miércoles, 29 de junio de 2016

DÍA DEL PAPA, 29 DE JUNIO, SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO


Día del Papa
29 de Junio 



El día 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, celebramos el Día del Papa y la colecta llamada desde los primeros siglos Óbolo de San Pedro.

En esta Jornada del Papa estamos invitados, de manera especial, a meditar en el ministerio del Sucesor de Pedro, a orar por él y a contribuir con nuestras limosnas y donativos a su misión evangelizadora y de caridad.

El Romano Pontífice, como Sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los obispos como de la multitud de los fieles. Es Pastor de toda la Iglesia y tiene potestad plena, suprema y universal. Es el Vicario de Cristo.

Ya en la primera hora de la Iglesia, cuando Pedro estaba en la cárcel, toda la comunidad oraba insistentemente a Dios por él (cfr. Hc 12, 59). Hoy toda la Iglesia tiene el deber de orar por el Papa Francisco. Cuando oramos por el Sucesor de Pedro, que “preside la caridad de todas las Iglesias”, como afirmó San Ignacio de Antioquia, pedimos que la Iglesia se mantenga fiel a su magisterio, para que, como los primeros cristianos, vivamos como hermanos arraigados firmemente en el amor y en la caridad.

Junto con la oración y el agradecimiento, esta Jornada es una llamada a colaborar con nuestras limosnas y donativos a la colecta especial. A través de ella ayudamos al Papa para que pueda realizar su misión a favor de la Iglesia Universal y de los más pobres de la tierra.

Desde esta carta pastoral doy las gracias a todos los fieles y pido un año más la generosa y amplia colaboración económica de todos los diocesanos, para que el Santo Padre pueda cumplir su ministerio. Que el Señor os lo premie y que vuestro comportamiento exprese el cariño, la obediencia y el amor que sentís por el Papa.


* Mons. Vicente Jiménez Zamora
   Obispo de Santander

PEDRO Y PABLO NOS AYUDAN A SER CRISTIANOS ALEGRES, AFIRMA EL PAPA EN EL ÁNGELUS


Pedro y Pablo nos ayudan a ser cristianos alegres, afirma el Papa en el Ángelus





VATICANO, 29 Jun. 16 /  (ACI/EWTN Noticias).- El Evangelio llegó a Roma gracias al coraje apostólico de dos hijos del Cercano Oriente, recordó el Papa Francisco en sus palabras previas al rezo del Ángelus al referirse a San Pedro y San Pablo, las dos columnas de la Iglesia que “nos ayudarán a ser cristianos alegres” y fieles al Evangelio.

Desde el balcón del Palacio Apostólico, el Pontífice dirigió el rezo del Ángelus luego de celebrar en la Basílica vaticana la Misa por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.

Antes de la oración mariana, el Francisco agradeció a Dios la predicación y testimonio de estos dos apóstoles, sobre cuya fe “se funda la Iglesia de Roma, que desde siempre los venera como patronos. Sin embargo, es toda la Iglesia universal la que mira hacia ellos con admiración, considerándolos dos columnas y dos grandes luces que brillan, no sólo en el cielo de Roma, sino en el corazón de los creyentes de Oriente y de Occidente”.

El Papa recordó que ambos “desde Tierra Santa, fueron enviados hasta Roma, para predicar el Evangelio. Eran dos hombres muy distintos entre sí: Pedro ‘un humilde pescador’. Pablo ‘maestro y doctor’, como reza la liturgia de hoy”.


“Pero si aquí en Roma conocemos a Jesús, si la fe cristiana es parte viva y fundamental del patrimonio espiritual y de la cultura de este territorio, se debe al coraje apostólico de estos dos hijos del Cercano Oriente”, afirmó el Papa.

“Ellos, por amor de Cristo, dejaron su patria y descuidando las dificultades del largo viaje y de los riesgos y de la desconfianza que habían de encontrar, llegaron a Roma. Aquí se hicieron anunciadores y testigos del Evangelio entre la gente y sellaron con el martirio su misión de fe y caridad”, señaló.

Sin embargo, indicó que ambos “vuelven hoy idealmente entre nosotros, vuelven a recorrer las calles de esta Ciudad, llaman a la puerta de nuestras casas, pero sobre todo de nuestros corazones”.

“Quieren volver a traer a Jesús, su amor misericordioso, su consolación, su paz ¡Tenemos tanta necesidad de ello! ¡Acojamos su mensaje! ¡Atesoremos su testimonio! La fe escueta y firme de Pedro, el corazón grande y universal de Pablo nos ayudarán a ser cristianos alegres, fieles al Evangelio y abiertos al encuentro con todos”, aseguró.

El Pontífice también recordó que durante la Misa bendijo los palios de 25 arzobispos nombrados en el último año. “Los aliento a proseguir con alegría su misión al servicio del Evangelio, en comunión con toda la Iglesia y en especial con la Sede de Pedro, como expresa precisamente el signo del Palio”, dijo a los prelados.

Asimismo, destacó la presencia de la delegación enviada por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I. “También esta presencia es signo de los fraternos lazos que existen entre nuestras Iglesias. Oremos para que se refuercen cada vez más los vínculos de comunión y el testimonio común”, expresó.

Finalmente, encomendó a la Virgen María el “mundo entero, y, en particular esta ciudad de Roma, para que pueda encontrar siempre en los valores espirituales y morales que la enriquecen el fundamento de su vida social y de su misión en Italia, en Europa y en el mundo”.

TEXTO COMPLETO DE HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO


TEXTO COMPLETO Homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo




VATICANO, 29 Jun. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco celebró este 29 de junio en la Misa por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo en la que afirmó que la oración, como humilde abandono en Dios y en su santa voluntad, es la gran vía para que la Iglesia y los fieles salgan de su encierro y lleven adelante la misión confiada por Cristo.

A continuación la homilía completa pronunciada por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro:

La Palabra de Dios de esta liturgia contiene un binomio central: cierre - apertura. A esta imagen podemos  unir el símbolo de las llaves, que Jesús promete a Simón Pedro para que pueda abrir la entrada al Reino de los cielos, y no cerrarlo para la gente, como hacían algunos escribas y fariseos hipócritas a los que Jesús reprende.

La lectura de los Hechos de los Apóstoles nos presenta tres encierros: el de Pedro en la cárcel; el de la comunidad reunida en oración; y – en el contexto cercano de nuestro pasaje – el de la casa de María, madre de Juan, llamado Marcos, donde Pedro va a llamar después de haber sido liberado.

Con respecto a los encierros, la oración aparece como la principal vía de salida: salida de la comunidad, que corre el peligro de encerrarse en sí misma debido a la persecución y al miedo; salida para Pedro, que al comienzo de su misión que le había sido confiada por el Señor, es encarcelado por Herodes, y corre el riesgo de ser condenado a muerte.


Y mientras Pedro estaba en la cárcel, «la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él». Y el Señor responde a la oración y le envía a su ángel para liberarlo, «arrancándolo de la mano de Herodes». La oración, como humilde abandono en Dios y en su santa voluntad, es siempre una forma de salir de nuestros encierros personales y comunitarios. Es la gran vía de salida de las cerrazones.

También Pablo, escribiendo a Timoteo, habla de su experiencia de liberación, la salida del peligro de ser, él también, condenado a muerte; en cambio, el Señor estuvo cerca de él y le dio fuerzas para que pudiera llevar a cabo su trabajo de evangelizar a los gentiles. Pero Pablo habla de una «apertura» mucho mayor, hacia un horizonte infinitamente más amplio: el de la vida eterna, que le espera después de haber terminado la «carrera» terrena.

Es muy bello ver la vida del Apóstol toda «en salida» gracias al Evangelio: toda proyectada hacia adelante, primero para llevar a Cristo a cuantos no le conocen, y luego para saltar, por así decirlo, en sus brazos, y ser llevado por él que lo salvará llevándolo a su reino celestial».

Volvamos a Pedro. El relato Evangélico de su profesión de fe y la consiguiente misión confiada por Jesús nos muestra que la vida de Simón, pescador de Galilea ? como la vida de cada uno de nosotros ? se abre, florece plenamente cuando acoge de Dios la gracia de la fe.

Entonces, Simón se pone en el camino – un camino largo y duro – que le llevará a salir de sí mismo, de sus seguridades humanas, sobre todo de su orgullo mezclado con valentía y con generoso altruismo. En este su camino de liberación, es decisiva la oración de Jesús: «yo he pedido por ti (Simón), para que tu fe no se apague».

Es igualmente decisiva la mirada llena de compasión del Señor después de que Pedro le hubiera negado tres veces: una mirada que toca el corazón y disuelve las lágrimas de arrepentimiento. Entonces Simón Pedro fue liberado de la prisión de su ego orgulloso, de su ego miedoso, y superó la tentación de cerrarse a la llamada de Jesús a seguirle por el camino de la cruz.

Como ya he dicho, en el contexto inmediato del pasaje de los Hechos de los Apóstoles, hay un detalle que nos puede hacer bien resaltar. Cuando Pedro se encuentra milagrosamente libre, fuera de la prisión de Herodes, va a la casa de la madre de Juan, llamado Marcos. Llama a la puerta, y desde dentro responde una sirvienta llamada Rode, la cual, reconociendo la voz de Pedro, en lugar de abrir la puerta, incrédula y llena de alegría corre a contárselo a su señora.

El relato, que puede parecer cómico, y que puede dar inicio al llamado complejo de Rode, nos hace percibir el clima de miedo en el que vivía la comunidad cristiana, que permanecía encerrada en la casa, y cerrada también a las sorpresas de Dios. Pedro llama a la puerta: “¡Mira!”. Está la alegría, está el miedo… “Pero. ¿abrimos, no abrimos?”. Y él corre peligro, porque la policía puede tomarlo… Pero el miedo hace que nos detengamos, ¡nos detiene siempre! Nos cierra, nos cierra a las sorpresas de Dios.

Este detalle nos habla de la tentación que existe siempre para la Iglesia: de cerrarse en sí misma de cara a los peligros. Pero incluso aquí hay un resquicio a través del cual puede pasar a la acción de Dios: dice Lucas que en aquella casa, «había muchos reunidos en oración». La oración permite a la gracia abrir una vía de salida: del cerramiento a la apertura, del miedo a la valentía, de la tristeza a la alegría. Y podemos añadir: de la división a la unidad.

Sí, lo decimos hoy junto a nuestros hermanos de la delegación enviada por el querido Patriarca Ecuménico Bartolomé, para participar en la fiesta de los Santos Patronos de Roma. Una fiesta de comunión para toda la Iglesia, como pone de manifiesto la presencia de los Arzobispos Metropolitanos venidos para la bendición de los Palios, que les serán impuestos por mis Representantes en sus respectivas sedes.

Que los santos Pedro y Pablo intercedan por nosotros, para que podamos hacer este camino con la alegría, experimentar la acción liberadora de Dios y testimoniarla a todos.

DIEZ COSAS QUE NO SABÍAMOS DEL PAPA FRANCISCO CONTADAS POR ÉL MISMO


10 cosas que no sabíamos del Papa Francisco contadas por él mismo


 (ACI).- En una recordada entrevista al diario argentino “La Voz del Pueblo”, el Papa Francisco contó una serie de cosas que eran poco o nada conocidas sobre su vida. Aquí las presentamos.

1. No ve televisión

“Televisión no veo desde el año 1990 (se toma el tiempo para responder). Es una promesa que le hice a la Virgen del Carmen en la noche del 15 de julio de 1990”. 

2. Solo lee un diario

“Diario leo solamente uno, La Repubblica, que es un diario para sectores medios. Lo hago a la mañana y no me lleva más de 10 minutos ojearlo”.

3. No navega en Internet

"Nada". Así respondió cuando le preguntaron si navega en Internet.

4. Nunca ha visto jugar a Messi

Nunca ha visto jugar al famoso crack del Barcelona Lionel Messi. Cuando le preguntaron si como Papa se considera un Messi (delantero) o un Mascherano (defensa de la selección argentina), Francisco reveló que no ve fútbol y solo conoce a Messi porque lo visitó en el Vaticano. "Messi vino dos veces acá y nada más, no lo he visto (jugar)”.

5. Sigue al San Lorenzo a través de un guardia suizo

Nunca dejó de ser hincha del San Lorenzo, equipo argentino actual campeón de la Copa Libertadores, pero no ve los partidos de su equipo porque no ve televisión. Sin embargo se mantiene al tanto de la liga argentina gracias a "un guardia suizo que todas las semanas me deja los resultados y cómo va en la tabla”.

6. Duerme 6 horas en las noches y lee antes de dormir

“Tengo un sueño tan profundo que me tiro en la cama y me quedo dormido. Duermo seis horas. Normalmente a las nueve estoy en la cama y leo hasta casi las diez, cuando me empieza a lagrimear un ojo apago la luz y ahí quedé hasta las cuatro que me despierto solo, es el reloj biológico".  Actualmente lee un libro "sobre San Silvano del Monte Athos, un gran maestro espiritual".

7. Hace siesta

Dormir seis horas no bastan. “Después necesito la siesta. Tengo que dormir de 40 minutos a una hora, ahí me saco los zapatos y me tiro en la cama. Y también duermo profundamente, y también me despierto solo. Los días que no duermo la siesta lo siento”.

8. No llora en público

“Públicamente no lloro. Me pasó dos veces que estuve al límite, pero me pude frenar a tiempo. Estaba demasiado conmovido, incluso hubo algunas lágrimas que se escaparon, pero me hice el tonto y después de un rato me pasé la mano por la cara”. “Recuerdo una, la otra no. La que me acuerdo tuvo que ver con la persecución de los cristianos en Irak. Estaba hablando de eso y me conmoví profundamente" al "pensar en los chicos”.

9. Necesita estar con la gente

“No puedo vivir sin gente, no sirvo para monje, por eso me quedé a vivir acá en esta casa (en la residencia de Santa Marta). Esta es una casa de huéspedes, hay 210 piezas, vivimos 40 personas que trabajamos en la Santa Sede y los otros son huéspedes, obispos, curas, laicos, que pasan y se hospedan acá. Y eso a mí me hace muy bien. Venir aquí, comer en el comedor, donde está toda la gente, tener la misa ésa donde cuatro días a la semana viene gente de afuera, de las parroquias… Me gusta mucho eso. Yo me hice cura para estar con la gente. Doy gracias a Dios que eso no se me haya ido”.

10. Se considera ciudadano "de alma"

El Papa asegura que "siempre fui callejero. De cardenal me encantaba caminar por la calle, ir en colectivo, subte. La ciudad me encanta, soy ciudadano de alma" y explica que "en el campo no podría vivir”. Tal vez por eso aún añora salir a la calle sin preocupaciones. "Eso sí lo añoro, la tranquilidad de caminar por las calles. O ir a una pizzería a comer una buena pizza”.

BENEDICTO XVI CELEBRA 65 AÑOS DE SACERDOTE Y PIDE UN MUNDO DE AMOR, NO DE MUERTE


Benedicto XVI celebra 65 años de sacerdote y pide un mundo de amor, no de muerte
Por Alvaro de Juana




VATICANO, 28 Jun. 16 / (ACI).- La Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano albergó esta mañana la conmemoración del 65º aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa emérito Benedicto XVI. Estuvieron presentes el Papa Francisco, varios cardenales y obispos.

El Papa emérito dirigió al final unas emotivas palabras de agradecimiento a Francisco y a los demás asistentes y deseó que el mundo cambie y se llene de amor y de vida, un mundo “en el que el amor ha vencido la muerte”.

La ceremonia se desarrolló en un ambiente alegre y muy emotivo, con el Papa emérito sentado cerca del Papa Francisco.

En la celebración, Francisco y varios miembros de la curia de Roma pronunciaron unos discursos sobre la herencia que ha dejado el Papa alemán y recordando su renuncia en 2013.

“Hoy festejamos la historia de una llamada iniciada hace 65 años con su ordenación sacerdotal en la Catedral de Frisinga (Alemania) el 29 de junio de 1951”, comenzó Francisco su intervención.

El Papa recordó que Benedicto XVI “en una de las muchas páginas que usted dedica al sacerdocio, subraya como, en la hora de la llamada definitiva de Simón, Jesús, mirándolo, le pregunta solo una cosa ‘¿Me amas?’. ¡Qué hermoso es de verdad esto!”, aseguró.


“Porque es aquí -Usted nos dice- en ese ‘me amas’ donde el Señor funda al pastor, porque solo si existe el amor por el Señor Él puede apacentar a través de nosotros: ‘Señor, tú sabes todo, sabes que te amo’”.

El Papa aseguró que esto “domina toda la vida dedicada al servicio sacerdotal y de la verdadera teología que Usted no por casualidad ha definido como ‘la búsqueda del amado; es esto lo que Usted ha testimoniado y testimonia siempre y todavía hoy”.

En resumen, “que lo decisivo de nuestros días –de sol o de lluvia-, con lo que viene todo el resto, es que el Señor esté verdaderamente presente, que lo deseemos, que interiormente seamos cercanos a Él, que lo amemos, que de verdad creamos profundamente en él y creyendo lo amemos verdaderamente”.

“Es este amar el que verdaderamente nos llena el corazón, este creer es lo que nos hace caminar seguros y tranquilos sobre las aguas, también en medio de la tempestad, como le sucedió a Pedro”. También “el que nos permite mirar al futuro no con miedo o nostalgia, sino con alegría”.

Dirigiéndose al Papa emérito, Francisco dijo: “Usted, Santidad, continua sirviendo a la Iglesia, no deja de contribuir verdaderamente con vigor y sabiduría a su crecimiento; y lo hace desde ese pequeño Monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano que no es como uno de esos rincones olvidados en los que la cultura del descarte de hoy tiende a relegar a las personas cuando, con la edad, sus fuerzas disminuyen”.

“Es todo lo contrario –siguió Francisco- y esto permita que lo diga con fuerza Su Sucesor que ha elegido llamarse Francisco”.

El argentino recordó que “el camino espiritual de San Francisco inició en San Damián, pero el verdadero lugar amado, el corazón latente de la Orden, allí donde la fundó y donde dedicó su vida a Dios fue en la Porciúncula, la ‘pequeña porción’, el pequeño rincón ante la Madre de la Iglesia, ante María que, por su fe así fuerte y por su vivir del amor y en el amor con el Señor, todas las generaciones la llamarán beata”.

“Así, la providencia ha querido que Usted, querido Hermano, llegase a un lugar por así decir propiamente ‘franciscano’ del que emana una tranquilidad, una paz, una fuerza, una confianza, una madurez, una fe, una dedicación y una fidelidad que me hacen mucho bien y me dan fuerza y a toda la Iglesia”.

Francisco concluyó con el deseo de que “Usted, Santidad, pueda continuar sintiendo la mano de Dios misericordioso que Le apoya, que pueda experimentar y testimoniarnos el amor de Dios; que con Pedro y Pablo, pueda continuar exultando de gran alegría mientras camina hacia la meta de la fe”.

Después, el Cardenal alemán Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y responsable de una nueva colección de libros que recoge textos de homilías de Benedicto XVI sobre el sacerdocio, ofreció un breve discurso al que siguió otro del Cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio de Cardenales, Benedicto XVI pronunció las siguientes palabras de manera improvisada:

Querido Santo Padre, queridos hermanos,

Hace 65 años, un hermano ordenado conmigo decidió escribir sobre la estampa de recuerdo de la primera Misa solamente, salvo el nombre y la fecha, una palabra en griego: Eukaristomen, convencido de que con esta palabra en sus muchas dimensiones está ya dicho cuanto se puede decir en este momento.

Eukaristomen dice un gracias humano, gracias a todos. ¡Gracias sobre todo a Usted, Santo Padre! Su bondad, desde el primer día de la elección, en cada momento de mi vida aquí me emociona, me lleva de verdad, interiormente. Más que en los Jardines Vaticanos con su belleza, Su bondad es el lugar en el que habito: me siento protegido. Gracias también por la palabra de agradecimiento, por todo. Esperemos que Usted pueda ir adelante con todos nosotros en este camino de la misericordia divina mostrando el camino de Jesús, hacia Jesús, hacia Dios.

Gracias también a Usted, Eminencia (Cardenal Sodano) por Sus palabras que han tocado el corazón: Cor ad cor loquitur. Usted se ha hecho presente sea en mi ordenación sacerdotal sea también en mi visita en 2006 a Frisinga, donde he revivido esto. Puedo solo decir así, con estas palabras, Usted ha interpretado lo esencial de mi visión del sacerdocio, de mi labor. Le estoy agradecido de la amistad que hasta ahora nos une desde hace tanto tiempo, de tejado a tejado (se refiere a sus habitaciones que se encuentran cerca): es casi presente y tangible. Gracias Cardenal Müller por el trabajo que Usted hace y por la presentación de mis textos sobre el sacerdocio, en los cuales busco ayudar también a los hermanos a entrar siempre una y otra vez en el misterio en el que el Señor se da en nuestras manos.

Eukaristomen, en aquel momento el amigo Berger quería mencionar no solo las dimensiones del agradecimiento humano, sino naturalmente a la palabra más profunda que se esconde, que aparece en la liturgia, en la Escritura, en las palabras “gratias agens benedixit fregit deditque”. Eukaristomen nos dirige a esta realidad de agradecimiento, a esta nueva dimensión que Cristo ha dado. Él ha transformado en agradecimiento, y así en bendición, la cruz, el sufrimiento, todo el mal del mundo. Y así fundamentalmente ha transustanciado la vida y el mundo y nos da cada día el Pan de la verdadera vida, que supera el mundo gracias a la fuerza de Su amor.

Al final queremos inserirnos en este "gracias" del Señor y así recibir realmente la novedad de la vida y ayudar para la transustantación del mundo: que sea un mundo no de muerte, sino de vida; un mundo en el que el amor ha vencido la muerte. Gracias a todos ustedes. El Señor nos bendiga a todos. Gracias Santo Padre.

SALUDA AL PAPA FRANCISCO POR EL DÍA DEL PAPA EN ESTA DIRECCIÓN DE CORREO


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VATICANO, 29 Jun. 16 / (ACI).- Cada 29 de junio la Iglesia, solemnidad de San Pedro y San Pablo, celebramos el Día del Papa y la colecta llamada desde los primeros siglos Óbolo de San Pedro.

Es una jornada de agradecimiento en la que millones de católicos se unen en oración por Papa en su misión a favor de la Iglesia Universal y de los más pobres.

¿Te animas a enviar un saludo especial, ofrecimientos y oraciones al Papa Francisco? 

Recientemente el Papa reveló que “es un tronco” con las computadoras, tal vez por eso no cuenta con una dirección de correo electrónico. Sin embargo, el Vaticano ha difundido esta dirección postal para que envíes directamente tus cartas al Santo Padre:

Sua Santità Francesco
Secretaria de Estado Palazzo Apostólico Vaticano
00120 Città del Vaticano

FELIZ DÍA DEL PAPA!! 29 DE JUNIO, SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO