miércoles, 25 de enero de 2017

TEXTO: CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE NO PONER CONDICIONES A DIOS


TEXTO: Catequesis del Papa Francisco sobre no poner condiciones a Dios
 Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa




VATICANO, 25 Ene. 17 / 05:59 am (ACI).- En una nueva catequesis sobre la esperanza en la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco propuso la historia de Judith y explicó cómo su valentía ayudó al pueblo de Israel a confiar en Dios. 

"No pongamos jamás condiciones a Dios y dejemos en cambio que la esperanza venza nuestros temores. Confiar en Dios quiere decir entrar en sus designios sin ninguna pretensión, también aceptando que su salvación y su ayuda lleguen a nosotros de modos distintos a nuestras expectativas", dijo el Pontífice.


A continuación, el texto completo: 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


Entre las figuras de las mujeres que el Antiguo Testamento nos presenta, resalta aquella de una gran heroína del pueblo: Judit. El Libro bíblico que lleva su nombre narra la grandiosa campaña militar del rey Nabucodonosor, el cual, reinando en Nínive, expande los límites del imperio derrotando y conquistando a todos los pueblos de su alrededor. El lector entiende que se encuentra ante un gran e invencible enemigo que está sembrando muerte y destrucción y que llega hasta la Tierra Prometida, poniendo en peligro la vida de los hijos de Israel.

El ejército de Nabucodonosor, de hecho, bajo la guía del general Holofernes, sitió una ciudad de Judea, Betulia, cortando las reservas de agua y debilitando así la resistencia de la población.

La situación se vuelve dramática, al punto que los habitantes de la ciudad se dirigen a los ancianos pidiendo rendirse ante los enemigos. Sus palabras son desesperadas: «Ya no hay nadie que pueda auxiliarnos, porque Dios nos ha puesto en manos de esa gente para que desfallezcamos de sed ante sus ojos y seamos totalmente destruidos. Han llegado a decir esto: “Dios nos ha abandonado”; la desesperación era grande en esa gente. Llámenlos ahora mismo y entreguen la ciudad como botín a Holofernes y a todo su ejército» (Jdt 7,25-26). El fin parece inevitable, la capacidad de confiar en Dios se ha terminado – la capacidad de confiar en Dios se ha terminado. Y cuantas veces nosotros llegamos a situaciones extremas donde no sentimos ni siquiera la capacidad de tener confianza en el Señor. Es una fea tentación. Y, paradójicamente, parece que, para huir de la muerte, no queda más que entregarse en manos de quien asesina. Ellos saben que estos soldados entraran a saquear la ciudad, tomar a las mujeres como esclavas y luego matar a todos los demás. Esto es justamente “lo extremo”.

Y ante tanta desesperación, el jefe del pueblo intenta proponer un motivo de esperanza: resistir todavía cinco días, esperando la intervención salvífica de Dios. Pero es una esperanza débil, que les hace concluir: «Si transcurridos estos días, no nos llega ningún auxilio, entonces obraré como ustedes dicen» (7,31). Pobre hombre: no tenía salida. Cinco días les son concedidos a Dios – y está aquí el pecado – cinco días les son concedidos a Dios para intervenir; cinco días de espera, pero ya con la perspectiva del final. Conceden cinco días a Dios para salvarlos, pero saben que no tienen confianza, esperan lo peor. En realidad, ninguno más, entre el pueblo, es todavía capaz de esperar. Estaban desesperados.

Es en esta situación aparece en escena Judit. Viuda, mujer de gran belleza y sabiduría, ella habla al pueblo con el lenguaje de la fe. Valiente, reprocha en la cara al pueblo diciendo: «Ustedes ponen a prueba al Señor todopoderoso, […]. No, hermanos; cuídense de provocar la ira del Señor, nuestro Dios. Porque si él no quiere venir a ayudarnos en el término de cinco días, tiene poder para protegernos cuando él quiera o para destruirnos ante nuestros enemigos. […]. Por lo tanto, invoquemos su ayuda, esperando pacientemente su salvación, y él nos escuchará si esa es su voluntad» (8,13.14-15.17). Es el lenguaje de la esperanza. Toquemos la puerta del corazón de Dios, Él es Padre, Él puede salvarnos. Esta mujer, viuda, arriesga de quedar mal ante los demás. ¡Pero es valiente! ¡Va adelante! Esta es mi opinión: las mujeres son más valientes que los hombres.

Y con la fuerza de un profeta, Judit convoca a los hombres de su pueblo para conducirlos a la confianza en Dios; con la mirada de un profeta, ella ve más allá del estrecho horizonte propuesto por los jefes y del miedo que lo hace aún más limitado. Dios actuará ciertamente – ella lo afirma – mientras la propuesta de los cinco días de espera es un modo para tentarlo y para someterse a su voluntad. El Señor es Dios de salvación – y ella lo cree –, cualquier forma esa tome. Es salvación librar de los enemigos y hacer vivir, pero, en sus planes impenetrables, puede ser salvación también entregar a la muerte. Mujer de fe, ella lo sabe. Luego conocemos el final, como terminó la historia: Dios salva.


Queridos hermanos y hermanas, no pongamos jamás condiciones a Dios y dejemos en cambio que la esperanza venza nuestros temores. Confiar en Dios quiere decir entrar en sus designios sin ninguna pretensión, también aceptando que su salvación y su ayuda lleguen a nosotros de modos distintos a nuestras expectativas. Nosotros pedimos al Señor vida, salud, afectos, felicidad; y es justo hacerlo, pero con la conciencia que Dios sabe traer vida también de la muerte, que se puede experimentar la paz también en la enfermedad, y que puede haber serenidad también en la soledad y alegría también en el llanto. No somos nosotros los que podemos enseñar a Dios aquello que debe hacer, de lo que nosotros tenemos necesidad. Él lo sabe mejor que nosotros, y debemos confiar, porque sus vías y sus pensamientos son distintos a los nuestros.

El camino que Judit nos indica es aquel de la confianza, de la espera en la paz, de la oración y de la obediencia. Es el camino de la esperanza. Sin fáciles resignaciones, haciendo todo lo que está en nuestras posibilidades, pero siempre permaneciendo en el surco de la voluntad del Señor, porque – lo sabemos – ha orado mucho, ha hablado al pueblo y después, valerosa, se ha ido, ha buscado el modo para acercarse al jefe del ejército y ha logrado cortarle la cabeza, decapitarlo. Es valiente en la fe y en las obras. Y busca siempre al Señor. Judit, de hecho, tiene un plan, lo actúa con suceso y lleva al pueblo a la victoria, pero siempre en la actitud de fe de quien todo acepta de la mano de Dios, segura de su bondad.

Así, una mujer llena de fe y de valentía devuelve la fuerza a su pueblo en peligro mortal y lo conduce sobre la vía de la esperanza, indicándolo también a nosotros. Y nosotros, si hacemos un poco de memoria, cuántas veces hemos escuchado palabras sabias, valientes, de personas humildes, de mujeres humildes que uno piensa que – sin despreciarlas – fueran ignorantes. Pero son palabras de la sabiduría de Dios. Las palabras de las abuelas. Cuantas veces las abuelas saben decir la palabra justa, la palabra de esperanza, porque tienen la experiencia de la vida, han sufrido mucho, se han encomendado a Dios y el Señor les da este don de darnos consejos de esperanza. Y, recorriendo esas vías, será alegría y luz pascual encomendarse al Señor con las palabras de Jesús: «Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,42). Y esta es la oración de la sabiduría, de la confianza y de la esperanza.

PAPA FRANCISCO: LAS MUJERES SON MÁS VALIENTES QUE LOS HOMBRES


Papa Francisco: Las mujeres son más valientes que los hombres
Por Álvaro de Juana
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



VATICANO, 25 Ene. 17 / 08:03 am (ACI).- En la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco afirmó de manera categórica e improvisando: “Esta es mi opinión: las mujeres son más valientes que los hombres”.

El Pontífice dijo estas palabras cuando ofrecía, como cada miércoles, una de sus catequesis centrada de nuevo sobre la esperanza cristiana. En concreto habló de la figura de Judit en el Antiguo Testamento, quien según él era una mujer valiente.


Francisco explicó que Judit era “viuda, una mujer de gran belleza y sabiduría” y que “habla al pueblo con el lenguaje de la fe”. “Valiente, reprocha en la cara al pueblo diciendo: ‘Ustedes ponen a prueba al Señor todopoderoso. No, hermanos; cuídense de provocar la ira del Señor, nuestro Dios. Porque si él no quiere venir a ayudarnos en el término de cinco días, tiene poder para protegernos cuando él quiera o para destruirnos ante nuestros enemigos. […]. Por lo tanto, invoquemos su ayuda, esperando pacientemente su salvación, y él nos escuchará si esa es su voluntad’”, contó el Papa sobre el relato bíblico.

Fue en este momento cuando expresó su opinión a cerca de las mujeres: “Es el lenguaje de la esperanza. Toquemos la puerta del corazón de Dios, Él es Padre, Él puede salvarnos. Esta mujer, viuda, arriesga de quedar mal ante los demás. ¡Pero es valiente! ¡Va adelante! Esta es mi opinión: las mujeres son más valientes que los hombres”.

lunes, 23 de enero de 2017

PAPA FRANCISCO: EL DINERO QUE PROVIENE DE DELITOS ESTÁ ENSANGRENTADO Y HACE MAL


Papa Francisco: El dinero que proviene de delitos está ensangrentado y hace mal
Por Álvaro de Juana



VATICANO, 23 Ene. 17 / 06:55 am (ACI).- En los últimos tiempos, la seguridad es uno de los temas que más preocupan a la sociedad y a los estados, entre ellos al Vaticano. Por eso, el Papa Francisco recibió en audiencia a los miembros de la Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorismo de Italia y les agradeció su labor.

En su discurso, Francisco afirmó que “el dinero de los negocios sucios y de los delitos mafiosos es dinero ensangrentado y produce un poder inicuo”.


Sobre las organizaciones mafiosas, el Papa Francisco comenzó su discurso asegurando que surgen gracias a “las carencias económicas, sociales y políticas” porque “encuentran un terreno fértil para realizar sus proyectos deplorables”.

Francisco expresó su aprecio hacia ellos por “vuestra actividad, difícil y de riesgo, pero indispensable para el rescate y la liberación del poder de las asociaciones criminales que son responsables de la violencia y de la explotación manchada de sangre humana”.  


“La sociedad tiene necesidad de ser resanada de la corrupción, de las extorsiones, del tráfico ilícito de estupefacientes y de armas, de la trata de seres humanos, entre los que hay muchos niños, reducidos a esclavitud”.

“Son auténticas plagas sociales –prosiguió–, y, al mismo tiempo, desafíos globales que la colectividad internacional está llamada a afrontar con determinación”.

El Papa expresó que “la sociedad tiene una gran confianza en vuestra responsabilidad y experiencia dedicada a combatir y erradicar el crimen organizado”. “Os exhorto a dedicar el máximo esfuerzo sobre todo contra la trata de personas y el contrabando de inmigrantes”, pidió.

También señaló que es necesario “aumentar las actividades de tutela de las víctimas, dándoles asistencia legal y social para estos hermanos nuestros en busca de paz y de un futuro”.

“Aquellos que huyen de sus países a causa de la guerra, de la violencia y de las persecuciones tienen derecho a encontrar una adecuada acogida e idónea protección en los países”.

El Santo Padre también pidió ayudarles en lo que respecta a la educación. “Los diversos agentes educativos –familias, escuelas, comunidades cristianas, realidades deportivas y culturales, están llamadas a favorecer una conciencia de moralidad y de legalidad orientada a modelos de vida honestos, pacíficos y solidarios que poco a poco venzan el mal y lleven al camino del bien”.

Sobre la mafia, afirmó que es expresión “de una cultura de muerte” que hay que combatir. “Se opone radicalmente a la fe y al Evangelio, que son siempre la vida”, dijo en el discurso. “Quien sigue a Cristo tiene pensamientos de paz, de fraternidad, de justicia, de acogida y de perdón”.


Por último, recordó que la Iglesia es cercana a esta situación y a los que “tienen necesidad de ser ayudados a salir de la espiral de la violencia y a regenerarse en la esperanza”.

“Soy consciente del hecho de que el trabajo que desarrolláis comporta también el riesgo de la vida u otros peligros para vosotros y vuestras familias. Por eso requiere un suplemento de pasión, de sentido del deber y de fuerza anímica”.

“Pido a Dios –terminó– que toque el corazón de los hombres y de las mujeres de las diversas mafias, para que se detengan, dejen de hacer el mal, se conviertan y cambien de vida”.

PAPA FRANCISCO: LOS QUE BLASFEMAN ESTÁN CERRADO AL PERDÓN


Papa Francisco: Los que blasfeman están cerrados al perdón
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano


VATICANO, 23 Ene. 17 / 05:44 am (ACI).- En esta ocasión, el Papa Francisco reflexionó durante la homilía en la Misa de la Casa Santa Marta sobre el sacerdocio de Cristo y aseguró que la persona que blasfema está cerrada al perdón de Dios.

Francisco recordó que mientras los sacerdotes de la Antigua Alianza tenían que ofrecer cada año sacrificios, “Cristo se ofrece a sí mismo, una vez para siempre, para el perdón de los pecados”. Así “nos ha llevado al Padre”, “ha recreado la armonía de la creación”.

El Papa también recordó que Jesús “ora por nosotros”. “Mientras nosotros rezamos aquí, Él ora por nosotros, por cada uno de nosotros”.


“Cuántas veces, en efecto, se pide a los sacerdotes que recen porque sabemos que la oración del sacerdote tiene una cierta fuerza”, señaló.  Otra “maravilla” es cuando Cristo regrese para “hacer el Reino definitivo”.

“Existe esta maravilla, este sacerdocio de Jesús en 3 etapas: en la que nos perdona los pecados, una vez, para siempre; en la que intercede ahora por nosotros; y la que sucederá cuando Él vuelva”.

“Nosotros sabemos –continuó– que el Señor perdona todo si nosotros abrimos un poco el corazón. ¡Todo! Los pecados y también todas las blasfemias que dirán, pero quien blasfema contra el Espíritu Santo no será perdonado en eterno”.

A este punto, el Papa explicó que la “blasfemia es imperdonable”. “Jesús como Sumo Sacerdote ha recibido una unción. ¿Y cuál ha sido esta unción? La carne de María con la obra del Espíritu Santo. Y el que blasfema sobre esto, blasfema sobre el fundamento del amor de Dios, que es la redención, la re-creación; blasfema sobre el sacerdocio de Cristo. ‘Pero que malo el Señor, ¿no perdona?’. ¡No! ¡El Señor perdona todo! Pero quien dice estas cosas está cerrado al perdón. ¡No quiere ser perdonado! ¡No se deja perdonar!”.

“Esto es lo feo de la blasfemia contra el Espíritu Santo: no dejarse perdonar, porque reniega de la unción sacerdotal de Jesús, que ha hecho el Espíritu Santo”. Y “no es porque el Señor no quiera perdonar todo, sino porque este está tan cerrado que no se deja perdonar: la blasfemia contra esta maravilla de Jesús”.


Por último, el Pontífice manifestó: “hoy nos hará bien durante la Misa pensar que aquí en el altar se hace memoria viva, porque Él estará presente ahí, desde el primer sacerdocio de Jesús cuando ofrece su vida por nosotros; está también la memoria viva del segundo sacerdocio porque Él orará aquí; pero también, en esta Misa –lo diremos después del Padrenuestro– está el tercer sacerdocio de Jesús, cuando Él regresará y la esperanza nuestra de la gloria”.

“Pidamos al Señor la gracia de que nuestro corazón no se cierre, que no se cierre jamás a esta maravilla, a esta gran gratuidad”, terminó.

PAPA FRANCISCO: CRISTO SIEMPRE SE REVELA EN LA COTIDIANIDAD DE LA VIDA


Cristo siempre se revela en la cotidianidad de la vida, afirma el Papa durante el Ángelus
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 22 Ene. 17 / 07:26 am (ACI).- En su enseñanza previa al rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco explicó que el comienzo de la predicación de Jesús junto al mar de Galilea, tierra de paganos, nos indica que esta no se dirigía de forma exclusiva a los judíos, sino a toda la humanidad; y que el modo como llamó a sus primeros discípulos muestra que “el Señor se revela a nosotros de un modo extraordinario, pero siempre en la cotidianidad de nuestra vida”

Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa afirmó que desde Galilea, “un lugar impensable”, se difunde la luz de Cristo que salva a la humanidad.

El Santo Padre indicó que Jesús “deja Nazaret, un pueblecito de las montañas, y se establece en Cafarnaum, un núcleo importante junto a la ribera del lago de Galilea, habitado principalmente por paganos, punto de encuentro entre el Mediterráneo y las tierras interiores de Mesopotamia. Esta elección indica que el destinatario de su predicación no son sólo sus compatriotas, sino todos los que llegaban a la cosmopolita ‘Galilea de los gentiles’”.


“Vista desde la capital, Jerusalén, aquella tierra era geográficamente periférica, y religiosamente impura por la mezcla que había con los que no pertenecían a Israel”, señaló el Pontífice. “De Galilea no se esperaban grandes cosas para la historia de la Salvación. Sin embargo, desde allí mismo se difunde aquella ‘luz’, la luz de Cristo”.

“El mensaje de Jesús –continuó Francisco– subraya el mensaje del Bautista, que anunciaba el ‘Reino de los Cielos’. Este reino no supone la instauración de un nuevo poder político, sino el cumplimiento de la alianza entre Dios y su pueblo que inaugurará un período de paz y justicia. Para aplicar este pacto de alianza con Dios, cada uno de nosotros está llamado a convertirse transformando nuestro particular modo de pensar y de vivir”.

El Papa explicó la relación existente entre la predicación de Jesús y la de San Juan Bautista: “Lo que diferencia a Jesús de San Juan Bautista es el estilo y el método. Jesús elige ser un profeta itinerante. No se queda esperando a las personas, sino que se mueve al encuentro de ellas”.

Cuando Jesús llama junto al mar de Galilea a los dos grupos de hermanos, que estaban pescando en ese momento, para ser sus discípulos, Simón y Andrés, por un lado, y Santiago y Juan, por otro, les llama diciendo: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”.

“La llamada llega a ellos cuando están en medio de su actividad cotidiana: el Señor se revela a nosotros de un modo extraordinario, pero siempre en la cotidianidad de nuestra vida”. “La respuesta de los cuatro pescadores es inmediata: dejaron lo que estaban haciendo y le siguieron. Sabemos, de hecho, que eran discípulos del Bautista y que, gracias a su testimonio, ya habían comenzado a creer en Jesús como el Mesías”.


Francisco concluyó afirmando que “nosotros, los cristianos de hoy, tenemos la alegría de proclamar y testimoniar nuestra fe porque se produjo aquel primer anuncio, porque aquellos hombres humildes y valientes respondieron generosamente a la llamada de Jesús”.

“Junto a la orilla del lago, en una tierra impensable, nació la primera comunidad de discípulos de Cristo”, señaló.

PAPA FRANCISCO REZÓ POR LAS VÍCTIMAS DEL ALUD EN ABRUZZO


Estoy cerca con la oración, de las víctimas del alud en Abruzzo
Rezó con los presentes un Ave María e invitó a seguir orando por ellos


El papa Francisco rezó este domingo la oración del ángelus desde la ventana de su estudio que da hacia la plaza de San Pedro,


Por: SERGIO MORA / Santa Sede | Fuente: ZENIT – Roma / 22 de enero 2017 



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco rezó este domingo la oración del ángelus desde la ventana de su estudio que da hacia la plaza de San Pedro, donde le aguardaban miles de fieles y peregrinos. Después de explicar las lecturas del día y rezar el ángelus el Santo Padre dirigió su pensamiento a las víctimas y familiares de quienes sufrieron un alud que arrasó y sepultó el lujoso hotel Rigopiano, en Italia Central, con al menos 34 personas en su interior, varios de ellos niños.
“En los días pasados el terremoto y las fuertes nevadas han puesto nuevamente a dura prueba a muchos de nuestros hermanos y hermanas de Italia Central, especialmente en Abruzzo, Marche y Lazio”, dijo Francisco. Y añadió: “Estoy cerca con la oración y con el cariño, de las familias que han tenido víctimas entre sus seres queridos”.
“Animo a todos los que se están empeñando con gran generosidad –prosiguió el Papa– en las operaciones de socorro y de asistencia, como a las Iglesias locales, que se esfuercen para aliviar los sufrimientos y dificultades”. Así el Santo Padre no solo invitó a orar por ellos, sino que con los presentes rezó un Ave María.
La avalancha de 120 mil toneladas de nieve con una velocidad de cien kilómetros horarios, cayó en la tarde del pasado miércoles 18, el mismo día en el que el centro de Italia fue nuevamente sacudido por cuatro nuevos movimientos telúricos superiores a los 5° en la escala de Richter.
El saldo provisorio es de 5 muertos, 9 salvados que habían quedado muchas horas sepultados en las estructuras destruidas del hotel entre los cuales niños. Hay aún 23 personas desaparecidas. Las operaciones prosiguen en medio de las dificultades del mal tiempo y de la nieve que mantiene aisladas a diversas localidades de Italia Central.

EN LA FIESTA DE SANTA INÉS, PRESENTARON AL PAPA LOS CORDEROS BENDECIDOS


En la Fiesta de Santa Inés, presentaron al Papa los corderos bendecidos
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 22 Ene. 17 / 11:41 am (ACI).- Este sábado 21 de enero, día en que la Iglesia recuerda a Santa Inés, virgen y mártir romana del siglo III, fueron presentados al Papa Francisco los dos corderos bendecidos en la basílica dedicada a la santa y cuyas lanas servirán para confeccionar los palios de los nuevos arzobispos metropolitanos.

Los pequeños corderos fueron presentados al Pontífice en la mañana de ayer en la Capilla Urbano VIII del Vaticano. Como se sabe, el nombre latino de Santa Inés es “Agnes”, asociado a “agnus” que significa cordero. Se le considera patrona de las jóvenes, las novias, las prometidas en matrimonio, de la pureza y de los jardineros; y se le relaciona con los corderos blancos.


Según informó ayer Radio Vaticana, los palios de los nuevos arzobispos metropolitanos “serán tejidos y cosidos por las monjas de clausura del convento romano de Santa Cecilia con la lana recién esquilada”.

El palio tiene la forma de una faja circular que se coloca sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, destacándose en ella seis o cinco cruces de seda de color negro o rojo, y es usado tanto por el Papa como por los arzobispos.

Es símbolo del obispo que como buen pastor carga al cordero en sus hombros, y también recuerda el Cordero crucificado para la salvación de los hombres, y es un signo de comunión de los arzobispos con la Sede Apostólica.

El rito de la bendición del palio es realizado por el Santo Padre el 29 de junio, en la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y seguidamente, son impuestos por los nuncios apostólicos a los arzobispos en sus respectivas sedes.

Santa Inés nació en el siglo III en Roma de padres cristianos pertenecientes a una ilustre familia patricia. Tiene doce años de edad cuando el emperador Diocleciano desencadena una feroz persecución contra los cristianos. El hijo del prefecto de Roma se enamora de ella y amenaza con denunciarla como cristiana si no cede. Ella no niega a Jesús y lo rechaza.

La joven es expuesta desnuda en el Circo Agonale, o bien, el Estadio de Domiciano en las inmediaciones de la actual plaza Navona, y arrojada al fuego, pero sobrevive. Por último, es atravesada con una espada clavada en la garganta y muere, como en aquel tiempo se mataban a los corderos.