lunes, 15 de octubre de 2018

PAPA FRANCISCO CANONIZÓ A PABLO VI, MONSEÑOR ROMERO Y OTROS CINCO NUEVOS SANTOS


Papa Francisco canonizó a Pablo VI, Monseñor Romero y otros cinco nuevos santos
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



El Papa Francisco canonizó este domingo 14 de octubre a Pablo VI, Mons. Oscar Romero y otros nuevos cinco santos, durante la multitudinaria Misa que se celebró en la Plaza de San Pedro.

Además del nuevo Papa santo y el Arzobispo de San Salvador, también fueron canonizados los sacerdotes italianos Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, las religiosas María Caterina Kasper y Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa, y el laico italiano Nunzio Sulprizio.


El Santo Padre leyó la fórmula de canonización luego de la solicitud del Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal Giovanni Angelo Becciu, para que los siete beatos sean inscritos en el libro de los santos; y tras la lectura de una breve reseña biográfica de cada uno.

Para la Misa el Pontífice portó el báculo pastoral de Pablo VI y el palio de su predecesor. Además vistió una reliquia de Mons. Romero: el cíngulo que usó el día en que fue asesinado en San Salvador y que está manchado de sangre. Asimismo, para la Eucaristía, el Papa Francisco usará el cáliz de Pablo VI.

En la Misa también estuvieron presentes las siguientes reliquias: la camiseta que usó Pablo VI en el atentado que sufrió en Filipinas y que está manchada de sangre, fragmentos óseos de Mons. Romero, Francesco Spinelli, Vincenzo Romano, Nunzio Sulprizio y María Caterina Kasper, y un mechón de cabello de Nazaria Ignacia March Mesa.

Durante la homilía, el Pontífice dijo a los fieles que una característica común de los nuevos santos es que supieron amar a Jesús con radicalidad.


Este domingo 14 de octubre el Papa Francisco presidió la Misa de canonización de Pablo VI, Mons. Oscar Romero, las religiosas Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa y María Caterina...

Francisco recordó que Jesús no se conforma con recibir un poco. “Jesús es radical. Él lo da todo y lo pide todo: da un amor total y pide un corazón indiviso”, afirmó.

“También hoy se nos da como pan vivo; ¿podemos darle a cambio las migajas? A Él, que se hizo siervo nuestro hasta el punto de ir a la Cruz por nosotros, no podemos responderle sólo con la observancia de algún precepto”.

“A Él, que nos ofrece la vida eterna, no podemos darle un poco de tiempo sobrante. Jesús no se conforma con un ‘porcentaje de amor’: no podemos amarlo al veinte, al cincuenta o al sesenta por ciento. O todo o nada”, señaló.

La Misa fue concelebrada por el Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas; el Obispo Auxiliar, Cardenal Gregorio Rosa Chávez; el Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro; el Obispo de Potosí (Bolivia), Mons. Ricardo Centellas; el Arzobispo de Nápoles, Cardenal Crescenzio Sepe, entre otros.









Homilía del Papa en la canonización de Pablo VI, Mons. Romero y otros cinco nuevos santos
Redacción ACI Prensa




Este domingo 14 de octubre el Papa Francisco presidió la Misa de canonización de Pablo VI, Mons. Oscar Romero, las religiosas Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa y María Caterina Kasper, los sacerdotes Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, y el laico Nunzio Sulprizio.

A continuación la homilía pronunciada por el Santo Padre:

La segunda lectura nos ha dicho que «la palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo» (Hb 4,12). Es así: la palabra de Dios no es un conjunto de verdades o una edificante narración espiritual; no, es palabra viva, que toca la vida, que la transforma. Allí, Jesús en persona, que es la palabra viva de Dios, nos habla al corazón.


El Evangelio, en particular, nos invita a encontrarnos con el Señor, siguiendo el ejemplo de ese «uno» que «se le acercó corriendo» (cf. Mc 10,17). Podemos identificarnos con ese hombre, del que no se dice el nombre en el texto, como para sugerir que puede representar a cada uno de nosotros. Le pregunta a Jesús cómo «heredar la vida eterna» (v. 17). Él pide la vida para siempre, la vida en plenitud: ¿quién de nosotros no la querría? Pero, vemos que la pide como una herencia para poseer, como un bien que hay que obtener, que ha de conquistarse con las propias fuerzas. De hecho, para conseguir este bien ha observado los mandamientos desde la infancia y para lograr el objetivo está dispuesto a observar otros mandamientos; por esto pregunta: «¿Qué debo hacer para heredar?».

La respuesta de Jesús lo desconcierta. El Señor pone su mirada en él y lo ama (cf. v. 21). Jesús cambia la perspectiva: de los preceptos observados para obtener recompensas al amor gratuito y total. Aquella persona hablaba en términos de oferta y demanda, Jesús le propone una historia de amor. Le pide que pase de la observancia de las leyes al don de sí mismo, de hacer por sí mismo a estar con él. Y le hace una propuesta de vida «tajante»: «Vende lo que tienes, dáselo a los pobres […] y luego ven y sígueme» (v. 21). Jesús también te dice a ti: «Ven, sígueme». Ven: no estés quieto, porque para ser de Jesús no es suficiente con no hacer nada malo. Sígueme: no vayas detrás de Jesús solo cuando te apetezca, sino búscalo cada día; no te conformes con observar los preceptos, con dar un poco de limosna y decir algunas oraciones: encuentra en él al Dios que siempre te ama, el sentido de tu vida, la fuerza para entregarte.

Jesús sigue diciendo: «Vende lo que tienes y dáselo a los pobres». El Señor no hace teorías sobre la pobreza y la riqueza, sino que va directo a la vida. Él te pide que dejes lo que paraliza el corazón, que te vacíes de bienes para dejarle espacio a él, único bien. Verdaderamente, no se puede seguir a Jesús cuando se está lastrado por las cosas. Porque, si el corazón está lleno de bienes, no habrá espacio para el Señor, que se convertirá en una cosa más. Por eso la riqueza es peligrosa y –dice Jesús–, dificulta incluso la salvación. No porque Dios sea severo, ¡no! El problema está en nosotros: el tener demasiado, el querer demasiado sofoca nuestro corazón y nos hace incapaces de amar. De ahí que san Pablo recuerde que «el amor al dinero es la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). Lo vemos: donde el dinero se pone en el centro, no hay lugar para Dios y tampoco para el hombre.

Jesús es radical. Él lo da todo y lo pide todo: da un amor total y pide un corazón indiviso.  También hoy se nos da como pan vivo; ¿podemos darle a cambio las migajas? A él, que se hizo siervo nuestro hasta el punto de ir a la cruz por nosotros, no podemos responderle solo con la observancia de algún precepto. A él, que nos ofrece la vida eterna, no podemos darle un poco de tiempo sobrante. Jesús no se conforma con un «porcentaje de amor»: no podemos amarlo al veinte, al cincuenta o al sesenta por ciento. O todo o nada.


Queridos hermanos y hermanas, nuestro corazón es como un imán: se deja atraer por el amor, pero solo se adhiere por un lado y debe elegir entre amar a Dios o amar las riquezas del mundo (cf. Mt 6,24); vivir para amar o vivir para sí mismo (cf. Mc 8,35). Preguntémonos de qué lado estamos. Preguntémonos cómo va nuestra historia de amor con Dios. ¿Nos conformamos con cumplir algunos preceptos o seguimos a Jesús como enamorados, realmente dispuestos a dejar algo para él? Jesús nos pregunta a cada uno personalmente, y a todos como Iglesia en camino: ¿somos una Iglesia que solo predica buenos preceptos o una Iglesia-esposa, que por su Señor se lanza a amar? ¿Lo seguimos de verdad o volvemos sobre los pasos del mundo, como aquel personaje del Evangelio? En resumen, ¿nos basta Jesús o buscamos las seguridades del mundo? Pidamos la gracia de saber dejar por amor del Señor: dejar las riquezas, la nostalgia de los puestos y el poder, las estructuras que ya no son adecuadas para el anuncio del Evangelio, los lastres que entorpecen la misión, los lazos que nos atan al mundo. Sin un salto hacia adelante en el amor, nuestra vida y nuestra Iglesia se enferman de «autocomplacencia egocéntrica» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 95): se busca la alegría en cualquier placer pasajero, se recluye en la murmuración estéril, se acomoda a la monotonía de una vida cristiana sin ímpetu, en la que un poco de narcisismo cubre la tristeza de sentirse imperfecto.

Así sucedió para ese hombre, que –cuenta el Evangelio– «se marchó triste» (v. 22). Se había aferrado a los preceptos y a sus muchos bienes, no había dado su corazón. Y aunque se encontró con Jesús y recibió su mirada amorosa, se fue triste. La tristeza es la prueba del amor inacabado. Es el signo de un corazón tibio. En cambio, un corazón desprendido de los bienes, que ama libremente al Señor, difunde siempre la alegría, esa alegría tan necesaria hoy. El santo Papa Pablo VI escribió: «Es precisamente en medio de sus dificultades cuando nuestros contemporáneos tienen necesidad de conocer la alegría, de escuchar su canto» (Exhort. ap. Gaudete in Domino, 9). Jesús nos invita hoy a regresar a las fuentes de la alegría, que son el encuentro con él, la valiente decisión de arriesgarnos a seguirlo, el placer de dejar algo para abrazar su camino. Los santos han recorrido este camino.

Pablo VI lo hizo, siguiendo el ejemplo del apóstol del que tomó su nombre. Al igual que él, gastó su vida por el Evangelio de Cristo, atravesando nuevas fronteras y convirtiéndose en su testigo con el anuncio y el diálogo, profeta de una Iglesia extrovertida que mira a los lejanos y cuida de los pobres. Pablo VI, aun en medio de dificultades e incomprensiones, testimonió de una manera apasionada la belleza y la alegría de seguir totalmente a Jesús. También hoy nos exhorta, junto con el Concilio del que fue sabio timonel, a vivir nuestra vocación común: la vocación universal a la santidad. No a medias, sino a la santidad. Es hermoso que junto a él y a los demás santos y santas de hoy, se encuentre Monseñor Romero, quien dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos. Lo mismo puede decirse de Francisco Spinelli, de Vicente Romano, de María Catalina Kasper, de Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y también nuestro joven abruzzese-napolitano, Nunzio Sulprizio: el santo joven, valiente, humilde que supo encontrar a Jesús en el sufrimiento, en el silencio y en el ofrecimiento de sí mismo. Todos estos santos, en diferentes contextos, han traducido con la vida la Palabra de hoy, sin tibieza, sin cálculos, con el ardor de arriesgar y de dejar. Que el Señor nos ayude a imitar su ejemplo.




Canonización de 7 nuevos santos: El Papa recuerda que el amor de Jesús es radical
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


El Papa Francisco presidió la Misa de canonización del Papa Pablo VI, del Arzobispo de San Salvador Mons. Óscar Romero y de otros cinco nuevos santos este domingo 14 de octubre; e indicó que todos tenían en común que sabían amar a Jesús con absoluta radicalidad.

Así lo señaló el Santo Padre en su homilía, en la que advirtió que Jesús no se conforma con recibir un poco. “Jesús es radical. Él lo da todo y lo pide todo: da un amor total y pide un corazón indiviso”, afirmó.

“También hoy se nos da como pan vivo; ¿podemos darle a cambio las migajas? A Él, que se hizo siervo nuestro hasta el punto de ir a la Cruz por nosotros, no podemos responderle sólo con la observancia de algún precepto”.

“A Él, que nos ofrece la vida eterna, no podemos darle un poco de tiempo sobrante. Jesús no se conforma con un ‘porcentaje de amor’: no podemos amarlo al veinte, al cincuenta o al sesenta por ciento. O todo o nada”.

El Papa señaló que el Evangelio de este domingo es una invitación a encontrarse con el Señor, a amarle con esa radicalidad, y en concreto lo refleja en el joven “que se le acercó corriendo”. En este sentido, Francisco invitó a “identificarnos con ese hombre, del que no se dice el nombre en el texto, como para sugerir que puede representar a cada uno de nosotros”.

La conversación que se produce entre ese joven y Jesús es una conversación que se produce en el interior de cada cristiano a lo largo de su vida de fe.


El joven “le pregunta a Jesús cómo heredar la vida eterna. Él pide la vida para siempre, la vida en plenitud: ¿quién de nosotros no la querría? Pero, vemos que la pide como una herencia para poseer, como un bien que hay que obtener, que ha de conquistarse con las propias fuerzas”.

De hecho, “para conseguir este bien ha observado los mandamientos desde la infancia y para lograr el objetivo está dispuesto a observar otros; por esto pregunta: ‘¿Qué debo hacer para heredar?’”.

El Santo Padre explicó que “la respuesta de Jesús desconcierta” a ese joven. “El Señor pone su mirada en él y lo ama. Jesús cambia la perspectiva: de los preceptos observados para obtener recompensas al amor gratuito y total. Aquella persona hablaba en términos de oferta y demanda, Jesús le propone una historia de amor”.

En concreto, “le pide que pase de la observancia de las leyes al don de sí mismo, de hacer por sí mismo a estar con Él. Y le hace una propuesta de vida ‘tajante’: ‘Vende lo que tienes, dáselo a los pobres (…) y luego ven y sígueme’”.

“Jesús también te dice a ti: ‘Ven, sígueme’”, afirmó Francisco dirigiéndose a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Entonces, explicó lo que significan esas dos palabras: “ven” y “sígueme”.

“Ven: no estés quieto, porque para ser de Jesús no es suficiente con no hacer nada malo. Sígueme: no vayas detrás de Jesús solo cuando te apetezca, sino búscalo cada día; no te conformes con observar los preceptos, con dar un poco de limosna y decir algunas oraciones: encuentra en él al Dios que siempre te ama, el sentido de tu vida, la fuerza para entregarte”.

El Señor tiene una actitud tajante con aquel joven, pero sus palabras no son de reprobación, sino de amor. Jesús le dice: “Vende lo que tienes y dáselo a los pobres”.

El Pontífice subrayó que “el Señor no hace teorías sobre la pobreza y la riqueza, sino que va directo a la vida. Él te pide que dejes lo que paraliza el corazón, que te vacíes de bienes para dejarle espacio a él, único bien”.

“Verdaderamente, no se puede seguir a Jesús cuando se está lastrado por las cosas. Porque, si el corazón está lleno de bienes, no habrá espacio para el Señor, que se convertirá en una cosa más. Por eso la riqueza es peligrosa y, dice Jesús, dificulta incluso la salvación”.

Dios no es severo, insiste Francisco. “El problema está en nosotros: el tener demasiado, el querer demasiado sofoca nuestro corazón y nos hace incapaces de amar”.

En este sentido, el Papa comparó el corazón humano con un imán que “se deja atraer por el amor, pero solo se adhiere por un lado y debe elegir entre amar a Dios o amar las riquezas del mundo”.

“Preguntémonos de qué lado estamos. Preguntémonos cómo va nuestra historia de amor con Dios. ¿Nos conformamos con cumplir algunos preceptos o seguimos a Jesús como enamorados, realmente dispuestos a dejar algo para él?”.

Es Jesús el que plantea esas mismas preguntas en el corazón de cada uno de sus hijos. “Jesús nos pregunta a cada uno personalmente, y a todos como Iglesia en camino: ¿somos una Iglesia que solo predica buenos preceptos o una Iglesia-esposa, que por su Señor se lanza a amar? ¿Lo seguimos de verdad o volvemos sobre los pasos del mundo, como aquel personaje del Evangelio?”.

En definitiva, “¿nos basta Jesús o buscamos las seguridades del mundo? Pidamos la gracia de saber dejar por amor del Señor: dejar las riquezas, la nostalgia de los puestos y el poder, las estructuras que ya no son adecuadas para el anuncio del Evangelio, los lastres que entorpecen la misión, los lazos que nos atan al mundo”.




Con esta fórmula el Papa canonizó a Pablo VI, Monseñor Romero y otros cinco nuevos santos
Redacción ACI Prensa



El Papa Francisco canonizó este domingo 14 de octubre a siete nuevos santos en la Plaza de San Pedro, entre los que destacan Pablo VI, Mons. Oscar Arnulfo Romero y la primera santa boliviana Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa.

Junto a ellos, también fueron canonizados los sacerdotes Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, la religiosa María Caterina Kasper y el laico Nunzio Sulprizio.


Luego de escuchar la petición del Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal Giovanni Angelo Becciu, para que los siete beatos sean inscritos en el libro de los santos; y tras la lectura de una breve reseña biográfica, se procedió a la letanía de los santos.

Tras el canto de las letanías, el Santo Padre leyó la siguiente fórmula de canonización:

Por el honor de la Santísima Trinidad,
para la exaltación de la fe católica
y el incremento de la vida cristiana,
por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo,
de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y nuestra,
después de haber largamente reflexionado,
invocado muchas veces la ayuda divina,
y escuchado el parecer de muchos de nuestros hermanos del episcopado,
declaramos y definimos Santos y Bienaventurados a:
Pablo VI
Oscar Arnulfo Romero Galdámez
Francesco Spinelli
Vincenzo Romano
María Caterina Kasper
Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa
y Nunzio Sulprizio
y los inscribimos en el libro de los Santos,
estableciendo que en toda la Iglesia
sean devotamente honrados entre los santos.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén



Pablo VI supo regresar a la fuente de la alegría para encontrar a Dios, afirma el Papa
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


El Papa Francisco puso de relieve la capacidad de San Pablo VI, proclamado santo este domingo 14 de octubre en el Vaticano, de regresar a las fuentes de la alegría que permiten el encuentro con Dios.
San Pablo VI, que fue canonizado junto con el Arzobispo de San Salvador Mons. Óscar Romero y otros cinco nuevos santos, respondía con un amor radical al amor radical de Jesús.
Francisco explicó que San Pablo VI “gastó su vida por el Evangelio de Cristo, atravesando nuevas fronteras y convirtiéndose en su testigo con el anuncio y el diálogo, profeta de una Iglesia extrovertida que mira a los lejanos y cuida de los pobres”.
“Aún en medio de dificultades e incomprensiones, testimonió de una manera apasionada la belleza y la alegría de seguir totalmente a Jesús. También hoy nos exhorta, junto con el Concilio del que fue sabio timonel, a vivir nuestra vocación común: la vocación universal a la santidad. No a medias, sino a la santidad”, aseguró el Pontífice en su homilía.



Es hermoso que Pablo VI y Mons. Romero hayan sido canonizados juntos, afirma el Papa
Redacción ACI Prensa



El Papa Francisco mostró su satisfacción por la canonización conjunta de San Pablo VI y de Mons. Óscar Romero, Arzobispo de San Salvador asesinado mientras celebraba la Misa.

Durante la homilía de la Misa de canonización, el Santo Padre dijo que “es hermoso que, junto a él, Pablo VI, y a los demás santos y santas de hoy, se encuentre Monseñor Romero, quien dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos”.

“Lo mismo puede decirse de Francisco Spinelli, de Vicente Romano, de María Catalina Kasper, de Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y de Nunzio Sulprizio”, los otros santos canonizados este domingo 14 de octubre en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

“Todos estos santos, en diferentes contextos, han traducido con la vida la Palabra de hoy, sin tibieza, sin cálculos, con el ardor de arriesgar y de dejar. Que el Señor nos ayude a imitar su ejemplo”, concluyó.

Mons. Óscar Romero nació en Ciudad Barrios, El Salvador, el 15 de agosto de 1917. Fue nombrado Arzobispo de San Salvador el 8 de febrero de 1977. Desde ese momento inició su defensa de los derechos humanos en medio de una naciente guerra civil entre la guerrilla de izquierda y el gobierno de extrema derecha.

Su condena de los crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura que regía su país, le valió numerosos enemigos. El 24 de marzo de 1980 fue asesinado por un francotirador frente al altar donde celebraba Misa.



El Papa Francisco anima a seguir el ejemplo de los 7 nuevos santos
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


Al finalizar la Misa de Canonización de San Pablo VI, San Óscar Romero y otros 5 nuevos santos este domingo 14 de octubre en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco animó a los fieles 70.000 fieles congregados junto a la basílica a acudir a la Virgen María “para que nos ayude a seguir el ejemplo de los nuevos Santos”.

Antes de comenzar el rezo del Ángelus, el Santo Padre saludó a las diferentes autoridades civiles que asistieron a la ceremonia y a todos los peregrinos, e invocó la intercesión de la Santísima Virgen.

El Papa Francisco presidió la Misa de Canonización en la que fueron proclamados santos, junto a San Pablo VI y San Óscar Romero, San Francesco Spinelli, Santa Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús, Santa María Caterina Kasper, San Vincenzo Romano y San Nunzio Sulprizio



Inauguran en Roma escultura de San Óscar Romero
Redacción ACI Prensa



Una escultura de bronce del nuevo santo de El Salvador, San Óscar Romero, fue inaugurada ayer sábado en Roma, como parte de las celebraciones previas a la ceremonia de canonización realizada este domingo 14 de octubre.

#GaleríaFotos En vísperas de su canonización se develó escultura de Monseñor Romero en la Plaza Jardines de #ElSalvador en Roma. pic.twitter.com/JIM28H9ce1

— Casa Presidencial (@presidencia_sv) 13 de octubre de 2018
La escultura fue develada por el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; y la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi.

Según informó Vatican News, la obra fue realizada por el escultor salvadoreño Guillermo Perdomo, quien ha recibido numerosos premios y reconocimientos.

En la ceremonia participaron la sobrina y el hermano del santo, Ana y Tiberio Romero.

Ana Romero dijo que “es una emoción muy grande saber que tenemos un santo en El Salvador y sobre todo en la familia”.

Asimismo, afirmó que lo que hizo San Óscar Romero en vida “fue vivir el Evangelio, vivir las bienaventuranzas”, y enseñar que en los tiempos difíciles no se debe perder la fe, sino “de seguir adelante, luchar por la unidad y por los más indefensos”. “La verdad ante todo y con la fe siempre puesta fuerte”, expresó.

El evento de inauguración fue organizado por las embajadas de El Salvador ante Italia y la Santa Sede.

Mons. Óscar Romero, Arzobispo de San Salvador asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba la Misa, fue canonizado este domingo junto a Pablo VI, los sacerdotes Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, las religiosas Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y María Caterina Kasper, y el laico Nunzio Sulprizio.

La Misa fue presidida por el Papa Francisco y asistieron unos 70 mil fieles.

En su homilía, el Pontífice dijo que Mons. Romero “dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos”.




Estas son las reliquias de los 7 santos presentadas en la Misa de canonización
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Papa Francisco canonizó este domingo a Mons. Óscar Romero, al Papa Pablo VI y a otros cinco santos en el Vaticano, en una Misa en la que se colocó a los pies de una imagen mariana una reliquia de cada uno de ellos.

La reliquia de San Pablo VI fue una camiseta que usó cuando sufrió un atentado en Manila, que tenía algunas manchas de sangre a causa de las dos puñaladas que recibió en el aeropuerto a su llegada a Filipinas el 27 de noviembre de 1970.

 Las reliquias que estuvieron presentes durante la Santa Misa de canonización fueron la camiseta que usó Pablo VI en el atentado que sufrió en Filipinas y que está manchada de sangre, fragmentos óseos de Mons. Romero, Francesco Spinelli, Vincenzo Romano. 
El atacante que sufría de problemas mentales estaba disfrazado de sacerdote y los que estaban alrededor creían que llevaba en la mano un crucifijo sin percatarse que en realidad era una daga.

El pintor boliviano Benjamín Mendoza y Amor Flores fue detenido inmediatamente y el santo posteriormente lo perdonó.

La reliquia de San Óscar Romero que fue llevada a la Plaza de San Pedro, según informó la Oficina de Prensa del Vaticano, fue una parte de un hueso; mientras que la reliquia de San Francesco Spinelli era un hueso de uno de los pies.

La reliquia de San Vincenzo Romano fue una vértebra mientras que la de San Nunzio Sulprizio, el santo más joven de este grupo ya que falleció a los 19 años, fue un hueso de un dedo de una de las manos.

La reliquia de Santa María Caterina Kasper fue un hueso de la espina vertebral y la de Santa Nazaria Ignacia March Mesa, que ahora es la primera santa de Bolivia, era un mechón de cabellos.

El comunicado del Vaticano también informó que la tumba de San Pablo VI permanecerá en el mismo lugar en el que ha estado hasta ahora, debajo de la Basílica de San Pedro, para así cumplir su testamento.

“La tumba: Me gustaría que estuviese en la verdadera tierra, con un humilde signo, que indique el lugar e invite a la piedad cristiana. Ningún monumento para mí”, escribió el santo.


Las reliquias son objetos físicos que tienen una asociación directa con los santos o con Cristo. Reliquia significa “fragmento” o “remanente de una cosa que fue, pero que ahora ya no es.

La veneración de las reliquias se remonta al siglo II cuando los cristianos recuperaban los restos de los mártires, quienes habían sido discípulos fieles de Cristo.

El P. Carlos Martins, custodio de reliquias y director del ministerio Tesoros de la Iglesia, explicó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que “las reliquias no son mágicas. No contienen un poder propio, un poder separado de Dios” y dijo que el Señor las utiliza como un medio para hacer sus milagros porque “quiere dirigir nuestra atención a los santos como modelos e intercesores”.



Obispo de la tierra natal de San Pablo VI escribe oración para pedir su intercesión
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


Mons. Pierantonio Tremolada, Obispo de la diócesis italiana de Brescia, la tierra natal de San Pablo VI que fue canonizado este domingo, escribió una especial oración para pedir la intercesión del Papa Montini.

Esta es la oración:

Oh San Pablo VI, hijo de nuestra tierra, discípulo de Cristo en la fe,

pastor de la Iglesia, santo ante Dios y ante los hombres,

invocamos con alegría tu protección.

Tú, ahora en la plena luz de Dios, sigue intercediendo por la Iglesia y su misión.


Obtennos a nosotros, todavía peregrinos,

las gracias necesarias para seguir a Jesucristo,

único Salvador del mundo.

Sostennos en la docilidad confiada y perseverante al Espíritu Santo para que,

confortados por tu admirable ejemplo

de vida consagrada a Cristo y a la Iglesia,

seamos fuertes por tu potente intercesión

y alcancemos el premio de la santidad eterna.

Protege a la Iglesia, sostén a los hombres y mujeres


de nuestro mundo turbulento,

acompáñanos para que el amor a Cristo se refuerce

nutridos por la Palabra y la Eucaristía,

que nos haga tu místico Cuerpo,

semilla de aquel Reino que en Dios será beatitud eterna

en la Comunión de los Santos.

Amén.



Canonización de San Pablo VI no es un punto de llegada sino de partida, afirma obispo
Redacción ACI Prensa




El Obispo de Brescia (Italia), Mons. Pierantonio Tremolada, expresó su deseo de que la canonización de San Pablo VI “no marque un punto de llegada sino uno de partida” para los fieles de la diócesis donde nació el santo.

En declaraciones a ACI Stampa –agencia en italiano del Grupo ACI– el Prelado, que asistió hoy a la canonización en el Vaticano acompañado de un numeroso grupo de fieles, dijo que quiere hacer que más personas en Italia conozcan a San Pablo VI.

“Queremos aumentar estas peregrinaciones y lo haremos de modo que los peregrinos puedan conocerlo mejor, luego queremos poner en valor los lugares donde el Papa Pablo VI transcurrió su vida y se conserva su memoria. Y para el próximo año la idea es crear pequeños santuarios donde cada viernes se rezará conmigo”, anunció.


El Obispo de Brescia también destacó el papel fundamental de la santidad en la vida del Papa Montini.

“La santidad de la Iglesia estaba en el corazón del Papa, como se demuestra en sus documentos. La santidad en la Iglesia se convierte en testimonio en forma de caridad y justicia. Además Pablo VI estimuló a la Iglesia a vivir en constante conversión”, resaltó Mons. Tremolada.

El Prelado también destacó el lugar de los jóvenes, a quienes “Pablo VI siempre ha amado. En su experiencia siempre los exhortó a tener en el corazón a Jesús y a asumir la responsabilidad por el bien del mundo a través de su ‘simpatía’ para que el mundo sea amado y salvado. Por esto es importante cultivar la capacidad de leer y comprender los signos de los tiempos de la realidad”.

“En esto -continuó- insistía mucho y quería que los jóvenes asumieran alguna responsabilidad también en la vida pública y se esfuercen en la vida civil y política, porque el mundo necesita del testimonio de los creyentes. Este es un mensaje actual para nuestros jóvenes para que no sucumban a una visión individualista que no es de cristianos”.


Tras comentar que en su diócesis se tocaron las campanas al mediodía en señal de alegría por la canonización de Pablo VI, el Obispo subrayó que “es importante hacer percibir a los jóvenes que la santidad no es un heroísmo de pocos, sino que es la forma bella de la vida a la que estamos llamados”.

“Mostrar la belleza de la vida significa permitir que la santidad actúe porque ese el nombre religioso de la belleza. Cuando miramos al misterio de la vida reconocemos las semillas de esa santidad”, finalizó el Prelado.






jueves, 11 de octubre de 2018

EL PAPA FRANCISCO ENSEÑA CÓMO EL CRISTIANO DEBE INSISTIR CON LA ORACIÓN


El Papa Francisco enseña cómo el cristiano debe insistir con la oración
Redacción ACI Prensa
Crédito: Vatican Media



Al presidir la Santa Misa hoy en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco afirmó que el cristiano debe ser valiente cuando le pide algo al Señor en oración, y rezar siempre con coraje y sin dejarse vencer por el cansancio.

“Se reza con coraje, porque cuando rezamos tenemos una necesidad, normalmente, una necesidad. Un amigo es Dios: es un amigo rico que tiene pan, tiene eso de lo que nosotros tenemos necesidad. Como si Jesús dijera: ‘En la oración sean insistentes. No se cansen’. Pero, ¿no se cansen de qué? De pedir. 'Pidan y se les dará’”, dijo el Papa este 11 de octubre sobre el pasaje del Evangelio de San Lucas (11,5-13).

El Santo Padre dijo que si bien Dios es el amigo que nos puede dar lo que necesitamos, “la oración no es como una varita mágica”, porque no se trata de decir dos “Padrenuestros” y después irse.


“La oración es un trabajo: un trabajo que nos pide voluntad, nos pide constancia, nos pide ser determinados, sin vergüenza. ¿Por qué? Porque yo estoy llamando a la puerta de mi amigo. Dios es amigo, y con un amigo yo puedo hacer esto. Una oración constante, insistente. Pensemos en Santa Mónica por ejemplo, cuántos años rezó así, incluso con las lágrimas, por la conversión de su hijo. El Señor, al final, abrió la puerta”, recordó el Pontífice.

En otro momento de su homilía, puso de ejemplo la historia de un hombre que conoció en Buenos Aires (Argentina) y peregrinó 70 kilómetros hasta el Santuario de la Virgen de Luján para pedir por su hija, que estaba muriendo. El hombre rezó toda la noche y su hija despertó sin explicación médica alguna.

“Aquel hombre sabía cómo se reza”, dijo el Papa.


Luego, recordó las palabras de Jesús: “Si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más su Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden”.

Finalmente, recordó que Cristo es un amigo que “siempre ofrece el bien” y siempre le “da más” a sus hijos: “yo te pido que resuelvas este problema y él lo resuelve y también te da el Espírito Santo”.

“Es más. Pensemos un poco: ¿Cómo rezo? ¿Cómo un papagayo? ¿Rezo precisamente con la necesidad en el corazón? ¿Lucho con Dios en la oración para que me conceda eso de lo que tengo necesidad si es justo? Aprendamos de este pasaje del Evangelio cómo rezar”, concluyó el Santo Padre.

EL PAPA FRANCISCO RECUERDA QUE EL ABORTO ES ASESINATO: ES COMO CONTRATAR UN SICARIO


El Papa Francisco recuerda que el aborto es asesinato: Es como contratar a un sicario
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco condenó con firmeza el aborto y recordó que no sólo no es un derecho, sino que incluso es un crimen: “Es como contratar a un sicario para resolver un problema”, advirtió.

El Santo Padre realizó esta afirmación en su catequesis de la Audiencia General de este miércoles 10 de octubre, dedicada al Quinto Mandamiento: no matarás, en la que insistió en que “no es justo acabar con una vida humana para resolver un problema, no es justo acabar con la vida humana de un pequeño para solucionar un problema”.

Este rechazo del aborto se produce en plena conmemoración del 50 aniversario de la Encíclica “Humanae vitae”, del 25 de julio de 1968, en la que el Papa Pablo VI, que será proclamado santo el próximo domingo 14 de octubre, hacía una defensa de la vida y de la moral sexual en plena ola de difusión de los métodos anticonceptivos y abortivos que llevó al momento actual antinatalista y de banalización de la sexualidad.

De forma especial, condenó a aquellos que empujan al aborto a padres cuyo hijo no nacido padece algún tipo de discapacidad. “Los padres, en estos casos dramáticos, necesitan una verdadera cercanía, una verdadera solidaridad para afrontar la realidad superando el miedo comprensible”.


Sin embargo, denunció que, en vez de ese apoyo, muchos padres que se encuentran en esta situación, “a menudo reciben consejos para interrumpir el embarazo”.

En su catequesis, Francisco señaló que “todo el mal que se produce en el mundo se podría resumir en esto: el desprecio por la vida”.

“La vida resulta agredida por las guerras, por las organizaciones que explotan a las personas, por las especulaciones sobre el medio ambiente y por la cultura del descarte y todos los sistemas que someten la existencia humana a cálculos de oportunidad mientras un número escandaloso de personas viven en un estado indigno”, aseveró.

Es en ese contexto, en el de la cultura del descarte, en el que situó el aborto. “Un enfoque contradictorio permite la supresión de la vida humana en el útero en nombre de la defensa de otros derechos. ¿Cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su florecimiento?”.

“¿De dónde viene todo esto?”, se preguntó. “La violencia y el rechazo de la vida nacen del miedo. De hecho, la acogida del otro es un desafío al individualismo”.


“Un niño enfermo es como todo necesitado de la tierra, como un anciano que necesita de asistencia, como tantos pobres que luchan para salir adelante: ese al que se presenta como un problema, es, en realidad, un don de Dios que puede sacarme del egocentrismo y hacer crecer el amor. La vida vulnerable nos indica el camino para salir, el camino para salvarnos de una existencia replegada sobre sí misma y descubrir la alegría del amor”.

El Papa explicó que “los ídolos de este mundo: el dinero, el poder, el éxito”, son los que “llevan al hombre a rechazar la vida”. Aseguró que esos ídolos “son parámetros errado para valorar la vida. La única medida auténtica de la vida es el amor, el amor con el que Dios ama”.

“Vale la pena acoger toda vida porque cada persona vale la sangre de Cristo mismo. No se puede despreciar aquello que Dios a amado”, subrayó.

El Papa finalizó su catequesis afirmando que “debemos decir a los hombres y a las mujeres del mundo: no despreciéis la vida. La vida de los demás, pero también vuestra propia vida, porque también esa se incluye en el Mandamiento ‘no matarás’. A tantos jóvenes les digo: ¡no desprecies tu existencia! ¡Deja de rechazar la obra de Dios! ¡Tú eres obra de Dios!”.

PAPA FRANCISCO INVITÓ A LOS CRISTIANOS A REZAR EL ROSARIO EN OCTUBRE


Este es el motivo por el que el Papa invitó a los cristianos a rezar el Rosario en octubre
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




Al finalizar la Audiencia General de este miércoles 10 de octubre, el Papa Francisco invitó a los fieles a rezar el Rosario “para que la Iglesia sea cada vez más santa y misionera”.

“El mes de octubre está dedicado a las misiones y a la oración del Santo Rosario. Queridos amigos, rezando el Rosario, invocad la intercesión de la Santísima Virgen María en cada una de vuestras necesidades y en la Iglesia, para que sea cada vez más santa y misionera, unida para recorrer los caminos del mundo y para llevar a Cristo a cada hombre”, fueron las palabras del Pontífice.

Además, en su intención de oración para el mes de octubre, el Papa pidió rezar el Rosario y la oración a San Miguel Arcángel para “repeler los ataques del diablo que quiere dividir la Iglesia”.

Este pedido del Obispo de Roma se produce en un momento de especial importancia para la Iglesia con la celebración de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la que los Padres Sinodales están buscando fórmulas para poder comunicar el Evangelio entre los jóvenes en un mundo caracterizado por el secularismo.

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL DERECHO A LA VIDA EN TODAS SUS ETAPAS


Catequesis del Papa Francisco sobre el derecho a la vida en todas sus etapas
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco realizó una fuerte defensa del derecho a la vida de todas las personas y criticó con dureza el aborto.

Durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre aseguró que no es justo deshacerse de una vida humana que se encuentra en el vientre de su madre y lo comparó con recurrir a un sicario para solucionar un problema.

“Yo os pregunto: ¿Es justo “deshacerse” de una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar a un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo “deshacerse” de un ser humano, aunque sea pequeño para resolver un problema. Es como alquilar un sicario para resolver un problema”.

A continuación, la catequesis del Papa Francisco:

La catequesis de hoy está dedicada a la Quinta Palabra: “No matarás”. El quinto mandamiento: “No matarás”. Estamos ya en la segunda parte del Decálogo, la que concierne a las relaciones con los demás; y este mandamiento, con su formulación concisa y categórica, se yergue como una muralla defensiva del valor básico en las relaciones humanas, Y ¿cuál es el valor básico en las relaciones humanas?: El valor de la vida. Por eso, no matarás.


Se podría decir que todo el mal del mundo se resume aquí: en el desprecio por la vida. La vida es agredida por las guerras, por las organizaciones que explotan al hombre, -leemos en los periódicos o vemos en los telediarios tantas cosas- por especulaciones sobre la creación y la cultura del descarte, y por todos los sistemas que someten la existencia humana a cálculos de oportunidad, mientras que un escandaloso número de personas vive en un estado indigno del ser humano. Esto es despreciar la vida, es decir, de alguna manera, matar.

Un enfoque contradictorio permite también la supresión de la vida humana en el seno materno en nombre de la salvaguardia de otros derechos. Pero, ¿cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su inicio?

Yo os pregunto: ¿Es justo “deshacerse” de una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar a un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo “deshacerse” de un ser humano, aunque sea pequeño para resolver un problema. Es como alquilar un sicario para resolver un problema.

¿De dónde viene todo esto? La violencia y el rechazo de la vida ¿de dónde nacen, en fondo? Del miedo. Acoger al otro, en efecto, es un desafío al individualismo. Pensemos, por ejemplo, en cuando se descubre que una vida naciente es portadora de discapacidad, incluso grave. Los padres, en estos casos dramáticos, necesitan cercanía real, solidaridad verdadera, para enfrentar la realidad y superar los temores comprensibles.

En cambio, a menudo reciben consejos apresurados para interrumpir el embarazo, o sea es una forma de hablar: “interrumpir el embarazo” significa “deshacerse de uno”, directamente.

Un niño enfermo es como todos los necesitados de la tierra, como un anciano que necesita ayuda, como tantos pobres que luchan por salir adelante: aquel, aquella que se presenta como un problema, es en realidad un don de Dios que puede sacarme del egocentrismo y hacerme crecer en el amor.

La vida vulnerable nos muestra el camino de salida, el camino para salvarnos de una existencia replegada sobre sí misma y descubrir la alegría del amor. Y aquí quiero detenerme para dar las gracias, dar las gracias a tantos voluntarios, dar las gracias al fuerte voluntariado italiano que es el más fuerte que yo haya conocido. Gracias.

¿Y qué lleva al hombre a rechazar la vida? Son los ídolos de este mundo: el dinero –mejor deshacerse de éste porque costará- el poder, el éxito. Son parámetros equivocados para evaluar la vida. ¿Cuál es la única medida auténtica de la vida? ¡Es el amor, el amor con el que Dios ama! El amor con que Dios ama la vida: esta es la medida. El amor con que Dios ama cada vida humana.


De hecho, ¿cuál es el significado positivo de la Palabra "No matarás"? Que Dios es "un amante de la vida", como acabamos de escuchar de la lectura de la Biblia.

El secreto de la vida nos es revelado por cómo la trató el Hijo de Dios, que se hizo hombre, hasta el punto de asumir, en la cruz, el rechazo, la debilidad, la pobreza y el dolor (cf. Jn 13, 1). En cada niño enfermo, en cada anciano débil, en cada migrante desesperado, en cada vida frágil y amenazada, Cristo nos está buscando (cf. Mt 25, 34-46), está buscando nuestro corazón para revelarnos el gozo del amor.

Vale la pena acoger cada vida porque cada hombre vale la sangre de Cristo mismo (cf. 1 Ped. 1: 18-19). ¡No se puede despreciar lo que Dios ha amado tanto!

Debemos decir a los hombres y a las mujeres del mundo: ¡No despreciéis la vida! La vida de los demás, pero también la vuestra, porque el mandamiento también es válido para ella: "No matarás". Hay que decir a tantos jóvenes: ¡No despreciéis vuestra existencia! ¡Deja de rechazar la obra de Dios! ¡Tú eres una obra de Dios! ¡No te subestimes, no te desprecies con las dependencias que te arruinarán y te llevarán a la muerte!

Que nadie mida la vida según los engaños de este mundo, sino que cada uno se acepte a sí mismo y los demás en nombre del Padre que nos ha creado. Él es "un amante de la vida”. Es hermoso esto, “Dios es amante de la vida” y tanto nos quiere a todos que mandó a su Hijo por nosotros. "Porque tanto amó Dios al mundo -dice el Evangelio- que dio a su Hijo único, para que quien crea en él no perezca sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).

EL PAPA FRANCISCO REIVINDICA EL PONTIFICADO DE SAN JUAN PABLO II Y DESTACA SUS DONES


El Papa Francisco reivindica el Pontificado de San Juan Pablo II y destaca sus dones
Redacción ACI Prensa
El Papa Francisco. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco recordó a San Juan Pablo II durante la audiencia que concedió a un grupo de peregrinos polacos de la Archidiócesis de Cracovia, presentes en Roma para conmemorar el 40 aniversario de la elección del Papa polaco el próximo 16 de octubre.

Ante los peregrinos polacos, a los que recibió este miércoles 10 de octubre en el aula Pablo VI antes de la Audiencia General, el Santo Padre aseguró que “San Juan Pablo II ha enriquecido a la Iglesia universal con una gran cantidad de dones, que en gran parte heredó del tesoro de la fe y la santidad de vuestra tierra y de vuestra Iglesia”.

“Trajo en su corazón y, por así decirlo, en la carne los testimonios de los santos de Cracovia: desde San Estanislao y Santa Eduvigis reina, hasta San Alberto y Santa Faustina”.


De ellos, “aprendió la dedicación ilimitada a Dios y la gran sensibilidad para cada hombre; dedicación y sensibilidad manifestadas en su ministerio sacerdotal, episcopal y papal”.

San Juan Pablo II “recibió “de Dios el gran don de poder leer los signos de los tiempos a la luz del Evangelio, y lo hizo fructificar a beneficio del camino de su pueblo, de vuestro pueblo, que en los diversos eventos dolorosos nunca perdió la confianza en Dios ni la fidelidad a la propia cultura arraigada en el espíritu cristiano”. 

“Fiel a estas raíces, trató de hacer que la Iglesia se erigiera como guardián de los derechos inalienables del hombre, de la familia y de los pueblos, para ser signo de paz, de justicia y de desarrollo integral para toda la familia humana”. Al mismo tiempo, “subrayaba siempre la prioridad de la gracia y la obediencia a la voluntad de Dios, antes de cualquier cálculo humano”.

“Esta rica herencia, que San Juan Pablo II nos ha dejado, es para nosotros, y especialmente para sus compatriotas, un desafío para ser fieles a Cristo y responder con alegre dedicación al llamado a la santidad, que el Señor dirige a cada uno y cada una de nosotros, en nuestra situación personal, familiar y social específica”.

Por último, el Papa agradeció a la Iglesia en Cracovia la acogida que le brindó durante la Jornada Mundial de la Juventud de 2016.

viernes, 5 de octubre de 2018

TODO SOBRE EL SÍNODO EN ROMA - OCTUBRE 2018


Esta es la novedad introducida por el Papa en el Sínodo que está siendo un gran éxito
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



En el discurso de apertura del Sínodo de los Obispos que desde el pasado miércoles 3 de octubre se está celebrando en Roma sobre el tema de los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, el Papa Francisco invitó a los Padres Sinodales a guardar 3 minutos de silencio cada 5 intervenciones.

“Dispongo que, durante los trabajos, en la asamblea plenaria y en los grupos, cada cinco intervenciones, se observe un momento de silencio –de tres minutos aproximadamente–, para permitir que cada uno preste atención a la resonancia que las cosas que ha escuchado susciten en su corazón, para profundizar y aceptar lo que más le haya interesado”, señaló el Papa.

Lo cierto es que esa medida, que sorprendió tanto a los Padres Sinodales como a los demás participantes del Sínodo, ha cosechado un gran éxito.


Así lo aseguró Mons. Carlos José Tissera, Padre Sinodal electo por la Conferencia Episcopal Argentina y Obispo de Quilmes, quien en declaraciones a los periodistas acreditados en el Vaticano afirmó que ese silencio de 3 minutos “es algo saludable”.

Explicó que es bueno guardar “un poco de silencio después de escuchar tantas palabras”. Pero, sobre todo, dijo que es una medida que favorece el diálogo, el poner “un oído en la gente, en los jóvenes, y otro en el Evangelio”.

“En un ambiente de oración –explicó–, uno tiene que poder decantar lo que se va diciendo. Es un modo de ponernos en manos de Dios para que el Espíritu nos ilumine qué es lo que nos quiere decir con esas voces que hemos escuchado. Así que, eso de los 3 minutos es muy saludable. A mí, personalmente, me hizo bien. Y realmente se respeta”.

El Pontífice justificó esta medida en la necesidad de favorecer la “interioridad” como “la llave para recorrer el camino del reconocer, interpretar y elegir”, los tres ejes en los que se articularán los trabajos del Sínodo.

Al fin y al cabo, “el Sínodo es un ejercicio eclesial de discernimiento”, recordó Francisco. “La franqueza en el hablar y la apertura en el escuchar son fundamentales para que el Sínodo sea un proceso de discernimiento”.
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Escuchar a los jóvenes y recuperar su confianza: así transcurrió el comienzo del Sínodo
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El deseo de acompañar a los jóvenes, de escucharlos y de ser un punto de apoyo para ellos en su proceso de crecimiento humano y vocacional ha centrado las primeras sesiones de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que contó con la presencia del Papa Francisco.

Así lo señaló el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano a Paolo Ruffini ante los medios de comunicación este jueves 4 de octubre en una conferencia de prensa en el Vaticano al finalizar la 2ª Congregación General del Sínodo.

Según explicó, en esta 2ª sesión han participado 25 Padres Sinodales y el tema de la escucha fue una constante en todas ellas. No en vano, los trabajos del Sínodo se han organizado en una estructura de 3 partes, siendo la primera dedicada a la Iglesia en escucha de la realidad, que se alargará durante esta primera semana del Sínodo. Las otras dos son “interpretar” y “escoger”.

En las intervenciones de los 25 padres sinodales se habló sobre el problema del descarte, sobre la credibilidad de la Iglesia (cómo ser creíbles para los jóvenes), sobre la afectividad y la sexualidad, sobre la vocación en sentido amplio (sin reducirla sólo al ámbito religioso).

También se habló de la necesidad de recuperar la capacidad de escucha y de recuperar la paternidad de la Iglesia. Se ha reflexionado sobre la familia como lugar de la fe; sobre cómo los jóvenes viven la propia religiosidad; sobre cómo se puede hacer para que las religiones permanezcan abiertas al diálogo y al testimonio.


Se habló, además, de la capacidad de profecía de los jóvenes, de su capacidad de mirar al futuro. Se habló del perdón de la Iglesia cuando no ha estado a la altura de sus compromisos. Se ha abordado la temática de los abusos. Se ha hablado de la necesidad de la Iglesia de ser empática, de las relaciones entre diferentes generaciones.

Paolo Ruffini comentó que durante las intervenciones “el clima era muy participativo. Se ha prestado gran atención a los participantes que no eran Padres Sinodales”.

El tema de los abusos también estuvo presente en los debates, “se ha tratado en algunas intervenciones, pero no en todas”. Por lo tanto, no ha sido “el tema”. “Se trató el tema de los abusos, pero también se trató el tema de la acogida de los migrantes. Los migrantes, de hecho, son casi todos jóvenes”.

Por otra parte, también se prestó atención a cómo debe ser la pastoral juvenil, y se señaló “que no debe ser un intento de domesticar”.

“He percibido en todas las intervenciones un constante deseo de soñar junto con los jóvenes, de intentar mirar el mundo con los ojos de los jóvenes”, concluyó el Prefecto.

Junto a él estaba presente también en la Sala de Prensa del Vaticano Mons. Carlos José Tissera, Padre Sinodal electo por la Conferencia Episcopal Argentina y Obispos de Quilmes.

Ante los periodistas presentes, recordó que “América Latina es el continente que acoge a la mayoría de los cristianos”.


Aseguró que “este Sínodo es un momento privilegiado para la Iglesia”. “Es una oportunidad para todos. Para la Iglesia es una oportunidad de rejuvenecernos, porque envejecemos cuando perdemos la fuerza del Evangelio. Por lo tanto, es una oportunidad de rejuvenecernos con la ayuda de los jóvenes, que no son una amenaza, sino una bendición de Dios”.

“Estamos aquí para escuchar profundamente los clamores de la juventud de todo el mundo. Hay que caminar con un oído en el pueblo y con otro en el Evangelio, y en este caso, con un oído en los jóvenes y otro en el Evangelio”, subrayó.

En este sentido, señaló que uno de los retos es “provocar el encuentro entre Jesús y los jóvenes de hoy, y nosotros, como cualquier cristiano, somos un intermediario”.

Aclaró que cuando los Padres Sinodales hablan de “la llamada” a los jóvenes, del discernimiento vocacional, no es únicamente una referencia a la llamada al sacerdocio, sino que es una llamada “a vivir, a seguir, el camino de Jesús”.

Sobre el acento que se está poniendo en la necesidad de escucha, afirmó que “hay que escuchar a esos jóvenes para hacerles entender que Dios los ama. Los jóvenes no están perdidos, quizás la que está perdida es la sociedad que no les abre las puertas. Por lo tanto, estos días estamos escuchando”.
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¿Qué significa el báculo que el Papa Francisco usó en la Misa de apertura del Sínodo?
POR MARÍA XIMENA RONDÓN | ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




Durante la Misa de apertura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicado a los Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, llamó la atención el báculo que portó el Papa Francisco.

Esto se debe a su diseño, y es que se trata de un báculo de madera que representa a Jesús crucificado con los brazos unidos por un clavo y esculpido con la forma de un bambú.

El Santo Padre recibió este báculo como obsequio de parte de los 70 mil jóvenes italianos con los que se encontró en el Circo Massimo de Roma el pasado 11 de agosto.

Los jóvenes, provenientes de unas 200 diócesis del país, participaron en la gran peregrinación organizada por la Conferencia Episcopal Italiana con el lema “Por mil caminos, hacia Roma”.

Todos recorrieron a pie las varias rutas que los llevaron desde sus ciudades de origen hasta la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

La entrega del báculo se realizó a pocos instantes de iniciado el evento. Una joven de 30 años, identificada como Elena, comentó al Pontífice que durante la peregrinación “hemos experimentado que cada camino necesita de su bastón y en esta ocasión especial le entregamos un báculo esculpido de un leño”.

“En el corazón desgarrado de Jesús en la cruz está custodiada una pequeña semilla, aquella semilla que muere para poder dar fruto y nuestra esperanza. Y nos revela el secreto para hacer que la vida florezca, el amor”, dijo la joven al explicar el significado del báculo.

También manifestó al Papa Francisco que “sería hermoso que este báculo lo acompañase durante el Sínodo de los Jóvenes. Todos los aquí reunidos podríamos sentir que estamos a su lado y conectar nuestro corazón y nuestra memoria a este encuentro extraordinario”.

“Santo Padre, hemos venido hasta aquí para decirle que lo queremos mucho y deseamos caminar juntos hacia adelante”, agregó.

Fue hoy 3 de octubre, que el Pontífice cumplió el anhelo de estos jóvenes.

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Papa Francisco en el Sínodo: El discernimiento vocacional no es un eslogan publicitario
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




En el discurso de apertura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco recordó a los padres sinodales que el discernimiento vocacional “no es un eslogan publicitario”; “no es una técnica organizativa, ni tampoco una moda de este pontificado. Es una actitud interior que se enraíza en un acto de fe”.

El Santo Padre explicaba así el sentido del tema del sínodo: los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. De hecho, el Papa dedicó gran parte de su discurso de apertura a insistir sobre la importancia de la escucha, tanto entre los padres sinodales como entre los miembros de la Iglesia y los jóvenes y, también, entre las generaciones adultas y las jóvenes.

El Papa afirmó que “el Sínodo que estamos viviendo es un momento de compartir”. Por ello, invitó a todos los participantes “a hablar con valentía”, integrando “libertad, sinceridad y caridad”. “Únicamente el diálogo puede hacernos crecer”, aseguró.

Al mismo tiempo, señaló que “a la valentía de hablar debe corresponder la humildad de escuchar”. Además, subrayó que “el Sínodo debe ser un ejercicio de diálogo, sobre todo, entre todos los que participan. Y el primer fruto de este diálogo es que cada uno se abra a la novedad, a modificar su propia opinión gracias a lo que haya escuchado de los demás”.

El Pontífice también señaló que “el Sínodo es un ejercicio eclesial de discernimiento”. En este sentido, “la franqueza al hablar y la apertura al escuchar son fundamentales para que el Sínodo sea un proceso de discernimiento”.


El Papa insistió en que “el discernimiento es el método y al mismo tiempo el objetivo que nos proponemos: Se fundamenta en la convicción de que Dios actúa en la historia del mundo, en los eventos de la vida, en las personas que nos encontramos y con las que hablamos”.

En su discurso, Francisco recordó a los padres sinodales que “somos signo de una Iglesia en escucha y en camino. La actitud de escucha no puede limitarse a las palabras que intercambiemos en los trabajos sinodales”. Este Sínodo presenta “la oportunidad, la obligación y el deber de ser signo de la Iglesia que se pone verdaderamente en escucha”.

“Una Iglesia que no escucha se muestra cerrada a la novedad, cerrada a las sorpresas de Dios, y no ofrecerá resultados creíbles, en particular para los jóvenes, que inevitablemente se alejarán”, advirtió.

Otra sugerencia del Papa a los Padres Sinodales fue “huir de los prejuicios y de los estereotipos”. “Un primer paso en la dirección de escucha es liberar nuestras mentes y nuestros corazones de prejuicios y de estereotipos”.

Así, aseguró que “cuando creemos que ya lo sabemos todo del otro, qué es lo que quiere, nos costará enormemente escucharlo en serio”.

Especialmente sensible a estos prejuicios es la relación entre jóvenes y adultos. “Las relaciones entre generaciones son un terreno en el que los prejuicios y los estereotipos surgen con una gran facilidad, hasta el punto de no darnos cuenta”.


“Los jóvenes están tentados a considerar a los adultos como anticuados; los adultos, por su parte, están tentados a ver a los jóvenes como inexpertos, de saber cómo son y, sobre todo, cómo deberían ser y comportarse”.

Por ello, afirmó que “los adultos deben superar la tentación de infravalorar la capacidad de los jóvenes, y de juzgarlos negativamente”. 

Por su parte, “los jóvenes deben superar la tentación de no escuchar a los adultos y de considerarlos viejos, trastos antiguos, pesados y aburridos, olvidando que es una tontería comenzar siempre de cero como si la vida comenzara solo con cada uno de ellos”.

Asimismo, hizo un llamado a superar con decisión “la plaga del clericalismo” y a “sanarse del virus de la autosuficiencia”. El clericalismo lleva a “interpretar el ministerio recibido como un poder para ejercer y no como un servicio gratuito y generoso que ofrecer”. Por ello, aseguró que “el clericalismo es una perversión y es la raíz de muchos males en la Iglesia”.

Ya en el final de su discurso, el Papa pidió a los Padres Sinodales “que el Sínodo despierte nuestros corazones”.

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El Papa se emociona al hablar de los obispos chinos que participarán en el Sínodo
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


El Papa Francisco se emocionó al citar a los dos Obispos de China Continental que por primera vez participarán en un Sínodo.

Durante la homilía que pronunció en la Misa de apertura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos este miércoles 3 de octubre, el Santo Padre señaló que “hoy, por primera vez, están también aquí con nosotros dos hermanos obispos de China Continental”.

“Démosles nuestra afectuosa bienvenida: gracias a su presencia, la comunión de todo el Episcopado con el Sucesor de Pedro es aún más visible”, aseguró.


Los dos prelados que asistirán al Sínodo son Mons. Yang Xiaoting, Obispo de Ya’an; y Mons. Guo Jincai, Obispo de Chengde. Este último es uno de los siete prelados a los que el Papa Francisco les levantó la excomunión tras la firma del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China para el nombramiento de obispos en el país asiático.

La participación de los obispos chinos en los órganos de la Iglesia era algo muy deseado desde hacía años. Ningún Obispos de la China Continental pudo estar presente en el Concilio Vaticano II ni en los Sínodos celebrados hasta ahora.

En virtud de ese Acuerdo Provisional alcanzado el pasado 22 de septiembre, la Santa Sede reconoce a los obispos nombrados por las autoridades chinas, se readmite en la plena comunión eclesial a obispos ‘oficiales’ ordenados sin mandato pontificio y se establece el sistema de nombramiento de nuevos obispos que regirá a partir de ahora en China.

Encuentro con peregrinos chinos y vietnamitas
Antes de la Misa, en la capilla de la Piedad en la Basílica de San Pedro, el Papa se encontró con un grupo de treinta fieles de China y Vietnam que están en Roma para una peregrinación promovida por la congregación de San Juan Bautista.

Los fieles le regalaron al Santo Padre una imagen de la Virgen y una cruz con el rostro del misionero belga P. Vincent Labbe, conocido como “el apóstol de la China moderna”, fundador de la congregación que celebra su 90 aniversario.


El encuentro, indica el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, “fue muy emotivo: una mujer se arrodilló entre lágrimas para besar el anillo del Pontífice. A cada uno el Papa le ha dado una corona del rosario y una imagen con su retrato que firmó de puño y letra”. Los treinta fieles participaron luego de la Misa de apertura del Sínodo.

El P. John Tran, superior de la congregación de San Juan Bautista, cuya casa general está en Taiwán, dijo que su presencia hoy con el Papa Francisco en el Sínodo dedicado a los jóvenes es sin duda “un signo de gran esperanza”.

Para destacar la presencia de los fieles chinos y de los dos obispos del país asiático, la primera petición de la Misa fue leída en este idioma por Jing Limin, que pidió para el Papa y “los obispos el espíritu de sabiduría y de discernimiento: que busquen con el corazón abierto la verdad y en todo sean obedientes” a la voluntad de Dios.

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Homilía del Papa en la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Papa Francisco abrió este miércoles 3 de octubre la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos centrada en los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional con una misa multitudinaria en la Plaza de San Pedro en la que animó a los Padres Sinodales a dejarse guiar por el Espíritu Santo para que los trabajos sinodales den abundantes frutos.

El Santo Padre pidió al Espíritu Santo “que nos dé la gracia de ser memoria operante, viva, eficaz, que de generación en generación no se deja asfixiar ni aplastar por los profetas de calamidades y desventuras ni por nuestros propios límites, errores y pecados, sino que es capaz de encontrar espacios para encender el corazón y discernir los caminos del Espíritu”.

A continuación, el texto completo de la homilía del Papa Francisco:

«El Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho» (Jn 14,26).

De esta forma tan sencilla, Jesús les ofrece a sus discípulos la garantía que acompañará toda la obra misionera que les será encomendada: el Espíritu Santo será el primero en custodiar y mantener siempre viva y actuante la memoria del Maestro en el corazón de los discípulos. Él es quien hace que la riqueza y hermosura del Evangelio sea fuente de constante alegría y novedad.

Al iniciar este momento de gracia para toda la Iglesia, en sintonía con la Palabra de Dios, pedimos con insistencia al Paráclito que nos ayude a hacer memoria y reavivar esas palabras del Señor que hacían arder nuestro corazón (cf. Lc 24,32). Ardor y pasión evangélica que engendra el ardor y la pasión por Jesús. Memoria que despierte y renueve en nosotros la capacidad de soñar y esperar.


Porque sabemos que nuestros jóvenes serán capaces de profecía y de visión en la medida que nosotros, ya mayores o ancianos, seamos capaces de soñar y así contagiar y compartir esos sueños y esperanzas que anidan en el corazón (cf. Jl 3,1).

Que el Espíritu nos dé la gracia de ser Padres sinodales ungidos con el don de los sueños y de la esperanza para que podamos, a su vez, ungir a nuestros jóvenes con el don de la profecía y la visión; que nos dé la gracia de ser memoria operante, viva, eficaz, que de generación en generación no se deja asfixiar ni aplastar por los profetas de calamidades y desventuras ni por nuestros propios límites, errores y pecados, sino que es capaz de encontrar espacios para encender el corazón y discernir los caminos del Espíritu.

Con esta actitud de dócil escucha de la voz del Espíritu, hemos venido de todas partes del mundo. Hoy, por primera vez, están también aquí con nosotros dos hermanos obispos de China Continental. Démosles nuestra afectuosa bienvenida: gracias a su presencia, la comunión de todo el Episcopado con el Sucesor de Pedro es aún más visible.

Ungidos en la esperanza comenzamos un nuevo encuentro eclesial capaz de ensanchar horizontes, dilatar el corazón y transformar aquellas estructuras que hoy nos paralizan, nos apartan y alejan de nuestros jóvenes, dejándolos a la intemperie y huérfanos de una comunidad de fe que los sostenga, de un horizonte de sentido y de vida (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 49).

La esperanza nos interpela, moviliza y rompe el conformismo del «siempre se hizo así» y nos pide levantarnos para mirar de frente el rostro de nuestros jóvenes y las situaciones en las que se encuentran. La misma esperanza nos pide trabajar para revertir las situaciones de precariedad, exclusión y violencia a las que están expuestos nuestros muchachos.

Nuestros jóvenes, fruto de muchas de las decisiones que se han tomado en el pasado, nos invitan a asumir junto a ellos el presente con mayor compromiso y luchar contra todas las formas que obstaculizan sus vidas para que se desarrollen con dignidad. Ellos nos piden y reclaman una entrega creativa, una dinámica inteligente, entusiasta y esperanzadora, y que no los dejemos solos en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión.

Esta capacidad de soñar juntos que el Señor hoy nos regala como Iglesia, reclama, como nos decía san Pablo en la primera lectura, desarrollar entre nosotros una actitud definida: «No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás» (Flp 2,4). E inclusive apunta más alto al pedir que con humildad consideremos estimar a los demás superiores a nosotros mismos (cf. v. 3).

Con este espíritu intentaremos ponernos a la escucha los unos de los otros para discernir juntos lo que el Señor le está pidiendo a su Iglesia. Y esto nos exige estar alertas y velar para que no domine la lógica de autopreservación y autorreferencialidad que termina convirtiendo en importante lo superfluo y haciendo superfluo lo importante.

El amor por el Evangelio y por el pueblo que nos fue confiado nos pide ampliar la mirada y no perder de vista la misión a la que nos convoca para apuntar a un bien mayor que nos beneficiará a todos. Sin esta actitud, vanos serán todos nuestros esfuerzos.


El don de la escucha sincera, orante y con el menor número de prejuicios y presupuestos nos permitirá entrar en comunión con las diferentes situaciones que vive el Pueblo de Dios. Escuchar a Dios, hasta escuchar con él el clamor del pueblo; escuchar al pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama (cf. Discurso durante el encuentro para la familia, 4 octubre 2014). Esta actitud nos defiende de la tentación de caer en posturas «eticistas» o elitistas, así como de la fascinación por ideologías abstractas que nunca coinciden con la realidad de nuestros pueblos (cf. J. M. BERGOGLIO, Meditaciones para religiosos, 45-46).

Hermanos: Pongamos este tiempo bajo la materna protección de la Virgen María. Que ella, mujer de la escucha y la memoria, nos acompañe a reconocer las huellas del Espíritu para que, «sin demora» (cf. Lc 1,39), entre sueños y esperanzas, acompañemos y estimulemos a nuestros jóvenes para que no dejen de profetizar.

Padres sinodales: Muchos de nosotros éramos jóvenes o comenzábamos los primeros pasos en la vida religiosa al finalizar el Concilio Vaticano II. A los jóvenes de aquellos años les fue dirigido el último mensaje de los padres conciliares. Lo que escuchamos de jóvenes nos hará bien volverlo repasar en el corazón recordando las palabras del poeta: «Que el hombre mantenga lo que de niño prometió» (F. HÖLDERLIN).

Así nos hablaron los Padres conciliares: «La Iglesia, durante cuatro años, ha trabajado para rejuvenecer su rostro, para responder mejor a los designios de su fundador, el gran viviente, Cristo, eternamente joven. Al final de esa impresionante “reforma de vida” se vuelve a vosotros. Es para vosotros los jóvenes, sobre todo para vosotros, porque la Iglesia acaba de alumbrar en su Concilio una luz, luz que alumbrará el porvenir. La Iglesia está preocupada porque esa sociedad que vais a constituir respete la dignidad, la libertad, el derecho de las personas, y esas personas son las vuestras […]

En el nombre de este Dios y de su hijo, Jesús, os exhortamos a ensanchar vuestros corazones a las dimensiones del mundo, a escuchar la llamada de vuestros hermanos y a poner ardorosamente a su servicio vuestras energías. Luchad contra todo egoísmo. Negaos a dar libre curso a los instintos de violencia y de odio, que engendran las guerras y su cortejo de males. Sed generosos, puros, respetuosos, sinceros. Y edificad con entusiasmo un mundo mejor que el de vuestros mayores» (PABLO VI, Mensaje a los jóvenes, con ocasión de la clausura del Concilio Vaticano II, 8 diciembre 1965).

Padres sinodales: la Iglesia los mira con confianza y amor.

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Comienza en Roma el Sínodo de los Obispos con una Misa presidida por el Papa Francisco
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



Después de meses de preparativos, comenzó en Roma este miércoles 3 de octubre la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos centrada en los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

En una plaza de San Pedro llena de fieles, frente a la Basílica vaticana, y en un día especialmente luminoso, el Papa Francisco presidió la Misa de apertura del Sínodo, Misa de gran solemnidad que se desarrolló en gran parte en latín.

En su homilía, el Santo Padre animó a los Padres Sinodales en los trabajos que comenzarán esta misma tarde, y les aseguró que “la Iglesia los mira con confianza y amor”.

El Papa pidió a los Padres Sinodales “trabajar para revertir las situaciones de precariedad, exclusión y violencia a las que están expuestos nuestros muchachos”.

“Nuestros jóvenes, fruto de muchas de las decisiones que se han tomado en el pasado, nos invitan a asumir junto a ellos el presente con mayor compromiso y luchar contra todas las formas que obstaculizan sus vidas para que se desarrollen con dignidad”.


Aseguró que los jóvenes “nos piden y reclaman una entrega creativa, una dinámica inteligente, entusiasta y esperanzadora, y que no los dejemos solos en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión”.

Toda la homilía del Papa se articuló en torno a la importancia de que los Padres Sinodales se dejen guiar por el Espíritu Santo para el éxito del Sínodo.

El Papa invocó al Espíritu Santo para que “nos dé la gracia de ser Padres sinodales ungidos con el don de los sueños y de la esperanza para que podamos, a su vez, ungir a nuestros jóvenes con el don de la profecía y la visión”.

“Que nos dé la gracia de ser memoria operante, viva, eficaz, que de generación en generación no se deja asfixiar ni aplastar por los profetas de calamidades y desventuras ni por nuestros propios límites, errores y pecados, sino que es capaz de encontrar espacios para encender el corazón y discernir los caminos del Espíritu”.

Recordó que “nuestros jóvenes serán capaces de profecía y de visión en la medida que nosotros, ya mayores o ancianos, seamos capaces de soñar y así contagiar y compartir esos sueños y esperanzas que anidan en el corazón”.

Pidió también permanecer durante todo el Sínodo en “escucha los unos de los otros para discernir juntos lo que el Señor le está pidiendo a su Iglesia. Y esto nos exige estar alertas y velar para que no domine la lógica de autopreservación y auto-referencialidad que termina convirtiendo en importante lo superfluo y haciendo superfluo lo importante”.

El Pontífice insistió en la importancia de la escucha para el éxito de los trabajos sinodales, una escucha “sincera, orante y con el menor número de prejuicios y presupuestos” que permita “entrar en comunión con las diferentes situaciones que vive el Pueblo de Dios”.

“Escuchar a Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escuchar al pueblo, hasta respirar en Él la voluntad a la que Dios nos llama”, insistió.


El Papa finalizó repitiendo las palabras del Papa Pablo VI en el mensaje a los jóvenes del 8 de diciembre de 1965 con motivo de la clausura del Concilio Vaticano II, en el que exhortaba a “ensanchar” los corazones “a las dimensiones del mundo, “a escuchar la llamada de vuestros hermanos y a poner ardorosamente a su servicio vuestras energías”. “Luchad contra todo egoísmo. Negaos a dar libre curso a los instintos de violencia y de odio, que engendran las guerras y su cortejo de males”, concluyó.

Comienzo de los trabajos sinodales

Los trabajos sinodales comenzarán este mismo miércoles 3 de octubre por la tarde con el discurso apertura que pronunciará el Papa Francisco.

Se trata del tercer Sínodo convocado durante el presente Pontificado. El primero fue la III Asamblea General Extraordinaria y el segundo la XIV Asamblea General Ordinaria sobre el tema de la familia.

Los trabajos del Sínodo abierto hoy se desarrollarán en tres unidades de trabajo bajo los epígrafes de “Reconocer: la Iglesia en escucha de la realidad”, “Interpretar: fe y discernimiento vocacional”, “Elegir: caminos de conversión pastoral y misionera”.