miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL PAPA FRANCISCO ALMUERZA CON 60 POBRES DE FLORENCIA

OBISPOS CONFÍAN A VIRGEN DE GUADALUPE LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A MÉXICO EN EL 2016


Obispos confían a Virgen de Guadalupe la visita del Papa Francisco a México



(ACI).- “Madre de Guadalupe, preséntale a tu Hijo nuestro ruego por los frutos de la próxima visita del Papa, por la Iglesia y por nuestra nación”, expresó el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, durante la Misa celebrada en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, donde también se pidió por los trabajos de la 100° Asamblea Plenaria del Episcopado.
El Santo Padre llegará a México el 12 de febrero de 2016 y, según el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), visitaría el DF, Morelia, San Cristóbal de las Casas y Ciudad Juárez, esta última en el estado de Chihuahua y fronteriza con Estados Unidos.



El anuncio del viaje de Francisco hizo que el Episcopado cambiara el tema de su Asamblea Plenaria, que era la elección de las nuevas autoridades, por la programación de la visita del Pontífice, su realización y el compromiso de evangelizar que surja en la post-visita.

“El Santo Padre nos ha llenado de alegría y esperanza al anunciarnos que vendrá el próximo año para confirmarnos en la fe, alentarnos en la esperanza, fortalecernos en el amor e impulsarnos a edificar juntos la Iglesia y la nación mexicana”, afirmó el Cardenal Robles en su homilía.

Por su parte, el Arzobispo de Acapulco, Mons. Carlos Garfias Merlos, explicó en el sitio web del Episcopado que “se pretende que la próxima Visita del Papa a nuestro país sea estimulante y fructífera sobre todo en el tema de la evangelización y en el compromiso de que se impulse la Misión Continental y se renueve el compromiso de construir la paz, ante la realidad de violencia e inseguridad que se vive en México”.

En ese sentido, pidió a los fieles contribuir con sus oraciones “para que lo que programemos y decidamos (en la Asamblea) sea en bien de todos nuestros pueblos y contribuya en la solución de los problemas que aquejan a nuestra sociedad”.

El Prelado afirmó que “hay una gran expectativa ante la visita del Papa”. “Confiamos que la presencia del Papa en México y sus palabras nos den la pauta necesaria para mantenernos firmes en la esperanza y nos fortalecerá en la lucha por construir la paz”, expresó.

A COMER EN FAMILIA. EL PAPA FRANCISCO DA CONSEJOS ÚTILES PARA LA MESA DOMÉSTICA


¡A comer en familia! El Papa Francisco da consejos útiles para la "mesa doméstica"
Por Alvaro de Juana


 (ACI).- El Papa Francisco dedicó la Audiencia General de este miércoles a la convivencia familiar y la relación que toda familia debe tener en el hogar, pero sobre todo en torno a la mesa doméstica. Para ello dio una serie de consejos, entre ellos no ver la televisión o no tener el teléfono móvil cuando se come en familia.

“Saber compartir es una virtud preciosa”, afirmó. “Su símbolo, su ‘icono’ es la familia reunida alrededor de la mesa doméstica”.

“Una familia que no come casi nunca junta, o en cuya mesa no se habla pero se ve la televisión, o el móvil, es una familia ‘poco familia’”, indicó el Papa.

En su opinión, “la convivialidad es un termómetro seguro para medir la salud de las relaciones: si en la familia hay algo que no está bien, o alguna herida escondida, en la mesa se percibe enseguida”.

Denunció además que “hoy muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivencia familiar” y señaló que “debemos encontrar el modo de recuperarla, aunque sea adaptándola a los tiempos”.

Francisco explicó que “compartir los alimentos –y por lo tanto, además de los alimentos, también los afectos, los eventos…– es una experiencia fundamental”.



“Cuando hay una fiesta, un cumpleaños, un aniversario, nos reunimos alrededor de la mesa. En algunas culturas es habitual hacerlo también por el luto, para estar cercanos a quien se encuentra en el dolor por la pérdida de un familiar”, explicó.

“El cristianismo tiene una especial vocación por la convivialidad, todos lo saben”. “Jesús escogió la comida también para entregar a sus discípulos su testamento espiritual, condensado en el gesto memorial de su Sacrificio: donación de su Cuerpo y de su Sangre como Alimento y bebida de salvación, que nutren el amor verdadero y duradero”, recordó a los fieles.

“Podemos bien decir que la familia es ‘de casa’ a la Misa porque lleva a la Eucaristía la propia experiencia de convivencia y la abre a la gracia de una convivencia universal, del amor de Dios por el mundo”.

Francisco aseguró después que “participando en la Eucaristía, la familia es purificada de la tentación de cerrarse en sí misma, fortalecida en el amor y en la fidelidad, y prolonga los confines de su propia fraternidad según el corazón de Cristo”.

En este sentido, la “Eucaristía y la familia nutrida por ella pueden vencer las cerrazones y construir puentes de acogida y de caridad”.

“No existen pequeños, huérfanos, débiles, indefensos, heridos y desilusionados, desesperados y abandonados, que la convivencia eucarística de las familias no pueda nutrir, restaurar, proteger y hospedar”, aseguró el Papa en la Plaza de San Pedro.

El Santo Padre también pidió darse cuenta de cómo “una madre tiene una mirada de atención, servicio y cuidado por los hijos ajenos, además que los propios”.

“Sabemos bien la fuerza que adquiere un pueblo cuyos padres están preparados para movilizarse para proteger a sus hijos de todos, porque consideran a los hijos un bien indivisible, que son felices y orgullosos de proteger”.

“La convivencia parece que se ha convertido en una cosa que se compra y se vende, pero así es otra cosa”, explicó el Papa.

Comentando este aspecto, señaló que “la nutrición no es siempre el símbolo de un justo compartir de los bienes, capaz de alcanzar a quien no tiene ni pan ni afectos”.

“En los Países ricos somos estimulados a gastar en una nutrición excesiva, y luego lo hacemos de nuevo para remediar el exceso. Y este ‘negocio’ insensato desvía nuestra atención del hambre verdadera, del cuerpo y del alma. Es tanto así que la publicidad la ha reducido a un deseo de galletas y dulces. Mientras tanto, muchos hermanos y hermanas se quedan fuera de la mesa. ¡Es una vergüenza!”.

El Pontífice pidió mirar al Banquete Eucarístico y reconoció que “no existe división que pueda resistir a este Sacrificio de comunión; solo la actitud de falsedad, de complicidad con el mal puede excluir de ello”.

“Cualquier otra distancia no puede resistir a la potencia indefensa de este pan partido y de este vino derramado, Sacramento del único Cuerpo del Señor”.

“La alianza viva y vital de las familias cristianas, que precede, sostiene y abraza en el dinamismo de su hospitalidad las fatigas y las alegrías cotidianas, coopera con la gracia de la Eucaristía, que es capaz de crear comunión siempre nueva con la fuerza que incluye y que salva”, dijo el Papa.

Después de la catequesis el Obispo de Roma saludó como siempre a los peregrinos provenientes de diversas partes del mundo. También a los enfermos, jóvenes y esposos recién casados: “Que el Señor les ayude, queridos jóvenes, a ser promotores de misericordia y reconciliación; les sostenga a ustedes, queridos enfermos, a no perder la confianza, ni siquiera en los momentos de dura prueba; y les conceda a ustedes, querido esposos noveles, encontrar en el Evangelio la alegría de acoger cada vida humana, sobre todo la más débil e indefensa”.

martes, 10 de noviembre de 2015

ÉSTA ES LA IGLESIA QUE QUIERE Y DESEA EL PAPA FRANCISCO


Ésta es la Iglesia que quiere y desea el Papa Francisco
Por Alvaro de Juana





 (ACI).- En la Catedral de Florencia, el Papa Francisco pronunció un largo discurso en el que trazó los rasgos de la Iglesia que él quiere y desea, y advirtió de una serie de tentaciones en las que puede caer si se deja llevar por el apego al dinero y al poder y rechaza ser humilde y cercana a la gente.

“Me gusta una Iglesia italiana inquieta, siempre cercana a los abandonados, a los olvidados, a los imperfectos” y “deseo una Iglesia alegre con rostro de madre, que comprenda, que acompañe, que acaricie”.

En el interior de la Catedral de Santa María de las Flores de Florencia, el Papa ofreció un extenso discurso a los participantes del V Congreso Nacional de la Iglesia Italiana organizado por la Conferencia Episcopal del país. Este es precisamente el motivo del viaje de once horas emprendido por el Pontífice a esta ciudad italiana.

Después de escuchar los testimonios de una catecúmena, de un matrimonio y de un inmigrante albanés que hoy es sacerdote, Francisco aprovechó para dar algunos consejos no sólo a las diócesis italianas, sino también a la Iglesia universal, y reflexionar sobre el humanismo cristiano.

Inició comentando la escena del Juicio Universal dibujado en la cúpula y señaló que “podemos hablar del humanismo solo a partir de la centralidad de Jesús, descubriendo en Él los rasgos del rostro auténtico del hombre”.

El Pontífice aseguró que “el humanismo cristiano al que estáis llamados a vivir afirma radicalmente la dignidad de toda persona como Hijo de Dios” y “establece entre cada ser humano una fundamental fraternidad, enseña a comprender el trabajo, vivir en la creación como una casa común, proporciona razones para la alegría y el humor, también en medio de una vida dura”.

“Es la contemplación del rostro de Jesús muerto y resucitado que recompone nuestra humanidad, también la fragmentada por las fatigas de la vida, o marcada por el pecado”.

“No debemos domesticar la potencia del rostro de Jesús. El rostro es la imagen de su trascendencia. Es el ‘rostro de la misericordia’. Dejémonos mirar por Él. Jesús es nuestro humanismo”, pidió.

Francisco presentó a Cristo como un siervo “humillado y obediente hasta la muerte”. “El rostro de Jesús es similar al de tantos hermanos nuestros humillados, hechos esclavos, despojados. Dios ha asumido su rostro. Y ese rostro nos mira”.

“Si no nos ‘abajamos’ no podremos ver su rostro. No veremos nada de su plenitud si no aceptamos que Dios se ha despojado. Y entonces no entenderemos nada del humanismo cristiano y nuestras palabras serán hermosas, educadas, refinadas, pero no serán palabras de fe”. “Serán palabras que suenen vacías”, añadió.

El Papa presentó a continuación algunos rasgos del humanismo cristiano, que son “los sentimientos de Jesucristo”:

Humildad: “La obsesión por preservar la propia gloria, la propia ‘dignidad’, la propia influencia no debe ser parte de nuestros sentimientos. Debemos perseguir la gloria de Dios, y esta no coincide con la nuestra”.

Desinterés: “Más que el desinterés debemos buscar la felicidad de quien está a nuestro lado. La humanidad del cristiano está siempre en salida. No es narcisista, autoreferencial”.

“Cuando nuestro corazón es rico y es tan sofisticado de sí mismo, entonces no hay sitio para Dios”. El Pontífice pidió evitar “encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa protección, en las normas que nos transforman en juicios implacables, en los hábitos en los que nos sentimos tranquilos”.



Felicidad: “El cristiano es un beato, tiene en sí la alegría del Evangelio. En las bienaventuranzas el Señor nos indica el camino. Recorriéndolo nosotros podemos llegar a la felicidad más auténticamente humana y divina”.

El Papa explicó que “para los grandes santos se es feliz con humildad y pobreza. Pero también en la parte más humilde de nuestra gente hay mucho de esta felicidad: es la de quien conoce la riqueza de la solidaridad, de compartir también lo poco que se tiene; la riqueza del sacrificio cotidiano de un trabajo, a veces duro y mal pagado, pero hecho por amor hacia las personas queridas”.

“También aquellas de las propias miserias, que vividas con confianza en la providencia y en la misericordia de Dios Padre, alimentan una grandeza humilde”.

Francisco expuso que las bienaventuranzas del Evangelio comienzan con una bendición y terminan con una promesa de consuelo. “nos introducen un sentimiento posible de grandeza, el del espíritu, y cuando el espíritu está preparado todo lo demás viene por sí mismo”. Por eso, “si no tenemos el corazón abierto al Espíritu Santo, parecerán tonterías porque no nos llevaran al éxito”.

Por tanto, “para ser ‘beatos’, para probar el consuelo de la amistad con Jesucristo, es necesario tener el corazón abierto”. Se trata “de una apuesta laboriosa, hecha de renuncias, escucha y aprendizaje, en la que los frutos se recogen en el tiempo, regalándonos una paz incomparable”.

El Pontífice especificó que estos tres rasgos “nos dicen que no debemos estar obsesionados con el poder, incluso cuando este toma el rostro de un poder útil y funcional a imagen social de la Iglesia”.

“Si la imagen no asume los sentimientos de Jesús, se desorienta, pierde el sentido”, subrayó.

“Los sentimientos de Jesús nos dicen que una Iglesia que piensa en sí misma y en sus propios intereses sería triste. Las bienaventuranzas, es definitiva, son el espejo en el que mirarnos, aquello que nos permite saber si estamos caminando por el sendero justo: es un espejo que no miente”.

Francisco volvió a manifestar que “prefiero una Iglesia accidentada, herida y sucia por haber salido a la calle que una Iglesia enferma por estar cerrada y por la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”.

Tentaciones de la Iglesia

Pero existen al menos dos tentaciones que se le presentan a la Iglesia:

Ser pelagiana: “Empuja a la Iglesia a no ser humilde, desinteresada y alegre. Y lo hace con la apariencia de un bien. El pelagianismo nos lleva a tener confianza en las estructuras, en las organizaciones, en las planificaciones perfectas porque son abstractas. A menudo nos lleva también a asumir un estilo de control, de dureza, de normativas. La norma da al pelagianismo la seguridad de sentirse superior, de tener una orientación precisa”.

Y aquí “encuentra su fuerza, no en la ligereza del soplo del Espíritu”. “Ante los males o los problemas de la Iglesia es inútil buscar soluciones en conservadurismos y fundamentalismos, en la restauración de conductas y formas superadas que ni siquiera culturalmente tienen capacidad de ser significativas”.  

El Papa afirmó entonces que “la doctrina cristiana no es un sistema cerrado incapaz de generar preguntas, dudas, interrogativos, sino que está viva, sabe inquietar, animar”.

“No tiene un rostro rígido, tiene un cuerpo que se mueve y se desarrolla, tiene carne tierna: se llama Jesucristo”. Por eso, “todo será posible con genio y creatividad” y dejándose conducir por el Espíritu.

Agnoticismo: Esta segunda tentación “lleva a confiar en el razonamiento lógico y claro, el cual pierde la ternura de la carne del hermano”.

“La fascinación del agnosticismo es la de una fe encerrada en el subjetivismo, donde interesa únicamente una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que se creen puedan reconfortar e iluminar, pero donde el sujeto en definitiva permanece cerrado en la inmanencia de la propia razón o de sus propios sentimientos”. 

Francisco indicó que “la diferencia entre la trascendencia cristiana y cualquier formar de espiritualismo agnóstico está en el misterio de la encarnación”.

“No poner en práctica, no conducir la Palabra a la realidad, significa construir sobre la arena, permanecer en la pura idea y degenerar en intimidades que no dan fruto, que hacen estéril su dinamismo”.

El Pontífice también recordó que “cercanía a la gente y oración son la clave para vivir un humanismo cristiano popular, humilde, generoso, alegre. Si perdemos este contacto con el pueblo fiel de Dios perdemos en humanidad y no vamos a ninguna parte”.

Anunciar el Evangelio y cuidar de los pobres

A los obispos les pidió ser pastores y “que esta sea vuestra alegría”. “Que nadie os quite la alegría de ser ayudado por vuestro pueblo”. “Como pastores no seáis predicadores de complejas doctrinas, sino anunciadores de Cristo, muerto y resucitado por nosotros”.

“Apostad por lo esencial, por el kerigma. No hay nada más sólido, profundo y seguro que este anuncio”.

El Papa también pidió a la Iglesia italiana que se ocupe de los pobres, “que tienen un puesto privilegiado en el pueblo de Dios y la capacidad de encuentro y de diálogo para favorecer la amistad en vuestras ciudades, buscando el bien común”.

“Los pobres conocen bien los sentimientos de Cristo Jesús porque por experiencia conocen a Cristo sufriente”.

“Que Dios proteja a la Iglesia italiana de todo poder, de imágenes, de dinero” porque “la pobreza evangélica es creativa, acogedora, ayuda y es rica de esperanza”.

Capacidad de dialogar

Francisco les pidió ser capaces de dialogar y “no de negociar”.  Esto es “buscar el bien común para todos, discutir juntos, pensar en soluciones mejores para todos”.

“No existe un humanismo auténtico que no contemple el amor como vehículo entre los seres humanos”, destacó.

“No debemos tener miedo del diálogo, es más, el enfrentar opiniones y la propia crítica nos ayuda a preservar la teología de transformarse en ideología”.

Francisco afirmó que “la Iglesia también sabe dar una respuesta clara ante las amenazas que emergen en el interior del debate público” y esta es “una de las formas de contribución específica de los creyentes a la construcción de la sociedad común”.

“La nación no es un museo, sino una obra colectiva en permanente construcción en la que se debe poner en común las cosas que diferencian, incluidas las pertenencias políticas o religiosas”.

Mensaje a los jóvenes

El Pontífice les pidió ser fuertes y superar “la apatía”. “Que nadie desprecie vuestra juventud, pero aprended a ser también modelos en el hablar y en el actuar”.

Francisco les invitó a ser “constructores de Italia” y ponerse a trabajar “para una Italia mejor”.

“No miréis la vida desde el balcón, comprometeos, sumergiros en el amplio diálogo social y político. Las manos de vuestra fe se levantan hacia el cielo, pero lo hacen mientras edifican una ciudad construida sobre las relaciones en las que el amor de Dios es el fundamento. Y así seréis libres de aceptar los desafíos de hoy, de vivir los cambios de época”.

El Santo Padre les pidió salir por las calles e ir a las encrucijadas. “A todos aquellos que encontréis llamadlos, ninguno está excluido”. “Allá donde vayáis no construyáis nunca muros ni fronteras, sino plazas y hospitales de campaña”.

Por último, a los obispos les pidió antes de terminar que “en cada comunidad, en cada parroquia e institución, en cada diócesis” se profundice en la exhortación apostólica Evangelii gaudium (Alegría de la Fe). 

AVANZAN PREPARATIVOS PARA LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A KENIA


Avanzan preparativos para la visita del Papa Francisco a Kenia
Por María Ximena Rondón




 (ACI).- Manoah Esipisu, vocero presidencial, anunció durante una conferencia de prensa junto con Mons. Alfred Rotich, Obispo Castrense de Kenia, los diversos preparativos que se han venido trabajando en conjunto con la Iglesia para la visita del Papa Francisco que se realizará del 25 al 27 de noviembre.

El vocero señaló que los organismos de seguridad ya están listos para recibir al Papa. El trabajo de la seguridad estará conformado por el Servicio de Policía de Kenia, el Kenia Prisons Service (Servicio de las prisiones de Kenia) y el Servicio Nacional de la Juventud.

Para cuidar al Pontífice se ha dispuesto la presencia de cerca de 10 mil policías. También habrá otros 10 mil, pertenecientes del Servicio Nacional de la Juventud, que se encargarán de mantener el orden entre la multitud.   



Mons. Alfred Rotich indicó que aproximadamente 9 mil sacerdotes y clérigos participarán en la celebración de la Santa Misa del 26 de noviembre, que será en el Campus de la Universidad de Nairobi.

Esipisu calculó que en el parque ubicado a los alrededores de la universidad se congregará cerca un millón de personas para este evento.

El vocero también indicó que “estamos alentando a los kenianos a que vayan a la ciudad (Nairobi) en gran número para animar el Papa y celebrar la misa con él”.

Por otro lado, Mons. Alfred Rotich dijo que se espera que cada una de las 1000 parroquias del país envíe en tres autobuses a los peregrinos que participarán en la Eucaristía.

Esipisu señaló que cerca de 80 periodistas estarán con el Papa en el avión, entre ellos hay cuatro kenianos. Otros 100 periodistas locales estarán cubriendo este aconteciendo en diversas regiones del país y que habrá otros 1000 a nivel nacional, sin contar a los que vendrán del extranjero.

El vocero presidencial dijo que ya están listas las sedes donde se realizarán los eventos con el Santo Padre: el aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta para la ceremonia de bienvenida y despedida, la Casa de Estado para las reuniones diplomáticas, la Universidad de Nairobi para la Santa Misa, la sede del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), la iglesia de San Juan el Trabajador en Kangemi, el Estadio Kasarani, donde se reunirá con los jóvenes, y el espacio en Kasarani donde se encontrará con los obispos.

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA ORACIÓN


lunes, 9 de noviembre de 2015

PAPA FRANCISCO EN ÁNGELUS: SE PUEDE TENER MUCHO DINERO PERO TENER VACÍO EL CORAZÓN


Papa Francisco en Ángelus: Se puede tener mucho dinero pero tener vacío el corazón
Por Alvaro de Juana
El Papa reza el Ángelus. Foto: L'Osservatore Romano




(ACI).- En el rezo del Ángelus, el Papa Francisco afirmó que la caridad está en dar de lo que es indispensable para uno, no de lo superfluo, por lo que “tú puedes tener mucho dinero, pero estar vacío: no hay plenitud en el corazón”.

Desde la ventada del estudio pontificio, el Pontífice comentó el Evangelio de este domingo antes de rezar el Ángelus. Señaló que el cristiano debe fiarse de la providencia de Dios y servir a los hermanos más pobres sin esperar nada a cambio. A su vez, advirtió de que una enfermedad es estar apegado a los bienes, lo que hace que el corazón se ‘baje’ a la cartera.

“La medida del juicio no es la cantidad, sino la plenitud. Existe una diferencia entre cantidad y plenitud. “Piensen, en esta semana –invitó a los fieles– en la diferencia que existe entre cantidad y plenitud. No es cuestión de cartera, sino de corazón. Hay diferencia entre la cartera y el corazón… Hay enfermedades cardiacas, que hacen ‘abajar’ el corazón a la cartera… ¡y esto no hace bien!”, exclamó.

“Amar a Dios ‘con todo el corazón’ significa confiar en Él, en su providencia, y servirlo en los hermanos más pobres sin esperar nada a cambio”.

A continuación, Francisco contó una anécdota sucedida en la diócesis de Buenos Aires (Argentina) de la que fue Arzobispo: “Estaban en la mesa una madre con tres hijos; el padre estaba en el trabajo; estaban comiendo filetes de carne empanados… en ese momento llaman a la puerta y uno de los hijos –pequeños, 5, 6 años, 7 años el más mayor– viene y dice: ‘mamá, hay un mendigo que pide comida’. Y la madre, una buena cristiana, le pregunta: ‘¿Qué hacemos?’ –‘Vamos a dársela mamá’– ‘Vale’. Tomó un tenedor y un cuchillo y cortó la mitad de cada uno de los filetes. ‘¡Ah no mamá, no! Así no!’. ‘Tómalos del frigorífico’ – ‘¡No, hagamos tres bocadillos así!’. Y los hijos aprendieron que la verdadera caridad se da, se hace no de aquello que sobra, sino de aquello que es necesario”.



“Estoy convencido de que en la tarde tuvieron un poco de hambre… ¡pero así se hace!” dijo a los presentes en la plaza de San Pedro.

Por eso, “frente a las necesidades de los demás somos llamados a privarnos de alguna cosa indispensable, no solo de lo superfluo; estamos llamados a dar el tiempo necesario, no sólo el que nos viene bien; somos llamados a dar rápidamente y sin reservas cualquiera de nuestros talentos, no después de haberlo utilizado para nuestros propósitos personales o de grupo”.

Al comentar el Evangelio de este domingo, Francisco explicó que se compone de dos partes: “una en la que se describe cómo no deben ser los seguidores de Cristo” y otra “en la que se propone el ejemplo ideal de cristiano”.

“En la primera parte Jesús critica a los escribas, maestros de la ley, tres defectos que se manifiestan en su estilo de vida: soberbia, codicia e hipocresía”.

“Bajo su apariencia solemne se esconden falsedades e injusticias”, explicó el Papa.

Así, “mientras se pavonean en público, usan su autoridad para ‘devorar las casas de las viudas’ que estaban consideradas, junto a los huérfanos y extranjeros, las personas más indefensas y menos protegidas”.  

El Papa advirtió de que “también hoy existe el riesgo de asumir estas actitudes” por ejemplo “cuando se separa la oración de la justicia, porque no se puede rendir culto a Dios y causar daño a los pobres, o cuando uno dice que ama a Dios pero antepone a Él la propia vanagloria, el propio lucro”.

Retomando el Evangelio, el Santo Padre explicó que “la escena está ambientada en el templo de Jerusalén, precisamente en el lugar donde la gente lanzaba las monedas como ofrenda”.

“Hay muchos ricos que tiran muchas monedas, y hay una pobre mujer, viuda, que da apenas dos moneditas. Jesús observa atentamente a esta mujer y reclama la atención de los discípulos sobre el fuerte contraste que hay en la escena”.

“Los ricos han dado, con gran ostentación, aquello que para ellos era superfluo, mientras la viuda, con discreción y humildad, ha dado ‘todo lo que tenía para vivir’ y por eso –dice Jesús– ella ha dado más que los otros”.

Francisco señaló que “con motivo de su extrema pobreza, habría podido ofrecer una sola moneda para el templo y quedarse la otra para ella. Pero no ha querido ir a la mitad con Dios: se priva de todo. En su pobreza ha comprendido que, teniendo a Dios, tiene todo; se siente amada totalmente a Él y a su vez le ama totalmente”.

“Pidamos al Señor aprender de esta pobre viuda, que Jesús, entre el desconcierto de los discípulos, hace salir en cátedra y presenta como maestra del Evangelio vivo. Por intercesión de María, la mujer pobre que ha dado toda su vida a Dios por nosotros, pidamos el don de un corazón pobre, pero rico de una generosidad alegre y gratuita”, concluyó.