jueves, 16 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO: LA GUERRA EMPIEZA EN EL CORAZÓN Y DIOS NOS PEDIRÁ CUENTAS A TODOS


Papa Francisco: La guerra empieza en el corazón y Dios nos pedirá cuentas a todos
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 16 Feb. 17 / 06:25 am (ACI).- El Papa Francisco centró la homilía de la Misa que celebró hoy en la Casa Santa Marta en la guerra, que no solo se da entre poderosos y países, sino que empieza en el corazón de cada uno, en las familias o el trabajo y aseguró que Dios pedirá cuentas a todos los hombres.

"La guerra empieza en el corazón del hombre, comienza en casa, en las familias, entre amigos y después va más allá, a todo el mundo", explicó.


“La Palabra del Señor es clara: ‘De la sangre vuestra, o sea de vuestra vida, yo pediré cuentas; pediré cuentas a cada ser viviente y pediré cuentas de la vida del hombre al hombre, a cada uno de su hermano’. También a nosotros, que parece que estamos en paz, aquí, el Señor nos pedirá cuentas de la sangre de nuestros hermanos y hermanas que sufren la guerra”.  

El Pontífice comentó el significado de tres símbolos que aparecen en la lectura del Génesis en la que se narra cómo Noé libera a la paloma después del diluvio. “Es el signo de lo que Dios quería después del diluvio: paz, que todos los hombres estuviesen en paz”, afirmó.

“La paloma y el arcoíris son frágiles. El arcoíris es bonito después de la tempestad, pero luego viene una nube y desaparece”, aseguró Francisco para recordar que hace unos años durante un Ángelus una gaviota mató a dos palomas que soltó junto a dos niños deed la ventana del Palacio Apostólico.

“La alianza que Dios hace es fuerte, pero como nosotros la recibimos, como nosotros la aceptamos es con debilidad. Dios hace la paz con nosotros, pero no es fácil cuidar la paz”, señaló.

“Es un trabajo de todos los días porque dentro de nosotros todavía está esa semilla, ese pecado original, el espíritu de Caín que por envidia, celos, codicia y ganas de dominar  provoca la guerra”.

El Santo Padre siguió comentando las lecturas del día y afirmó que “somos custodios de los hermanos y cuando hay derramamiento de sangre hay pecado y Dios nos pedirá cuentas”.

“Hoy en el mundo hay derramamiento de sangre. Hoy el mundo está en guerra. Muchos hermanos y hermanas mueren, también inocentes, porque los grandes, los poderosos, quieren un pedazo más de tierra, quieren un poco más de poder o quieren hacer un poco más de ganancias con el tráfico de armas”.

“¿Cómo cuido la paloma?, ¿Qué hago para que el arcoíris sea siempre una guía?, ¿qué hago para que no sea derramada más sangre en el mundo?”, se preguntó.

Francisco explicó que la oración por la paz “no es una formalidad, el trabajo por la paz no es una formalidad”. “La guerra empieza en el corazón del hombre, comienza en casa, en las familias, entre amigos y después va más allá, a todo el mundo”.

“¿Qué hago cuando siento que viene a mi corazón algo que quiere destruir la Paz?”, preguntó.

“La guerra comienza aquí y termina allí. Las noticias las vemos en los periódicos o en los noticieros. Hoy mucha gente muere y esa semilla de guerra que hace la envidia, los celos, la codicia en mi corazón, es la misma –crecidas, hechas árbol– que la de la bomba que cae en un hospital, sobre una escuela y mata niños. Es lo mismo”.

“La declaración de guerra empieza aquí, en cada uno de nosotros. Por eso la pregunta: ¿Cómo cuido yo la paz en mi corazón, en mi intimidad, en mi familia?”, cuestionó. “Custodiar la paz, no solo custodiar: hacerla con las manos, artesanalmente, todos los días. Y así lograremos hacerla en todo el mundo”.


El Papa continuó: “La sangre de Cristo es la que lleva a la paz, pero no esa sangre que hago con mi hermano” o “que provocan los traficantes de armas o los potentes de la tierra en las grandes guerras”.

“Recuerdo cómo comenzaban a sonar las alarmas de los bomberos en la ciudad. Esto se hacía para llamar la atención sobre un hecho o una tragedia u otra cosa. Y rápidamente la vecina de casa que llamaba a mi mamá: ‘Señora Regina, venga, venga, venga. Y mi mamá salió un poco asustada. ‘¿Qué ocurre?’. Y esa señora desde el otro lado del jardín le decía: ‘¡Ha terminado la guerra!’, y lloraba”, dijo sobre recuerdos de su niñez.

“Que el Señor nos dé la gracia de poder decir: ‘Ha terminado la guerra’ y lloremos. Ha terminado la guerra en mi corazón, ha terminado la guerra en mi familia, ha terminado la guerra en mi barrio, ha terminado la guerra en el puesto de trabajo, ha terminado la guerra en el mundo. Así será más fuerte la paloma, el arcoíris y la alianza”, concluyó.

Lectura comentada por el Papa:

Génesis 9:1-13
1 Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra.
2 Infundiréis temor y miedo a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todo lo que repta por el suelo, y a todos los peces del mar; quedan a vuestra disposición.
3 Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento: todo os lo doy, lo mismo que os di la hierba verde.
4 Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre,
5 y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamaré a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamaré el alma humana.
6 Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo El al hombre.
7 Vosotros, pues, sed fecundos y multiplicaos; pululad en la tierra y dominad en ella.»
8 Dijo Dios a Noé y a sus hijos con él:
9 «He aquí que yo establezco mi alianza con vosotros, y con vuestra futura descendencia,
10 y con toda alma viviente que os acompaña: las aves, los ganados y todas las alimañas que hay con vosotros, con todo lo que ha salido del arca, todos los animales de la tierra.
11 Establezco mi alianza con vosotros, y no volverá nunca más a ser aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.»
12 Dijo Dios: «Esta es la señal de la alianza que para las generaciones perpertuas pongo entre yo y vosotros y toda alma viviente que os acompaña:
13 Pongo mi arco en las nubes, y servirá de señal de la alianza entre yo y la tierra.

PAPA FRANCISCO: LA ESPERANZA CRISTIANA NO DEFRAUDA PORQUE ESTÁ FUNDADA EN DIOS


Papa Francisco: La esperanza cristiana no defrauda porque está fundada en Dios
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



VATICANO, 15 Feb. 17 / 06:38 am (ACI).- En la Audiencia General de este miércoles celebrada en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa Francisco explicó que la esperanza cristiana es sólida y no defrauda, porque está fundada en Dios mismo que es amor, un amor que da paz a la vida de quien en Él se confía.

En este sentido, el Santo Padre propuso esta jaculatoria: “Dios me ama, estoy seguro de que Dios me ama”. Explicó que esta frase puede ayudar a reflexionar y comprender mejor el sentido de la esperanza cristiana, una esperanza “que no defrauda” porque está fundada en Dios mismo.


“Es fácil decir, ‘Dios, te amo’. Eso es fácil, todos lo hacemos. Pero, ¿somos capaces de decir: ‘¿Estoy seguro de que Dios me ama? Eso no es tan fácil decirlo. Y sin embargo, es verdad. Es un buen ejercicio, decirse a uno mismo: ‘Dios me ama, Dios me ama’. Esa es la raíz de nuestra seguridad, la raíz de la esperanza. Deberíamos repetirlo como oración: ‘Estoy seguro de que Dios me ama’”.

El Papa explicó que “desde pequeños se nos ha enseñado que no es bueno vanagloriarse. Y es lógico, porque vanagloriarse de aquello que se es o de aquello que se tiene, es una forma de soberbia, e implica también una falta de respeto frente a los demás, en especial aquellos que no son tan afortunados como nosotros”.

Sin embargo, llamó la atención sobre la aparente contradicción en la Carta a los Romanos sobre este asunto: “El Apóstol Pablo nos sorprende cuando nos exhorta a vanagloriarnos. Entonces, ¿de qué es justo vanagloriarse? Porque si él exhorta a hacerlo, será que hay algunos casos en los que es justo vanagloriarse. ¿Cómo es posible hacerlo sin ofender, sin excluir a nadie?”.

“En primer lugar, se nos invita a vanagloriarnos de la abundancia de gracia por la que hemos sido iluminados por medio de Jesucristo, por medio de la fe. Pablo quiere que entendamos que, si aprendemos a leerlo todo con la luz del Espíritu Santo, nos daremos cuenta de que todo es gracia”, indicó.

El Obispo de Roma afirmó que Dios “es el protagonista absoluto que crea cada cosa como un don del amor, que teje su plan de salvación, que lo cumple por nosotros por medio de su hijo Jesús”.

“A nosotros se nos pide reconocer todo ello, acogerlo con agradecimiento y hacerlo motivo de alegría y de bendición y de gran alegría. Si hacemos todo eso, estaremos en paz con Dios y tendremos la experiencia de la libertad”.

“Y esa paz se extiende por todos los ámbitos, por todas las relaciones de nuestra vida: estamos en paz con nosotros mismos, estamos en paz con la familia, estamos en paz con la comunidad, en el trabajo y con las personas que se cruzan cada día en nuestro camino”.

Por otro lado, “Pablo nos exhorta también a vanagloriarnos de nuestros sufrimientos. Esto nos resulta más difícil, y puede parecer que se contradice con la condición de paz antes descrita. Sin embargo, puede resultar su presupuesto más auténtico, más sincero”.

“De hecho, la paz que nos ofrece, que nos garantiza el Señor, no se comprende como la ausencia de preocupaciones, de desilusiones, de carencias, de motivos de sufrimiento”.


Por el contrario, Francisco aseguró que “la paz que viene de la fe es un regalo: es la gracia de experimentar que Dios nos ama y que siempre está con nosotros, que no nos deja solos ni un minuto de nuestra vida”.

“Eso, como afirma el Apóstol, genera paciencia, porque sabemos que en los momentos más duros y traumáticos, la misericordia y la bondad del Señor son más grandes”.

“Por eso la esperanza cristiana es sólida, por eso no defrauda. La esperanza no defrauda. No está fundada en aquello que podamos hacer o ser, y tampoco en aquello en lo que no podamos creer”, aseguró.

Esta esperanza, dijo, “no defrauda” porque está fundada en Dios mismo que es amor.

FAMILIAS, JÓVENES Y ENFERMOS ESPERAN VISITA DEL PAPA FRANCISCO EN ROMA


Familias, jóvenes y enfermos esperan con ansias visita del Papa en parroquia de Roma
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Bohumil Petrik (ACI Prensa)




ROMA, 15 Feb. 17 / 04:01 pm (ACI).- El próximo domingo 19 de febrero el Papa Francisco visitará la parroquia de Santa María Josefa del Corazón de Jesús, en el barrio romano de Ponte di Nona, en la comuna de Castelverde.

Con esta visita el Santo Padre continúa así su labor pastoral como Obispo de Roma, concretada en visitas periódicas a diferentes parroquias de la Ciudad Eterna.

Se trata de la decimotercera ocasión en que el Papa Francisco visita una parroquia de Roma, y la segunda en poco más de un mes. El pasado 15 de enero, el Pontífice visitó la parroquia de Santa María de Setteville, en la comuna romana de Guidonia.

Santa María Josefa del Corazón de Jesús es una iglesia de reciente construcción dedicada a María Josefa Sancho Guerra, fundadora de la congregación de las Siervas de Jesús y de la Caridad, canonizada por San Juan Pablo II el 1 de octubre de 2000.

La primera Misa allí la celebró el entonces Vicario del Papa para Roma, Cardenal Camillo Ruini, el 27 de enero de 2001. La parroquia se encuentra en el centro del barrio de Ponte di Nona, en Roma Oriental. El barrio está poblado por cerca de 20.000 familias, la mayor parte jóvenes matrimonios con niños.

En el programa de la visita está previsto que el Papa sea recibido por el actual Vicario del Papa para la diócesis de Roma, Cardenal Agostino Vallini; el Obispo Auxiliar del sector Este, Mons. Giuseppe Marciante; el Párroco, P. Francesco Rondinelle; y el Vicepárroco, P. Luca Bazzani.

El Santo Padre se encontrará con niños y jóvenes de la catequesis, así como con el grupo juvenil de teatro de la parroquia. A continuación, se reunirá con las familias, los enfermos y con los trabajadores del centro de Cáritas parroquial.

Antes de presidir la Eucaristía, el Papa Francisco confesará a cuatro fieles.

El P. Francisco Rondinelli, que asumió el cargo de párroco hace solo 5 días, recibió la noticia de la visita poco antes de Navidad.

“Todo párroco sueña con que su comunidad reciba la visita del Santo Padre, pero nunca lo habría esperado. Me parecía un deseo imposible de realizar, sobre todo tan pocos meses después de mi nombramiento. Cuando el cardenal me llamó, empezaron a temblarme las piernas y experimenté una alegría difícil de explicar con palabras”, señaló.

Esta comunidad parroquial, ya había recibido la visita de San Juan Pablo II el 16 de diciembre de 2001. En aquella ocasión el Santo Papa polaco celebró la Santa Misa y regaló a la parroquia un crucifijo, colocado hoy sobre el altar, y una tela con la representación de “La Piedad”.

PAPA FRANCISCO PIDE CONCILIAR PROGRESO ECONÓMICO CON PROTECCIÓN DE PUEBLOS INDÍGENAS


Papa Francisco pide conciliar progreso económico con protección de pueblos indígenas
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 15 Feb. 17 / 08:13 am (ACI).- “Las actividades económicas no pueden interferir en las culturas indígenas”. Así lo indicó el Papa Francisco en la audiencia que concedió, en el Aula Pablo VI del Vaticano, a los representantes de los pueblos indígenas presentes en Roma con motivo del III Foro de los Pueblos Indígenas convocado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que celebra este año el 40 aniversario de su fundación.

En los trabajos de este foro, se ha estudiado de qué manera se puede favorecer una mayor responsabilidad de los pueblos autóctonos en la economía.


El Santo Padre consideró que “el problema principal está en cómo conciliar el derecho al desarrollo, incluyendo también el de tipo social y cultural, con la protección de las características propias de los indígenas y sus territorios”.

Esta conciliación “se hace más evidente sobre todo cuando se trata de estructurar unas actividades económicas que pueden interferir con las culturas indígenas y su relación ancestral con la tierra”.

“En este sentido, siempre debe prevalecer el derecho al consentimiento previo e informado, según exige el artículo 32 de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Sólo así se puede garantizar una cooperación pacífica entre las autoridades gubernamentales y los pueblos indígenas, que supere contradicciones y conflictos”.

El Pontífice pidió que se reconozca el papel de las poblaciones indígenas en una sociedad global y cambiante. “Un segundo aspecto se refiere a la elaboración de directrices y proyectos que tengan en cuenta la identidad indígena, que presten una atención especial hacia los jóvenes y las mujeres. Inclusión, y no consideración solamente”.

Esto implica, continuó, “que los gobiernos reconozcan que las comunidades indígenas son una parte de la población que debe ser valorada y consultada, y que se ha de fomentar su plena participación, a nivel local y nacional”.

Por último Francisco animó a los presentes a continuar con sus trabajos, pues “a esta necesaria hoja de ruta puede ayudar de manera efectiva el FIDA con su financiación y competencia, reconociendo que ‘un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso’”, señaló, recordando su encíclica Laudato Si’.

miércoles, 8 de febrero de 2017

UN CRISTIANO NUNCA RESPONDE A UNA OFENSA CON UN ME LAS PAGARÁS


Un cristiano nunca responde a una ofensa con un “me la pagarás”, dice Papa Francisco
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa





VATICANO, 08 Feb. 17 / 05:13 am (ACI).- La caridad con los débiles, los pobres, los marginados, en definitiva, la caridad con los últimos de la sociedad, es lo que sostiene la esperanza cristiana. Así lo indicó el Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles en el Aula Pablo VI.

Esa caridad implica perdonar toda ofensa, responder con el perdón a todo agravio porque, según afirmó: “el cristiano nunca puede decir, ‘me la pagarás’. ¡Nunca! Ese no es un gesto cristiano. La ofensa se vence con el perdón”.


El Papa se refirió a la Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, donde “exhorta a permanecer radicados en la esperanza de la resurrección. En ese mismo contexto, el Apóstol muestra que la esperanza cristiana no es solo un aliento individual, sino comunitario, eclesial”.

El Pontífice explicó que aquellos, dentro de la comunidad cristiana, a los que se les han encargado la responsabilidad y la dirección pastoral, “son los primeros en estar llamados a alimentar la esperanza, y esto no porque sean mejores que los demás, sino en virtud de un ministerio divino que va más allá de sus fuerzas”.


“Por ese motivo, tienen más que nadie necesidad del respeto, la comprensión y la ayuda benévola de todos”.

En su carta, continuó el Santo Padre, San Pablo centra la atención también “en los hermanos que están en mayor riesgo de perder la esperanza, de caer en la desesperación. Se refiere a los que están desanimados, a los débiles, a los que se sienten derribados por el peso de la vida y de sus pecados, y que ya no son capaces de levantarse".

"En esos casos, la cercanía y el calor de toda la Iglesia deben ser incluso más intensos, y deben asumir la forma más exquisita de la compasión, del reconforto y de la consolación”.

En este sentido, el Santo Padre resaltó que “la compasión no es solo ‘piedad’. La compasión es sufrir con el otro, acercarme a aquellos que sufren. Una palabra, una caricia que procede del corazón”.

“La esperanza cristiana no puede prescindir de la caridad concreta y genuina”, recordó. Además, se refirió a la obligación de los cristianos de ofrecerse a los más necesitados para aliviar sus cargas sin esperar nada a cambio.

“El mismo Apóstol de los gentiles, en la Carta a los Romanos, afirma con la mano en el corazón: ‘Nosotros, que somos fuertes, tenemos el deber de portar la enfermedad de los débiles, sin compadecernos de nosotros mismos’".

"Este testimonio no puede permanecer cerrado dentro de los confines de la comunidad cristiana: resuena con todo su vigor también fuera, en el contexto social y civil, como llamado a no construir muros, sino puentes, a no combatir el mal con el mal, a vencer el mal con el bien, la ofensa con el perdón, a vivir en paz con todos. ¡Esa es la Iglesia! Y en eso consiste la esperanza cristiana cuando asume los rasgos de fortaleza, y al mismo tiempo tiernos, del amor”.


De esta manera, el Obispo de Roma subrayó que “no se aprende a tener esperanza solo. No es posible. La esperanza, para que se alimente, tiene necesariamente necesidad de un ‘cuerpo’, en el cual, los diferentes miembros, se sostienen y se reavivan entre sí".

"Así pues, esto quiere decir que, si esperamos, es porque muchos de nuestros hermanos y hermanas nos han enseñado a esperar y han mantenido viva nuestra esperanza. Y entre ellos se distinguen los pequeños, los pobres, los simples y los marginados. Porque quien se encierra en su propio bienestar, no conoce la esperanza”.

Aquellos que “experimentan cada día la prueba, la precariedad, sus propios límites”, son los que nos ofrecen “un testimonio más hermoso, más fuerte, porque se mantienen firmes en la confianza en el Señor, sabiendo que, más allá de la tristeza, de la opresión y de la inevitabilidad de la muerte, la última Palabra será del Señor, y será una palabra de misericordia, vida y paz”.

PAPA FRANCISCO PIDE MÁS COMPROMISO DE LOS GOBIERNOS EN LUCHA CONTRA LA TRATA DE PERSONAS


El Papa pide más compromiso de los gobiernos en la lucha contra la trata de personas
Por Miguel Pérez Pichel
Foto referencial: Lucía Ballester (ACI Prensa)
VATICANO, 08 Feb. 17 / 06:51 am (ACI).- El Papa Francisco pidió un mayor compromiso de los gobiernos del mundo en la lucha contra la trata de personas y en la ayuda a las víctimas.

Durante la Audiencia General de este miércoles 8 de febrero en el Aula Pablo VI, el Santo Padre recordó que “hoy se celebra la Jornada de Oración y Reflexión contra la trata de personas, que este año está dedicada de forma particular a los niños y adolescentes”.


“Animo a todos aquellos que de diferentes modos ayudan a los menores víctimas de la esclavitud y de los abusos a liberarse de esas opresiones”, continuó.

“Llamo a todos los que tienen responsabilidades de gobierno a combatir con decisión esa plaga, dando voz a nuestros hermanos más pequeños humillados en su dignidad. Debemos hacer todo lo posible para erradicar este crimen vergonzoso e inaceptable”.

El Pontífice ha mostrado en numerosas ocasiones su preocupación por la trata de personas y su compromiso en la erradicación de este crimen contra los derechos humanos que afecta a más de 40 millones de personas.

Tras la conferencia internacional sobre la trata de personas celebrada en el Vaticano en abril de 2014, el Papa creó el Grupo “Santa Marta”, con el objetivo de contrarrestar “la plaga social de la trata de personas, unida a nuevas formas de esclavitud, cuyas víctimas son hombres y mujeres, a menudo menores, explotadas aprovechando su pobreza y marginación”, según indicó él mismo.

Asimismo, en la audiencia de hoy Francisco también recordó la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo que tendrá lugar en Lourdes el próximo sábado 11 de febrero, celebración de la Beata Virgen María de Lourdes.

“La celebración principal tendrá lugar en Lourdes, y la presidirá el Cardenal Secretario de Estado. Invito a rezar, por intercesión de nuestra Santa Madre, por todos los enfermos, especialmente por aquellos que está más graves y abandonados, y también por todos aquellos que se preocupan por ellos”.

Fue el Papa San Juan Pablo II quien instituyó la Jornada Mundial del Enfermo. La primera celebración tuvo lugar en Lourdes el 11 de febrero de 1993.


Este año celebra su 25ª edición y tendrá por lema “El asombro ante las obras que Dios realiza: ‘El Poderoso ha hecho obras grandes por mí’”.

El Papa Francisco, en su mensaje con motivo de esta 25ª edición de la Jornada Mundial del Enfermo, publicado el pasado mes de diciembre, indicó que esta celebración “constituye una ocasión para prestar especial atención a la situación de los enfermos y de todos los que sufren en general”.

Esta Jornada, escribió, también “es una llamada dirigida a los que se entregan en su favor, comenzando por sus familiares, los agentes sanitarios y voluntarios, para que den gracias por la vocación que el Señor les ha dado de acompañar a los hermanos enfermos”.