viernes, 3 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO USA EL BALONCESTO PARA EXPLICAR EL LUGAR DE LA CRUZ EN LA VIDA DEL SACERDOTE


El Papa usa el baloncesto para explicar el lugar de la cruz en la vida del sacerdote
Por Miguel Pérez Pichel
Papa Francisco. Foto Daniel Ibáñez (ACI Prensa) / Baloncesto. Foto pixabay, dominio público

VATICANO, 03 Mar. 17 / 06:45 am (ACI).- En un encuentro con el clero de la diócesis de Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, este jueves 2 de marzo con motivo del comienzo de la Cuaresma, el Papa Francisco usó una analogía del baloncesto para explicar el lugar de la cruz en la vida de los sacerdotes.

“Para un sacerdote, la cruz es como el pie clavado de un jugador de baloncesto en la cancha: hace movimientos para proteger la pelota, para encontrar un lugar para pasarla, o para salir hacia la canasta. Así, el sacerdote debe pivotar en torno a la cruz”, dijo el Santo Padre a los presbíteros presentes.


En abril de 2015, en declaraciones al portal deportivo argentino TyC Sports, el Santo Padre comentaba que era un “patadura”, es decir, no muy bueno para el fútbol y que “más bien jugaba al básquet”.

En el básquet o baloncesto, cuando un jugador está detenido y sostiene el balón con las manos, solo puede mover un pie, mientras que el otro queda fijo en el suelo. De allí el símil del Pontífice.

Francisco también refirió en la reflexión del 2 de marzo que es importante tener siempre presente la cruz, pues “la fe, el progreso y el crecimiento en la fe, se fundamenta siempre” en ella.

El Santo Padre también apoyó su reflexión en tres puntos que consideró importantes para la vida sacerdotal: la memoria, la esperanza y el discernimiento del momento.

Memoria deuteronómica


“La memoria, como dice el Catecismo, está radicada en la fe de la Iglesia, en la fe de nuestros padres; la esperanza es aquella que nos sostiene en la fe; y el discernimiento del momento lo tengo presente en el instante de actuar, de poner en práctica aquella fe que actúa en medio de la caridad”, señaló.

El Santo Padre habló de la memoria deuteronómica, llamada así “en analogía con la memoria de Israel”.

“La fe se alimenta y se nutre de la memoria. La memoria de la Alianza que el Señor ha hecho con nosotros: Él es el Dios de nuestros padres y abuelos. No es el Dios del último momento, un Dios sin historia de familia, un Dios que para responder a cada nuevo paradigma deba descartar como viejo y ridículo lo precedente. En la historia de familia, nada pasa nunca de moda”, afirmó.

En este sentido, recomendó mantener lúcida la memoria, porque “cuanto más lúcida es la memoria del pasado, más claro se abre el futuro para ver el camino realmente nuevo y distinguirlo del camino que ya he recorrido y que no me ha llevado a ninguna parte”.

“La fe crece recordando, conectando las cosas con la historia real vivida por nuestros padres y por todo el pueblo de Dios, por toda la Iglesia”.

Para un cristiano, esa memoria reside en la Eucaristía: “la Eucaristía es el Memorial de nuestra fe, que nos sitúa siempre de nuevo, cotidianamente, en el evento fundamental de nuestra salvación, en la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, centro y eje de la historia”.

Esperanza no solo en el futuro

Por su parte, “la esperanza es aquella que abre la fe a la sorpresa de Dios. Nuestro Dios siempre es más grande que aquello que podamos pensar e imaginar de Él, de aquello que le pertenece y de su forma de actuar en la historia. La apertura de la esperanza confiere a nuestra fe frescura y horizonte”.

“La fe se sostiene y progresa gracias a la esperanza. La esperanza es el ancla anclada en el cielo, en el futuro trascendente, del cual, el futuro temporal es solo una expresión”.

La esperanza, continuó el Papa, “es aquella que dinamiza la mirada al interior de la fe, que conduce a encontrar cosas nuevas en el pasado, porque se encuentra con el mismo Dios al que espera ver en el futuro”.

“La esperanza, por otro lado, se extiende hasta los límites, en toda su amplitud y en todo el espesor del presente cotidiano e inmediato, y ve la posibilidad nueva en el prójimo y en aquello que se puede hacer aquí, hoy”.

“La esperanza es saber ver, en el rostro de los pobres que encuentro hoy, al mismo Señor que vendrá a guiarnos”, subrayó el Obispo de Roma.

Discernimiento del momento

Por último, “el discernimiento es aquello que concreta la fe, que la hace funcionar en medio de la caridad, aquello que nos permite dar un testimonio creíble: ‘Con mis obras te muestro mi fe’”.

Francisco dijo a los sacerdotes que “es propio del discernimiento el dar un primer paso atrás, como si retrocediéramos un poco para ver mejor el panorama. Siempre hay una tentación en el primer impulso que nos lleva a querer resolver cualquier cosa inmediatamente”.

“En este sentido -dijo el Papa- creo que hay un primer discernimiento, grande y fundamental, aquel que no se deja engañar por la fuerza del mal”.

“En este discernimiento está implícito el acto de fe en Cristo presente en los más pobres, en los más pequeños, en la oveja perdida, en el amigo insistente. Cristo presente en quien nos viene al encuentro; o Cristo presente en quien se nos está acercando, sintiendo compasión cuando lo vemos a lo lejos".

“Creer que ahí está Cristo, discernir el modo mejor para dar un pequeño paso hacia Él, por el bien de esa persona y el progreso en la fe”, concluyó.

CELEBRACIONES DEL PAPA FRANCISCO PARA SEMANA SANTA 2017


Estas son las celebraciones que el Papa Francisco presidirá en Semana Santa
 Foto: ACI Prensa




VATICANO, 03 Mar. 17 / 05:48 am (ACI).- El Vaticano ha hecho público el calendario del Papa Francisco para los meses de marzo y abril, que incluyen las celebraciones que serán presididas por él en Semana Santa.

Marzo


El viernes 17, el Papa presidirá la Liturgia penitencial en la Basílica de San Pedro a las 17 horas, y el sábado 25, en la solemnidad de la Anunciación del Señor, acudirá en visita pastoral a Milán.


Abril

El domingo 2 de abril, Francisco visitará la localidad de Carpi y el 9 presidirá el Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro a las 10 horas de Roma.

El día 13 celebrará el Jueves Santo con la Santa Misa del Crisma a las 9,30 horas en la Basílica de San Pedro.


El Viernes Santo, día 14, a las 17 horas tendrá lugar en la Basílica de San Pedro la celebración de la Pasión del Señor. Después a las 21:15 horas tendrá lugar el tradicional Via Crucis en el Coliseo.

El sábado 15, el Papa Francisco presidirá a las 20,30 horas en la Basílica de San Pedro la Vigilia de la Noche de Pascua y el Domingo de Resurrección, día 16 de abril, el Papa celebrará la Santa Misa en la Plaza de San Pedro. Después, desde el balcón central, impartirá la Bendición “Urbi et Orbi”.

miércoles, 1 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO: VIVE LA CUARESMA CON EMPEÑO PORQUE NADIE VA AL PARAÍSO EN CARROZA


Papa Francisco: Vive la Cuaresma con empeño porque nadie va al Paraíso en carroza
Por Álvaro de Juana
 Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa



VATICANO, 01 Mar. 17 / 05:11 am (ACI).- El Papa Francisco dedicó la catequesis de la Audiencia General a la Cuaresma –que comienza hoy con el “Miércoles de Ceniza”– y subrayó que es un tiempo de esperanza que requiere empeño porque “nadie va al Paraíso en carroza”.

La Cuaresma es “un camino que verdad requiere empeño, como es justo que sea, porque el amor es comprometido, pero un camino lleno de esperanza” y “la dificultad de atravesar el desierto forja una esperanza fuerte”, dijo al recordar el paso del pueblo de Israel por el desierto.  


Francisco explicó que “Cristo nos precede con su Éxodo, y nosotros atravesamos el desierto gracias a Él y tras Él. Él es tentado por nosotros y ha vencido al Tentador por nosotros, pero también nosotros debemos con Él afrontar las tentaciones y superarlas”.


“Esto no quiere decir que Él ha hecho todo y nosotros no debemos hacer nada, que Él ha pasado a través de la cruz y que nosotros ‘vamos al paraíso en carroza’. No es así. Nuestra salvación es ciertamente don suyo y porque es una historia de amor requiere nuestro ‘sí’ y nuestra participación, como nos demuestra nuestra Madre María y después todos los santos”.

Sobre la Cuaresma, el Papa recordó que “fue instituida en la Iglesia como tiempo de preparación a la Pascua, por lo que todo el sentido de este periodo de 40 días toma luz del misterio pascual hacia el que está orientado”.

“Podemos imaginar al Señor Resucitado que nos llama a salir de nuestras tinieblas, y nosotros nos ponemos en camino hacia Él, que es la Luz”. No obstante, “la Cuaresma es un periodo de penitencia, también de mortificación, pero no como fin en sí mismo, sino que termina haciéndonos resurgir con Cristo, renovar nuestra identidad bautismal, es decir, renacer nuevamente ‘de lo alto’, del amor de Dios”.

“El punto de partida es la condición de esclavitud en Egipto, la opresión, los trabajos forzados, pero el Señor no ha olvidado a su pueblo y su promesa: llama a Moisés y, con brazo potente, hace salir a los israelitas de Egipto y los guía a través del desierto hacia la Tierra de la libertad”.

Francisco recordó que el pueblo de Israel permaneció 40 años en el desierto, “el tiempo de vida de una generación”. “Una generación que, de frente a las pruebas del camino, estuvo siempre tentada de querer volver a Egipto. Pero el Señor permanece fiel y esa pobre gente, guiada por Moisés, llega a la Tierra prometida”.

“Todo este camino es hecho en la esperanza: la esperanza de alcanzar la Tierra”, una “salida de la esclavitud a la libertad”, explicó.

“Cada paso, cada cansancio, cada prueba, cada caída, todo tiene solo sentido en el interior del diseño de salvación de Dios, que quiere para su pueblo la vida y no la muerte, la alegría y no el dolor”.

El Santo Padre manifestó que “para abrir esta vía, este paso, Jesús ha tenido que despojarse de su gloria, humillarse, hacerse obediente hasta la muerte y una muerte de cruz”. 

PAPA FRANCISCO: LA VERDADERA FELICIDAD VIENE DE DIOS Y NO DEL DINERO


Papa Francisco: La verdadera felicidad viene de Dios y no del dinero
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 28 Feb. 17 / 05:25 am (ACI).- O se sirve a Dios o a las riquezas, porque “no se puede servir a dos señores”. Esta fue la reflexión del Papa Francisco en la homilía de la casa de Santa Marta a primera hora de la mañana al recordar que uno de los mayores dones de Dios es el de la felicidad.

El Papa comentó el pasaje del joven rico “que quería seguir al Señor, pero al final era tan rico que eligió las riquezas”. “Qué difícil es que un rico entre en el Reino de los cielos”, afirmó.


Al comentar el Evangelio, habló de la actitud de Pedro ante Jesús cuando le dice: “Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Y la respuesta de Jesús “fue clara”: “nadie que haya dejado todo quedará sin recibir el ciento por uno”.

“El Señor no sabe dar menos de todo. Cuando Él dona algo se dona a sí mismo, que es todo” porque “la plenitud de Dios es una plenitud realizada en la cruz”.

“Este es el don de Dios: la plenitud crucificada. Y este es el estilo del cristiano: buscar la plenitud, recibir la plenitud y seguir por este camino. No es fácil. ¿Y cuál es el signo de que voy adelante en este dar todo y recibir todo? ‘Glorifica al Señor con ojo generoso y contento. En cada ofrenda muestra tu rostro alegre’”.

Sin embargo, “el joven rico tiene el rostro oscurecido y anda triste”. “No ha sido capaz de recibir, de acoger esta plenitud” pero “los santos, Pedro mismo, la han acogido y en medio de las pruebas, de las dificultades tenían el rostro alegre, el ojo contento y la alegría del corazón”.

Francisco finalizó recordando a San Alberto Hurtado: “trabajaba siempre, dificultad tras dificultad. Trabajaba por los pobres. Fue de verdad un hombre que hizo camino en ese país. La caridad para la asistencia a los hombres. Pero fue perseguido, con muchos sufrimientos. Pero cuando estaba ahí, clavado en la cruz, la frase era: ‘Contento, Señor, Contento’”. 

“Que él nos enseñe a ir en este camino, nos de la gracia de hacer este camino un poco difícil del ‘todo o nada’, de la plenitud clavada en la cruz de Jesucristo y decir siempre, sobre todo en las dificultades: ‘contento, Señor, contento’”.

Lecturas comentadas por el Papa:

Primera lectura


Eclesiástico 35:1-12
1 Observar la ley es hacer muchas ofrendas, atender a los mandamientos es hacer sacrificios de comunión.
2 Devolver favor es hacer oblación de flor de harina, hacer limosna es ofrecer sacrificios de alabanza.
3 Apartarse del mal es complacer al Señor, sacrificio de expiación apartarse de la injusticia.
4 No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues todo esto es lo que prescribe el mandamiento.
5 La ofrenda del justo unge el altar, su buen olor sube ante el Altísimo.
6 El sacrificio del justo es aceptado, su memorial no se olvidará.
7 Con ojo generoso glorifica al Señor, y no escatimes las primicias de tus manos.
8 En todos tus dones pon tu rostro alegre, con contento consagra los diezmos.
9 Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con ojo generoso, con arreglo a tus medios.
10 Porque el Señor sabe pagar, y te devolverá siete veces más.
11 No trates de corromperle con presentes, porque no los acepta, no te apoyes en sacrificio injusto.
12 Porque el Señor es juez, y no cuenta para él la gloria de nadie.

Evangelio

Marcos 10:28-31
28 Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
29 Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio,
30 quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermnanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.
31 Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.»

TEXTO: CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA CUARESMA Y LA ESPERANZA


TEXTO: Catequesis del Papa Francisco sobre la Cuaresma y la esperanza
.Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa
VATICANO, 01 Mar. 17 / 06:23 am (ACI).- Con motivo del inicio de la Cuaresma, el Papa Francisco dedicó la Audiencia General del miércoles a explicar su significado y recordar el paso del pueblo de Israel por el desierto antes de llegar a la Tierra prometida.

“La Cuaresma vive de esta dinámica: Cristo nos precede con su éxodo, y nosotros atravesamos el desierto gracias a Él y detrás de Él. Él es tentado por nosotros, y ha vencido al Tentador por nosotros, pero también nosotros debemos con Él afrontar las tentaciones y superarlas”, explicó durante la catequesis.


A continuación, la catequesis completa del Papa:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este día, Miércoles de Ceniza, entramos en el Tiempo litúrgico de la Cuaresma. Y ya que estamos desarrollando el ciclo de catequesis sobre la esperanza cristiana, hoy quisiera presentarles la Cuaresma como camino de esperanza.

De hecho, esta perspectiva se hace enseguida evidente si pensamos que la Cuaresma ha sido instituida en la Iglesia como tiempo de preparación para la Pascua, y por lo tanto, todo el sentido de este periodo de cuarenta días es iluminado por el misterio pascual hacia el cual está orientado. Podemos imaginar al Señor Resucitado que nos llama a salir de nuestras tinieblas, y nosotros nos ponemos en camino hacia Él, que es la Luz. Y la Cuaresma es un camino hacia Jesús Resucitado. La Cuaresma es un periodo de penitencia, también de mortificación, pero no un fin en sí mismo, sino finalizado a hacernos resurgir con Cristo, a renovar nuestra identidad bautismal, es decir, a renacer nuevamente “desde lo alto”, desde el amor de Dios (Cfr. Jn 3,3). Por esto es que la Cuaresma es, por su naturaleza, tiempo de esperanza.

Para comprender mejor que cosa significa esto, debemos referirnos a la experiencia fundamental del éxodo de los Israelitas de Egipto, narrada en la Biblia en el libro que lleva este nombre: Éxodo. El punto de partida es la condición de esclavitud en Egipto, la opresión, los trabajos forzados. Pero el Señor no se ha olvidado de su pueblo y de su promesa: llama a Moisés y, con brazo poderoso, hace salir a los Israelitas de Egipto y los guía a través del desierto hacia la Tierra de la libertad. Durante este camino de la esclavitud a la libertad, el Señor da a los Israelitas la ley, para educarlos en el amor a Él, el único Señor, y para amarse entre ellos como hermanos. La Escritura muestra que el éxodo es largo y fatigoso: simbólicamente dura 40 años, es decir, el tiempo de vida de una generación. Una generación que, ante las pruebas del camino, es siempre tentada a añorar Egipto y volver atrás. También todos nosotros conocemos la tentación de regresar atrás, todos. Pero el Señor permanece fiel y esta pobre gente, guiada por Moisés, llega a la Tierra prometida. Todo este camino es realizado en la esperanza: la esperanza de alcanzar la Tierra, y justamente en este sentido es un “éxodo”, una salida de la esclavitud a la libertad. Y estos 40 días son también para todos nosotros una salida de la esclavitud del pecado a la libertad, al encuentro del Cristo Resucitado. Cada paso, cada fatiga, cada prueba, cada caída y cada salida, todo tiene sentido solo dentro del designio de salvación de Dios, que quiere para su pueblo la vida y no la muerte, la alegría y no el dolor.

La Pascua de Jesús es su éxodo, con el cual Él nos ha abierto la vía para alcanzar la vida plena, eterna y gozosa. Para abrir esta vía, este camino, Jesús ha debido despojarse de su gloria, humillarse, hacerse obediente hasta la muerte y la muerte de cruz. Abrirnos el camino a la vida eterna le ha costado toda su sangre, y gracias a Él nosotros somos salvados de la esclavitud del pecado. Pero esto no quiere decir que Él ha hecho todo y nosotros no debemos hacer nada, que Él ha pasado por medio de la cruz y nosotros “vamos al paraíso en un carruaje”. No, no quiere decir esto. No es así. Nuestra salvación es ciertamente un don suyo, pero, como es una historia de amor, requiere nuestro “si” y nuestra participación en su amor, como nos demuestra nuestra Madre María y después de ella todos los santos.

La Cuaresma vive de esta dinámica: Cristo nos precede con su éxodo, y nosotros atravesamos el desierto gracias a Él y detrás de Él. Él es tentado por nosotros, y ha vencido al Tentador por nosotros, pero también nosotros debemos con Él afrontar las tentaciones y superarlas. Él nos dona el agua viva de su Espíritu, y a nosotros corresponde tomar de su fuente y beber, en los Sacramentos, en la oración, en la adoración; Él es la luz que vence las tinieblas, y a nosotros se nos pide alimentar la pequeña llama que nos ha sido confiada el día de nuestro Bautismo.

En este sentido la Cuaresma es «signo sacramental de nuestra conversión» (Misal Romano, Oración colecta I Dom. de Cuaresma), quien realiza el camino de la Cuaresma esta siempre en el camino de la conversión. Es un signo sacramental de nuestro camino de la esclavitud a la libertad, siempre por renovar. Un camino ciertamente difícil, como es justo que sea, porque el amor es arduo, pero es un camino lleno de esperanza. Es más, diría además: el éxodo cuaresmal es el camino en el cual la esperanza misma se forma. La fatiga de atravesar el desierto – todas las pruebas, las tentaciones, las ilusiones, las visiones… – todo esto vale para forjar una esperanza fuerte, sólida, en el modelo de la Virgen María, que en medio a las tinieblas de la pasión y de la muerte de su Hijo continuó creyendo y esperando en su resurrección, en la victoria del amor de Dios.

Con el corazón abierto a este horizonte, entramos hoy en la Cuaresma. Sintiéndonos parte del pueblo santo de Dios, iniciamos con alegría hoy este camino de esperanza. Gracias.

PAPA FRANCISCO PIDE MIRAR A CADA SIN TECHO COMO PERSONA


Papa Francisco pide mirar a cada sin techo como persona y no “como si fuese un perro”
Por Miguel Pérez Pichel


VATICANO, 28 Feb. 17 / 12:06 pm (ACI).- “Se puede mirar a un sin techo y verla como a una persona, o bien como si fuese un perro”, con estas duras palabras, el Papa Francisco habló de la necesidad de acoger y de ayudar a las personas que viven en la calle.

Lo hizo en una entrevista concedida al semanario “Scarp de’ tenis”, elaborado por personas en situación de exclusión social de Milán y distribuido directamente en sus calles. La entrevista se publica con motivo de la próxima visita del Santo Padre a esta ciudad italiana prevista para el próximo sábado 25 de marzo.


En sus respuestas, el Pontífice reveló que las primeras palabras que dirige a las personas sin hogar cuando se encuentra con ellas son: “Buenos días, ¿cómo estás?”. Francisco explicó que “algunas veces se intercambian pocas palabras, otras veces, por el contrario, se entra en una relación y se escuchan historias interesantes”.

El Papa advirtió que “las personas que viven en la calle comprenden inmediatamente cuándo hay un verdadero interés por parte de la otra persona o cuando hay ese sentimiento de pena”. En este sentido reconoció que el egoísmo puede establecer una barrera con las personas excluidas. “Es muy difícil ponerse en los zapatos de los demás porque a menudo somos esclavos de nuestro egoísmo”, señaló, e indicó que “ponerse en los zapatos de los demás significa tener una gran capacidad de comprensión”.

Para explicar mejor lo que quería decir, el Obispo de Roma contó una anécdota. “En el Vaticano -relató- es famosa la historia de una persona sin hogar, de origen polaco, que normalmente se quedaba en la Plaza del Risorgimento de Roma. No hablaba con nadie, ni siquiera con los voluntarios de la Caritas que le llevaban un plato caliente por la tarde. Solamente después de un largo tiempo lograron hacer que les contara su historia: ‘Soy un cura, conozco bien a su Papa, estudiamos juntos en el seminario’. Los rumores llegaron a San Juan Pablo II, que escuchó el nombre, confirmó que había estado con él en el seminario y quiso reunirse con él”.

Francisco detalló que San Juan Pablo II y el sacerdote, cuando se encontraron, “se abrazaron, después de cuarenta años, y al final de una audiencia el Papa pidió que lo confesara. Después de la confesión, el sacerdote le dijo al Papa: ‘Ahora te toca a ti’. Y el compañero de seminario fue confesado por el Papa”.

“Gracias al gesto de un voluntario –continuó el Papa–, de un plato caliente, de algunas palabras de consuelo, de una mirada de bondad, esta persona pudo volver a levantarse y emprender una vida normal que lo llevó a convertirse en capellán de un hospital. El Papa lo ayudó, claro, es un ‘milagro’, pero es también un ejemplo para decir que las personas sin hogar tienen una gran dignidad”.

Las excusas para no dar limosna

“Pero, ¿cómo le voy a dar dinero si luego se lo va a gastar en tomarse un vaso de vino?”. Este es uno de los “muchos argumentos para justificarse a uno mismo cuando no se da limosna”, lamentó el Santo Padre.

Sin embargo, rechazó ese argumento porque “un vaso de vino es la única felicidad que puede tener en la vida”. “Una ayuda siempre es justa”, insistió.

Además, señaló que la verdadera ayuda no consiste en “lanzarle al pobre solo calderilla”. “Es importante el gesto, ayudar a quien pide mirándole a los ojos, cogiéndole de las manos. Arrojar dinero y no mirar a los ojos de quien lo recibe, no es un gesto cristiano”, afirmó.

Enseñar caridad no es deshacerse de las culpas propias, sino un tocar, un mirar la miseria que tengo dentro y que el Señor comprende y salva. Porque todos nosotros tenemos miserias dentro”. 

HOY 1 DE MARZO ES MIÉRCOLES DE CENIZA