jueves, 31 de diciembre de 2020

CONOCE LAS INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA EL 2021

 


 

Conoce las intenciones de oración del Papa Francisco para el 2021

Redacción ACI Prensa

 Crédito: Daniel Ibañez - ACI Prensa



El Vaticano ya ha publicado las intenciones de oración del Papa Francisco para el año 2021.

El sacerdote jesuita Frédéric Fornos, director de la Red del Apostolado de la Oración del Papa, señaló en una entrevista que el punto de partida de las intenciones del Papa en 2021 es “la gracia de vivir en plena fraternidad con los hermanos y hermanas de otras religiones”.

“Esta urgente necesidad de hermandad no es nueva, pero es una clave de lectura de las intenciones de oración del Papa. No creo que sea una coincidencia que las intenciones para 2021 comiencen así. La fraternidad, que respeta y valora la diversidad, es el estilo del reino de Dios”, dijo el P. Fornos.

Los fieles pueden sumarse a las intenciones del Santo Padre a través de la aplicación Click to Pray a la que puede sumarse AQUÍ.

A continuación, las intenciones de oración del Papa Francisco para todo el año 2021:



Enero

Intención para la evangelización – La fraternidad humana

Que el Señor nos dé la gracia de vivir en plena fraternidad con hermanos y hermanas de otras religiones, rezando unos por otros, abriéndonos a todos.

Febrero

Intención universal ‐ Violencia contra la mujer

Recemos por las mujeres que son víctimas de la violencia, para que sean protegidas por la sociedad y para que su sufrimiento sea considerado y escuchado.

Marzo

Intención para la evangelización ‐ Sacramento de la reconciliación

Recemos para que vivamos el sacramento de la reconciliación con renovada profundidad, para saborear la infinita misericordia de Dios.

Abril

Intención universal ‐ Derechos fundamentales

Recemos por aquellos que arriesgan sus vidas luchando por los derechos fundamentales en dictaduras, en regímenes autoritarios e incluso en democracias en crisis.

Mayo

Intención universal ‐ El mundo de las finanzas

Recemos para que los responsables del mundo financiero colaboren con los gobiernos, a fin de regular los mercados financieros para proteger a los ciudadanos de su peligro.

Junio

Intención para la evangelización ‐ La belleza del matrimonio

Recemos por los jóvenes que se preparan para el matrimonio con el apoyo de una comunidad cristiana: para que crezcan en el amor, con generosidad, fidelidad y paciencia.

Julio

Intención universal – La amistad social

Recemos para que, en situaciones sociales, económicas y políticas conflictivas, seamos arquitectos de diálogo y de amistad valientes y apasionados.

Agosto

Intención para la evangelización ‐ La Iglesia

Recemos por la Iglesia, para que reciba del Espíritu Santo la gracia y la fuerza para reformarse a la luz del Evangelio.

Septiembre

Intención universal ‐ Un estilo de vida ecosostenible

Recemos para que todos tomemos decisiones valientes a favor de un estilo de vida sobrio y ecosostenible, alegrándonos por los jóvenes que están comprometidos con él.

Octubre

Intención para la evangelización ‐ Discípulos misioneros

Recemos para que cada bautizado participe en la evangelización y esté disponible para la misión, a través de un testimonio de vida que tenga el sabor del Evangelio.

Noviembre

Intención universal ‐ Las personas que sufren de depresión

Recemos para que las personas, que sufren de depresión o agotamiento extremo, reciban apoyo de todos y una luz que les abra a la vida.

Diciembre

Intención para la evangelización ‐ Los catequistas

Recemos por los catequistas, llamados a proclamar la Palabra de Dios: para que sean testigos de ella con valentía, creatividad y con la fuerza del Espíritu Santo.

jueves, 17 de diciembre de 2020

¡FELIZ CUMPLEAÑOS 84 PAPA FRANCISCO! 17 DE DICIEMBRE DEL 2020



 ¡Feliz Cumpleaños 84 Papa Francisco!

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa

 Daniel Ibañez - ACI Prensa



Ya son las 00:00 horas del 17 de diciembre en Roma y el Papa Francisco cumple 84 años de vida. Millones de fieles se alegran en todo el mundo por el cumpleaños del Pontífice nacido en la Argentina, que siempre pide que se acuerden de rezar por él.

Este 2020, aunque ha sido un año difícil debido a la situación que se vive por la pandemia de COVID-19, hubo momentos memorables para el Papa Francisco.  

El 2 de febrero de 2020, el Santo Padre firmó la Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonia”, que habla de la preocupación por el futuro de la selva amazónica, de su frágil equilibrio ecológico, del futuro de sus habitantes y de la labor misionera de la Iglesia.

El viernes 27 de marzo, el Papa presidió un momento extraordinario de oración por la pandemia del coronavirus en el que impartió la bendición Urbi et Orbi, a Roma y el mundo, con la posibilidad de los fieles de obtener indulgencia plenaria.

El momento extraordinario de oración se llevó a cabo desde el atrio de la Basílica de San Pedro, en medio de la lluvia y ante una plaza vacía, debido a las medidas de seguridad que las autoridades italianas han dispuesto para superar la emergencia sanitaria.

Recientemente, el 3 de octubre, el Papa Francisco firmó en el Convento de San Francisco de Asís, su Encíclica “Fratelli tutti” (Hermanos todos, en español), sobre la fraternidad y la amistad social.


Biografía

Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio y Regina María Sívori, inmigrantes italianos.

Fue bautizado el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires.

Durante su infancia fue alumno del Colegio Salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles y estudió en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 27 Hipólito Yrigoyen en la que se graduó como técnico químico. Luego trabajó en el laboratorio Hickethier-Bachmann.

Durante su juventud, sufrió una enfermedad a los pulmones por lo que fue sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón, lo que no le impidió desarrollar sus actividades con normalidad.

El 11 de marzo de 1958 ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en el Seminario de Villa Devoto.  Como novicio de la Compañía de Jesús terminó sus estudios en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile.

Entre 1967 y 1070 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, casi a los 33 años de edad.

Continuó sus estudios de 1970 a 1971 en la Universidad de Alcalá Henares (España) y el 22 de abril de 1973 realizó su profesión de jesuita. De regreso a Argentina fue maestro de novicios en la Villa Barilari; profesor en la Facultad de Teología de San Miguel; consultor provincial de la Compañía de Jesús, cargo que ocupó hasta 1979; y rector del Colegio Máximo de la Facultad.

Fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires por el Papa Juan Pablo II el 20 de mayo de 1992. Cuando la salud del entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Antonio Quarracino, empezó a debilitarse, Mons. Bergoglio fue designado Arzobispo Coadjutor el 3 de junio de 1997. Al fallecer el Cardenal Quarracino lo sucedió en el cargo de Arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.

Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el Papa Juan Pablo II lo creó Cardenal. Como Purpurado formó parte de la Comisión para América Latina; la Congregación para el Clero; el Pontificio Consejo para la Familia; la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El Cardenal Bergoglio siempre tuvo un estilo de vida sencillo y austero. Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia episcopal, renunció a su limosina y a su chofer, se movilizaba en transporte público y preparaba su comida.

El Cardenal Bergoglio disfrutaba de la ópera, el tango y el fútbol, cuya pasión aún disfruta al ser socio el Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO POR LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 2021


 

Mensaje del Papa Francisco por la Jornada Mundial de la Paz 2021

Redacción ACI Prensa

 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Vaticano difundió este jueves 17 de diciembre el mensaje del Papa Francisco por la celebración de la Jornada Mundial de la Paz 2021, que se celebrará el próximo 1 de enero de 2021, Solemnidad de Santa María Madre de Dios, con el lema “La cultura del cuidado como camino de paz”.


A continuación, el texto completo del mensaje del Papa Francisco:


La cultura del cuidado como camino de paz

1. En el umbral del Año Nuevo, deseo presentar mi más respetuoso saludo a los Jefes de Estado y de Gobierno, a los responsables de las organizaciones internacionales, a los líderes espirituales y a los fieles de diversas religiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad.

A todos les hago llegar mis mejores deseos para que la humanidad pueda progresar en este año por el camino de la fraternidad, la justicia y la paz entre las personas, las comunidades, los pueblos y los Estados.

El año 2020 se caracterizó por la gran crisis sanitaria de COVID-19, que se ha convertido en un fenómeno multisectorial y mundial, que agrava las crisis fuertemente interrelacionadas, como la climática, alimentaria, económica y migratoria, y causa grandes sufrimientos y penurias.

Pienso en primer lugar en los que han perdido a un familiar o un ser querido, pero también en los que se han quedado sin trabajo. Recuerdo especialmente a los médicos, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de los hospitales y centros de salud, que se han esforzado y siguen haciéndolo, con gran dedicación y sacrificio, hasta el punto de que algunos de ellos han fallecido procurando estar cerca de los enfermos, aliviar su sufrimiento o salvar sus vidas.

Al rendir homenaje a estas personas, renuevo mi llamamiento a los responsables políticos y al sector privado para que adopten las medidas adecuadas a fin de garantizar el acceso a las vacunas contra el COVID-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para prestar asistencia a los enfermos y a los más pobres y frágiles.

Es doloroso constatar que, lamentablemente, junto a numerosos testimonios de caridad y solidaridad, están cobrando un nuevo impulso diversas formas de nacionalismo, racismo, xenofobia e incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción.

Estos y otros eventos, que han marcado el camino de la humanidad en el último año, nos enseñan la importancia de hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación, para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad. Por eso he elegido como tema de este mensaje: La cultura del cuidado como camino de paz. Cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día.


2. Dios Creador, origen de la vocación humana al cuidado

En muchas tradiciones religiosas, hay narraciones que se refieren al origen del hombre, a su relación con el Creador, con la naturaleza y con sus semejantes. En la Biblia, el Libro del Génesis revela, desde el principio, la importancia del cuidado o de la custodia en el proyecto de Dios por la humanidad, poniendo en evidencia la relación entre el hombre (’adam) y la tierra (’adamah), y entre los hermanos.

En el relato bíblico de la creación, Dios confía el jardín “plantado en el Edén” (cf. Gn 2,8) a las manos de Adán con la tarea de “cultivarlo y cuidarlo” (cf. Gn 2,15). Esto significa, por un lado, hacer que la tierra sea productiva y, por otro, protegerla y hacer que mantenga su capacidad para sostener la vida. Los verbos “cultivar” y “cuidar” describen la relación de Adán con su casa-jardín e indican también la confianza que Dios deposita en él al constituirlo señor y guardián de toda la creación.

El nacimiento de Caín y Abel dio origen a una historia de hermanos, cuya relación sería interpretada —negativamente— por Caín en términos de protección o custodia. Caín, después de matar a su hermano Abel, respondió así a la pregunta de Dios: «¿Acaso yo soy guardián de mi hermano?» (Gn 4,9).

Sí, ciertamente. Caín era el “guardián” de su hermano. «En estos relatos tan antiguos, cargados de profundo simbolismo, ya estaba contenida una convicción actual: que todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás».


3. Dios Creador, modelo del cuidado

La Sagrada Escritura presenta a Dios no sólo como Creador, sino también como Aquel que cuida de sus criaturas, especialmente de Adán, de Eva y de sus hijos. El mismo Caín, aunque cayera sobre él el peso de la maldición por el crimen que cometió, recibió como don del Creador una señal de protección para que su vida fuera salvaguardada (cf. Gn 4,15).

Este hecho, si bien confirma la dignidad inviolable de la persona, creada a imagen y semejanza de Dios, también manifiesta el plan divino de preservar la armonía de la creación, porque «la paz y la violencia no pueden habitar juntas».

Precisamente el cuidado de la creación está en la base de la institución del Shabbat que, además de regular el culto divino, tenía como objetivo restablecer el orden social y el cuidado de los pobres (cf. Gn 1,1-3; Lv 25,4).

La celebración del Jubileo, con ocasión del séptimo año sabático, permitía una tregua a la tierra, a los esclavos y a los endeudados. En ese año de gracia, se protegía a los más débiles, ofreciéndoles una nueva perspectiva de la vida, para que no hubiera personas necesitadas en la comunidad (cf. Dt 15,4).

También es digna de mención la tradición profética, donde la cumbre de la comprensión bíblica de la justicia se manifestaba en la forma en que una comunidad trataba a los más débiles que estaban en ella. Por eso Amós (2,6-8; 8) e Isaías (58), en particular, hacían oír continuamente su voz en favor de la justicia para los pobres, quienes, por su vulnerabilidad y falta de poder, eran escuchados sólo por Dios, que los cuidaba (cf. Sal 34,7; 113,7-8).


4. El cuidado en el ministerio de Jesús

La vida y el ministerio de Jesús encarnan el punto culminante de la revelación del amor del Padre por la humanidad (cf. Jn 3,16). En la sinagoga de Nazaret, Jesús se manifestó como Aquel a quien el Señor ungió «para anunciar la buena noticia a los pobres, ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dejar en libertad a los oprimidos» (Lc 4,18).

Estas acciones mesiánicas, típicas de los jubileos, constituyen el testimonio más elocuente de la misión que le confió el Padre. En su compasión, Cristo se acercaba a los enfermos del cuerpo y del espíritu y los curaba; perdonaba a los pecadores y les daba una vida nueva. Jesús era el Buen Pastor que cuidaba de las ovejas (cf. Jn 10,11-18; Ez 34,1-31); era el Buen Samaritano que se inclinaba sobre el hombre herido, vendaba sus heridas y se ocupaba de él (cf. Lc 10,30-37).

En la cúspide de su misión, Jesús selló su cuidado hacia nosotros ofreciéndose a sí mismo en la cruz y liberándonos de la esclavitud del pecado y de la muerte. Así, con el don de su vida y su sacrificio, nos abrió el camino del amor y dice a cada uno: “Sígueme y haz lo mismo” (cf. Lc 10,37).


5. La cultura del cuidado en la vida de los seguidores de Jesús

Las obras de misericordia espirituales y corporales constituyen el núcleo del servicio de caridad de la Iglesia primitiva. Los cristianos de la primera generación compartían lo que tenían para que nadie entre ellos pasara necesidad (cf. Hch 4,34-35) y se esforzaban por hacer de la comunidad un hogar acogedor, abierto a todas las situaciones humanas, listo para hacerse cargo de los más frágiles.

Así, se hizo costumbre realizar ofrendas voluntarias para dar de comer a los pobres, enterrar a los muertos y sustentar a los huérfanos, a los ancianos y a las víctimas de desastres, como los náufragos. Y cuando, en períodos posteriores, la generosidad de los cristianos perdió un poco de dinamismo, algunos Padres de la Iglesia insistieron en que la propiedad es querida por Dios para el bien común.

Ambrosio sostenía que «la naturaleza ha vertido todas las cosas para el bien común. [...] Por lo tanto, la naturaleza ha producido un derecho común para todos, pero la codicia lo ha convertido en un derecho para unos pocos».

Habiendo superado las persecuciones de los primeros siglos, la Iglesia aprovechó la libertad para inspirar a la sociedad y su cultura. «Las necesidades de la época exigían nuevos compromisos al servicio de la caridad cristiana. Las crónicas de la historia reportan innumerables ejemplos de obras de misericordia. De esos esfuerzos concertados han surgido numerosas instituciones para el alivio de todas las necesidades humanas: hospitales, hospicios para los pobres, orfanatos, hogares para niños, refugios para peregrinos, entre otras».


6. Los principios de la doctrina social de la Iglesia como fundamento de la cultura del cuidado

La diakonia de los orígenes, enriquecida por la reflexión de los Padres y animada, a lo largo de los siglos, por la caridad activa de tantos testigos elocuentes de la fe, se ha convertido en el corazón palpitante de la doctrina social de la Iglesia, ofreciéndose a todos los hombres de buena voluntad como un rico patrimonio de principios, criterios e indicaciones, del que extraer la “gramática” del cuidado: la promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres y los indefensos, la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la creación.


* El cuidado como promoción de la dignidad y de los derechos de la persona.

«El concepto de persona, nacido y madurado en el cristianismo, ayuda a perseguir un desarrollo plenamente humano. Porque persona significa siempre relación, no individualismo, afirma la inclusión y no la exclusión, la dignidad única e inviolable y no la explotación».

Cada persona humana es un fin en sí misma, nunca un simple instrumento que se aprecia sólo por su utilidad, y ha sido creada para convivir en la familia, en la comunidad, en la sociedad, donde todos los miembros tienen la misma dignidad. De esta dignidad derivan los derechos humanos, así como los deberes, que recuerdan, por ejemplo, la responsabilidad de acoger y ayudar a los pobres, a los enfermos, a los marginados, a cada uno de nuestros «prójimos, cercanos o lejanos en el tiempo o en el espacio».


* El cuidado del bien común.

Cada aspecto de la vida social, política y económica encuentra su realización cuando está al servicio del bien común, es decir del «conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección».

Por lo tanto, nuestros planes y esfuerzos siempre deben tener en cuenta sus efectos sobre toda la familia humana, sopesando las consecuencias para el momento presente y para las generaciones futuras.

La pandemia de Covid-19 nos muestra cuán cierto y actual es esto, puesto que «nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos», porque «nadie se salva solo» y ningún Estado nacional aislado puede asegurar el bien común de la propia población.


* El cuidado mediante la solidaridad.

La solidaridad expresa concretamente el amor por el otro, no como un sentimiento vago, sino como «determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos».

La solidaridad nos ayuda a ver al otro —entendido como persona o, en sentido más amplio, como pueblo o nación— no como una estadística, o un medio para ser explotado y luego desechado cuando ya no es útil, sino como nuestro prójimo, compañero de camino, llamado a participar, como nosotros, en el banquete de la vida al que todos están invitados igualmente por Dios.


* El cuidado y la protección de la creación.

La encíclica Laudato si’ constata plenamente la interconexión de toda la realidad creada y destaca la necesidad de escuchar al mismo tiempo el clamor de los necesitados y el de la creación. De esta escucha atenta y constante puede surgir un cuidado eficaz de la tierra, nuestra casa común, y de los pobres.


A este respecto, deseo reafirmar que «no puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos». «Paz, justicia y conservación de la creación son tres temas absolutamente ligados, que no podrán apartarse para ser tratados individualmente so pena de caer nuevamente en el reduccionismo».


7. La brújula para un rumbo común

En una época dominada por la cultura del descarte, frente al agravamiento de las desigualdades dentro de las naciones y entre ellas, quisiera por tanto invitar a los responsables de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, del sector económico y del científico, de la comunicación social y de las instituciones educativas a tomar en mano la “brújula” de los principios anteriormente mencionados, para dar un rumbo común al proceso de globalización, «un rumbo realmente humano».

Esta permitiría apreciar el valor y la dignidad de cada persona, actuar juntos y en solidaridad por el bien común, aliviando a los que sufren a causa de la pobreza, la enfermedad, la esclavitud, la discriminación y los conflictos.

A través de esta brújula, animo a todos a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, para superar tantas desigualdades sociales. Y esto será posible sólo con un fuerte y amplio protagonismo de las mujeres, en la familia y en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales.

La brújula de los principios sociales, necesaria para promover la cultura del cuidado, es también indicativa para las relaciones entre las naciones, que deberían inspirarse en la fraternidad, el respeto mutuo, la solidaridad y el cumplimiento del derecho internacional. A este respecto, debe reafirmarse la protección y la promoción de los derechos humanos fundamentales, que son inalienables, universales e indivisibles.

También cabe mencionar el respeto del derecho humanitario, especialmente en este tiempo en que los conflictos y las guerras se suceden sin interrupción. Lamentablemente, muchas regiones y comunidades ya no recuerdan una época en la que vivían en paz y seguridad.

Muchas ciudades se han convertido en epicentros de inseguridad: sus habitantes luchan por mantener sus ritmos normales porque son atacados y bombardeados indiscriminadamente por explosivos, artillería y armas ligeras. Los niños no pueden estudiar.

Los hombres y las mujeres no pueden trabajar para mantener a sus familias. La hambruna echa raíces donde antes era desconocida. Las personas se ven obligadas a huir, dejando atrás no sólo sus hogares, sino también la historia familiar y las raíces culturales.

Las causas del conflicto son muchas, pero el resultado es siempre el mismo: destrucción y crisis humanitaria. Debemos detenernos y preguntarnos: ¿Qué ha llevado a la normalización de los conflictos en el mundo? Y, sobre todo, ¿Cómo podemos convertir nuestro corazón y cambiar nuestra mentalidad para buscar verdaderamente la paz en solidaridad y fraternidad?

Cuánto derroche de recursos hay para las armas, en particular para las nucleares, recursos que podrían utilizarse para prioridades más importantes a fin de garantizar la seguridad de las personas, como la promoción de la paz y del desarrollo humano integral, la lucha contra la pobreza y la satisfacción de las necesidades de salud.

Además, esto se manifiesta a causa de los problemas mundiales como la actual pandemia de Covid-19 y el cambio climático. Qué valiente decisión sería «constituir con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares “un Fondo mundial” para poder derrotar definitivamente el hambre y ayudar al desarrollo de los países más pobres».


8. Para educar a la cultura del cuidado

La promoción de la cultura del cuidado requiere un proceso educativo y la brújula de los principios sociales se plantea con esta finalidad, como un instrumento fiable para diferentes contextos relacionados entre sí. Me gustaría ofrecer algunos ejemplos al respecto.

- La educación para el cuidado nace en la familia, núcleo natural y fundamental de la sociedad, donde se aprende a vivir en relación y en respeto mutuo. Sin embargo, es necesario poner a la familia en condiciones de cumplir esta tarea vital e indispensable.

- Siempre en colaboración con la familia, otros sujetos encargados de la educación son la escuela y la universidad y, de igual manera, en ciertos aspectos, los agentes de la comunicación social. Dichos sujetos están llamados a transmitir un sistema de valores basado en el reconocimiento de la dignidad de cada persona, de cada comunidad lingüística, étnica y religiosa, de cada pueblo y de los derechos fundamentales que derivan de estos. La educación constituye uno de los pilares más justos y solidarios de la sociedad.

- Las religiones en general, y los líderes religiosos en particular, pueden desempeñar un papel insustituible en la transmisión a los fieles y a la sociedad de los valores de la solidaridad, el respeto a las diferencias, la acogida y el cuidado de los hermanos y hermanas más frágiles. A este respecto, recuerdo las palabras del Papa Pablo VI dirigidas al Parlamento ugandés en 1969: «No temáis a la Iglesia. Ella os honra, os forma ciudadanos honrados y leales, no fomenta rivalidades ni divisiones, trata de promover la sana libertad, la justicia social, la paz; si tiene alguna preferencia es para los pobres, para la educación de los pequeños y del pueblo, para la asistencia a los abandonados y a cuantos sufren».

- A todos los que están comprometidos al servicio de las poblaciones, en las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, que desempeñan una misión educativa, y a todos los que, de diversas maneras, trabajan en el campo de la educación y la investigación, los animo nuevamente, para que se logre el objetivo de una educación «más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión». Espero que esta invitación, hecha en el contexto del Pacto educativo global, reciba un amplio y renovado apoyo.


9. No hay paz sin la cultura del cuidado

La cultura del cuidado, como compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos, como una disposición al cuidado, a la atención, a la compasión, a la reconciliación y a la recuperación, al respeto y a la aceptación mutuos, es un camino privilegiado para construir la paz.

«En muchos lugares del mundo hacen falta caminos de paz que lleven a cicatrizar las heridas, se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia».

En este tiempo, en el que la barca de la humanidad, sacudida por la tempestad de la crisis, avanza con dificultad en busca de un horizonte más tranquilo y sereno, el timón de la dignidad de la persona humana y la “brújula” de los principios sociales fundamentales pueden permitirnos navegar con un rumbo seguro y común.

Como cristianos, fijemos nuestra mirada en la Virgen María, Estrella del Mar y Madre de la Esperanza. Trabajemos todos juntos para avanzar hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida.

No cedamos a la tentación de desinteresarnos de los demás, especialmente de los más débiles; no nos acostumbremos a desviar la mirada, sino comprometámonos cada día concretamente para «formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros».


Vaticano, 8 de diciembre de 2020


FRANCISCO

domingo, 13 de diciembre de 2020

EL PAPA FRANCISCO CELEBRA HOY 51 AÑOS DE SER ORDENADO SACERDOTE - 13 DE DICIEMBRE DEL 2020



 El Papa Francisco celebra hoy 51 años de ser ordenado sacerdote

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa

 Crédito: Compañía de Jesús y ACI Prensa - Daniel Ibañez




El 13 de diciembre de 1969, solo cuatro días antes de cumplir 33 años de edad, el jesuita Jorge Mario Bergoglio, ahora convertido en el Papa Francisco, fue ordenado sacerdote por el Arzobispo Emérito de Córdoba (Argentina), Mons. Ramón José Castellano.

Aquel 13 de diciembre, hace 51 años, fue sábado, vísperas del tercer domingo de Adviento. En la liturgia de la Iglesia este día es conocido como el Domingo de Gaudete o Domingo de la Alegría, para muchos el sello del pontificado del Papa Francisco junto con la misericordia.

Según el libro “El jesuita: Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio”, Francisco descubrió su vocación al sacerdocio mientras estaba en camino a celebrar el Día de la Primavera. Cuando pasó por la iglesia del barrio de Flores para confesarse, recibió una especial inspiración del sacerdote que lo acogió.

En otra oportunidad el Santo Padre contó que inicialmente su madre no apoyó su decisión de entrar al sacerdocio, a pesar de que ella era una católica devota. Sin embargo, cuando fue ordenado, ella aceptó su llamado y pidió su bendición al final de la ceremonia.

Jorge Mario Bergoglio prosiguió su formación como jesuita entre 1970 y 1971 en España. El 22 de abril de 1973 emitió sus profesiones perpetuas en la Compañía de Jesús.

Cuando regresó a Argentina sirvió como profesor en la Facultad de Teología de San José en la localidad de San Miguel (en las afueras de la ciudad de Buenos Aires), rector del Colegio y, a la edad de 36 años, fue designado provincial de Argentina de los jesuitas.

FIESTA DE GUADALUPE: LAS TRES REALIDADES QUE SE REFLEJAN EN LA VIRGEN - HOMILÍA DE PAPA FRANCISCO

 



Fiesta de Guadalupe: Las tres realidades que se reflejan en la Virgen, según el Papa
Redacción ACI Prensa




Abundancia, bendición y don son las tres realidades divinas que, según el Papa Francisco, se reflejan “mirando la imagen de la Virgen de Guadalupe”.

En la homilía de a Misa que presidió en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro del Vaticano este sábado 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, el Pontífice explicó en qué consisten estas tres realidades.

En primer lugar, la abundancia. “Dios siempre se ofrece en abundancia”, subrayó el Santo Padre. “Siempre da en abundancia”.

Dios, explicó, “no conoce las dosis”, aunque “se deja dosificar por su paciencia”. Por el contrario, “somos nosotros los que conocemos, por nuestra naturaleza misma, por nuestros límites, la necesidad de las cómodas cuotas. Pero Él se da en abundancia, totalmente, y donde está Dios, hay abundancia”.

“Dios se da entero, como es, totalmente”. Se trata, insistió, de una muestra de generosidad. Esa generosidad “a mí me gusta pensar que es un límite que tiene Dios, al menos uno. La imposibilidad de no darse de otro modo que no sea en abundancia”.

La segunda palabra es la bendición. “El encuentro de María con Isabel es una bendición, una bendición. Bendecir es ‘decir bien’, y Dios, desde la primera página del Génesis nos acostumbró a este estilo suyo de decir bien”.

Llamó la atención sobre el hecho de que Dios, “la segunda palabra que pronuncia, según el relato bíblico. es ‘y era bueno’, ‘y está bien’, ‘era muy bueno’. El estilo de Dios es siempre decir bien, por eso la maldición es el estilo del diablo, del enemigo, el estilo de la mezquindad, de la imposibilidad de donarse totalmente, el decir mal”.

“Dios siempre dice bien, y lo dice con gusto, lo dice dándose, bien. Se da en abundancia diciendo bien, bendiciendo”, subrayó.

La tercera palabra es “don”. “Esta abundancia, este decir bien, es un don, un don que se nos da”. “Un don que se nos da en la que está llena de gracia, en la Bendita”.

“El Bendito por naturaleza y la Bendita por gracia. Son dos referencias que la Escritura nos marca. A ella se le dice ‘bendita tú entre las mujeres, llena de gracia’. Jesús es el Bendito que trae la bendición, y mirando a la imagen de nuestra Madre, esperando al Bendito, la llena de gracia que espera al Bendito, entendemos un poco esto de la abundancia, del decir bien, del bendecir. Entendemos esto del don”.

El Papa continuó: “El don de Dios se nos presentó en la abundancia de su Hijo por naturaleza, y en la abundancia de su madre por gracia”.

“Este es el regalo que Dios nos presenta y que ha querido continuamente subrayar, volver a despertarlo a lo largo de la Revelación. ‘Bendita tú eres entre las mujeres’, porque nos trajiste al Bendito”.

El Papa Francisco concluyó su homilía pidiendo “que contemplando la imagen de nuestra madre hoy le robemos a Dios un poco de este estilo que tiene, la generosidad, la abundancia, el bendecir, nunca maldecir. Y en transformar nuestra vida en un don, un don para todos. Que así sea”.






 Homilía del Papa Francisco en la Misa de Nuestra Señora de Guadalupe en el Vaticano

Redacción ACI Prensa



El Papa Francisco presidió este sábado 12 de diciembre en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro del Vaticano la Misa por la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.


A continuación, la homilía completa del Papa Francisco:

En la liturgia de hoy se evidencian tres ideas: abundancia, bendición y el don. Mirando la imagen de la Virgen de Guadalupe tenemos de alguna manera también el reflejo de estas tres realidades: la abundancia, la bendición y el don.

La abundancia porque Dios siempre se ofrece en abundancia, siempre da en abundancia. Él no conoce las dosis. Se deja dosificar por su paciencia. Somos nosotros los que conocemos, por nuestra naturaleza misma, por nuestros límites, la necesidad de las cómodas cuotas. Pero Él se da en abundancia, totalmente, y donde está Dios, hay abundancia.

Pensando en el misterio de la Navidad, la liturgia de Adviento toma del Profeta Isaías mucho esta idea de la abundancia. Dios se da entero, como es, totalmente. Generosidad: A mí me gusta pensar que es un límite que tiene Dios, al menos uno. La imposibilidad de no darse de otro modo que no sea en abundancia.

La segunda palabra es la bendición. El encuentro de María con Isabel es una bendición, una bendición. Bendecir es ‘decir bien’, y Dios, desde la primera página del Génesis nos acostumbró a este estilo suyo de decir bien. La segunda palabra que pronuncia, según el relato bíblico es ‘y era bueno’, ‘y está bien’, ‘era muy bueno’. El estilo de Dios es siempre decir bien, por eso la maldición es el estilo del diablo, del enemigo, el estilo de la mezquindad, de la imposibilidad de donarse totalmente, el decir mal.

Dios siempre dice bien, y lo dice con gusto, lo dice dándose, bien. Se da en abundancia diciendo bien, bendiciendo.

La tercera palabra es ‘don’. Esta abundancia, este decir bien es un don, un don que se nos da, que es toda gracia, que es todo Él, que es toda divinidad, en el Bendito. Un don que se nos da en la que está llena de gracia, en la Bendita.

El Bendito por naturaleza y la Bendita por gracia. Son dos referencias que la Escritura nos marca. A ella se le dice ‘bendita tú entre las mujeres, llena de gracia’. Jesús es el Bendito que trae la bendición, y mirando a la imagen de nuestra Madre, esperando al Bendito, la llena de gracia espera al Bendito, entendemos un poco esto de la abundancia, del decir bien, del bendecir. Entendemos esto del don.

El don de Dios se nos presentó en la abundancia de su Hijo por naturaleza, y en la abundancia de su madre por gracia. El don de Dios se nos presentó como una bendición, en el Bendito por naturaleza y en la Bendita por gracia.

Este es el regalo que Dios nos presenta y que ha querido continuamente subrayarlo, volver a despertarlo a lo largo de la Revelación. ‘Bendita tú eres entre las mujeres’, porque nos trajiste al Bendito. ‘Yo soy la madre del Dios por quien se vive’, el que da la vida, el Bendito.

Que contemplando la imagen de nuestra madre hoy le robemos a Dios un poco de este estilo que tiene, la generosidad, la abundancia, el bendecir, nunca maldecir. Y en transformar nuestra vida en un don, un don para todos. Que así sea.

IMÁGENES DEL PAPA FRANCISCO EN MISA DE VIRGEN DE GUADALUPE - 12 DE DICIEMBRE DEL 2020

 






 Como es tradición hace 25 años el #PapaFrancisco celebró misa en honor a nuestra Madre, María de Guadalupe. Esta es la única #misa en el #vaticano que se celebra en español durante el año.

8 de diciembre del 2020

Fuente: ZENIT - Español


jueves, 10 de diciembre de 2020

EL PAPA FRANCISCO PUBLICA UNA CARTA APOSTÓLICA PARA CRECER EN EL AMOR POR SAN JOSÉ

 



 El Papa publica una Carta Apostólica para crecer en el amor por San José

Redacción ACI Prensa

Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




Con motivo del 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia Universal, el Papa Francisco aprobó este martes 8 de diciembre la Carta Apostólica Patris corde, con el objetivo de “que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su resolución”

El Santo Padre ofrece en este documento algunas reflexiones personales sobre la “figura extraordinaria” de San José, “tan cercana a nuestra condición humana”.

En la Carta Apostólica, el Pontífice destaca que San José estuvo “siempre dispuesto a hacer la voluntad de Dios manifestada en su ley y a través de los cuatro sueños que tuvo”.

Subraya también que “tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el ángel”.

Recuerda que “para proteger a Jesús de Herodes, permaneció en Egipto como extranjero. De regreso en su tierra, vivió de manera oculta en el pequeño y desconocido pueblo de Nazaret, en Galilea, lejos de Belén, su ciudad de origen, y de Jerusalén, donde estaba el templo”.

“Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como José, su esposo”, hace hincapié el Santo Padre.

El Papa Francisco ofrece en su Carta Apostólica una reflexión sobre San José como padre amado, padre en la ternura, padre en la obediencia, padre en la acogida, padre de la valentía creativa, padre trabajador y padre en la sombra.


Padre amado

Francisco subraya que “la grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús”.

“Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano”. También recuerda que “como descendiente de David, de cuya raíz debía brotar Jesús según la promesa hecha a David por el profeta Natán, y como esposo de María de Nazaret, san José es la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento”.


Padre de la ternura

Según enseña francisco en esta Carta Apostólica, “Jesús vio la ternura de Dios en José”. “José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. Y nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia”.


Padre de la obediencia

El Papa señala que “así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad”.

“José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María”, recuerda el Obispo de Roma, pero “con la obediencia superó su drama y salvó a María”.

Tras huir a Egipto para salvar a la Sagrada Familia de la maldad de Herodes, “José esperó con confianza y paciencia el aviso prometido por el ángel para regresar a su país”.

“Y cuando en un tercer sueño el mensajero divino, después de haberle informado que los que intentaban matar al niño habían muerto, le ordenó que se levantara, que tomase consigo al niño y a su madre y que volviera a la tierra de Israel, él una vez más obedeció sin vacilar”.

De esa manera, “en la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre”.


Padre en la acogida

“José acogió a María sin poner condiciones previas”, afirma el Pontífice. “Confió en las palabras del ángel”.

“José deja de lado sus razonamientos para dar paso a lo que acontece y, por más misterioso que le parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y se reconcilia con su propia historia”.

En ese sentido, “la acogida de José nos invita a acoger a los demás, sin exclusiones, tal como son, con preferencia por los débiles, porque Dios elige lo que es débil”.


Padre de la valentía creativa

La valentía creativa, explica Francisco, “surge especialmente cuando encontramos dificultades. De hecho, cuando nos enfrentamos a un problema podemos detenernos y bajarlos brazos, o podemos ingeniárnoslas de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente las que sacan a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener”.

Por eso, aunque “el Evangelio no da ninguna información sobre el tiempo en que María, José y el Niño permanecieron en Egipto. Sin embargo, lo que es cierto es que habrán tenido necesidad de comer, de encontrar una casa, un trabajo”.

“No hace falta mucha imaginación para llenar el silencio del Evangelio a este respecto. La Sagrada Familia tuvo que afrontar problemas concretos como todas las demás familias, como muchos de nuestros hermanos y hermanas migrantes que incluso hoy arriesgan sus vidas forzados por las adversidades y el hambre”.

“A este respecto, creo que san José sea realmente un santo patrono especial para todos aquellos que tienen que dejar su tierra a causa de la guerra, el odio, la persecución y la miseria”.


Padre trabajador

Hay un aspecto de San José que tradicionalmente se ha destacado, y es “su relación con el trabajo”.

“San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo”.

Esa identificación de San José con el trabajo digno se hace hoy más necesaria que nunca: “En nuestra época actual, en la que el trabajo parece haber vuelto a representar una urgente cuestión social y el desempleo alcanza a veces niveles impresionantes, aun en aquellas naciones en las que durante décadas se ha experimentado un cierto bienestar, es necesario, con una conciencia renovada, comprender el significado del trabajo que da dignidad y del que nuestro santo es un patrono ejemplar”.


Padre en la sombra

El Papa destaca que José es para Jesús “la sombra del Padre celestial en la tierra: lo auxilia, lo protege, no se aparta jamás de su lado para seguir sus pasos”.

“Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace sólo por traer un hijo al mundo, sino por hacerse cargo de él responsablemente. Todas las veces que alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido ejercita la paternidad respecto a él”.

Francisco explica que “en la sociedad de nuestro tiempo, los niños a menudo parecen no tener padre. También la Iglesia de hoy en día necesita padres”.

En ese ámbito, el Papa recuerda otro apelativo que recibe José, el de “castísimo”.

“No es una indicación meramente afectiva, sino la síntesis de una actitud que expresa lo contrario a poseer. La castidad está en ser libres del afán de poseer en todoslos ámbitos de la vida. Sólo cuando un amor es casto es un verdadero amor. El amor que quiere poseer, al final, siempre se vuelve peligroso, aprisiona, sofoca, hace infeliz”.

José “fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre. Nunca se puso en el centro. Supo cómo descentralizarse, para poner a María y a Jesús en el centro de su vida”.

Puede leer el texto completo de la Carta Apostólica AQUÍ.

IMÁGENES DE LA CARTA APOSTÓLICA PATRIS CORDE SOBRE SAN JOSÉ COMO PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL - PAPA FRANCISCO










CELEBRACIONES QUE PRESIDIRÁ EL PAPA FRANCISCO DURANTE ESTA NAVIDAD 2020



 Celebraciones que presidirá el Papa Francisco durante esta Navidad

Redacción ACI Prensa

El Papa Francisco en Navidad. Foto: ACI Prensa



La Santa Sede publicó el calendario de las celebraciones que el Papa Francisco presidirá durante el periodo de Navidad en diciembre de 2020 y enero de 2021.

Debido a las medidas sanitarias provocadas por el COVID-19, la participación en las celebraciones será muy limitada y se realizará según la modalidad utilizada en los últimos meses para respetar las medidas de protección previstas por las autoridades.


Navidad

El jueves 24 de diciembre el Santo Padre presidirá la Solemnidad de la Natividad del Señor a las 7:30 p.m. en el altar de la cátedra de la Basílica de San Pedro, donde celebrará la Santa Misa del Gallo.

El cambio del horario se debe al toque de queda establecido en todo Italia a las 10:00 p.m.

Al mediodía del viernes 25 de diciembre el Papa impartirá desde la Basílica de San Pedro la bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad de Roma y al mundo).

La tradicional felicitación navideña papal junto a la bendición “Urbi et Orbi” no se llevará a cabo desde el balcón central de la fachada de la Basílica vaticana para evitar posibles aglomeraciones en la Plaza de San Pedro.

El jueves 31 de diciembre, Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, el Papa Francisco rezará a las 5:00 p.m. en la Basílica vaticana las primeras vísperas y el Te Deum en acción de gracias por el año transcurrido.


Enero

El viernes 1 de enero de 2021, Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y 54° Jornada Mundial de la Paz, el Pontífice presidirá una Misa a las 10:00 a.m. en la Basílica vaticana.

El miércoles 6 de enero, el Papa celebrará la Misa por la Solemnidad de la Epifanía del Señor a las 10:00 a.m. en la Basílica de San Pedro.

Además de estas celebraciones durante el periodo natalicio, el sábado 12 de diciembre el Santo Padre celebrará a las 11:00 a.m. en la Basílica de San Pedro una Misa con ocasión de la Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de Guadalupe.

lunes, 7 de diciembre de 2020

VATICANO ANUNCIA EL PRIMER VIAJE DEL PAPA FRANCISCO TRAS LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS

 



 Vaticano anuncia el primer viaje del Papa Francisco tras la pandemia de coronavirus

Redacción ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco realizará un viaje apostólico a Irak del 5 al 8 de marzo de 2021.

Según informó este lunes 7 de diciembre el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, el viaje del Pontífice a este país árabe incluirá la capital, Bagdad, la llanura de Ur, vinculada a la memoria de Abraham, y las ciudades de Erbil, Mosul y Qaraqosh, en la llanura de Nínive.

Se trata del primer viaje que el Pontífice realizará desde el inicio de la pandemia de coronavirus, ya que durante el año 2020 el Papa no realizó ningún viaje apostólico internacional como medida de prevención ante posibles contagios del COVID-19.

De este modo, el Papa Francisco acepta la invitación de la República de Irak y de los Obispos católicos locales.

Supone también un signo de cercanía del Pontífice a los habitantes de este país, duramente castigados por la guerra iniciada tras la ocupación de las tropas de Estados Unidos en 2003 para derrocar el régimen de Sadam Hussein y la ofensiva de los terroristas de Estado Islámico en el verano de 2014.

Precisamente, la región de la llanura de Nínive fue la más castigada por los terroristas. La llanura de Nínive acogía antes de la guerra a muchas comunidades cristianas. Se trata de una región con una presencia cristiana histórica que se remonta a los orígenes del cristianismo.

Tras la ocupación del territorio, muchos cristianos huyeron de Mosul, Qaraqosh y otros pueblos y aldeas de los alrededores, y se refugiaron en el Kurdistán iraquí, al norte de la llanura.

La capital del Kurdistán iraquí, Erbil, se convirtió entonces en un signo del exilio y la resistencia cristiana y de otras minorías religiosas, como los yazidíes, y los musulmanes contrarios al Estado Islámico.

El hecho de que el Papa vaya a visitar precisamente las ciudades de Mosul, Qaraqosh y Erbil significa un símbolo de cercanía y apoyo del Sumo Pontífice a los cristianos locales.

El 25 de enero de 2020 el Papa Francisco recibió en el Vaticano al presidente de la República de Irak, Barham Salih, cita en la que señalaron la importancia de preservar a los cristianos en el país al garantizarles seguridad.

Durante esa audiencia privada el Pontífice y el presidente de Irak “destacaron la importancia de preservar la presencia histórica de los cristianos en el país, del que son parte integrante, y su significativa contribución a la reconstrucción del tejido social, evidenciando la necesidad de garantizarles seguridad y un lugar en el futuro de Irak”, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Además, el Santo Padre abordó con el presidente de Irak “los desafíos que actualmente enfrenta el país” y juntos “analizaron los diferentes conflictos y las graves crisis humanitarias que afligen a la región”.

Por último, en la audiencia señalaron también “la importancia de favorecer la estabilidad y el proceso de reconstrucción, alentando la vía del diálogo y la búsqueda de soluciones adecuadas en favor de los ciudadanos y en el respeto de la soberanía nacional”.

En la Navidad de 2018, el Papa Francisco envió a Irak al Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, para que pasara esos días con la comunidad local.

En tal visita, el Cardenal Parolin celebró Misa en Bagdad y visitó Qaraqosh, la principal ciudad de la provincia de Nínive, que estuvo ocupada durante dos años por el Estado Islámico.

El Cardenal Parolin les aseguró que el Papa Francisco “los lleva a su corazón y siempre ora por ustedes”.

“Gracias por su testimonio de fe, probada también por el sufrimiento y el martirio. Este testimonio ha sido y sigue siendo un tesoro para toda la Iglesia. Permanezcan firmes en la fe y el amor”, dijo el Purpurado.

Según datos de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, la invasión de Estado Islámico provocó que el 75% de los cristianos de Irak y Siria huyera de sus países.