domingo, 31 de julio de 2016

PAPA FRANCISCO VISITA A JESUITAS DE CRACOVIA EN VÍSPERAS DEL DÍA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA


El Papa visita a jesuitas de Cracovia en víspera del día de San Ignacio de Loyola




CRACOVIA, 30 Jul. 16 /  (ACI).- Este sábado 30 de julio, fuera del programa de actividades de la JMJ, el Papa Francisco visitó a los jesuitas polacos de Cracovia en la víspera de la fiesta de San Ignacio de Loyola que se celebra este domingo.

El sacerdote P. Leszek Gesiak, jefe del programa polaco de Radio Vaticano, aseguró que durante el encuentro con el Santo Padre “se respiró un ambiente familiar y muy fraterno”.

“No hubo nada oficial, ningún discurso... El Papa llegó como un hermano que saluda al otro. Saludó a cada uno y conversamos. Hubo un diálogo en el que el Papa respondió a nuestras preguntas y él también nos hizo algunas. Fue un ambiente muy familiar, sentimos que éramos verdaderamente hermanos en el Señor”, dijo el P. Gesiak.


El sacerdote contó además que el Pontífice se interesó por sus actividades: “hizo preguntas acerca de la educación, se sentía que quería aprender más de nuestro trabajo en la universidad jesuita. También se reencontró con el provincial de los jesuitas de Polonia, que conoció en la época cuando él era provincial en Argentina; son más o menos de la misma edad. Han hablado y evocado algunos recuerdos de la Congregación de tiempo atrás”.

“Me gustó mucho que el Papa nos haga recordar, al final de nuestra reunión, que hoy tenemos la víspera de la fiesta de San Ignacio, el fundador de la Compañía de Jesús, y que además orara con nosotros. Este sentimiento de la comunidad, de ser todos hijos de San Ignacio de Loyola, es algo que me ha tocado y creo que permanecerá. Y si todos somos hijos de San Ignacio, tendremos este lenguaje en común para compartir”, concluyó.

Según el P. Antonio Spadaro, jesuita director de la Civiltà Cattolica en Roma, que también estuvo presente, estos encuentros fuera de programa, simples y familiares, “se han convertido en algo habitual, porque el Papa encuentra siempre –o casi siempre– a los jesuitas durante sus viajes”.

“Fue un encuentro muy bello, muy simple y sereno: saludó a todos uno por uno, abrazando también a algunos que había conocido ya en el pasado. Después dijo que no tenía ningún deseo de hacer discursos, sino de conversar juntos”, agregó.

“Le hicieron preguntas muy interesantes. Por ejemplo, cuál es el significado del trabajo en universitario que hace la Compañía de Jesús, y por tanto el trabajo con la cultura. El Papa dijo que el compromiso debe ser muy fuerte, debe ser un compromiso ‘en salida’, como ha dicho muchas veces. Un compromiso que tiene que ver con la realidad y no solo con la abstracción y con las ideas”, finalizó.

LA ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO EN CRACOVIA POR EL FIN DEL TERRORISMO EN EL MUNDO


La oración del Papa Francisco en Cracovia por el fin del terrorismo en el mundo



CRACOVIA, 30 Jul. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco rezó este sábado 30 de julio por el fin de la violencia y el terrorismo en el mundo, ante las reliquias de los beatos Michele Tomaszek y Zbigneo Strzalkowski que fueron asesinados en 1991 por el grupo terrorista Sendero Luminoso en Perú.

Estos jóvenes mártires fueron recordados en la ceremonia de acogida de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Cracovia 2016, realizada el jueves 28 de julio en el Parque Jordan en la localidad de Blonia.

Antes de dirigirse al Campo de la Misericordia para presidir la Vigilia de oración con 1,6 millones de jóvenes reunidos por la JMJ, el Pontífice se detuvo en la Iglesia San Francisco para rezar unos minutos.

El Santo Padre se detuvo alrededor de las 6:00 p.m. en la iglesia ubicada muy cerca al Palacio Arzobispal de Cracovia. En el templo rezó acompañado de algunos familiares de los mártires.

Los beatos Michele Tomaszek y Zbigneo Strzalkowski pertenecían a la Orden de los Hermanos Menores Conventuales. Fueron asesinados por odio a la fe el 9 de agosto de 1991 por el grupo terrorista maoísta Sendero Luminoso, que por esos años sembraba el terror en el Perú.

Ambos servían en la localidad de Pariacoto, en los andes del departamento de Ancash en Perú, país donde vivían hacía 11 años y que por entonces intentaba salir de la profunda crisis económica en que se encontraba.

En esa época los terroristas de Sendero Luminoso asesinaron a miles de civiles y autoridades en pueblos y ciudades incluyendo la capital, con el fin de instaurar un régimen comunista.


Estos dos religiosos polacos fueron beatificados el 5 de diciembre de 2015 en Perú junto al sacerdote italiano P. Alessandro Dordi.

Esta es el texto completo de la oración que hizo el Santo Padre en la iglesia San Francisco:


Oración por la paz y el fin de la violencia y el terrorismo

Dios omnipotente y misericordioso, Señor del Universo y de la historia humana.

Todo lo que has creado es bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y otra vez, es inagotable.

Venimos hoy a implorarte que ampares al mundo y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo oleaje del terrorismo, restaurando la amistad y derramando en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar.

Dador de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales ataques terroristas. Concédeles la recompensa y la alegría eternas. Que intercedan por el mundo, sacudido por la angustia y desgracias.

Jesús, Príncipe de la Paz, te rogamos por los heridos en los ataques terroristas: los niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de la venganza.

Santo Espíritu Consolador, visita a las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas inocentes de la violencia y el terrorismo. Cúbreles con el manto de tu divina misericordia.

Que encuentren en Ti la fuerza y el valor para continuar siendo hermanos y hermanas de los demás, especialmente de los extranjeros y los inmigrantes, testimoniando con su vida tu amor.

Mueve los corazones de los terroristas para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano, independientemente de su religión, origen o status social.

Dios, Eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia Ti entre el estruendo y la desesperación del mundo.

Llenos de confianza en tu infinita Misericordia, confiando en la intercesión de tu Santísima Madre, fortalecidos con el ejemplo de los beatos mártires de Perú, Zbigneo y Michele, que has convertido en valientes testigos del Evangelio hasta derramar su sangre, nos dirigimos a Ti con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo del terrorismo.

Por Jesucristo, nuestro Señor

Amén.

Oración del Santo Padre Francisco en la Basílica de San Francisco en Cracovia, día 30 de julio de 2016.

PAPA FRANCISCO CRUZA CON JÓVENES PUERTA SANTA DEL CAMPO DE LA MISERICORDIA EN JMJ CRACOVIA


El Papa cruza con jóvenes Puerta Santa del Campo de la Misericordia en JMJ Cracovia



CRACOVIA, 30 Jul. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco llegó al Campo de la Misericordia a las 6:52 p.m. (hora local) y, antes de iniciar la esperada Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Cracovia 2016, cruzó la Puerta Santa acompañado de un grupo de 6 jóvenes.

El Santo Padre y el grupo de jóvenes de los cinco continentes cruzó la imponente Puerta Santa colocada especialmente para esta ocasión en el Campo de la Misericordia.

En la Puerta Santa está escrita la frase “Jesús en ti confío” en 9 idiomas, entre los cuales están, además del español, el polaco, francés, alemán, italiano e inglés.

El Campus está ubicado entre las ciudades de Cracovia y Wieliczka. El nombre que le dieron al lugar es de especial significado para el Papa y los jóvenes y “permanecerá allí como testimonio de fe y como resultado de este encuentro”, señalan los organizadores.

El Campus de Misericordia tiene un área de 255 hectáreas y la construcción se conservará después de la JMJ para convertirse en un hogar para personas ancianas y enfermas.

TESTIMONIO DE JOVEN POLACA QUE CONMOVIÓ AL PAPA FRANCISCO EN LA JMJ


Esta joven conmovió a todos en JMJ con su testimonio del perdón de Dios




CRACOVIA, 30 Jul. 16 /  (ACI).- Natalia Wrzesien es una joven polaca que conmovió al Papa Francisco y a los jóvenes participantes de la Vigilia de la JMJ Cracovia 2016 con su especial testimonio de conversión y experiencia personal del gran amor y misericordia del Señor.

A continuación el testimonio completo de Natalia en el Campo de la Misericordia:

El 15 de abril de 2012, era domingo, me desperté en mi departamento en Lodz que es la tercera ciudad de Polonia. En ese tiempo era jefa de redacción de revistas de moda y desde los 20 años ya no tenía nada en común con la Iglesia.


Tenía éxito en el trabajo, me encontraba con algunos chicos lindos, iba de una fiesta a otra y ese era el sentido de mi vida. Todo iba bien. Solo que ese día me desperté con una cierta inquietud causada por el pensamiento de que aquello que estaba haciendo con mi vida estaba lejos de ser algo bueno.

Comprendí que necesitaba ir a confesarme ese mismo día. No sabía bien cómo se hacía, pero busqué en Google la palabra ‘confesión’. En uno de los artículos que encontré, leí esta frase: Dios murió por el amor que nos tiene. Comprendí plenamente el sentido de esta afirmación: Dios murió por el amor que me tiene y quería darme una vida plena mientras yo estaba cerrada en mi indiferencia fumando un cigarrillo en la cocina.

Así veía la situación en ese momento. Estallé en lágrimas, tomé una hoja de papel y comencé a poner por escrito todos mis pecados. Todos estaban muy claros, aparecían uno tras otro ante mis ojos y veía que había ido contra todos los Diez Mandamientos. Sentí una inmediata necesidad de hablar con un sacerdote. Encontré en internet el dato de que a las 15 horas en la catedral iban a confesar.

Corrí allá, pero tenía mucho miedo de que el sacerdote me dijera: ‘tus pecados son demasiado graves, no puedo hacer nada por ti’. Sin embargo encontré el valor y fui a confesarme. Conté todo y comencé a llorar mucho. El sacerdote no decía nada. Cuando terminé me dijo: ‘esta es una confesión muy bella’ No entendía a lo que se refería, no había nada de bello en lo que le había contado. ‘¿Sabes qué día es hoy?’ -preguntó- ‘Es el Domingo de la Misericordia. ¿Sabes qué hora es? Son poco más de las 15 horas. Esta es la hora de la Misericordia. ¿Sabes dónde estás? En la catedral, en el lugar donde Santa Faustina rezaba cotidianamente, cuando vivía todavía en Lodz. En ese entonces se le apareció el mismo Señor que le dijo que quería perdonar en ese día todos los pecados, sin importar cuáles fuesen. Tus pecados han sido perdonados. Ya no están más, no vuelvas a pensar en ellos, sácatelos de la cabeza’.

Eran palabras fuertes. Al ir a la confesión estaba convencida de que había perdido irremediablemente la vida eterna, y ahora sentía que Dios había tomado lo que yo había hecho mal y lo había desaparecido para siempre. Sentí que Él me esperaba desde siempre y me había puesto una cita para ese día.

Salí de la iglesia como si volviese de un campo de batalla: sumamente cansada, pero al mismo tiempo super feliz, con un sentimiento de victoria y con la convicción de que Jesús volvía a casa junto a mí.

En los últimos dos años me he involucrado en los preparativos de la JMJ en Lodz, para que también otros puedan experimentar aquello que yo ya experimenté. La Misericordia de Dios está viva y sigue actuando ininterrumpidamente también hoy. Hay testimonios de ello y auguro para cada uno de ustedes que experimenten lo mismo.

viernes, 29 de julio de 2016

PAPA FRANCISCO ANIMA A RELIGIOSAS A SEGUIR EDUCANDO A JÓVENES DE POLONIA

Papa Francisco anima a religiosas a seguir educando a jóvenes de Polonia
Con gratitud por su generoso servicio, les doy mi bendición y las animo en apostolado educacional


Por: Eduardo Berdejo | Fuente: ACI 



CRACOVIA, 28 Jul. 16
Al iniciar el segundo día de su viaje a Polonia, el Papa Francisco hizo una breve visita privada al Convento de las Hermanas de la Presentación, a cuyas religiosas animó a seguir educando a las jóvenes generaciones y sembrar en ellas la semilla de la generosidad.
La Congregación de las Vírgenes de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María, conocida como las Hermanas de la Presentación, es la primera congregación religiosa de no claustro que se estableció en Polonia.
Fue fundada en Cracovia en 1627 por la Beata Sofía Czeska y desde sus inicios su carisma ha sido la educación de los niños y jóvenes. Hoy dirige escuelas y albergues para niños y se dedica a la enseñanza de la asignatura de religión.
En ese sentido, antes de retirarse, el Papa escribió en un breve pero significativo texto en el libro de visitas. “Con gratitud por su generoso servicio, les doy mi bendición y las animo en apostolado educacional. Cultiven con amor las semillas de la generosidad, belleza y verdad que Dios siembra en cada nueva generación”, alentó el Pontífice.


Luego de esta visita, el Papa se dirigió al Santuario de Jasna Góra para rezar ante la imagen de la Virgen de Czestochowa y para luego presidir una multitudinaria Misa por los 1050 años del Bautismo de Polonia
El convento de las Hermanas de la Presentación es un complejo de edificios de principios del siglo XVIII y que fue entregado a las religiosas en 1726. Además actualmente acoge una escuela pública básica y una escuela secundaria.
El complejo también incluye una iglesia de una sola nave dedicada a San Juan, construida alrededor del año 1100 y que es considerada como uno de los edificios históricos más valiosos en Cracovia. Inicialmente funcionó como parroquia y en el siglo XVI fue anexada a la Basílica de la Santísima Virgen María. En 1726 fue confiada al cuidado de las Hermanas de la Presentación. Dentro se pueden apreciar pequeñas imágenes del siglo XVI de Nuestra Señora de la Liberación de los Esclavos.
Por su parte, en la Santa Sede las Hermanas de la Presentación son las responsable del “almacén privado” del Papa. Las religiosas catalogan y guardan los regalos entregados al Pontífice y los remiten siguiendo su voluntad. Además preparan rosarios y otros de los objetos que Francisco da a los fieles durante sus encuentros.

PAPA FRANCISCO REZA EN SILENCIO ANTE EL HORROR VIVIDO EN AUSCHWITZ

El Papa reza en silencio ante el horror vivido en Auschwitz
La oración ha sido la guía de la visita al campo de concentración de exterminio nazi.


Por: Rocío Lancho | Fuente: Zenit 



(ZENIT – Roma).- “Macht arbeit frei”, “El trabajo os hará libres”,  se lee todavía en la inscripción en la entrada al campo de concentración de exterminio nazi en Auschwitz. Un lugar que no deja indiferente, un lugar en que el ser humano realizó y padeció grandes horrores. Un lugar en el que muchos años después, todavía se puede sentir y percibir el dolor que allí se sufrió. Hasta ahí se ha dirigido hoy el Santo Padre, en una visita realizada en profundo silencio y actitud de recogimiento. Sin discursos ni protocolos. Es la primera vez que Francisco visita este lugar y él ha querido hacerlo de este modo, sin palabras que distraigan.
De este modo, el Santo Padre ha entrado en el campo Auschwitz-Birkenau a pie, y caminando solo ha atravesado la entrada. Después, ha subido a un pequeño coche eléctrico y se ha dirigido hacia la “plaza del llamamiento” y sentado ha rezado durante unos minutos. Desde allí se ha dirigo a la entrada del “Bloque 11” y ha saludado a 10 supervivientes. Con mucha ternura y atención les escuchaba y les abrazaba.
El último al que ha saludado le ha entregado una vela que el Pontífice ha encendido y ofrecido como regalo al campo de concentración. Y de nuevo, un momento de oración frente al Muro de la Muerte, donde ha depositado la vela.
Uno de los momentos más conmovedores se ha vivido cuando el Santo Padre ha entrado en la celda del hambre, la celda del martirio de san Maximiliano Kolbe, sacerdote polaco que ofreció su vida por la de otro preso. En silencio y sentado, Francisco ha orado de nuevo en este pequeño y oscuro lugar de tortura, en el que dejaban morir a los presos de hambre y sed.
Para completar la visita, el papa Francisco ha acudido también a la otra parte del campo de concentración, la conocida como Birkenau. Se trata de 175 hectáreas de terreno. Allí, los nazis construyeron la mayor parte de las instalaciones de exterminio: 4 crematorios con las cámaras de gas y 2 cámaras de gas provisionales. Fueron construidos 300 barracones de madera para alojar a los presos condenados a trabajos forzosos y una muerte lenta. El número de detenidos en agosto de 1944 llegó a las 100 mil.


Hoy eran mil las personas que esperaban allí la llegada del Pontífice. Francisco ha caminado frente a las tumbas conmemorativas en las distintas lenguas de las víctimas. Y de nuevo momento de oración silenciosa. Después, ha encendido una vela. Para concluir, ha saludado a 25 justos entre las naciones, personas no judías que prestaron ayuda de manera altruista y singular a las víctimas de la persecución nazi.
La intensa y conmovedora visita del Santo Padre a este lugar de horror y destrucción ha finalizado con el Salmo 130, cantado en hebreo por el rabino, y después leído en polaco por un superviviente.
Las tropas nazis invadieron Polonia el 1 de septiembre de 1939, y 17 días después las tropas soviéticas entraron también en el país, repartiéndose así el territorio de la Segunda República de Polonia. En la parte anexa del Tercer Reich, el comando nazi cambia el nombre de la ciudad polaca de O?wi?cim por “Auschwitz” y crea a sus alrededores el campo de concentración.
El campo estuvo activo hasta el día de su liberación, el 27 de enero de 1945. En los casi cinco años que estuvo abierto, murieron en este lugar más de un millón de judíos europeos, 23 mil gitanos, 15 mil prisioneros de guerra soviéticos y decenas de miles de ciudadanos de otras nacionalidades.
Al principio, los nazis mandaron a la muerte sobre todo a prisioneros políticos polacos, en total unos 150 mil. Con el paso del tiempo, mandaron también a este campo a prisioneros de otras nacionalidades y en la primavera de 1942 comenzaron con el exterminio de los judíos.
Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI visitaron este lugar. El papa polaco lo hizo en su primer viaje a Polonia como Pontífice, el 7 de junio de 1979. En la misa que celebró en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, san Juan Pablo II recordó que “jamás una nación puede desarrollarse a costa de otra, a precio de servidumbre del otro, a precio de conquista, de ultraje, de explotación y de muerte”. Y habló de este lugar como el “Gólgota del mundo contemporáneo”.
Por su parte, Benedicto XVI lo visitó el 28 de mayo de 2006. En su discurso, recordó que “el papa Juan Pablo II estaba aquí como hijo del pueblo polaco”. Yo –dijo Benedicto XVI– estoy hoy aquí como hijo del pueblo alemán, y precisamente por esto debo y puedo decir como él: No podía por menos de venir aquí. Debía venir. Asimismo, aseguró que “era y es un deber ante la verdad y ante el derecho de todos los que han sufrido, un deber ante Dios, estar aquí como sucesor de Juan Pablo II y como hijo del pueblo alemán, como hijo del pueblo sobre el cual un grupo de criminales alcanzó el poder mediante promesas mentirosas, en nombre de perspectivas de grandeza, de recuperación del honor de la nación y de su importancia, con previsiones de bienestar, y también con la fuerza del terror y de la intimidación; así, usaron y abusaron de nuestro pueblo como instrumento de su frenesí de destrucción y dominio”.

jueves, 28 de julio de 2016

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN EL SANTUARIO DE JASNA GÓRA

Homilía del Papa Francisco en el Santuario de Jasna Góra
Las lecturas de esta liturgia muestran un hilo divino, que pasa por la historia humana y teje la historia de la salvación.


Por: Rome Reports | 



El apóstol Pablo nos habla del gran diseño de Dios: «Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer» (Ga 4,4). Sin embargo, la historia nos dice que cuando llegó esta «plenitud del tiempo», cuando Dios se hizo hombre, la humanidad no estaba tan bien preparada, y ni siquiera había un período de estabilidad y de paz: no había una «edad de oro». Por lo tanto, la escena de este mundo no ha merecido la venida de Dios, más bien, «los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11). La plenitud del tiempo ha sido un don de gracia: Dios ha llenado nuestro tiempo con la abundancia de su misericordia, por puro amor ha inaugurado la plenitud del tiempo.
 
Sorprende sobre todo cómo se realiza la venida de Dios en la historia: «nacido de mujer».
 
Ningún ingreso triunfal, ninguna manifestación grandiosa del Omnipotente: él no se muestra como un sol deslumbrante, sino que entra en el mundo en el modo más sencillo, como un niño dado a luz por su madre, con ese estilo que nos habla la Escritura: como la lluvia cae sobre la tierra (cf. Is 55,10), como la más pequeña de las semillas que brota y crece (cf. Mc 4,31-32).
 
Así, contrariamente a lo que cabría esperar y quizás desearíamos, el Reino de Dios, ahora como entonces, «no viene con ostentación» (Lc 17,20), sino en la pequeñez, en la humildad.
 
El Evangelio de hoy retoma este hilo divino que atraviesa delicadamente la historia: desde la plenitud del tiempo pasamos al «tercer día» del ministerio de Jesús (cf. Jn 2,1) y al anuncio del «ahora» de la salvación (cf. v. 4). El tiempo se contrae, y la manifestación de Dios acontece siempre en la pequeñez. Así sucede en «el primero de los signos cumplidos por Jesús» (v. 11) en Caná de Galilea. No ha sido un gesto asombroso realizado ante la multitud, ni siquiera una intervención que resuelve una cuestión política apremiante, como el sometimiento del pueblo al dominio romano. Se produce más bien un milagro sencillo en un pequeño pueblo, que alegra las nupcias de una joven familia, totalmente anónima. Sin embargo, el agua trasformada en vino en la fiesta de la boda es un gran signo, porque nos revela el rostro esponsalicio de Dios, de un Dios que se sienta a la mesa con nosotros, que sueña y establece comunión con nosotros. Nos dice que el Señor no mantiene las distancias, sino que es cercano y concreto, que está en medio de nosotros y cuida de nosotros, sin decidir por nosotros y sin ocuparse de cuestiones de poder. 
 
Prefiere instalarse en lo pequeño, al contrario del hombre, que tiende a querer algo cada vez más grande. Ser atraídos por el poder, por la grandeza y por la visibilidad es algo trágicamente humano, y es una gran tentación que busca infiltrarse por doquier; en cambio, donarse a los demás, cancelando distancias, viviendo en la pequeñez y colmando concretamente la cotidianidad, esto es exquisitamente divino.
 
Dios nos salva haciéndose pequeño, cercano y concreto. Ante todo, Dios se hace pequeño. El Señor, «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29), prefiere a los pequeños, a los que se ha revelado el Reino de Dios (Mt 11,25); estos son grandes ante sus ojos, y a ellos dirige su mirada (cf. Is 66,2). Los prefiere porque se oponen a la «soberbia de la vida», que procede del mundo (cf. 1 Jn 2,16). Los pequeños hablan su mismo idioma: el amor humilde que hace libres. Por eso llama a personas sencillas y disponibles para ser sus portavoces, y les confía la revelación de su nombre y los secretos de su corazón. Pensemos en tantos hijos e hijas de vuestro pueblo: en los mártires, que han hecho resplandecer la fuerza inerme del Evangelio; en las personas sencillas y también extraordinarias que han sabido dar testimonio del amor del Señor en medio de grandes pruebas; en los anunciadores mansos y fuertes de la misericordia, como san Juan Pablo II y santa Faustina. A través de estos «canales» de su amor, el Señor ha hecho llegar dones inestimables a toda la Iglesia y a toda la humanidad. Y es significativo que este aniversario del Bautismo de vuestro pueblo coincida precisamente con el Jubileo de la Misericordia.
 
Además, Dios es cercano, su Reino está cerca (cf. Mc 1,15): el Señor no desea que lo teman como a un soberano poderoso y distante, no quiere quedarse en un trono en el cielo o en los libros de historia, sino que quiere sumirse en nuestros avatares de cada día para caminar con nosotros. Pensando en el don de un milenio abundante de fe, es bello sobre todo agradecer a Dios, que ha caminado con vuestro pueblo, llevándolo de la mano y acompañándolo en tantas situaciones. Es lo que siempre estamos llamados a hacer, también como Iglesia: escuchar, comprometernos y hacernos cercanos, compartiendo las alegrías y las fatigas de la gente, de manera que se transmita el Evangelio de la manera más coherente y que produce mayor fruto: por irradiación positiva, a través de la transparencia de vida.
 
Por último, Dios es concreto. De las Lecturas de hoy se desprende que todo es concreto en el actuar de Dios: la Sabiduría divina «obra como artífice» y «juega» con el mundo (cf. Pr 8,30); el Verbo se hace carne, nace de una madre, nace bajo la ley (cf. Ga 4,4), tiene amigos y participa en una fiesta: el eterno se comunica pasando el tiempo con personas y en situaciones concretas. También vuestra historia, impregnada de Evangelio, cruz y fidelidad a la Iglesia, ha visto el contagio positivo de una fe genuina, trasmitida de familia en familia, de padre a hijo, y sobre todo de las madres y de las abuelas, a quienes hay mucho que agradecer. De modo particular, habéis podido experimentar en carne propia la ternura concreta y providente de la Madre de todos, a quien he venido aquí a venerar como peregrino, y a quien hemos saludado en el Salmo como «honor de nuestro pueblo» (Jdt 15,9).
 
Aquí reunidos, volvemos los ojos a ella. En María encontramos la plena correlación con el Señor: al hilo divino se entrelaza así en la historia un «hilo mariano». Si hay alguna gloria humana, algún mérito nuestro en la plenitud del tiempo, es ella: es ella ese espacio, preservado del mal, en el cual Dios se ha reflejado; es ella la escala que Dios ha recorrido para bajar hasta nosotros y hacerse cercano y concreto; es ella el signo más claro de la plenitud de los tiempos.
 
En la vida de María admiramos esa pequeñez amada por Dios, que «ha mirado la sencillez de su esclava» y «enaltece a los humildes» (Lc 1,48.52). Él se complació tanto de María, que se dejó tejer la carne por ella, de modo que la Virgen se convirtió en Madre de Dios, como proclama un himno muy antiguo, que cantáis desde hace siglos. Que ella os siga indicando la vía a vosotros, que de modo ininterrumpido os dirigís a ella, viniendo a esta capital espiritual del país, y os ayude a tejer en la vida la trama humilde y sencilla del Evangelio.
 
En Caná, como aquí en Jasna Góra, María nos ofrece su cercanía, y nos ayuda a descubrir lo que falta a la plenitud de la vida. Ahora como entonces, lo hace con cuidado de Madre, con la presencia y el buen consejo; enseñándonos a evitar decisionismos y murmuraciones en nuestras comunidades. Como Madre de familia, nos quiere proteger a todos juntos. En su camino, vuestro pueblo ha superado en la unidad muchos momentos duros. Que la Madre, firme al pie de la cruz y perseverante en la oración con los discípulos en espera del Espíritu Santo, infunda el deseo de ir más allá de los errores y las heridas del pasado, y de crear comunión con todos, sin ceder jamás a la tentación de aislarse e imponerse.
 
La Virgen demostró en Caná mucha concreción: es una Madre que toma en serio los problemas e interviene, que sabe detectar los momentos difíciles y solventarlos con discreción, eficacia y determinación. No es dueña ni protagonista, sino Madre y sierva.
 
Pidamos la gracia de hacer nuestra su sencillez, su fantasía en servir al necesitado, la belleza de dar la vida por los demás, sin preferencias ni distinciones. Que ella, causa de nuestra alegría, que lleva la paz en medio de la abundancia del pecado y de los sobresaltos de la historia, nos alcance la sobreabundancia del Espíritu, para ser siervos buenos y fieles.
 
Que, por su intercesión, la plenitud del tiempo nos renueve también a nosotros. De poco sirve el paso entre el antes y el después de Cristo, si permanece sólo como una fecha en los anales de la historia. Que pueda cumplirse, para todos y para cada uno, un paso interior, una Pascua del corazón hacia el estilo divino encarnado por María: obrar en la pequeñez y acompañar de cerca, con corazón sencillo y abierto.