domingo, 29 de mayo de 2016

EL PAPA FRANCISCO INVITA A ORAR POR LA PAZ JUNTO CON LOS NIÑOS DE SIRIA EL 1 DE JUNIO 2016


El Papa invita a orar por la paz junto con niños de Siria el miércoles 1 de junio


(ACI).- El rezo del Ángelus tuvo lugar este domingo desde la misma Plaza de San Pedro, al término de la Misa que el Papa Francisco presidió con motivo del Jubileo de los Diáconos.
Francisco recordó que el miércoles 1 de junio se celebra la Jornada Internacional del Niño y “las comunidades cristianas de Siria, tanto católicas como ortodoxas, vivirán juntos una especial oración por la paz que tendrá de protagonista a los niños”.


“Los niños de Siria invitan a los niños de todo el mundo a unirse a su oración por la paz”, dijo el Papa.

“Invoquemos para estas intenciones la intercesión de la Virgen María, mientras confiamos a ella la vida y el ministerio de todos los diáconos del mundo”.

También antes de rezar, el Pontífice saludó de nuevo a los miles de diáconos “venidos de Italia y de diversos países”. “Gracias por vuestra presencia aquí hoy, pero sobre todo ¡de vuestra presencia en la Iglesia!”, exclamó.

En los demás saludos, Francisco habló de la “tradicional peregrinación que se celebra hoy en Polonia en el Santuario mariano de Piekary”. “Que la Madre de la Misericordia sostenga a las familias y a los jóvenes en camino hacia la Jornada Mundial de Cracovia”, dijo recordando la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará a finales de julio.

PAPA FRANCISCO RECIBE AL PRESIDENTE DE SINGAPUR Y HABLAN DE LOS DERECHOS HUMANOS


Papa Francisco recibe al Presidente de Singapur y hablan de los derechos humanos

 (ACI).- El Papa Francisco recibió este sábado en audiencia privada al Presidente de la República de Singapur, Tony Tan Keng, durante unos 20 minutos.

Durante la conversación, el Papa y el mandatario hablaron “de las buenas relaciones entre la Santa Sede y Singapur así como de la colaboración entre la Iglesia y el Estado sobre todo en el ámbito educativo y social”, según un comunicado oficial de la Santa Sede.

Además, “se analizaron varios temas de actualidad internacional y de la situación política regional, haciendo hincapié en la importancia del diálogo interreligioso e intercultural para la promoción de los derechos humanos, de la estabilidad, de la justicia y de la paz en el sudeste asiático”.

Por otro lado, el Presidente de Singapur obsequió al Santo Padre con un libro sobre los llamados Jardines de la Bahía, un famoso Parque situado junto a una reserva marítima en el país.

El Papa le regaló un ejemplar de la encíclica sobre el cuidado de la naturaleza Laudato Si’ y una copia de la exhortación sobre la familia Amoris Laetitia, así como un medallón de la paz.

Después de la reunión con el Pontífice, el Presidente se entrevistó con el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, a quien acompañaba el Arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA - BENDITA SEA TU PUREZA


miércoles, 25 de mayo de 2016

POR QUÉ ES BUENO ORAR? EL PAPA FRANCISCO HACE UNA ADVERTENCIA PARA QUIEN NO REZA

¿Por qué es bueno orar? El Papa Francisco hace una advertencia para quien no reza
Por Alvaro de Juana



 (ACI).- Un miércoles más, el Papa Francisco celebró la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, en la que habló de la importancia de la oración y pidió no cansarse nunca de rezar, aunque parezca que a veces no se es correspondido.

“La oración transforma el deseo y lo modela según la voluntad de Dios, sea cual sea, porque quien ora aspira antes que nada a la unión con Él, Amor misericordioso”.

La catequesis del Papa estuvo dedicada esta vez a la parábola del juez inicuo y la viuda inoportuna que oraba sin cesar. “No debemos desistir de rezar aunque no sea correspondida. Es la oración la que conserva la fe y ¡sin ella la fe vacila!”, pidió Francisco.

El Pontífice explicó que este relato pone de manifiesto “la necesidad de orar siempre, sin cansarse”. “No se trata de rezar alguna vez, cuando lo siento. No. Jesús, dice que se necesita ‘rezar siempre, sin cansarse’. Y pone el ejemplo de la viuda y del juez”.

El Papa describió al juez como “un personaje con poder, llamado a emitir un juicio sobre la base de la Ley de Moisés”, pero “este juez no temía a Dios”.


“Era un juez inicuo, sin escrúpulos, que no tenía en cuenta la Ley y hacía lo que quería, según sus intereses”.

La viuda “junto a los huérfanos y los extranjeros era parte de las categorías más débiles de la sociedad”. Por eso, “una pobre viuda allí sola, está indefensa y podía ser ignorada y dejada sin justicia, así como el huérfano, el extranjero, el migrante”.

“Frente a la indiferencia del juez, la viuda utiliza su única arma: continuar insistiendo importunándolo y presentándole su petición de justicia”, recordó el Papa.

“Es así, con esta perseverancia, como consigue su propósito. El juez, en efecto, en un cierto punto la escucha, no porque fuese movido por la misericordia, sino porque la conciencia se lo impone; simplemente admite: “como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme”.

Francisco subrayó entonces cómo Dios “que es un Padre bueno y justo, hará justicia a sus elegidos que gritan día y noche hacia Él”.

“Todos tenemos momentos de cansancio y de desánimo, sobre todo cuando nuestra oración parece ineficaz. Pero Jesús nos asegura: a diferencia del juez deshonesto, Dios escucha pronto a sus hijos, también si eso no significa que lo haga en los tiempos y en los modos que nosotros querríamos”.

“¡La oración no es una varita mágica!”, exclamó el Papa en la Plaza. “Ella ayuda a conservar la fe en Dios y en confiarnos a Él también cuando no comprendemos su voluntad.”.

El Pontífice añadió que “Dios de verdad ha salvado a Jesús de la muerte dándole la completa victoria en ella, pero la vía recorrida para obtenerla pasó a través de la misma muerte”.

El Santo Padre recordó también la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos cuando “oró al Padre para que lo librase del cáliz amargo de la pasión”.

“Pidamos al Señor -concluyó el Papa- una fe que se hace oración incesante, perseverante, como la de la viuda de la parábola, una fe que se nutre del deseo de su venida. Y en la oración experimentamos la compasión de Dios, que como un Padre viene al encuentro de sus hijos lleno de amor misericordioso”.

EL PAPA FRANCISCO EXPLICA QUÉ ES LA SANTIDAD Y PROPONE CUATRO ELEMENTOS


El Papa Francisco explica qué es la santidad y propone 4 elementos


 (ACI).- Para el Papa Francisco la santidad no se compra, no se gana con las propias fuerzas, sino que es “simplemente de todos los cristianos” y aquella “que debemos hacer todos los días”.

En la Misa que celebró en la Casa Santa Marta, el Pontífice dedicó la homilía a la santidad. "La santidad no se compra. Ni la ganan las mejores fuerzas humanas. No, la santidad sencilla de todos los cristianos, la nuestra, aquella que debemos hacer todos los días – afirmó el Papa – es un camino que se puede hacer sólo si lo sostienen cuatro elementos imprescindibles, a saber: coraje, esperanza, gracia y conversión".

Francisco comentó la lectura del día de Pedro, que definió como un “pequeño tratado sobre la santidad”, que es “caminar en la presencia de Dios de modo irreprochable”.

Coraje:

“Este caminar, la santidad es un camino, la santidad no se puede comprar, no se vende. Tampoco se regala. La santidad es un camino en la presencia de Dios que debo hacer yo: no puede hacerlo otro en mi nombre”, dijo.


“Puedo orar para que el otro sea santo, pero el camino debe hacerlo él, no yo. Caminar en la presencia de Dios, de modo irreprochable. Y yo usaré hoy algunas palabras que nos enseñan como es la santidad de cada día, esa santidad –digamos- también anónima. Primero: coraje, el camino hacia la santidad requiere valentía”, explicó.

Esperanza:

Sobre esto mismo, manifestó que “el Reino de los Cielos de Jesús” es para aquellos “que tienen el coraje de ir adelante” y a su vez es movido por la “esperanza”.

Gracia

“La santidad no podemos hacerla nosotros solos. No, es una gracia. Ser bueno, ser santo, dar todos los días un paso adelante en la vida cristiana es una gracia de Dios y tenemos que pedirla”.

“La valentía es un camino. Un camino que se debe hacer con coraje, con la esperanza y con la esperanza y con la disponibilidad de recibir esta gracia. Y la esperanza: la esperanza del Camino”, expresó Francisco.

Conversión:

El Papa habló también de la importancia de cambiar el corazón: “la conversión, todos los días: ‘Ah, Padre, para convertirme debo hacer penitencia, darme golpes…’. ‘No, no, no: conversiones pequeñas. Pero si tú eres capaz de no hablar a espaldas del otro, es un buen camino para ser santo’”.

“¡Es así de simple!”, dijo para concluir. “Yo se que vosotros nunca habláis mal a espaldas de los otros, ¿verdad? Pequeñas cosas… Tengo ganas de criticar al vecino, al compañero de trabajo: morderse la lengua un poco. Se hará un poco grande la lengua, pero vuestro espíritu será más santo en este camino”.

Por tanto, “el camino de la santidad es sencillo. No volver atrás, sino ir siempre adelante. Y con fortaleza”, terminó.

EL PAPA INVITA A SACUDIR LAS CONCIENCIAS ANTE EL SUFRIMIENTO DE LOS NIÑOS


El Papa invita a sacudir las conciencias ante el sufrimiento de los niños



 (ACI).- En el Día Internacional de los Niños Desaparecidos, el Papa Francisco envió un mensaje en la Audiencia General en la Plaza de San Pedro con el fin de sensibilizar sobre este tema.

El Pontífice pidió sacudir las conciencias ante el sufrimiento de los niños que son “explotados y alejados”.

“Hoy es el Día internacional de los Niños Desaparecidos. Es un deber de todos proteger a los niños, sobre todo a los que están expuestos a un elevado riesgo de explotación, trata y conductas desviantes”.

Se trata de un “anhelo –continuó el Pontífice– que las autoridades civiles y religiosas puedan sacudir y sensibilizar las conciencias, para evitar la indiferencia ante el sufrimiento de los niños solos, explotados y alejados de sus familias y de su contexto social, niños que no pueden crecer serenamente y mirar con esperanza al futuro”.

“Invito a todos a la oración para que cada uno de ellos pueda volver al afecto de sus seres queridos”, terminó el Papa.

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA ORACIÓN


Catequesis del Papa Francisco sobre la oración


 (ACI).- La catequesis del Papa Francisco de esta semana trató sobre la parábola del juez inicuo y la viuda inoportuna que con su insistencia consigue su propósito.

El Santo Padre utilizó este relato para hablar de la oración a Dios y reconoció que “todos sentimos momentos de cansancio y de desánimo, sobre todo cuando nuestra oración parece ineficaz”.

“Pero Jesús nos asegura: a diferencia del juez deshonesto, que Dios escucha rápidamente a sus hijos, aunque si esto no significa que lo haga en los tiempos y en los modos que nosotros quisiéramos. ¡La oración no es una varita mágica! ¡No es una varita mágica!”.


A continuación, el texto completo de la catequesis del Papa:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La parábola evangélica que apenas hemos escuchado (Cfr. Lc 18, 1-8) contiene una enseñanza importante: «que es necesario orar siempre sin desanimarse» (v. 1). Por lo tanto, no se trata de orar algunas veces, cuando tengo ganas. No, Jesús dice que se necesita «orar siempre sin desanimarse». Y pone el ejemplo de la viuda y el juez.

El juez es un personaje poderoso, llamado a emitir sentencias basándose en la Ley de Moisés. Por esto la tradición bíblica exhortaba que los jueces sean personas timoratas de Dios, dignas de fe, imparciales e incorruptibles (Cfr. Ex 18,21). Nos hará bien escuchar esto también hoy, ¡eh! Al contrario, este juez «no temía a Dios ni le importaban los hombres» (V. 2). Era un juez perverso, sin escrúpulos, que no tenía en cuenta a la Ley pero hacia lo que quería, según sus intereses. A él se dirige una viuda para obtener justicia. Las viudas, junto a los huérfanos y a los extranjeros, eran las categorías más débiles de la sociedad. Sus derechos tutelados por la Ley podían ser pisoteados con facilidad porque, siendo personas solas e indefensas, difícilmente podían hacerse valer: una pobre viuda, ahí, sola, nadie la defiende, podían ignorarla, incluso no hacerle justicia; así también el huérfano, así el extranjero, el migrante. ¡Lo mismo! En aquel tiempo era muy fuerte esto. Ante la indiferencia del juez, la viuda recurre a su única arma: continuar insistentemente a fastidiarlo presentándole su pedido de justicia. Y justamente con esta perseverancia alcanza su objetivo. El juez, de hecho, en cierto momento la compensa, no porque es movido por la misericordia, ni porque la conciencia se lo impone; simplemente admite: «Pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme» (v. 5).

De esta parábola Jesús saca una doble conclusión: si la viuda ha logrado convencer al juez deshonesto con sus pedidos insistentes, cuanto más Dios, que es Padre bueno y justo, «hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche»; y además no «les hará esperar por mucho tiempo», sino actuará «rápidamente» (vv. 7-8).

Por esto Jesús exhorta a orar “sin desfallecer”. Todos sentimos momentos de cansancio y de desánimo, sobre todo cuando nuestra oración parece ineficaz. Pero Jesús nos asegura: a diferencia del juez deshonesto, que Dios escucha rápidamente a sus hijos, aunque si esto no significa que lo haga en los tiempos y en los modos que nosotros quisiéramos. ¡La oración no es una barita mágica! ¡No es una varita mágica! Ésta nos ayuda a conservar la fe en Dios y a confiar en Él incluso cuando no comprendemos su voluntad. En esto, Jesús mismo – ¡que oraba tanto! – nos da el ejemplo. La Carta a los Hebreos recuerda que – así dice – «Él dirigió durante su vida terreno súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión» (5,7). A primera vista esta afirmación parece inverosímil, porque Jesús ha muerto en la cruz. No obstante la Carta a los Hebreos no se equivoca: Dios de verdad ha salvado a Jesús de la muerte dándole sobre ella la completa victoria, pero ¡el camino recorrido para obtenerla ha pasado a través de la misma muerte! La referencia a la súplica que Dios ha escuchado se refiere a la oración de Jesús en el Getsemaní. Invadido por la angustia oprimente, Jesús pide al Padre que lo libere del cáliz amargo de la pasión, pero su oración esta empapada de la confianza en el Padre y se encomienda sin reservas a su voluntad: «Pero – dice Jesús – no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Mt 26,39). El objeto de la oración a un segundo plano; lo que importa antes de nada es la relación con el Padre. Es esto lo que hace la oración: transforma el deseo y lo modela según la voluntad de Dios, cualquiera que esa sea, porque quien ora aspira ante todo a la unión con Dios, que es Amor misericordioso.

La parábola termina con una pregunta: «Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?» (v. 8). Y con esta pregunta estamos todos advertidos: no debemos desistir de la oración aunque no sea correspondida. ¡Es la oración que conserva la fe, sin ella la fe vacila! Pidamos al Señor una fe que se haga oración incesante, perseverante, como aquella de la viuda de la parábola, una fe que se nutre del deseo de su llegada. Y en la oración experimentamos la compasión de Dios, que como un Padre va al encuentro de sus hijos lleno de amor misericordioso. ¡Gracias!