hombre, sufrió por los pecados de la humanidad, fue consolado por cada oración piadosa, inclusive aquellas que son recitadas 2.000 años después de su Pasión, Muerte y Resurrección.

Las buenas obras que se estén realizando hoy en día, en aquel tiempo fueron una gota de agua en sus labios resecos. Madre Teresa escuchó su grito “tengo sed” y le dio de beber al mostrar su amor tierno por los necesitados. “Tengo sed” gritaba Cristo, quien anhela el agua de nuestra devoción. Los Santos comprendieron que el Señor se hizo mendigo sí mismo mendigo para que podamos aliviar en algo su angustia.

La Madre Teresa supo tocar el cuerpo enfermo del mismo Cristo. Entendió que lo cuidaba, vestía, alimentaba y confortaba. Reconoció que los cristianos creemos en un Dios que tiene hambre y sed. Ella quiso, como "ángel de los pobres" confortar al Señor en el Monte de los Olivos ante el sueño de sus amigos.

Las obras de misericordia de la Madre Teresa eran más que un compromiso social. Practicaba el misticismo cristiano que en repetidas ocasiones significa la conversión continua. Imitaba al Cristo que sale al encuentro de la humanidad, pero también al que sufre; se encontraba con Él en el dolor y en la carga del pecado sobre sí.

Más que seguir un modelo de conciencia social, la Madre Teresa tuvo un profundo misticismo en Cristo. Su caridad y lo que enseñó acerca de Jesús es verdadero, en el sentido de sufrir con él y aliviar su sufrimiento a través del necesitado. Los numerosos admiradores de la Madre a menudo no saben de esta misión espiritual, la cual fue la verdadera razón de todas sus obras de caridad.

Pidamos a Santa Madre Teresa por nuestra salud espiritual para que logremos “salir hacia fuera”, como expresó en una ocasión el Papa Francisco, no sólo para los que están en necesidad de consuelo, sino para darle de beber al mismo Jesús. Este es el más profundo misticismo de la caridad: “el consuelo que proviene de Dios”.

Una paradoja difícil que tiene sus raíces en la encarnación del Hijo de Dios. El Beato Francisco Martos –uno de los pastorcitos de Fátima– estaba fascinado con el pensamiento de consolar a aquel Jesús oculto.


El mismo Señor le dice a Santa Margarita María de Alacoque acerca de su anhelo de amorosa adoración: "Tengo sed, pero una sed tan ardiente de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento, que esta sed me consume y no hallo a nadie que se esfuerce según mi deseo en apagármela, correspondiendo de alguna manera a mi amor”.

Este amor también era una parte integral de la vida cotidiana de la Madre Teresa: al beber de la copa al mismo Cristo en la Sagrada Eucaristía y en el cuidado devocional de los enfermos.

La Madre Teresa nos enseña cómo podemos satisfacer la sed infinita de un Dios que quiso morir en la cruz. Las muchas semanas y meses que vivió sin consuelo espiritual; que tuvo que soportar y resistir como Cristo en la cruz: "Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?". La enfermería, la Adoración Eucarística, resistir mentalmente la soledad y el miedo. De esa forma la Santa de Calcuta dio de beber a Cristo a través de la comprensión de la mística cristiana.  Una y otra vez la palabra "Tengo sed" aparece en sus escritos y oraciones.

PAPA FRANCISCO DENUNCIA A LOS QUE FABRICAN DIOSES A MEDIDA Y SOFOCAN LA VERDADERA FE


Papa Francisco denuncia a los que fabrican dioses a medida y sofocan la verdadera fe
Por Alvaro de Juana

. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




VATICANO, 07 Sep. 16 / (ACI).- En la catequesis que el Papa Francisco pronunció hoy en la Plaza de San Pedro, el Pontífice denunció los tipos de Dios que algunos crean a su medida y que se alejan del verdadero.

"Nosotros los cristianos creemos en el Dios de Jesús, el cristiano cree en el Dios de Jesucristo, su deseo es crecer en la experiencia viva de su misterio de amor”.

El Santo Padre explicó que “también hoy el hombre construye imágenes de Dios que le impiden gustar su presencia real”.

“Algunos se hacen una fe ‘hecha para sí’ que reduce a Dios al espacio limitado de los propios deseos y de las propias convicciones, pero esta fe no es conversión al Señor que se revela, más bien le impide provocar nuestra vida y nuestra conciencia”.


El Pontífice también denunció que “otros reducen a Dios a un falso ídolo, usan su santo nombre para justificar los propios intereses o incluso el odio y la violencia”.

“Para otros, Dios todavía es un solo refugio psicológico en el que estar seguros en los momentos difíciles: se trata de una fe replegada sobre sí misma, impermeable a la fuerza del amor misericordioso de Jesús que empuja hacia los hermanos”.

Pero también están los que “consideran a Cristo solo un buen maestro de enseñanzas éticas, uno entre tantos de la historia”.

En definitiva, “hay quien sofoca la fe en una relación puramente intimista con Jesús, anulando su entusiasmo misionero capaz de transformar el mundo y la historia”.

En la celebración, se proclamó el Evangelio de San Mateo en el que San Juan Bautista pregunta a Jesús si Él es el mesías o todavía tienen que esperar a otro. Jesús responde entonces: “Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertos resucitan y los pobres anuncian el Evangelio".

“Él responde que es el instrumento concreto de la misericordia del Padre, que va al encuentro de todos llevando consuelo y salvación, y de este modo manifiesta el juicio de Dios”.

Todas estas personas “recuperan su dignidad y no son más excluidos por sus enfermedades”, dijo Francisco.


“El mensaje que la Iglesia recibe de este relato de la vida de Cristo es muy claro: Dios no ha mandado a su Hijo al mundo para castigar a los pecadores ni para aniquilar a los malvados”, agregó.

A ellos “en cambio les invita a la conversión para que viendo los signos de la bondad divina puedan reencontrar el camino de regreso”.  

El Papa destacó que “si los obstáculos son sobre todo sus acciones de misericordia, entonces significa que se tiene una falsa imagen del Mesías”, en cambio, “los beatos frente a los gestos y las palabras de Jesús dan gloria al Padre que está en los cielos”. 

LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA, 8 DE SEPTIEMBRE


Natividad de la Santísima Virgen
Fiesta, 8 de septiembre


Por: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid 




Fiesta de la Natividad de la bienaventurada Virgen María, de la estirpe de Abrahán, nacida de la tribu de Judá y de la progenie del rey David, de la cual nació el Hijo de Dios, hecho hombre por obra del Espíritu Santo, para liberar a la humanidad de la antigua servidumbre del pecado.

Un anticipo y anuncio inmediato de la redención obrada por Jesucristo es el nacimiento de su Madre la Virgen María, concebida sin mancha de pecado, llena de gracia y bendita entre todas las mujeres.

En Jerusalén, en la Iglesia de Santa Ana. La primera fuente de la narración del nacimiento de la Virgen es el apócrifo Protoevangelio de Santiago, que coloca el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, en el lugar en que debió existir una basílica en honor a la María Santísima, junto a la piscina probática, según cuentan diversos testimonios entre los años 400 y 600. Después del año 603 el patriarca Sofronio afirma que ése es el lugar donde nació la Virgen. Posteriormente, la arqueología ha confirmado la tradición.

La fiesta de la Natividad de la santísima Virgen surgió en oriente, y con mucha probabilidad en Jerusalén, hacia el s. v. Allí estaba siempre viva la tradición de la casa natalicia de María. La fiesta surgió muy probablemente como dedicación de una iglesia a María, junto a la piscina probática; tradición que se relaciona con el actual santuario de Santa Ana.

martes, 6 de septiembre de 2016

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL SERVICIO A LOS NECESITADOS


IMÁGENES DEL PAPA FRANCISCO











PASOS PARA CONSEGUIR UNA RELIQUIA ORIGINAL DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA


¿Cómo conseguir una reliquia original de la Madre Teresa de Calcuta? Sigue estos pasos




VATICANO, 05 Sep. 16 /  (ACI).- El domingo 4 de septiembre, luego de 19 años de haber partido a la Casa del Padre, fue canonizada la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad y conocida mundialmente por su entrega generosa a los más pobres de entre los pobres.

Durante la ceremonia presidida por el Papa Francisco, una de las religiosas presentó el relicario que contiene un cabello y sangre de la nueva Santa, que vienen a ser reliquias de primer grado.


Existen también reliquias de segundo grado, que son algún objeto usado por el santo o santa, o asociados al sufrimiento de un mártir; y las de tercer grado, si se trata de cualquier objeto que ha sido tocado con una reliquia de primer grado o la tumba del santo.

Por ello, con ocasión de la canonización de la Santa de origen albanés, algunas de sus reliquias se pueden venerar estos días en Roma (Italia). El 5 y 6 de septiembre estarán en la Basílica de San Juan de Letrán, y los días 7 y 8 en la Iglesia de San Gregorio Magno al Celio.

La veneración de reliquias es una antigua costumbre entre los fieles y fue aprobada por la Iglesia en el Concilio de Trento. Así, para un correcto culto, la Iglesia ha establecido normas entre las cuales está la prohibición de vender reliquias sagradas.

En ese sentido, según informa el sitio web oficial del Centro Madre Teresa de Calcuta, quien desee recibir una reliquia auténtica de la nueva Santa, y no ser víctima de comerciantes y estafadores, “puede comunicarse con la Oficina de Postulación por correo electrónico a relic@motherteresa.org”, o escribir a su dirección postal:

Oficina de Postulación
c/o Piazza S. Gregorio al Celio, 2
00184 Roma
Italia