domingo, 15 de mayo de 2016

PAPA FRANCISCO EN PENTECOSTÉS: EL ESPÍRITU SANTO ES ANTÍDOTO EFICAZ PARA LA TRISTEZA Y SOLEDAD


El Papa en Pentecostés: El Espíritu Santo es antídoto eficaz para la tristeza y la soledad
Por Alvaro de Juana


 (ACI).- El Espíritu Santo es “una inmensa cascada de gracia”. “Quien se sumerge con fe en este misterio de regeneración renace a la plenitud de la vida filial”, dijo el Papa Francisco en la homilía de la Santa Misa de Pentecostés.

En la Basílica de San Pedro del Vaticano, el Pontífice se centró en hablar de la filiación de todo hombre como hijo de Dios, y aseguró que Jesús tuvo, culminada por el Espíritu Santo, esta misión: “restablecer nuestra relación con el Padre, destruida por el pecado; apartarnos de la condición de huérfanos y restituirnos a la de hijos”.

Francisco, en recuerdo de lo que dice San Pablo, destacó que “la paternidad de Dios se reaviva en nosotros a través de la obra redentora de Cristo y del don del Espíritu Santo”.


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#PapaFrancisco celebra Misa en Fiesta de #Pentecote2016. Fotos @dani_ibanez18 http://bit.ly/1R2uwzZ 
05:30 - 15 Mayo 2016
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“El Espíritu es dado por el Padre y nos conduce al Padre. Toda la obra de la salvación es una obra que regenera, en la cual la paternidad de Dios, mediante el don del Hijo y del Espíritu, nos libra de la orfandad en la que hemos caído”.

El Santo Padre reconoció que “también en nuestro tiempo se constatan diferentes signos de nuestra condición de huérfanos: esa soledad interior que percibimos incluso en medio de la muchedumbre, y que a veces puede llegar a ser tristeza existencial”.

O, por ejemplo, “esa supuesta independencia de Dios, que se ve acompañada por una cierta nostalgia de su cercanía; ese difuso analfabetismo espiritual por el que nos sentimos incapaces de rezar; esa dificultad para experimentar verdadera y realmente la vida eterna, como plenitud de comunión que germina aquí y que florece después de la muerte; esa dificultad para reconocer al otro como hermano, en cuanto hijo del mismo Padre; y así otros signos semejantes”.

El Santo Padre manifestó que la vocación originaria es la de ser hijos: “aquello para lo que estamos hechos, nuestro ‘ADN’ más profundo que, sin embargo, fue destruido y se necesitó el sacrificio del Hijo Unigénito para que fuese restablecido”.

Por último, Francisco habló de la Virgen María: “La Madre de Jesús está en medio de la comunidad de los discípulos, reunida en oración: es memoria viva del Hijo e invocación viva del Espíritu Santo. Es la Madre de la Iglesia”.

El Papa terminó pidiendo que “podemos mirarnos como hermanos, y nuestras diferencias harán que se multiplique la alegría y la admiración de pertenecer a esta única paternidad y fraternidad”.

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA PIEDAD


sábado, 14 de mayo de 2016

VATICANO NIEGA QUE EL PAPA TENGA INTENCIÓN DE ORDENAR DIACONISAS NI SACERDOTISAS


Vaticano niega que el Papa tenga intención de ordenar diaconisas ni sacerdotisas


 (ACI/EWTN Noticias).- En respuesta a las tergiversaciones de varios medios sobre las palabras del Papa Francisco en la Asamblea Plenaria de las Superioras Generales (UISG), el P. Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, señaló este viernes que el Pontífice “no dijo que tenga la intención de introducir una ordenación diaconal de mujeres” y menos “una ordenación sacerdotal” femenina.

Ayer, el Pontífice tuvo un encuentro con las superioras de las congregaciones religiosas donde se habló del papel de la mujer en la Iglesia, sin embargo, señaló el P. Lombardi, “suscitó mucho ruido el hecho de que el Papa, respondiendo a una pregunta, habló de una comisión para estudiar la cuestión del diaconado de mujeres”.

El vocero vaticano recordó que este es un tema “del cual se ha hablado mucho también en el pasado y que nace del hecho de que en la Iglesia primitiva existían mujeres llamadas ‘diaconisas’, que desarrollaban ciertos servicios en la comunidad”.

También, señaló a través de Radio Vaticana, hay “estudios históricos sobre este hecho, y el Papa les ha dado algunas palabras. Además hay un documento importante del 2002 de la Comisión Teológica Internacional que ha hablado de este tema”.

“El Papa dice que piensa constituir una comisión que retome estas cuestiones para verlas con mayor claridad. Pero se necesita ser honestos: el Papa no ha dicho que tenga intención de introducir una ordenación diaconal de mujeres, y menos habló de ordenaciones sacerdotales de mujeres. Incluso, hablando de la predicación durante la celebración eucarística ha dado a entender que en esto no piensa en absoluto”, expresó el vocero vaticano.

Sobre el encuentro del Santo Padre con la UISG, el P. Lombardi dijo que se trató de una hermosa y alentadora conversación “sobre las mujeres y en particular sobre las mujeres consagradas en la vida de la Iglesia”.

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO


PAPA FRANCISCO EN AUDIENCIA JUBILAR: NO PODEMOS AMAR LOS ANIMALES Y DESPRECIAR A LAS PERSONAS


El Papa en Audiencia Jubilar: No podemos amar los animales y despreciar a las personas
Por Alvaro de Juana

 (ACI).- La Audiencia Jubilar de este sábado se desarrolló en medio de una gran tormenta de lluvia que no evitó que miles de peregrinos abarrotasen la Plaza de San Pedro para escuchar la catequesis del Papa Francisco quien esta vez habló sobre la piedad y advirtió que hay gente que ama a los animales pero luego desprecia el sufrimiento de las personas.

“Entre los muchos aspectos de la misericordia, hay uno que consiste en sentir la piedad frente a todos los que tienen necesidad de amor”, explicó.

Francisco dijo que “la piedad es un concepto presente en el mundo greco-romano, en la que se indicaba como acto de sometimiento a los superiores: sobre todo la devoción debida a ellos, después el respeto de los hijos hacia los padres, sobre todo los ancianos”.

El Papa advirtió de que “debemos estar atentos a no identificar la piedad con aquella ‘lástima’, muy difundida, que es solo una emoción superficial y ofende la dignidad del otro”.


También pidió diferenciarla con la “compasión” que por ejemplo sentimos “por los animales que viven con nosotros”. “A veces, efectivamente, se encuentra este sentimiento hacia los animales y sin embargo se permanece indiferente hacia los sufrimientos del hombre”. 

"Cuántas veces vemos gente tan apegada a los gatos, a los perros y después no ayudan al vecino, a la vecina que tiene necesidad... así no funciona", advirtió.

Sin embargo, la piedad verdadera “es una manifestación de la misericordia de Dios”, es “uno de los siete dones del Espíritu Santo que el Señor ofrece a sus discípulos”.

Francisco recordó cómo Jesús curaba enfermos y expulsaba demonios porque “respondía con mirada de la misericordia”. “Ellos intuían que en Él había algo extraordinario, que les podía ayudar a salir de las condiciones de tristeza en la que se encontraban”.

“Para Jesús, ser piadoso equivale a compartir la tristeza de quien encuentra, pero al mismo tiempo a obrar en primera persona para transformarla en alegría”.

“También nosotros estamos llamados –invitó Francisco- a cultivar en nosotros actitudes de piedad ante tantas situaciones de la vida, sacudiéndonos la indiferencia que impide reconocer las exigencias de los hermanos que nos circundan y liberan de la esclavitud del bienestar material”.

A continuación, pidió “mirar el ejemplo de la Virgen María que se hace cargo de cada uno de sus hijos  y para nosotros los creyentes es icono de la piedad”.

LA VIRGEN PEREGRINA DE FÁTIMA VISITA AYER 13 DE MAYO LA CATEDRAL DE ROMA - SAN GIOVANNI IN LATERANO


 La Virgen Peregrina de Fátima visita la catedral de Roma 
en Basilica di San Giovanni in Laterano.















viernes, 13 de mayo de 2016

PAPA FRANCISCO: DIACONISAS DE LA IGLESIA PRIMITIVA SON UNA POSIBILIDAD A ESTUDIAR

Papa Francisco: Diaconisas de la Iglesia primitiva son una posibilidad a estudiar
Por Andrea Tornielli



 (ACI/Vatican Insider).- El Papa Francisco ha afirmado que puede retomar el estudio sobre el diaconado femenino en la iglesia primitiva. Habló del tema durante la audiencia con la Unión Internacional de Superioras generales (UISG) en el Vaticano. El tema no es nuevo y ha sido propuesto una vez más en tiempos recientes.

Juan Pablo II respondió en 1994 a la apertura anglicana con la carta “Ordinatio sacerdotalis” y negó  categóricamente la posibilidad del sacerdocio femenino en la Iglesia Católica. Fue el Cardenal Carlo Maria Martini quien habló de la posibilidad de estudiar la instrucción del diaconado para las mujeres, que no menciona en el documento papal.

El entonces Arzobispo de Milán dijo: “En la historia de la Iglesia han existido las diaconisas, por lo que podemos pensar en esta posibilidad”. Algunos historiadores de la Iglesia antigua subrayaron que las mujeres entonces eran admitidas en un particular servicio diaconal de la caridad que se diferencia del diaconado actual, entendido como el primer grado del sacerdocio.

¿Qué dijo el Papa hoy sobre las diaconisas?


Durante el encuentro de hoy, en el que se intercambiaron preguntas y respuestas, le preguntaron al Papa por qué la Iglesia excluye a las mujeres de servir como diáconos. Las religiosas explicaron al Pontífice que las mujeres servían como diaconisas en la Iglesia primitiva y le preguntaron: “¿Por qué no constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?”. El Pontífice respondió que ya había hablado una vez hace algunos años sobre ese tema “con un profesor bueno y sabio”, que había estudiado el papel de las diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia. Francisco había explicado que no era todavía claro qué papel tuvieron tales diaconisas. “¿Qué eran estos diaconados femeninos?”, recordó el Papa haber preguntado al profesor. “¿Tenían ordenación o no?”. “Era un poco oscuro”,  dijo. “¿Cuál era el papel de la diaconisa en aquel tiempo?”, “¿Constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?”, preguntó el Papa en voz alta. “Creo que sí. Sería por el bien de la Iglesia clarificar este punto. Estoy de acuerdo. Hablaré para hacer algo por el estilo”. “Acepto”, dijo el Papa luego. “Me parece útil tener una comisión que lo aclare bien”.

Según una tradición antiquísima, el diaconado venía dirigido “no al sacerdocio, sino al ministerio”. Existen algunos testimonios de la historia sobre la presencia de las diaconisas, tanto en la Iglesia occidental como en la oriental. Los testimonios se refieren también a ritos litúrgicos de ordenación. El punto que se debería profundizar es qué tipo de figura ministerial eran, cuáles eran las funciones que desarrollaban en la comunidad. La posición del magisterio considera el diaconado como el primer grado del ministerio de la ordenación sacerdotal y  lo reserva sólo a los hombres así como los dos grados sucesivos, el presbiterado y el episcopado.

Al estar de acuerdo en instituir una comisión de estudio sobre el diaconado femenino en la Iglesia primitiva, Francisco quiere verificar y ver cómo actualizar aquella forma de servicio, sabiendo que las diaconisas permanentes pueden representar “una posibilidad para el hoy”. En los inicios del cristianismo existía una diaconía femenina (de la que habla San Pablo) y se ha documentado que en el siglo III en Siria existían las diaconisas que ayudaban al sacerdote en el bautizo de las mujeres. Un papel que se recoge en las Constituciones apostólicas del siglo IV, que hablan de un tipo de rito de consagración, distinto sin embargo de la diaconía masculina.

Algunas formas de servicio de diaconía femenina se institucionalizaron hace cierto tiempo, por ejemplo en la diócesis de Padua (Italia) por iniciativa del entonces obispo Antonio Mattiazzo. Se trata de mujeres que, a pesar de no vestir hábito religioso, emitieron votos de obediencia, pobreza y castidad. Se consagraron como “colaboradoras apostólicas diocesanas”.

El papel y labores de esta nueva forma de servicio se explicaron en su tiempo en la diócesis: “Es una forma de diaconía femenina inspirada en el Evangelio. Las colaboradoras apostólicas asumen la diaconía apostólica como proyecto de vida acogido, probado y orientado por parte del Obispo”. Entre las labores a las que están llamadas están el anuncio de la Palabra, la educación en la fe, las obras de caridad al servicio de los pobres, la distribución de la comunión, la animación de la liturgia o la gestión de las estructuras como escuelas e institutos.

El Papa Francisco ha hablado más de una vez sobre la necesidad para la Iglesia Católica de valorizar el papel de la mujer, pero siempre ha evitado presentar esta valorización como una forma de “clericalización” de las mujeres. “Es algo que no sé de dónde ha salido –dijo en diciembre de 2013, en la entrevista con La Stampa a propósito de unas declaraciones sobre mujeres cardenales- Las mujeres en la Iglesia deben estar valorizadas, no ‘clericalizadas’. Quien piensa en mujeres cardenales sufre un poco de clericalismo”.

En septiembre de 2001, el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, junto con los cardenales Medina Estévez, (Prefecto del Culto divino) y Castrillón Hoyos (prefecto para el Clero) firmaron una breve carta, aprobada por el Papa Wojtyla, en la que se afirmaba que “no es lícito poner en acto iniciativas que en cualquier modo pretendan preparar candidatas al orden sacerdotal”. El texto se refería al orden diaconal como sacramento y primer grado del sacerdocio.

Nuevos estudios sobre el diaconado femenino en la iglesia de los primeros siglos, su papel y deberes confrontados con el diaconado masculino, podrían abrir nuevas posibilidades y nuevas formas de servicio consagrado más allá de las órdenes religiosas femeninas ya existentes.

“La Iglesia necesita que las mujeres entren en el proceso de toma de decisiones. También que puedan guiar un departamento en el Vaticano”, ha afirmado el Papa Francisco respondiendo, a seis preguntas que le hicieron durante el encuentro con 900 religiosas de todo el mundo.

En el Aula Nervi, explicó que “la Iglesia debe incluir a las consagradas y laicas en la consulta, pero también en las decisiones, porque se necesita su punto de vista. Y este papel creciente de las mujeres en la Iglesia no es feminismo, sino corresponsabilidad y un derecho de todos los bautizados: hombres y  mujeres”. El Papa también subrayó que “muchas mujeres consagradas son ‘mujercitas’ más que personas involucradas en el ministerio del servicio. La vida consagrada –añadió- es un camino de pobreza, no un suicidio”.