domingo, 25 de junio de 2017

PAPA FRANCISCO: NO NOS ES LÍCITO PRIVAR AL MUNDO DE LA BUENA NOTICIA DE LA RESURRECCIÓN


Papa Francisco: No nos es lícito privar al mundo de la Buena Noticia de la Resurrección
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 24 Jun. 17 / 05:07 am (ACI).- El Papa Francisco animó a los cristianos a “salir” a anunciar la Buena Noticia de la Resurrección de Jesucristo, porque hay muchas personas esperándola y “no nos es lícito privarles de ella”.

El Santo Padre realizó esta afirmación durante la audiencia concedida, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano, a los participantes en el XXXII Capítulo General de la Congregación de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, instituto religioso de derecho pontificio fundado en 1836 por el religioso polaco Bogdan Janski.

El Papa reflexionó sobre la vocación cristiana de anunciar la Resurrección de Jesucristo a partir de los tres lemas empleados durante este Capítulo General:

1-Testimonios de la presencia del Señor Resucitado

Francisco explicó que María Magdalena es el ejemplo que se debe mirar a la hora de anunciar la Resurrección: “La apóstol de los apóstoles que en la mañana de Pascua, tras haber visto a Jesús Resucitado, lo anuncia a los demás discípulos”.

A partir de aquí, realizó dos reflexiones: “La nostalgia de un pasado que pudo haber sido fructuosos en vocaciones y grandioso en obras no os impide ver la vida que el Señor hace germinar en el momento presente”.

“No sois hombres nostálgicos, sino hombres que, movidos por la fe en el Dios de la historia y de la vida, anunciáis la venida del alba incluso en plena noche. Hombres contemplativos que, con la mirada del corazón fija en el Señor, saben ver aquello que no ven los demás, hombres que saben proclamar con audacia que viene del Espíritu, que Cristo está vivo y que es el Señor”.

Una segunda reflexión del Papa hizo referencia a que tanto “María Magdalena como las demás mujeres que van al sepulcro, son mujeres ‘en salida’, que han abandonado su ‘nido’ y se han puesto en camino, que saben arriesgarse”.

“El Espíritu os llama también a vosotros, Hermanos de la Resurrección, a ser hombres en camino, un Instituto ‘en salida’ hacia las periferias humanas, allí donde sea necesario llevar la luz del Evangelio”.

2-De la comunidad al mundo

“Como hicieron los discípulos de Emaús, dejaos llevar por el Resucitado”, animó el Obispo de Roma. “Ese encuentro os hará avanzar de nuevo llenos de alegría y sin retrasos”.

El Santo Padre aseguró que “aquellos que crean en el Resucitado, tienen la valentía de ‘salir’ a llevar la Buena Noticia de la Resurrección, asumiendo los riesgos de ofrecer testimonio, al igual que hicieron los Apóstoles”.

En este sentido, el Papa exclamó: “¡Cuántas personas hay esperando esta buena noticia! No nos es lícito privarles de ella. Si la Resurrección de Cristo es nuestra certeza más grande y el tesoro más precioso, ¿cómo no vamos a correr a anunciarla a los demás?”.

3-Profetas de alegría y de esperanza pascual

“La alegría interior y la luz del misterio pascual”, esas son las dos formas de consuelo que, según Francisco, el Resucitado ha derramado sobre sus discípulos.

Subrayó que “la alegría de reconocer la presencia del Resucitado, os introduce en su Persona y en su voluntad, lo cual nos conduce a la misión”. Por otra parte, “la luz del misterio pascual nos hace recuperar la esperanza, una ‘esperanza fiable’”.

El Papa Francisco finalizó su discurso animando a meditar estas palabras del Evangelio de Lucas: “¿Por qué buscáis entre los muertos a aquel que está vivo?”.

“Resuenen continuamente en vuestros corazones estas palabras. Os ayudarán a superar los momentos de tristeza y os abrirán a horizontes de alegría y de esperanza. Os permitirán remover las piedras de los sepulcros y os darán la fuerza necesaria para anunciar la Buena Noticia en medio de esta cultura marcada tantas veces por la muerte”, concluyó.

PAPA FRANCISCO OFRECE PALABRAS DE CONSUELO A VÍCTIMAS DE DESASTRE NATURAL EN CHINA


El Papa Francisco ofrece palabras de consuelo a víctimas de desastre natural en China
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 25 Jun. 17 / 05:56 am (ACI).- Tras el rezo del Ángelus este domingo en el Vaticano, el Papa Francisco lamentó la muerte de decenas de personas sepultadas en la aldea china de Xinmo, el pasado sábado 24 de junio, después de que las fuertes lluvias registradas en la región provocaran un deslizamiento de tierra.

“Expreso mi cercanía a la población del pueblo chino de Xinmo, golpeado ayer por la mañana por un corrimiento de tierra causado por las fuertes lluvias. Rezo por los difuntos y por los heridos, y por todos aquellos que han perdido sus casas. Dios conforte a las familias y ayude a los equipos de socorro”, indicó el Santo Padre.

El desastre natural tuvo lugar a primera hora de la mañana cuando parte de la montaña, en cuya base se asentaba la aldea, se desprendió y provocó un alud de rocas y barro sobre la población.

Hasta la zona se han desplazado equipos de rescate especializados, pero sus trabajos se ven dificultados por las fuertes lluvias que aún persisten, el difícil acceso al lugar, y por la absoluta destrucción de las infraestructuras como consecuencia del desprendimiento. En este momento, continúa desaparecidas más de 100 personas bajo los escombros.

lunes, 19 de junio de 2017

PAPA FRANCISCO SE ENCONTRARÁ CON REFUGIADOS ACOGIDOS EN PARROQUIAS DE ROMA


Papa Francisco se encontrará con refugiados acogidos en parroquias de Roma
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano


VATICANO, 19 Jun. 17 / 04:49 am (ACI).- En la tarde de este lunes, el Papa Francisco se encontrará con algunos refugiados acogidos en parroquias de Roma gracias a la experiencia que él mismo promovió el domingo 6 de septiembre de 2015 en el rezo del Ángelus.

Aquél día, pidió que todas las parroquias, comunidades religiosas, monasterios y santuarios de Europa, acojan a las familias de refugiados que llegan al continente al huir de la persecución religiosa y las guerras de sus países, entre ellos Siria e Irak. 

El Pontífice se reunirá con ellos antes de inaugurar el Congreso eclesial de la diócesis de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán.

En total, son 38 las comunidades parroquiales y los institutos religiosos que en estos dos años han hospedado a 121 personas y cuya realidad le será presentada al Papa en el marco de la Jornada Mundial del Refugiado que se celebra el martes 20 de junio.

Los refugiados a los que saludará el Santo Padre han pedido asilo y protección internacional y cuentan con la ayuda de la Caritas de la diócesis.

Después de rezar el Ángelus el domingo 18 de junio, el Pontífice aludió a esta Jornada de los Refugiados y manifestó que “encuentro personal con los refugiados disipa los miedos y las ideologías que distorsionan, y se convierte en factor de crecimiento en humanidad capaz de abrir espacio a los sentimientos de apertura y de construcción de puentes”.

EUCARISTÍA ES SACRAMENTO DE LA MEMORIA DEL AMOR DE DIOS, PAPA FRANCISCO EN CORPUS CHRISTI


Eucaristía es “sacramento de la memoria” del amor de Dios, dice el Papa en Corpus Christi
Crédito: Daniel Ibañez (ACI Prensa)




VATICANO, 18 Jun. 17 / 01:15 pm (ACI).- En la homilía de la Misa en el exterior de la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma, por la Solemnidad del Corpus Christi, el Papa Francisco aseguró que la Eucaristía es el “sacramento de la memoria que nos recuerda, de manera real y tangible, la historia del amor de Dios por nosotros”.

“En la solemnidad del Corpus Christi aparece una y otra vez el tema de la memoria: ‘Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer’. Nuestra historia personal de salvación se funda en el recuerdo de lo que el Señor ha hecho por nosotros”, dijo el Santo Padre.

En ese sentido, recalcó que “recordar es esencial para la fe, como el agua para una planta: así como una planta no puede permanecer con vida y dar fruto sin ella, tampoco la fe si no se sacia de la memoria de lo que el Señor ha hecho por nosotros”.

“La memoria es importante, porque nos permite permanecer en el amor, recordar, es decir, llevar en el corazón, no olvidar que nos ama y que estamos llamados a amar”, agregó el Pontífice.

No obstante, afirmó que esta facultad que Dios ha dado se encuentra hoy “debilitada” debido al “frenesí en el que estamos inmersos”.

“Eliminando los recuerdos y viviendo al instante, se corre el peligro de permanecer en lo superficial, en la moda del momento, sin ir al fondo, sin esa dimensión que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos. Entonces la vida exterior se fragmenta y la interior se vuelve inerte”, advirtió.

Luego, el Santo Padre enfatizó que ante la debilidad humana “el Señor sale al encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía”.

“En el Pan de vida, el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí. Porque la Eucaristía es el memorial del amor de Dios”, añadió.

Más adelante, dijo este sacramento “es nuestra fuerza, el apoyo para nuestro caminar. Por eso, nos hace tanto bien el memorial eucarístico: no es una memoria abstracta, fría o conceptual, sino la memoria viva y consoladora del amor de Dios”.

El Santo Padre indicó que la Eucaristía “sana las heridas del pasado y nos mitiga el recuerdo de las injusticias sufridas e infligidas; una memoria paciente, porque en medio de la adversidad sabemos que el Espíritu de Jesús permanece en nosotros”.

“La Eucaristía nos anima: incluso en el camino más accidentado no estamos solos, el Señor no se olvida de nosotros y cada vez que vamos a él nos conforta con amor”.

Finalmente, el Papa pidió que “viviendo la Eucaristía, adoremos y agradezcamos al Señor por este don supremo: memoria viva de su amor, que hace de nosotros un solo cuerpo y nos conduce a la unidad”.

PAPA FRANCISCO AFIRMA QUE LA EUCARISTÍA NOS HACE PARTE DEL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO


Papa Francisco afirma que la Eucaristía nos hace parte del Cuerpo místico de Cristo
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 18 Jun. 17 / 05:16 am (ACI).- El Papa Francisco destacó, durante el rezo del Ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro del Vaticano, que la Eucaristía acerca más a Cristo a quien la recibe y le convierte en parte de su Cuerpo místico.

“Nutridos por el Cuerpo de Cristo, nos convertimos, cada vez más íntimamente y específicamente, en el Cuerpo místico de Cristo”, señaló. El Santo Padre centró su enseñanza en la solemnidad del Corpus Christi, un día para “celebrar el Misterio de la Eucaristía”.


En este sentido indicó que “cada domingo, la comunidad eclesial se junta en torno a la Eucaristía, sacramento instituido por Jesús en la Última Cena. Sin embargo, cada año tenemos la alegría de celebrar la fiesta dedicada a este Misterio central de la fe para expresar en plenitud nuestra adoración a Cristo, que se entrega como comida y bebida de salvación”.

“Nutrirnos de Jesús Eucaristía –continuó– significa también abandonarnos con confianza a Él, y dejarnos guiar por Él. Se trata de aceptar a Jesús en el lugar del ‘yo’. De esta forma, el amor gratuito recibido por Cristo en la Comunión eucarística, con la obra del Espíritu Santo, alimenta nuestro amor por Dios y por los hermanos y hermanas que encontramos en el camino de cada día”.

El Pontífice explicó las palabras del Evangelio de San Juan, “Yo soy el pan vivo que baja del cielo. El pan que yo os daré es mi carne por la vida del mundo”, hacen referencia a la naturaleza misma de la Eucaristía.

Francisco señaló que “esto quiere decir que el Padre lo ha mandado al mundo como comida de vida eterna, y que por eso Él se sacrificará, sacrificará su carne”.

“De hecho, Jesús, en la cruz, entregó su cuerpo y derramó su sangre. El Hijo del hombre crucificado es el verdadero Cordero pascual que nos hace escapar de la esclavitud del pecado y que nos sostiene en el camino hacia la tierra prometida. La Eucaristía es el sacramento de su carne entregada para hacer vivir el mundo”, destacó.

El Papa añadió que “en la Eucaristía, Jesús, como hizo con los discípulos de Emaús, se acerca a nosotros, peregrinos en la historia, para alimentar en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, para confortarnos en las pruebas, para sostenernos en el empeño por la justicia y por la paz”.

“Esta presencia solidaria del Hijo de Dios está presente en todas partes: en la ciudad, en el campo, en el Norte, en el Sur del mundo, en los países de tradición cristiana y en aquellos de primera evangelización”.

Y concluyó: “En la Eucaristía, Él se ofrece a sí mismo como fuerza espiritual para ayudarnos a poner en práctica su mandamiento: amarnos como Él nos ha amado. Construiremos así una comunidad acogedora y abierta a las necesidades de todos, especialmente de las personas más frágiles, pobres y necesitadas”.

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA DE CORPUS CHRISTI 2017



Homilía del Papa Francisco en la Misa del Corpus Christi 2017


VATICANO, 18 Jun. 17 / 01:00 pm (ACI).- El Papa Francisco presidió esta tarde en el exterior de la Basílica de San Juan de Letrán la Misa por la Solemnidad del Corpus Christi, en la que dijo que la Eucaristía es el sacramento de la memoria que nos recuerda la historia del amor de Dios por nosotros.

“En el Pan de vida, el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí. Porque la Eucaristía es el memorial del amor de Dios”.


A continuación el texto completo de la homilía del Papa Francisco en la Misa del Corpus Christi 2017:


En la solemnidad del Corpus Christi aparece una y otra vez el tema de la memoria: «Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer […]. No olvides al Señor, […] que te alimentó en el desierto con un maná» (Dt 8,2.14.16) —dijo Moisés al pueblo—. «Haced esto en memoria mía» (1 Co 11,24) —dirá Jesús a nosotros—. El «pan vivo que ha bajado del cielo» (Jn 6,51) es el sacramento de la memoria que nos recuerda, de manera real y tangible, la historia del amor de Dios por nosotros.

Recuerda, nos dice hoy la Palabra divina a cada uno de nosotros. El recuerdo de las obras del Señor ha hecho que el pueblo en el desierto caminase con más determinación; nuestra historia personal de salvación se funda en el recuerdo de lo que el Señor ha hecho por nosotros. Recordar es esencial para la fe, como el agua para una planta: así como una planta no puede permanecer con vida y dar fruto sin ella, tampoco la fe si no se sacia de la memoria de lo que el Señor ha hecho por nosotros.

Recuerda. La memoria es importante, porque nos permite permanecer en el amor, recordar, es decir, llevar en el corazón, no olvidar que nos ama y que estamos llamados a amar. Sin embargo esta facultad única, que el Señor nos ha dado, está hoy más bien debilitada. En el frenesí en el que estamos inmersos, son muchas personas y acontecimientos que parecen como si pasaran por nuestra vida sin dejar rastro. Se pasa página rápidamente, hambrientos de novedad, pero pobres de recuerdos. Así, eliminando los recuerdos y viviendo al instante, se corre el peligro de permanecer en lo superficial, en la moda del momento, sin ir al fondo, sin esa dimensión que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos. Entonces la vida exterior se fragmenta y la interior se vuelve inerte.

En cambio, la solemnidad de hoy nos recuerda que, en la fragmentación de la vida, el Señor sale a nuestro encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía. En el Pan de vida, el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí. Porque la Eucaristía es el memorial del amor de Dios. Ahí «se celebra el memorial de su pasión» (Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Antífona al Magníficat de las II Vísperas), del amor de Dios por nosotros, que es nuestra fuerza, el apoyo para nuestro caminar. Por eso, nos hace tanto bien el memorial eucarístico: no es una memoria abstracta, fría o conceptual, sino la memoria viva y consoladora del amor de Dios. En la Eucaristía está todo el sabor de las palabras y de los gestos de Jesús, el gusto de su Pascua, la fragancia de su Espíritu. Recibiéndola, se imprime en nuestro corazón la certeza de ser amados por él. Y mientras digo esto, pienso de modo particular en vosotros, niños y niñas, que hace poco habéis recibido la Primera Comunión y que estáis aquí presentes en gran número.

Así la Eucaristía forma en nosotros una memoria agradecida, porque nos reconocemos hijos amados y saciados por el Padre; una memoria libre, porque el amor de Jesús, su perdón, sana las heridas del pasado y nos mitiga el recuerdo de las injusticias sufridas e infligidas; una memoria paciente, porque en medio de la adversidad sabemos que el Espíritu de Jesús permanece en nosotros.

La Eucaristía nos anima: incluso en el camino más accidentado no estamos solos, el Señor no se olvida de nosotros y cada vez que vamos a él nos conforta con amor. La Eucaristía nos recuerda además que no somos individuos, sino un cuerpo. Como el pueblo en el desierto recogía el maná caído del cielo y lo compartía en familia (cf. Ex 16), así Jesús, Pan del cielo, nos convoca para recibirlo juntos y compartirlo entre nosotros. La Eucaristía no es un sacramento «para mí», es el sacramento de muchos que forman un solo cuerpo. Nos lo ha recordado san Pablo: «Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan» (1 Co 10,17). La Eucaristía es el sacramento de la unidad. Quien la recibe se convierte necesariamente en artífice de unidad, porque nace en él, en su «ADN espiritual», la construcción de la unidad. Que este Pan de unidad nos sane de la ambición de estar por encima de los demás, de la voracidad de acaparar para sí mismo, de fomentar discordias y diseminar críticas; que suscite la alegría de amarnos sin rivalidad, envidias y chismorreos calumniadores.

Y ahora, viviendo la Eucaristía, adoremos y agradezcamos al Señor por este don supremo: memoria viva de su amor, que hace de nosotros un solo cuerpo y nos conduce a la unidad.

miércoles, 7 de junio de 2017

PAPA FRANCISCO: NO HAY NINGÚN PADRE EN EL MUNDO QUE NOS AME COMO DIOS


Papa Francisco: “No hay ningún padre en el mundo que nos ame como Dios”
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



VATICANO, 07 Jun. 17 / 03:25 am (ACI).- En su catequesis de la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco animó a los cristianos a dirigirse a Dios como a un padre, ya que “no hay ningún padre en este mundo que nos ame como Él”.

En su catequesis, el Santo Padre explicó el significado de la oración que Jesús enseñó a sus discípulos, el Padre Nuestro, “la oración cristiana por excelencia”. En este sentido, Francisco destacó la “simple invocación” con la que comienza: “Padre”.


El Pontífice destacó que los discípulos de Jesús “estaban asombrados por el hecho de que, especialmente durante la mañana y la noche, se retirara a rezar y se sumergiera en la oración”. Por este motivo, “un día le pidieron que les enseñara también a ellos a rezar”. Es entonces cuando el Señor les enseña el Padre Nuestro.

“Todo el misterio de la oración cristiana se resume aquí, en esa palabra. Se necesita valentía para llamar a Dios con el nombre de Padre. Lo afirma también la liturgia cuando, invitándonos al rezo comunitario de la oración de Jesús, utiliza la expresión ‘nos atrevemos a decir’”.

El Obispo de Roma hizo hincapié en lo extraordinario de llamar “padre” a Dios, porque “llamar a Dios con el nombre de Padre no es en absoluto un hecho habitual. Podemos inclinarnos a utilizar un título más elevado, uno que nos parezca más respetuoso con su trascendencia. Sin embargo, invocarlo como ‘Padre’ nos sitúa en una relación de confianza con Él, como un niño que se dirige a su padre sabiéndose amado y cuidado por él”.

Llamar a Dios Padre, nos revela “el misterio de Dios, que siempre nos fascina y nos hace sentirnos pequeños, pero que nunca nos produce miedo, que no nos desalienta, que no nos angustia. Esta es una revolución difícil de asumir en nuestro ánimo humano”.

“Pensemos en la parábola del padre misericordioso”, propuso Francisco. “Jesús habla de un padre que solo conoce el amor por sus hijos. Un padre que no castiga nunca al hijo por su arrogancia, y que incluso es capaz de confiarle su parte de la herencia y dejarlo irse de casa”.

“Dios es Padre, dice Jesús, pero no a la manera humana, porque no hay ningún padre en este mundo que se comporte como el protagonista de esta parábola”.

Francisco recordó que “Dios es Padre a su manera: bueno, indefenso ante el libre arbitrio del hombre, capaz solo de conjugar el verbo ‘amar’. Cuando el hijo rebelde, después de haberlo gastado todo, regresa finalmente a la casa natal, su padre no aplica criterios de justicia humana, sino que siente ante todo la necesidad de personar, y con su abrazo hace comprender al hijo que en todo aquel largo tiempo de ausencia se le ha echado de menos”.

Así, el Papa subrayó la palabra utilizada hasta dos veces por San Pablo en sus cartas: “abba”. “Se trata de un término incluso más íntimo que el de ‘padre’, y que alguno traduce como ‘papá’”.

“Queridos hermanos y hermanas: ¡Ya no estamos solos nunca más! Podemos estar lejanos, resultar hostiles, podemos incluso profesar que ‘no hay Dios’. Pero el Evangelio de Jesucristo nos revela que Dios no puede estar sin nosotros: Él no será nunca un Dios ‘sin el hombre’. Esta certeza es la fuente de nuestra esperanza que encontramos custodiada en todas las invocaciones del Padre Nuestro”.

Francisco finalizó la catequesis animando a todos a pedir a Dios, al Padre, por nuestras necesidades cotidianas, porque “cuando tenemos necesidad de su ayuda, Jesús no nos pide renunciar y cerrarnos en nosotros mismos, sino que nos llama a dirigirnos al Padre y pedirle cosas con fe”.

“Todas nuestras necesidades, desde aquellas más cotidianas y evidentes, como la comida, la salud, el trabajo, hasta aquellas más trascendentales como ser perdonados y sostenidos en la tentación, no son el espejo de nuestra soledad: en cambio, hay un Padre que siempre nos mira con amor, que nunca nos abandona”, concluyó.