miércoles, 10 de agosto de 2016

TEXTO COMPLETO, CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA COMPASIÓN DE DIOS


TEXTO COMPLETO: Catequesis del Papa Francisco sobre la compasión de Dios
Crédito: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



 (ACI).- Este miércoles en el Aula Pablo VI, el Papa Francisco celebró su segunda Audiencia General del mes de agosto; en la cual habló sobre la compasión de Dios, al reflexionar sobre el pasaje del Evangelio donde Jesús le devuelve a una madre viuda su único hijo, resucitándolo.

A continuación el texto completo, gracias a Radio Vaticano:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


El pasaje del Evangelio de Lucas que hemos escuchado (7,11-17) nos presenta un milagro de Jesús verdaderamente grandioso: la resurrección de un joven. Sin embargo, el corazón de esta narración no es el milagro, no: sino la ternura de Jesús hacia la madre de este joven. La misericordia toma aquí el nombre de una gran compasión hacia una mujer que había perdido al marido y que ahora acompaña al cementerio a su único hijo. Es este gran dolor de una madre que conmueve a Jesús y lo induce al milagro de la resurrección.

Al presentar este episodio, el evangelista se entretiene en muchos particulares. En la puerta de la ciudad de Naím – un pueblo – se encuentran dos grupos numerosos que provienen de direcciones opuestas y que no tienen nada en común. Jesús, seguido por sus discípulos y por una gran multitud está por entrar en la zona habitada, mientras de ella está saliendo la procesión fúnebre que acompaña a un difunto, con la madre viuda y mucha gente. Ante la puerta los dos grupos se acercan solamente recorriendo cada uno por su propio camino, pero es ahí que san Lucas precisa el sentimiento de Jesús: «Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: ¡No llores! Después se acercó y tocó el féretro. Los que los llevaban se detuvieron» (vv. 13-14). Una gran compasión guía las acciones de Jesús: es Él quien detiene la procesión tocando el féretro y, conmovido por una profunda misericordia por esta madre, decide afrontar la muerte, por así decir, de tú a tú. Y la afrontará definitivamente, de tú a tú, en la Cruz.

Durante este Jubileo, sería una buena cosa que, al pasar por la Puerta Santa, la Puerta de la Misericordia, los peregrinos recordaran este episodio del Evangelio, sucedido en la puerta de Naím. Cuando Jesús vio a esta madre en lágrimas, ¡ella entró en su corazón! A la Puerta Santa cada uno llega llevando la propia vida, con sus alegrías y sus sufrimientos, los proyectos y los fracasos, las dudas y los temores, para presentarlas a la misericordia del Señor. Estemos seguros que, ante la Puerta Santa, el Señor se acerca para encontrar a cada uno de nosotros, para llevar y ofrecer su poderosa palabra consoladora: “¡No llores!” (v. 13). Ésta es la Puerta del encuentro entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios. Y pensemos en esto: un encuentro entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios. Cruzando el umbral nosotros realizamos nuestra peregrinación hacia la misericordia de Dios que, como al joven muerto, repite a todos: «Yo te lo ordeno, levántate» (v.14). A cada uno de nosotros: “levántate”. Dios nos quiere de pie. Nos ha creado para estar de pie: por esto, la compasión de Jesús lleva a aquel gesto de la curación, a curarnos… Y la palabra clave es: “Levántate”. Ponte de pie, como te ha creado Dios”. De pie… “Pero padre, nosotros caemos muchas veces”. “Adelante, levántate”. Esta es la palabra de Jesús, siempre. Al cruzar la Puerta Santa, tratemos de sentir en nuestro corazón esta palabra: “Levántate”. La palabra poderosa de Jesús puede levantarnos y obrar también en nosotros el paso de la muerte a la vida. Su Palabra nos hace revivir, dona esperanza, consuela los corazones cansados, abre a una visión del mundo y de la vida que va más allá del sufrimiento y de la muerte. ¡En la Puerta Santa esta esculpido para cada uno el inagotable tesoro de la misericordia de Dios!

Alcanzado por la Palabra de Jesús, «el muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre» (v. 15). Esta frase es tan bella, indica la ternura de Jesús: “Lo restituyó a su madre”. La madre encuentra al hijo. Recibiéndolo de las manos de Jesús ella se hace madre por segunda vez, pero el hijo que ahora le es restituido no es de ella de quien ha recibido la vida. Madre e hijo reciben así la respectiva identidad gracias a la palabra poderosa de Jesús y a su gesto amoroso. Así, especialmente en el Jubileo, la madre Iglesia recibe a sus hijos reconociendo en ellos la vida donada por la gracia de Dios. Es en virtud de tal gracia, la gracia del Bautismo, que la Iglesia se hace madre y que cada uno de nosotros se hace su hijo.

Ante el joven resucitado a la vida y restituido a la madre, «todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: ¡Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo!». Cuanto Jesús ha hecho no es por lo tanto solo una acción de salvación destinada a la viuda y a su hijo, o un gesto de bondad limitada a aquella ciudad. En la ayuda misericordiosa de Jesús, Dios va al encuentro de su pueblo, en Él surge y continuará a surgir para la humanidad toda la gracia de Dios. Celebrando este Jubileo, que he querido que fuera vivido en todas las Iglesias particulares, es decir, en todas las iglesias del mundo, y no solo en Roma, es como si toda la Iglesia extendida por el mundo se uniera en un único canto de alabanza al Señor. También hoy la Iglesia reconoce ser visitada por Dios. Por esto, acercándonos a la Puerta Santa de la Misericordia, cada uno sabe de acercarse a la puerta del corazón misericordioso de Jesús: es Él de hecho la verdadera Puerta que conduce a la salvación y nos restituye a una vida nueva. La misericordia, sea en Jesús sea en nosotros, es un camino que parte del corazón para llegar a las manos… ¿Qué cosa significa esto? Jesús te mira, te cura con su misericordia, te dice: “Levántate”, y tu corazón es renovado. Pero esto del camino del corazón a las manos… “Eh, si, ¿Y ahora qué hago yo? Con el corazón nuevo, con el corazón sanado por Jesús realizo las obras de misericordia con las manos, y trato de ayudar, de sanar a muchos que tienen necesidad”. La misericordia es un camino que parte del corazón y llega a las manos, es decir, a las obras de misericordia. Gracias.

PAPA FRANCISCO APROVECHA DÍA LIBRE PARA HACER VISITAS PRIVADAS


Papa Francisco aprovecha día libre para hacer visitas privadas


 (ACI).- El Papa Francisco, aprovechando que el martes es uno de sus días libres, hizo algunas visitas privadas, entre ellas a Mons. Domenico Pompeli, Obispo de Rieti (Italia), provincia que visitó en enero de este año y en la que se encuentra la localidad de Greccio, donde San Francisco de Asís colocó el primer pesebre viviente de la historia en la noche de Navidad de 1223.

Según el diario italiano Il Messaggero, el Vaticano explicó que “se trató de una visita privada. El martes es uno de los días libres del Papa, en un mes, en agosto, en el cual no tiene muchos compromisos”.


La foto de la visita ha sido difundida por Sor Angela, asistente de Mons. Pompili. En esta se aprecia al Pontífice en medio del Prelado y la religiosa.

Además, se informó que durante la mañana el Pontífice estuvo en Carsoli, en la región de Abruzzo, donde las Hermanas Benedictinas Reparadoras del Santo Rostro de Nuestro Señor Jesucristo.

Asimismo, Francisco ha visitado a las hermanas de Santa Felipa Mareri en su monasterio situado en Borgo San Pedro.

PAPA FRANCISCO ELEVA ORACIONES POR 45 VÍCTIMAS QUE DEJÓ HURACÁN EARL EN MÉXICO


Papa Francisco eleva oraciones por 45 víctimas que dejó huracán Earl en México



 (ACI).- El Papa Francisco expresó este martes sus condolencias al pueblo de México y elevó oraciones por las 45 víctimas –15 de ellas menores– que dejó el domingo el paso del huracán Earl en los estados de Puebla y Veracruz, el cual ha afectado también a miles de hogares.

Las condolencias fueron transmitidas por el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, en un mensaje a la Conferencia del Episcopado Mexicano.

“Ante los graves daños producidos en México por el huracán que ha afectado a algunas zonas del país, causando numerosas víctimas y cuantiosos daños materiales, el Santo Padre expresa su afecto al querido pueblo mexicano, ofreciendo sufragios por los que han perdido la vida y manifestando su cercanía a las familias y damnificados”, indica el texto.


“Asimismo –añade el mensaje–, Su Santidad pide al Señor que sostenga el ánimo de las autoridades y del pueblo de México, y despierte en todos la solidaridad a la vez que les imparte la bendición apostólica”.

Según las últimas informaciones, el paso de Earl provocó lluvias y derrumbes que dejaron hasta el momento 32 fallecidos en Puebla y 13 en Veracruz. También se había reportado la muerte de una persona en Hidalgo, sin embargo, las autoridades señalaron que este deceso no fue a causa del huracán.

Se indicó que desde 2013 un fenómeno natural no generaba una catástrofe de esta magnitud en el país.

En septiembre de ese año los huracanes Ingrid y Manuel, desde el Atlántico y el Pacífico, causaron 157 muertos y cientos de miles de damnificados en 23 estados de México.

PAPA FRANCISCO DENUNCIA COLONIZACIÓN IDEOLÓGICA

Francisco denuncia colonización ideológica
Se trata de una declaración valiente, que desafía a gobiernos e instituciones internacionales, para defender a las familias


Por: Luis-Fernando Valdés | Fuente: columna fe y razón/El Observador 



Se filtra un comentario del Pontífice hecho a puerta cerra. Francisco mostró su desacuerdo en que se enseñe a los niños a escoger su sexo. ¿Por qué hace esta declaración un Papa que se ha mostrado abierto hacia las personas homosexuales?
1. La noticia. El periódico italiano “La Stampa” publicó que durante su encuentro en Cracovia con los obispos polacos el 27 de julio pasado, el Papa afirmó que “en Europa, en América, en América Latina, en África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas; y una de éstas, lo digo claramente con ‘nombre y apellido’, es la teoría de género”.
Francisco señaló que “hoy a los niños se les enseña esto en la escuela: que cada quien puede elegir el sexo. ¿Y por qué enseñan esto? Porque los libros son los de las personas y de las instituciones que te dan el dinero; son las colonizaciones ideológicas, apoyadas también por países muy influyentes y esto es terrible”. (Télam, 26 jul. 2016)
2. Qué es la “colonización ideológica”. No es la primera vez que el Pontífice emplea esta expresión. Durante su viaje apostólico a Flilipinas, el 19 de enero del  año pasado, Francisco en un acto con familias explicó a qué se refería.
“¿Por qué digo colonización ideológica? Porque toman, toman la necesidad de un pueblo o la oportunidad de entrar y hacerse fuertes, (con libros de texto) para niños. Pero esto no es una novedad. Lo mismo hicieron las dictaduras del siglo pasado. Entraron con su doctrina. Pensad en los Balilla, pensad en la Juventud Hitleriana”.
[L’Opera Nazionale Balilla fue una organización juvenil fascista italiana. N.d.T.]


Allí recordó que, durante el Sínodo de 2014, los obispos africanos denunciaron una “colonización ideológica” de su continente. Dijeron que algunos organismos internacionales condicionaban ayudas a cambio de cambios en legislaciones sobre el control de la población o matrimonio entre personas homosexuales. (Rome Reports, 26 mayo 2015)
En la práctica, en los países de América Latina y de África se ha dado una tendencia a aprobar leyes e iniciativas para el pueblo pero sin el pueblo, impulsadas por una minoría que regula y pretende cambiar la concepción  de matrimonio. (Family&Media)
3. Peligro de pérdida de la propia idéntidad. De regreso a Roma de aquel viaje a Filipinas, el Papa explicó que ese nuevo colonialismo es destructivo. “Una persona entra con una idea que no tiene nada que ver con la nación. Y ellos colonizan al pueblo con una idea que cambia, o quiere cambiar, una mentalidad o una estructura”, explicó.
Y añadió: “Lo mismo fue hecho por las dictaduras del último siglo. Ellos entraron con su propia doctrina”. “Pero cuánto sufrimiento. Los pueblos no deben perder su libertad”, constató.
Ahí mismo subrayó que “cuando las condiciones son impuestas por colonizadores imperiales, buscan hacer que las personas pierdan su propia identidad y hagan una uniformidad”.
¿Por qué hizo Francisco esta declaración? Evidentemente no es un gesto contra las personas homosexuales. Es más bien una denuncia contra una ideología -la teoría del género-, que se quiere imponer a fuerza en los países pobres.
Se trata de una declaración valiente, que desafía a gobiernos e instituciones internacionales, para defender a las familias y a la libertad de los pueblos de una nueva forma de colonización: la invasión ideológica.

domingo, 7 de agosto de 2016

SIRIA: CONVENTO FRANCISCANO SE CONVIERTE EN REFUGIO ANTE COMBATES EN ALEPO


Siria: Convento franciscano se convierte en refugio ante combates en Alepo


ROMA, 05 Ago. 16 / (ACI).- El P. Firas Lufti, vicepárroco del Colegio de Tierra Santa de los padres franciscanos en Alepo (Siria) informó que debido a los combates cerca de 100 personas se han refugiado en su convento, donde especialmente los jóvenes han podido encontrar “la fuerza para vivir y esperar un futuro mejor”.

En los últimos días el ejército sirio, apoyado por la fuerza aérea rusa, ha rodeado Alepo y cortado la principal vía de acceso. Sin embargo, continúan los combates con grupos como Fath al-Sham –nuevo nombre de Al Nusra, que a fines de julio rompió con Al Qaeda– y otros grupos rebeldes, que han lanzado una contraofensiva.

En declaraciones a Radio Vaticana, el P. Lufti explicó que “de un lado el ejército sirio oficial con sus aliados están cercando la ciudad de Alepo para hacer frente a la avanzada de los yihadistas” y “se sienten los bombardeos día y noche y por tanto no se duerme”. “No hay paz en la ciudad. La gente tiene verdaderamente miedo”, afirmó.

El sacerdote, que llamó la atención a quienes teniendo poder no paran la guerra, dijo en su convento han acogido a unas cien personas.

En el convento, indicó, los jóvenes han encontrado un lugar donde distraerse con el deporte. “Hay disparos, pero es muy conmovedor ver un poco la alegría de estos jóvenes, la fuerza de poder vivir y de esperar un futuro verdaderamente mejor”. Sin embargo, expresó su preocupación por los niños.

El P. Lufti indicó que en Alepo se han quedado los más pobres, porque cuando comenzó la guerra hace unos cinco años, quienes tuvieron los medios dejaron la ciudad.

“Ahora en Alepo viven los más pobres. Buscamos ir a su encuentro, no solo ofreciendo comida, agua”, sino también “abriendo este espacio de acogida, de asistencia espiritual y psicológica. La gente de Alepo tiene tanta necesidad de ser escuchada”, señaló.

En ese sentido, aseguró que estas personas encuentran en el convento “este espacio de afecto, de paternidad y maternidad”. “Diría que el Señor no nos deja solos si hay un poco de consolación y de fuerza para seguir adelante, porque el Señor está y es Él el Señor de la esperanza, que nos ayuda a resistir y a esperar esta resurrección después del periodo de la pasión y de la muerte”, afirmó.

PAPA FRANCISCO DENUNCIA FALTA DE VOLUNTAD DE LOS PODEROSOS PARA PAZ EN SIRIA


Papa Francisco denuncia “falta de voluntad de los poderosos” para paz en Siria



VATICANO, 07 Ago. 16 / (ACI).- Concluido el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco lamentó las nuevas noticias sobre víctimas civiles por los enfrentamientos entre el gobierno sirio y los grupos rebeldes en la ciudad de Alepo, y denunció la “falta de voluntad de los poderosos” para lograr la paz.

“Lamentablemente desde Siria continúan llegando noticias de víctimas civiles de la guerra, especialmente en Alepo. Es inaceptable que tantas personas inermes –también mucho niños– deban pagar el precio del conflicto”, dijo.

Los enfrentamientos entre los rebeldes y el gobierno, que comenzaron en 2011, han cobrado cientos de miles de vidas y han ocasionado una crisis migratoria con cerca de 5 millones de refugiados registrados por Naciones Unidas.

El gobierno sirio, con el apoyo de Rusia, ha mantenido Alepo sitiada durante un mes. Sin embargo, en los últimos días contraataques rebeldes habrían quebrado el cerco.

Para el Papa Francisco, el “precio del conflicto” es el de “la cerrazón de los corazones y de la falta de voluntad de paz de los poderosos”.

“Estamos cercanos a los hermanos y a las hermanas sirios con la oración y la solidaridad, y los confiamos a la maternal protección de la Virgen María”, dijo el Santo Padre, rezando a continuación un Ave María.

viernes, 5 de agosto de 2016

MEDITACIÓN DEL PAPA FRANCISCO EN LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA DE LOS ÁNGELES EN ASÍS


Meditación del Papa en la Basílica de Santa María de los Ángeles en Asís

ASÍS, 04 Ago. 16 /  (ACI).- En ocasión del octavo centenario del “perdón de Asís”, el Papa Francisco llegó hoy a esta ciudad italiana y ofreció una especial meditación sobre la misericordia de Dios.

A continuación el texto completo de su alocución:

Queridos hermanos y hermanas

Quisiera recordar hoy, ante todo, las palabras que, según la antigua tradición, San Francisco pronunció justamente aquí ante todo el pueblo y los obispos: «Quiero enviaros a todos al paraíso». ¿Qué cosa más hermosa podía pedir el Poverello de Asís, si no el don de la salvación, de la vida eterna con Dios y de la alegría sin fin, que Jesús obtuvo para nosotros con su muerte y resurrección?

El paraíso, después de todo, ¿qué es sino ese misterio de amor que nos une por siempre con Dios para contemplarlo sin fin? La Iglesia profesa desde siempre esta fe cuando dice creer en la comunión de los santos. Jamás estamos solos cuando vivimos la fe; nos hacen compañía los santos y los beatos, y también las personas queridas que han vivido con sencillez y alegría la fe, y la han testimoniado con su vida. Hay un nexo invisible, pero no por eso menos real, que nos hace ser «un solo cuerpo», en virtud del único Bautismo recibido, animados por «un solo Espíritu» (cf. Ef 4,4).


Quizás San Francisco, cuando pedía al Papa Honorio III la gracia de la indulgencia para quienes venían a la Porciúncula, pensaba en estas palabras de Jesús a sus discípulos: «En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros» (Jn 14,2-3).

La vía maestra es ciertamente la del perdón, que se debe recorrer para lograr ese puesto en el paraíso. Es difícil perdonar. ¿Cuánto nos cuesta perdonar? Pensemos en eso un poco. Y aquí, en la Porciúncula, todo habla de perdón. Qué gran regalo nos ha hecho el Señor enseñándonos a perdonar para experimentar en carne propia la misericordia del Padre. Hemos escuchado hace unos instantes la parábola con la que Jesús nos enseña a perdonar (cf. Mt 18,21-35). ¿Por qué debemos perdonar a una persona que nos ha hecho mal? Porque nosotros somos los primeros que hemos sido perdonados, e infinitamente más. No hay nadie aquí entre nosotros que no haya perdonado. Pensemos en silencio, las cosas malas que hemos hecho y que Dios nos ha perdonado.

La parábola nos dice justamente esto: como Dios nos perdona, así también nosotros debemos perdonar a quien nos hace mal. Es la caricia del perdón, el corazón que acaricia y que perdona. Muy lejos del gesto ‘me la pagarás’.

Exactamente como en la oración que Jesús nos enseñó, el Padre Nuestro, cuando decimos: «Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo» (Mt 6,12). Las deudas son nuestros pecados ante Dios, y nuestros deudores son aquellos que nosotros debemos perdonar.

Cada uno de nosotros podría ser ese siervo de la parábola que tiene que pagar una gran deuda, pero es tan grande que jamás podría lograrlo. También nosotros, cuando en el confesionario nos ponemos de rodillas ante el sacerdote, repetimos simplemente el mismo gesto del siervo. Decimos: «Señor, ten paciencia conmigo». Paciencia conmigo. ¿Alguna vez han pensando en la paciencia de Dios? Nos tiene paciencia.

En efecto, sabemos bien que estamos llenos de defectos y recaemos frecuentemente en los mismos pecados. Sin embargo, Dios no se cansa de ofrecer siempre su perdón cada vez que se lo pedimos. Es un perdón pleno, total, con el que nos da la certeza de que, aun cuando podemos recaer en los mismos pecados, Él tiene piedad de nosotros y no deja de amarnos.

Como el rey de la parábola, Dios se apiada, prueba un sentimiento de piedad junto con el de la ternura: es una expresión para indicar su misericordia para con nosotros. Nuestro Padre se apiada siempre cuando estamos arrepentidos, y nos manda a casa con el corazón tranquilo y sereno, diciéndonos que nos ha liberado y perdonado todo. El perdón de Dios no conoce límites; va más allá de nuestra imaginación y alcanza a quien reconoce, en el íntimo del corazón, haberse equivocado y quiere volver a él. Dios mira el corazón que pide ser perdonado.

El problema, desgraciadamente, surge cuando nosotros nos ponemos a confrontarnos con nuestro hermano que nos ha hecho una pequeña injusticia. La reacción que hemos escuchado en la parábola es muy expresiva, lo tomaba por el cuello, lo sofocaba y le decía: «Págame lo que me debes» (Mt 18,28). En esta escena encontramos todo el drama de nuestras relaciones humanas. Cuando estamos nosotros en deuda con los demás, pretendemos la misericordia; en cambio cuando estamos en crédito, invocamos la justicia. Y todos hacemos esto, todos.

Esta no es la reacción del discípulo de Cristo ni puede ser el estilo de vida de los cristianos. Jesús nos enseña a perdonar, y a hacerlo sin límites: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» (v. 22). Así pues, lo que nos propone es el amor del Padre, no nuestra pretensión de justicia. En efecto, limitarnos a lo justo, no nos mostraría como discípulos de Cristo, que han obtenido misericordia a los pies de la cruz sólo en virtud del amor del Hijo de Dios. No olvidemos, las palabras severas con las que se concluye la parábola: «Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano» (v. 35).

Queridos hermanos y hermanas: el perdón del que nos habla San Francisco se ha hecho «cauce» aquí en la Porciúncula, y continúa a «generar paraíso» todavía después de ocho siglos. En este Año Santo de la Misericordia, es todavía más evidente cómo la vía del perdón puede renovar verdaderamente la Iglesia y el mundo. Ofrecer el testimonio de la misericordia en el mundo de hoy es una tarea que ninguno de nosotros puede rehuir. Repito: ofrecer el testimonio de la misericordia en el mundo de hoy es una tarea que ninguno de nosotros puede rehuir.

El mundo necesita el perdón; demasiadas personas viven encerradas en el rencor e incuban el odio, porque, incapaces de perdonar, arruinan su propia vida y la de los demás, en lugar de encontrar la alegría de la serenidad y de la paz. Pedimos a San Francisco que interceda por nosotros, para que jamás renunciemos a ser signos humildes de perdón e instrumentos de misericordia.

Invito a los frailes, a los obispos a ir al confesionario. Yo también iré, para estar a disposición del perdón. Hará bien recibirlo hoy, aquí, juntos.

Que el Señor nos dé la gracia de decir esa palabra que el Padre no nos deja terminar: esa que ha dicho el hijo pródigo, padre he pecado con… le ha tapado la boca. Lo ha abrazado. Nosotros comenzamos a decirle y Él nos tapará la boca y nos abrazará.

‘Padre, mañana tengo miedo de decir lo mismo’. No importa, vuelve, El Padre siempre mira el camino, mira en espera de que vuelva el hijo pródigo. Y todos nosotros lo somos. Que el Señor nos dé esta gracia.