sábado, 2 de diciembre de 2017

CONMOVEDORA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A ENFERMOS DE LA CASA MADRE TERESA EN BANGLADESH




La conmovedora visita del Papa a enfermos de la casa Madre Teresa en Bangladesh 
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 02 Dic. 17 / 09:15 am (ACI).- En el último día del Papa Francisco en Bangladesh, los enfermos y necesitados volvieron a ser los protagonistas. Horas antes de su regreso a Roma y de participar en un encuentro con jóvenes, Francisco visitó en Daca la “Casa Madre Teresa”, de las Misioneras de la Caridad.

Esta es la casa donde Santa Teresa de Calcuta se alojaba cada vez que acudía al país. En ella se acoge a enfermos y huérfanos –la mayoría niños–, pero también a personas con discapacidades físicas y mentales.

El Papa acudió al hogar que está situado en el barrio de Tejgaon, uno de los más pobres de la ciudad. Allí le esperaban numerosas personas, la mayoría enfermos y gente muy pobre. También las misioneras que trabajan en ella.

Al llegar, dos niñas pequeñas  tomaron de la mano al Papa para acompañarle al interior de la casa, donde se pudo ver también alguna imagen de la Madre Teresa, a quien el propio Francisco canonizó el 4 de septiembre de 2016.

Francisco no pronunció ningún discurso. Bastaron sus palabras de ánimo, su sonrisa y su cercanía. “Siento una gran ternura cuando me encuentro con religiosas ancianas o sacerdotes que han vivido su vida sirviendo plenamente a los demás con alegría y paz”, y cuyos ojos son “indescriptibles”, las confesó.

El Papa se detuvo con cada enfermo. Muchos de ellos postrados en sus camas y otros en silla de ruedas, quienes agradecieron su visita.

DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO A LOS JÓVENES EN BANGLADESH


TEXTO: Discurso del Papa Francisco a los jóvenes en Bangladesh
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 02 Dic. 17 / 06:12 am (ACI).- Antes de dirigirse al aeropuerto de Daca, capital de Bangladesh, para regresar a Roma, el Papa Francisco mantuvo un encuentro con los jóvenes para invitarlos a no dejarse llevar por el desánimo y construir la unidad.

“Es triste cuando comenzamos a cerrarnos en nuestro pequeño mundo y nos replegamos sobre nosotros mismos. Entonces hacemos nuestro el principio de ‘o como digo yo, o adiós’ y quedamos atrapados, encerrados en nosotros mismos”.

A continuación, el discurso completo del Papa:

Queridos jóvenes, queridos amigos, ¡buenas tardes!


Aquí estamos, ¡finalmente juntos! Os doy las gracias por vuestra cálida acogida. Agradezco a Mons. Gervas (Rozario) sus gentiles palabras, así como los testimonios de Upasana y Anthony. Los jóvenes tenéis algo único: estáis siempre llenos de entusiasmo, y me siento rejuvenecer cada vez que os encuentro. Upasana, has hablado de esto en tu testimonio, has dicho que eres «muy entusiasta» y yo puedo verlo y sentirlo. Este entusiasmo juvenil está relacionado con el espíritu aventurero. Uno de vuestros poetas nacionales, Kazi Nazrul Islam, lo ha expresado definiendo la juventud del país como «valiente», «acostumbrada a arrebatar la luz del vientre de la oscuridad». Los jóvenes están siempre listos para ir hacia adelante, hacer que todo suceda y arriesgar. Os animo a continuar con ese entusiasmo en las circunstancias buenas y malas. Ir hacia adelante, especialmente en aquellos momentos en los que os sentís oprimidos por los problemas y la tristeza y, mirando alrededor, parece que Dios no aparece en el horizonte.

Pero, avanzando, aseguraos de elegir el sendero justo. ¿Qué significa esto? Esto significa saber «viajar» en la vida, y no «vagar» sin rumbo. Nuestra vida tiene una dirección; tiene un fin que nos ha dado Dios. Él nos guía, orientándonos con su gracia. Es como si hubiese colocado dentro de nosotros un software, que nos ayuda a discernir su programa divino y a responderle con libertad. Pero, como todo software, necesita también ser actualizado constantemente. Tened actualizado vuestro programa, escuchando al Señor y aceptando el desafío de hacer su voluntad.

Anthony, te has referido a este desafío en tu testimonio cuando has dicho que sois hombres y mujeres que estáis «creciendo en un mundo frágil que exige sabiduría». Has usado la palabra «sabiduría» y, haciéndolo, nos has proporcionado la clave. Cuando se pasa de «viajar» a «vagar sin rumbo», toda la sabiduría se pierde. Lo único que nos orienta y nos hace ir hacia adelante en el sendero justo es la sabiduría, la sabiduría que nace de la fe. No es la falsa sabiduría de este mundo. Es la sabiduría que se vislumbra en los ojos de los padres y de los abuelos que han puesto su confianza en Dios. Como cristianos, podemos ver en sus ojos la luz de la presencia de Dios, la luz que han descubierto en Jesús, que es la misma sabiduría de Dios (cf. 1 Co 1,24). Para recibir esta sabiduría debemos mirar el mundo, nuestra situación, nuestros problemas, todo, con los ojos de Dios. Nosotros recibimos esta sabiduría cuando comenzamos a ver las cosas con los ojos de Dios, a escuchar a los demás con los oídos de Dios, a amar con el corazón de Dios y a valorar las cosas con los valores de Dios.

Esta sabiduría nos ayuda a reconocer y a rechazar las falsas promesas de felicidad. Una cultura que hace falsas promesas no puede liberar, sólo conduce a un egoísmo que nos llena el corazón de oscuridad y amargura. La sabiduría de Dios, en cambio, nos ayuda a saber cómo acoger y aceptar a aquellos que actúan y piensan de manera diferente a la nuestra. Es triste cuando comenzamos a cerrarnos en nuestro pequeño mundo y nos replegamos sobre nosotros mismos. Entonces hacemos nuestro el principio de «o como digo yo o adiós» y quedamos atrapados, encerrados en nosotros mismos. Cuando un pueblo, una religión o una sociedad se convierten en un «pequeño mundo», pierden lo mejor que tienen y caen en una mentalidad presuntuosa, la del «yo soy bueno, tú eres malo». Upasana, tú has evidenciado las consecuencias de este modo de pensar, cuando has dicho: «Perdemos la dirección y nos perdemos a nosotros mismos» y «la vida se nos vuelve absurda». La sabiduría de Dios nos abre a los demás. Nos ayuda a mirar más allá de nuestras comodidades personales y de las falsas seguridades que nos convierten en ciegos frente a los grandes ideales que hacen la vida más bella y digna de ser vivida.

Me alegra que junto a nosotros los católicos, estén muchos jóvenes amigos musulmanes y de otras religiones. Al encontraros juntos hoy aquí mostráis vuestra determinación de promover un clima de armonía, donde se tiende la mano a los otros, a pesar de vuestras diferencias religiosas. Esto me recuerda una experiencia que tuve en Buenos Aires, en una parroquia nueva situada en una zona sumamente pobre. Un grupo de estudiantes estaba construyendo algunos locales para la parroquia y el sacerdote me había invitado a ir a encontrarme con ellos. Entonces fui y cuando llegué a la parroquia el sacerdote me los presentó uno a uno, diciendo: «Este es el arquitecto –es judío–, este es comunista, este es católico practicante» (Saludo a los jóvenes del Centro cultural P. F. Varela, La Habana, 20 septiembre 2015). Esos estudiantes eran todos distintos, pero todos estaban trabajando por el bien común. Estaban abiertos a la amistad social y determinados a decir «no» a todo lo que hubiera podido desviarlos del propósito de estar juntos y de ayudarse los unos a los otros.


La sabiduría de Dios nos ayuda también a mirar más allá de nosotros mismos para contemplar la bondad de nuestro patrimonio cultural. Vuestra cultura os enseña a respetar a los ancianos. Como he dicho antes, los ancianos nos ayudan a apreciar la continuidad de las generaciones. Llevan consigo la memoria y la sabiduría experiencial, que nos ayuda a evitar repetir los errores del pasado. Los ancianos tienen «el carisma de colmar las distancias», en cuanto aseguran que los valores más importantes se transmitan a los hijos y a los nietos. A través de sus palabras, su amor, su afecto, su presencia, comprendemos que la historia no ha iniciado con nosotros, sino que somos parte de un antiguo «viajar» y que la realidad es más grande que nosotros mismos. Hablad con vuestros padres y abuelos, ¡no os paséis todo el día con el teléfono, ignorando el mundo que os rodea!

Upasana y Anthony, habéis terminado vuestros testimonios con palabras de esperanza. La sabiduría de Dios refuerza en nosotros la esperanza y nos ayuda a afrontar el futuro con valentía. Nosotros, cristianos, hallamos esta esperanza en el encuentro personal con Jesús en la oración y en los sacramentos, y en el encuentro concreto con él en los pobres, los enfermos, los que sufren y los abandonados. En Jesús descubrimos la solidaridad de Dios, que camina constantemente a nuestro lado.

Queridos jóvenes, queridos amigos, mirando vuestros rostros me lleno de alegría y de esperanza; alegría y esperanza por vosotros, por vuestro país, por la Iglesia y por vuestras comunidades. Que la sabiduría de Dios siga inspirando vuestro esfuerzo por crecer en el amor, en la fraternidad y en la bondad. Al dejar hoy vuestro país, os aseguro mi oración para que todos podáis continuar creciendo en el amor a Dios y al prójimo. Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Dios bendiga a Bangladesh! [Isshór Bangladeshké ashirbád korún!].

INISUAL PAPAMÓVIL QUE USÓ PAPA FRANCISCO EN SU VISITA A BANGLADESH

Este es el inusual “papamóvil” que usó Francisco en su visita a Bangladesh




DACA, 01 Dic. 17 / 06:04 pm (ACI).- Este viernes, previo al encuentro interreligioso en la ciudad de Daca, el Papa Francisco se animó a subirse a un “rickshaw”, un carrito colorido bastante popular en Bangladesh y que fue difundido por la prensa como el “papamóvil” del Pontífice.


© L'Osservatore Romano/ACI Prensa. Todos los derechos reservados.

Este medio de transporte antiguamente era jalado por personas, sin embargo, en la actualidad han sido acondicionados con pedales. El Papa recorrió varios metros sentado en un rickshaw.


En los últimos años estos vehículos han comenzado a desaparecer, pues están siendo reemplazados por nuevos transportes impulsados a batería.

© L'Osservatore Romano/ACI Prensa. Todos los derechos reservados.

Un portavoz de la Conferencia de Obispos de Bangladesh, Kamal Corraya, recordó que San Juan Pablo II también visitó Bangladesh y que utilizó un rickshaw que fue jalado por un sacerdote católico.

PAPA FRANCISCO SE ENCUENTRA CON 18 REFUGIADOS ROHINGYA Y PIDE PERDÓN POR INDIFERENCIAS DEL MUNDO


El Papa se encuentra con 18 refugiados rohingya y pide perdón por indiferencia del mundo
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 01 Dic. 17 / 08:00 am (ACI).- El Papa Francisco habló con un grupo de 18 refugiados rohingya y les pidió perdón por la indiferencia del mundo ante el drama de su situación.

El Santo Padre saludó y estrechó la mano a cada uno de estos refugiados musulmanes procedentes del Estado de Rakhine, Myanmar (también conocida como Birmania), que viven en el campo de refugiados de Cox’s Bazar. Por primera vez en su viaje apostólico a Myanmar y Bangaldesh, el Papa empleó el término "rohingya" para referirse a ellos.

El saludo se produjo durante el Encuentro Interreligioso y Ecuménico por la Paz celebrado en el jardín del Arzobispado de Daca, en el que participaron representantes de la comunidad musulmana, hindú, budista, anglicana y católica.

El Santo Padre había mostrado en numerosas ocasiones su solidaridad con los musulmanes del Estado de Rakhine, los llamados rohingya, expulsados de sus hogares y perseguidos por las autoridades militares birmanas desde el pasado mes de agosto. Las Naciones Unidas calculan que cerca de 582 mil de estas personas se han refugiado en Bangladesh para huir de la limpieza étnica que sufren en Myanmar, su país de origen.

Deseo de paz entre religiones

Antes del saludo a los musulmanes del Estado de Rakhine, el Obispo de Roma habló ante los líderes de las diferentes religiones presentes en Bangladesh. La reunión interreligiosa y ecuménica estuvo amenizada por varios bailes tradicionales y cánticos.


En el discurso ante los líderes religiosos, el Papa Francisco destacó que “nos hemos reunido para profundizar nuestra amistad y para expresar el deseo unánime del don de una paz genuina y duradera”.

Francisco, que llegó al lugar del encuentro en un transporte tradicional bangladesí, destacó “el deseo de armonía, fraternidad y paz encarnado en las enseñanzas de las religiones del mundo”, y que se reflejan en este encuentro.

Además, mostró su deseo de que “nuestro encuentro de esta tarde pueda ser un signo claro del esfuerzo de los líderes y de los seguidores de las religiones presentes en este país para poder vivir juntos con respeto recíproco y buena voluntad”.

“Que este compromiso, aquí en Bangladesh, donde el derecho a la libertad religiosa es un principio fundamental, sea una llamada de atención respetuosa pero firme hacia quien busque fomentar la división, el odio y la violencia en nombre de la religión”, destacó.

Llamó, asimismo, a cooperar “en la formación de una cultura del encuentro, del diálogo y de la colaboración al servicio de la familia humana. Esto requiere más que una simple tolerancia. Nos estimula a tender la mano al otro en actitud de comprensión y confianza recíproca”.

De esa manera, instó a “construir una unidad que considere la diversidad no como amenaza, sino como fuente enriquecimiento y crecimiento”.

En su discurso el Papa explicó qué significa la “apertura del corazón”, necesaria para promover la cultura del encuentro.

Subrayó que esa apertura del corazón es una puerta que “nos permite entablar un diálogo de vida, no un simple intercambio de ideas”.

“Requiere buena voluntad y capacidad de acogida, pero no debe ser confundida con la indiferencia o la reticencia al expresar nuestras convicciones más profundas. Implicarse fructuosamente con el otro significa compartir nuestra identidad religiosa y cultural, pero siempre con humildad, honestidad y respeto”, señaló.


Es también similar a una escalera “que se eleva hacia el Absoluto. Recordando esta dimensión trascendente de nuestra actividad, nos damos cuenta de la necesidad de purificar nuestros corazones, para poder ver las cosas en su justa perspectiva”.

“A cada paso nuestra visión se hará más clara y recibiremos la fuerza para perseverar en el compromiso de comprender y valorizar a los demás, con sus puntos de vista. De este modo, encontraremos la sabiduría y la fuerza necesarias para tender a todos una mano amiga”.

Por último, el Pontífice identificó también esa apertura del corazón con un camino “que conduce a la búsqueda de la bondad, la justicia y la solidaridad. Nos impulsa a buscar el bien de nuestros vecinos”.

“Las diversas comunidades religiosas de Bangladesh han abrazado este camino mediante el compromiso por el cuidado de la tierra, nuestra casa común, y la respuesta a los desastres naturales que han asolado la nación en los últimos años”.

El Papa Francisco concluyó su discurso reclamando que ese corazón lata con fuerza en este mundo “para combatir el virus de la corrupción política, las ideologías religiosas destructivas, la tentación de cerrar los ojos a las necesidades de los pobres, de los refugiados, de las minorías perseguidas y de los más vulnerables”.

PAPA FRANCISCO INSTA A LOS OBISPOS DE BANGLADESH A VALORAR LOS CARISMAS DE LOS LAICOS


El Papa insta a los obispos de Bangladesh a valorar los carismas de los laicos
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 01 Dic. 17 / 07:06 am (ACI).- En el encuentro que mantuvo con los Obispos de Bangladesh, el Papa Francisco exhortó a prestar atención a las necesidades de los jóvenes, de cara al Sínodo que reflexionará sobre ellos en el Vaticano en 2019, y valorar los carismas de los laicos.

El Papa pidió a los prelados asegurar “que los candidatos estén bien formados para comunicar a los demás, y en particular a sus propios contemporáneos, la riqueza de la fe”. “En un espíritu de comunión que une a las generaciones, ayudadlos a llevar adelante con alegría y entusiasmo el trabajo que otros han comenzado, sabiendo que algún día a ellos mismos les tocará, a su vez, transmitirlo”.

Por otro lado, pidió mantener “una cercanía pastoral cada vez mayor hacia los fieles laicos” puesto que “es necesario promover su participación efectiva en la vida de vuestras Iglesias particulares, a través de las estructuras canónicas que permiten escuchar sus voces y apreciar sus experiencias”.

“Reconoced y valorad los carismas de los laicos y laicas, y animadlos a poner sus dones al servicio de la Iglesia y de la sociedad en su conjunto”, afirmó.


En su segundo día en Bangladesh, el Papa Francisco se reunió con la Primera Ministra del país, Shekh Hasina, en la Nunciatura que se encuentra situada en la ciudad de Daca. Después, se trasladó hasta el Arzobispado para visitar la catedral.

Una vez en ella, el Pontífice fue acogido por el Cardenal Patrick D’Rozario, Arzobispo de Daca. Allí bendijo las placas conmemorativas de las visitas papales de Pablo VI en 1970, Juan Pablo II en 1986 y la suya propia. También las placas de dos nuevos edificios para los ancianos y los sacerdotes.

A continuación, saludó a 20 miembros del Comité Organizador de la visita y entró en la catedral acogidospor el párroco, un sacerdote y una religiosa. En la catedral estuvieron presentes unas 700 personas, entre ellas algunos benefactores a los que el Pontífice saludó y bendijo.

Francisco también oró durante unos segundos en silencio delante de la Capilla del Santísimo, y ya fuera de la iglesia, rezó en la tumba de los tres obispos precedentes.

Por último, caminó hasta la casa de los sacerdotes ancianos, en el complejo del Arzobispado, donde se celebró este encuentro con los Obispos de Bangladesh.

Al hablar de la acción social de la Iglesia en aquel país, dio las gracias a los que “trabajan silenciosamente para apoyar a las familias cristianas en su misión de dar cada día testimonio del amor reconciliador del Señor y de dar a conocer su poder redentor”.

La “actual crisis de los refugiados” también ocupó parte de su intervención. En Santo Padre manifestó que “aún queda mucho por hacer” y señaló que “la inspiración para sus obras de asistencia a los necesitados debe ser siempre esa caridad pastoral que sabe reconocer en seguida las heridas humanas y que responde con generosidad a cada uno personalmente”.

Para el Papa también es de suma importancia el respeto entre las diversas religiones del país, por lo que les instó a trabajar “tenazmente en construir puentes y en fomentar el diálogo, ya que estos esfuerzos no sólo facilitan la comunicación entre los diferentes grupos religiosos, sino que también despiertan las energías espirituales necesarias para la construcción de una nación unida, justa y en paz”.

“Cuando los líderes religiosos se pronuncian con una sola voz contra la violencia, que pretende hacerse pasar por religión, y tratan de reemplazar la cultura del conflicto con la cultura del encuentro, acuden a las raíces espirituales más profundas de sus diversas tradiciones”, concluyó.

jueves, 30 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO ALUDE AL DRAMA DE LOS ROHINGYA EN BANGLADESH Y PIDE PARA ELLOS AYUDA INTERNACIONAL


El Papa alude al drama de los rohingya en Bangladesh y pide para ellos ayuda internacional
 Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 30 Nov. 17 / 08:48 am (ACI).- En su primer día en Bangladesh, el Papa Francisco aludió al drama de los llamados rohinyá, de los que se calcula que han huido 600 mil de Myanmar hacia precisamente este otro país de Asia, y pidió a la comunidad internacional frenar la crisis humanitaria.

En el discurso a las autoridades, el cuerpo diplomático y la sociedad civil del país, el Papa recordó que “en los últimos meses, el espíritu de generosidad y solidaridad, que es un signo distintivo de la sociedad de Bangladesh, se ha manifestado con más fuerza en el impulso humanitario con el que han atendido a los refugiados llegados en masa del estado de Rakhine, dándoles refugio temporal y lo necesario para la vida”.

“Esto se ha realizado con no poco sacrificio. Y todo el mundo lo ha podido contemplar. Ninguno de nosotros puede ignorar la gravedad de la situación, el inmenso costo en términos de sufrimiento humano y de la precaria condición de vida de tantos de nuestros hermanos y hermanas, la mayoría de los cuales son mujeres y niños, hacinados en los campos de refugiados”.


Por tanto, “es necesario que la comunidad internacional tome medidas decisivas para hacer frente a esta grave crisis, no sólo trabajando para resolver los problemas políticos que han provocado el desplazamiento masivo de personas, sino también ofreciendo asistencia material inmediata a Bangladesh en su esfuerzo por responder eficazmente a las urgentes necesidades humanas”.

Por otro lado, pidió continuar en el crecimiento del “diálogo interreligioso” porque a su juicio “permite a los creyentes expresar libremente sus convicciones más profundas sobre el significado y la finalidad de la vida”. “De esta manera, ellos pueden contribuir a promover los valores espirituales que son la base segura para una sociedad justa y pacífica”, añadió.

Francisco recordó que tanto Pablo VI como San Juan Pablo II ya visitaron el país y aseguró que a pesar de ser “un estado joven” siempre “ha ocupado un lugar especial en el corazón de los Papas, quienes desde el principio han mostrado su solidaridad con este pueblo, acompañándolo en la superación de las adversidades iniciales, y lo han apoyado en la exigente tarea de construir una nación y su desarrollo”.

“Bangladesh es una nación que se esfuerza por conseguir una unidad de lengua y de cultura, respetando las diferentes tradiciones y comunidades que fluyen como arroyos de agua que enriquecen continuamente el gran cauce de la vida política y social del país”.

Sobre los “pocos” católicos del país, afirmó que “intentan desempeñar un papel constructivo en el desarrollo de la nación, especialmente a través de sus escuelas, clínicas y dispensarios”.

“La Iglesia aprecia la libertad que goza toda la nación de practicar su propia fe y realizar sus obras de caridad, entre ellas la de proporcionar a los jóvenes, que representan el futuro de la sociedad, una educación de calidad y una formación en sólidos valores éticos y humanos”.

PAPA FRANCISCO LLEGA A BANGLADESH PARA CONTINUAR CON SU VIAJE APOSTÓLICO EN ASIA


El Papa llega a Bangladesh para continuar con su viaje apostólico en Asia
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 30 Nov. 17 / 05:45 am (ACI).- El Papa Francisco ha aterrizado ya en el Aeropuerto Internacional de Daca, capital de Bangladesh, para continuar su viaje apostólico que desde 27 de noviembre y hasta el 2 de diciembre está realizando a este país y a su vecino Myanmar.

Entre fuertes medidas de seguridad, el Santo Padre descendió del avión y saludó al Presidente de la República, Abdul Hamid, quien le esperaba en la pista de aterrizaje. Tras la recepción oficial, en la que también participaron numerosas autoridades civiles, 10 Obispos católicos de Bangladesh y un grupo de fieles, el Pontífice asistió a una danza tradicional de bienvenida ofrecida por 40 niños.


Tras los honores militares de jefe de estado, y la presentación de la delegación vaticana y la delegación bangladesí, Francisco se ha trasladado en auto hasta el Memorial Nacional de los Mártires, en Savar, donde se rinde homenaje a los muertos de la Guerra de Liberación del país.

Ante el Memorial, escoltado por la Guardia de Honor, el Papa ofreció una corona de flores y, posteriormente, firmó en el Libro de Honor y plantó un árbol en el Jardín de la Paz. “Recordando a todos los que dieron su vida por el nacimiento de la nación, que la gente de Bangladesh pueda trabajar incansablemente por la justicia y el bien común”, fueron sus palabras.

Luego se trasladó al Museo del Memorial Bangabandhu para rendir homenaje a Sheikh Mujibur Rahman, Padre de la Nación y rezar brevemente. También allí firmó en el Libro de Honor: “Que el Todo poderoso conceda el descanso eterno a Sheikh Mujibur Rahman, y a todos los que murieron junto a él, y otorgue a Bangladesh unidad un una paz duradera”. Finalizado el homenaje, el Papa Francisco acudió al Palacio Presidencial para la Visita de Cortesía al Presidente.

Bangladesh es la segunda etapa de este viaje apostólico por Asia, después de su estancia en Myanmar. Se trata de un país pequeño con una gran densidad de población: acoge a unos 156 millones de habitantes en un territorio de solo 143 mil 998 kilómetros cuadrados. El 89% de la población de Bangladesh es musulmana, aunque cuenta con pequeñas comunidades cristianas y budistas.