lunes, 26 de diciembre de 2016

SALUDO DEL PAPA FRANCISCO POR NAVIDAD


PAPA FRANCISCO: EL MUNDO ODIA A LOS CRISTIANOS


Papa Francisco: El mundo odia a los cristianos por la misma razón por la que odió a Jesús
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 26 Dic. 16 / 06:55 am (ACI).- Durante el Ángelus presidido en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, por el Papa Francisco afirmó que el mundo odia a los cristianos por la misma razón por la que odio a Jesús, porque “Él trajo la luz de Dios y el mundo prefiere ocultar las tinieblas para ocultar sus obras malas”.

Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice se preguntó por qué el mundo odia a los cristianos, por qué hay tanta persecución contra aquellos que creen en el Evangelio.

“El mundo odia a los cristianos por la misma razón por la que odió a Jesús, porque Él trajo la luz de Dios y el mundo prefiere las tinieblas para ocultar sus obras malas. Hay una oposición entre la mentalidad del Evangelio y la mentalidad de lo mundano. Seguir a Jesús significa seguir su luz, que se enciende en la noche de Navidad y disipa la oscuridad del mundo”, señaló.

El Pontífice recordó, con motivo de la fiesta de San Esteban, el primer mártir, a todos los cristianos que sufren persecución y violencia en el mundo. Señaló que “el martirio continúa estando presente en la historia de la Iglesia, desde Esteban hasta nuestros días”, y repitió las palabras de Jesús en el Evangelio: “Seréis odiados por causa de mi nombre”.

“También hoy la Iglesia, para dar testimonio de la luz y de la verdad, experimenta en diversos lugares duras persecuciones, hasta la suprema prueba del martirio. ¡Cuántos de nuestros hermanos y hermanas en la fe sufren abusos, violencia y son odiados por su fe en Jesús!”, exclamó.

Francisco explicó que “los mártires de hoy son más que aquellos que murieron en los primeros siglos. Cuando leemos la historia de los primeros siglos del cristianismo, aquí en Roma, leemos tanta crueldad con los cristianos… Yo os digo: es la misma crueldad que hay hoy con los cristianos, y en número mayor”.

El Obispo de Roma exhortó a pensar de forma especial en ellos, “y a permanecer cercanos a ellos en nuestro afecto, en nuestra oración y, también, en nuestro clamor”.

En este sentido, subrayó con admiración cómo “ayer, día de Navidad, los cristianos perseguidos en Irak celebraron la Navidad en su catedral destruida”. “Es un ejemplo de fidelidad al Evangelio. A pesar de las pruebas y peligros, dan testimonio con valentía de su pertenencia a Cristo, y viven el Evangelio trabajando en favor de los últimos, de los que más sufren, haciendo el bien a todos sin distinción. Testimonian, así, la caridad en la verdad”.

El Papa resaltó el valor del martirio de San Esteban para la comunidad cristiana. “Es el testimonio glorioso propio del martirio cristiano, sufrido por amor a Jesucristo”, afirmó.

“El protomártir Esteban, lleno del Espíritu Santo, fue lapidado porque confesó su fe en Jesucristo, Hijo de Dios. El Unigénito que viene al mundo invita a cada creyente a escoger el camino de la luz y de la vida. Este es el significado profundo de su venida a nosotros. Amando al Señor y obedeciendo a su voz, el diácono Esteban escogió a Cristo, Vida y Luz para cada hombre. Al elegir la verdad se convirtió, al mismo tiempo, en víctima del misterio del mal presente en el mundo. ¡Pero en Cristo, Esteban ha vencido!”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Mateo 10:17-22

17 Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas;


18 y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles.

19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento.

20 Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.

21 «Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán.

22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.

RENUNCIEMOS A LA TRISTEZA Y LO EFÍMERO PORQUE HA NACIDO DIOS


Papa Francisco en Navidad: Renunciemos a la tristeza y lo efímero porque ha nacido Dios
Foto: ACI Prensa



VATICANO, 24 Dic. 16 / 04:21 pm (ACI).- En la Misa que presidió a las 21:30 horas de Roma en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco explicó el verdadero sentido de la Navidad: “Si queremos celebrar la verdadera Navidad, contemplemos la sencillez frágil de un niño recién nacido, la dulzura al verlo recostado, la ternura de los pañales que lo cubren. Allí está Dios”.

“El Niño que nace nos interpela: nos llama a dejar los engaños de lo efímero para ir a lo esencial, a renunciar a nuestras pretensiones insaciables, a abandonar las insatisfacciones permanentes y la tristeza ante cualquier cosa que siempre nos faltará”, afirmó.

En la homilía que pronunció el Pontífice, también afirmó que “la Navidad tiene sobre todo un sabor de esperanza porque, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece”.

“Su luz suave no da miedo; Dios, enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura, naciendo pobre y frágil en medio de nosotros, como uno más”. Dejémonos tocar por la ternura que salva”, invitó el Papa.

A continuación, el texto completo de la homilía del Papa Francisco:

«Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres» (Tt 2,11). Las palabras del apóstol Pablo manifiestan el misterio de esta noche santa: ha aparecido la gracia de Dios, su regalo gratuito; en el Niño que se nos ha dado se hace concreto el amor de Dios para con nosotros.


Es una noche de gloria, esa gloria proclamada por los ángeles en Belén y también por nosotros hoy en todo el mundo. Es una noche de alegría, porque desde hoy y para siempre Dios, el Eterno, el Infinito, es Dios con nosotros: no está lejos, no debemos buscarlo en las órbitas celestes o en una idea mística; es cercano, se ha hecho hombre y no se cansará jamás de nuestra humanidad, que ha hecho suya.

Es una noche de luz: esa luz que, según la profecía de Isaías (cf. 9,1), iluminará a quien camina en tierras de tiniebla, ha aparecido y ha envuelto a los pastores de Belén (cf. Lc 2,9).

Los pastores descubren sencillamente que «un niño nos ha nacido» (Is 9,5) y comprenden que toda esta gloria, toda esta alegría, toda esta luz se concentra en un único punto, en ese signo que el ángel les ha indicado: «Encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12).

Este es el signo de siempre para encontrar a Jesús. No sólo entonces, sino también hoy. Si queremos celebrar la verdadera Navidad, contemplemos este signo: la sencillez frágil de un niño recién nacido, la dulzura al verlo recostado, la ternura de los pañales que lo cubren. Allí está Dios.

Con este signo, el Evangelio nos revela una paradoja: habla del emperador, del gobernador, de los grandes de aquel tiempo, pero Dios no se hace presente allí; no aparece en la sala noble de un palacio real, sino en la pobreza de un establo; no en los fastos de la apariencia, sino en la sencillez de la vida; no en el poder, sino en una pequeñez que sorprende.

Y para encontrarlo hay que ir allí, donde él está: es necesario reclinarse, abajarse, hacerse pequeño. El Niño que nace nos interpela: nos llama a dejar los engaños de lo efímero para ir a lo esencial, a renunciar a nuestras pretensiones insaciables, a abandonar las insatisfacciones permanentes y la tristeza ante cualquier cosa que siempre nos faltará. Nos hará bien dejar estas cosas para encontrar de nuevo en la sencillez del Niño Dios la paz, la alegría, el sentido de la vid

Dejémonos interpelar por el Niño en el pesebre, pero dejémonos interpelar también por los niños que, hoy, no están recostados en una cuna ni acariciados por el afecto de una madre ni de un padre, sino que yacen en los escuálidos «pesebres donde se devora su dignidad»: en el refugio subterráneo para escapar de los bombardeos, sobre las aceras de una gran ciudad, en el fondo de una barcaza repleta de emigrantes.

Dejémonos interpelar por los niños a los que no se les deja nacer, por los que lloran porque nadie les sacia su hambre, por los que no tienen en sus manos juguetes, sino armas. ´`´`El misterio de la Navidad, que es luz y alegría, interpela y golpea, porque es al mismo tiempo un misterio de esperanza y de tristeza. Lleva consigo un sabor de tristeza, porque el amor no ha sido acogido, la vida es descartada. Así sucedió a José y a María, que encontraron las puertas cerradas y pusieron a Jesús en un pesebre, «porque no tenían [para ellos] sitio en la posada» (v. 7): Jesús nace rechazado por algunos y en la indiferencia de la mayoría.

También hoy puede darse la misma indiferencia, cuando Navidad es una fiesta donde los protagonistas somos nosotros en vez de él; cuando las luces del comercio arrinconan en la sombra la luz de Dios; cuando nos afanamos por los regalos y permanecemos insensibles ante quien está marginado.

Pero la Navidad tiene sobre todo un sabor de esperanza porque, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece. Su luz suave no da miedo; Dios, enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura, naciendo pobre y frágil en medio de nosotros, como uno más. Nace en Belén, que significa «casa del pan». Parece que nos quiere decir que nace como pan para nosotros; viene a la vida para darnos su vida; viene a nuestro mundo para traernos su amor. No viene a devorar y a mandar, sino a nutrir y servir.

De este modo hay una línea directa que une el pesebre y la cruz, donde Jesús será pan partido: es la línea directa del amor que se da y nos salva, que da luz a nuestra vida, paz a nuestros corazones.

Lo entendieron, en esa noche, los pastores, que estaban entre los marginados de entonces. Pero ninguno está marginado a los ojos de Dios y fueron justamente ellos los invitados a la Navidad. Quien estaba seguro de sí mismo, autosuficiente se quedó en casa entre sus cosas; los pastores en cambio «fueron corriendo de prisa» (cf. Lc 2,16).

También nosotros dejémonos interpelar y convocar en esta noche por Jesús, vayamos a él con confianza, desde aquello en lo que nos sentimos marginados, desde nuestros límites. Dejémonos tocar por la ternura que salva. Acerquémonos a Dios que se hace cercano, detengámonos a mirar el belén, imaginemos el nacimiento de Jesús: la luz y la paz, la pobreza absoluta y el rechazo.

Entremos en la verdadera Navidad con los pastores, llevemos a Jesús lo que somos, nuestras marginaciones, nuestras heridas no curadas. Así, en Jesús, saborearemos el verdadero espíritu de Navidad: la belleza de ser amados por Dios. Con María y José quedémonos ante el pesebre, ante Jesús que nace como pan para mi vida. Contemplando su amor humilde e infinito, digámosle gracias: gracias, porque has hecho todo esto por mí.

PAPA FRANCISCO RECUERDA A LAS VÍCTIMAS DEL AVIÓN RUSO


El Papa Francisco recuerda a las víctimas del avión ruso accidentado en el Mar Negro
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: News.va



VATICANO, 26 Dic. 16 / 07:38 am (ACI).- Luego del rezo del Ángelus, el Santo Padre expresó sus profundas condolencias y cercanía “al pueblo ruso” por el accidente del avión militar que se estrelló el domingo 25 de diciembre en el Mar Negro, en el cual viajaban 92 pasajeros, entre ellos el Coro de las Fuerzas Armadas Rusas.

“Expreso mis profundas condolencias por la triste noticia del avión ruso que se estrelló en el Mar Negro. Que el Señor consuele al querido pueblo ruso, a los familiares de los pasajeros que viajaban a bordo: periodistas, tripulación y miembros del excelente coro y orquesta de las Fuerzas Armadas. Que la Beata Virgen María ayude en las operaciones de rescate actualmente en curso”, señaló el Santo Padre.



El Pontífice recordó que “en el año 2004, el coro visitó el Vaticano para el 26º aniversario del pontificado de San Juan Pablo II”. “Rezamos por ellos”, afirmó.

El avión había despegado del aeropuerto de Sochi, ciudad balneario ruso en la ribera del Mar Negro, y tenía como destino la provincia siria de Latakia, donde el coro iba a ofrecer un concierto de Navidad. Sin embargo, se precipitó al mar poco después de despegar.

Las autoridades rusas, que han descartado un ataque terrorista o un fallo humano, atribuyen el incidente a causas técnicas y confirmaron el fallecimiento de todos los pasajeros y miembros de la tripulación.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

PAPA FRANCISCO EXPLICA POR QUÉ ES IMPORTANTE EL PESEBRE EN CASA EN ADVIENTO Y NAVIDAD


Papa Francisco explica por qué es importante el pesebre en casa en Adviento y Navidad
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)




VATICANO, 21 Dic. 16 / 06:23 am (ACI).- Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco explicó la importancia de tener el pesebre en casa, además de la necesidad de contemplar cada uno de sus elementos en el tiempo del Adviento y la Navidad, porque ahí también podemos encontrar una fuente de esperanza.

“En las casas de los cristianos, durante el tiempo de Adviento, se prepara el pesebre, según la tradición inaugurada por San Francisco de Asís. En su simplicidad, el pesebre transmite la esperanza”, señaló el Papa.

“En primer lugar, nos fijamos en el lugar en el que nace Jesús: Belén. Una pequeña aldea de Judea donde mil años antes había nacido David, el pastor elegido por Dios para ser Rey de Israel”.

El Pontífice recordó que Belén no era una capital, “y por eso fue el lugar preferido por la providencia divina, que ama actuar por medio de los pequeños y los humildes”. “En aquel lugar nace el ‘hijo de David’ tan esperado, Jesús, en el cual se encuentran la esperanza de Dios y la esperanza de los hombres”.


Después “podemos mirar a María, Madre de la esperanza”. Francisco subrayó que María, con su “sí” abrió a “Dios la puerta de nuestro mundo: su corazón joven estaba lleno de esperanza, animada por la fe. Por eso Dios la eligió a ella, que ha creído en su Palabra”.

Francisco también subrayó la importancia de la presencia de San José: “Junto a María está José, descendiente de Jesé y de David, quien también ha creído en la palabra del ángel, y mirando a Jesús en el pesebre, medita acerca de aquel Niño que viene del Espíritu Santo, y que el mismo Dios ordenó llamarle ‘Jesús’. En ese nombre está la esperanza de cada hombre, porque mediante aquel hijo de mujer, Dios salvará a la humanidad de la muerte y del pecado”.

Asimismo, destacó que “en el pesebre también están los pastores, que representan a los humildes y a los pobres que esperaban al Mesías, y en Él, al consuelo de Israel, a la redención de Jerusalén. En aquel Niño encuentran la realización de esa promesa, y confían en que la salvación de Dios llegue finalmente a cada uno de ellos”.

Por último, destacó que “el coro de los ángeles anuncia desde lo alto el gran designio que ese Niño realiza: ‘gloria a Dios en lo alto del cielo, y sobre la tierra paz a los hombres que ama’. La esperanza cristiana se refleja en la alabanza y en el agradecimiento a Dios, que ha inaugurado su Reino de amor, de justicia y de paz”.

El Papa Francisco enseñó que el Nacimiento del Mesías marca “el momento en que la esperanza entró en el mundo por la encarnación del Hijo de Dios”.

El Obispo de Roma recordó las profecías de Isaías: ‘Mirad que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo que será llamado Emmanuel’; y también: ‘Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces’”.

“En estas dos citas se transmite el sentido de la Navidad: Dios cumple su promesa de convertirse en hombre; no abandona a su pueblo, se acerca despojándose de su divinidad. De esta manera, Dios demuestra su fidelidad e inaugura un Reino nuevo, que entrega una nueva esperanza a la humanidad: la vida eterna”.

Francisco indicó que “a menudo, cuando nos hablan de esperanza, se refieren a algo que no está al alcance del hombre, o que no es visible. Por el contrario, la Navidad de Cristo, que inaugura la redención, nos habla de esperanza de una forma diferente, una esperanza en la que se puede confiar, visible y comprensible, porque se fundamenta en Dios”.

Esta esperanza, explicó el Pontífice, “entra en el mundo y nos da la fuerza para caminar con Él hacia la plenitud de la vida y de permanecer en el presente de una manera nueva, aunque sea fatigosa”.

Para el cristiano, por lo tanto, “la esperanza significa la certeza de estar en el camino con Cristo hacia el Padre, que nos espera. Esta esperanza, que el Niño de Belén nos entrega, nos ofrece una meta, un destino bueno en el presente, la salvación de la humanidad, la santidad de quien confía en Dios misericordioso. San Pablo resume esto con esta expresión: ‘En la esperanza hemos sido salvados’”.

PAPA FRANCISCO CONCEDE LIBERTAD CONDICIONAL A SACERDOTE CONDENADO POR VATILEAKS


Papa Francisco concede libertad condicional a sacerdote condenado por Vatileaks
Por Blanca Ruiz


VATICANO, 21 Dic. 16 / 06:55 am (ACI).- Como un gesto de clemencia, el Papa Francisco ha concedido la libertad condicional al sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, que había sido condenado por la filtración conocida como “Vatileaks 2”.

El sacerdote español, antiguo secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos, fue condenado el pasado julio a 18 meses de prisión por haber filtrado documentos económicos reservados de la Santa Sede. Hasta ahora había cumplido once meses de su condena.

Este acto de clemencia del Papa Francisco con el sacerdote español le concede la  libertad condicional, lo que le permite abandonar la celda del Vaticano en la que se encontraba, pero no anula los siete meses restantes que le faltan.

Según apunta el diario español ABC, en caso de que infrinja las condiciones de esta libertad, algo que ya hizo cuando se encontraba a la espera de juicio, volvería a la celda de la Gendarmería Vaticana para cumplir el resto del tiempo que le queda.

De esta manera, el sacerdote cesa todos los vínculos laborales con la Santa Sede y pasa a integrarse en la diócesis de Astorga, León (España) a la que pertenece.

Dependerá, como todos los sacerdotes diocesanos de su Obispo, en este caso, Mons. Juan Antonio Menéndez Fernández y deberá dedicarse a las actividades que este le asigne. También se le requiere un comportamiento discreto.

Mons. Lucio Ángel Vallejo Balda fue detenido el 1 de noviembre de 2015 acusado de filtrar material clasificado de carácter económico de la Santa Sede, un proceso conocido como ‘Vatileaks 2’.

La mayoría de los documentos filtrados provenían de la Comisión Investigadora de los Organismos Económicos y Administrativos de la Santa Sede (COSEA), de la que el P. Vallejo Balda era secretario.

El proceso judicial terminó el pasado 7 de agosto con la sentencia de 18 meses de cárcel para el sacerdote y 10 meses de cárcel para la publicista italiana Francesca Chaouqui, también imputada en el caso de filtraciones.

Cuando ingresó en la celda de la Gendarmería Vaticana el 22 de agosto de 2015, el sacerdote ya había cumplido más de la mitad de la pena por una serie de medidas cautelares.

El P. Vallejo reconoció haber dado acceso a los datos financieros a varios periodistas, pero aseguró haberlo hecho bajo la presión de la publicista Chaouqui.

El Tribunal suspendió la pena a Chaouqui por su reciente maternidad.

PAPA FRANCISCO PIDE PAZ EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO


El Papa Francisco pide paz en la República Democrática del Congo
Por Miguel Pérez Pichel
 Lucía Ballester (ACI Prensa)



VATICANO, 21 Dic. 16 / 07:20 am (ACI).- Luego de la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco hizo un llamado a la paz y al diálogo en la República Democrática del Congo, donde la negativa del presidente Joseph Kabila a abandonar el poder, una vez finalizado su mandato, amenaza con desatar una guerra civil.

“A la luz de un reciente encuentro que he tenido con el Presidente y el Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo, dirijo nuevamente un encarecido llamado a todos los congoleños para que, en este delicado momento de su historia, sean artífices de la reconciliación y de la paz”, dijo el Papa.


El Santo Padre llamó a “aquellos que tienen la responsabilidad política de escuchar la voz de su conciencia, a ser conscientes del cruel sufrimiento de sus compatriotas y a trabajar por el bien común”.

Al mismo, tiempo, Francisco quiso “garantizar mi apoyo y mi afecto al amado pueblo de ese país. Invito a todos a dejarse guiar por la luz del Redentor del mundo, y rezo para que la Natividad del Señor abra caminos a la esperanza”.

La República Democrática del Congo está atravesando unos días de graves disturbios en las calles de sus ciudades, principalmente en la capital, Kinshasa, tras la negativa del Presidente Joseph Kabila a cesar en su cargo el pasado lunes 19 de diciembre, como le obligaba la Constitución.

Según denunció la ONU, al menos 26 personas murieron el martes 20 a manos de las fuerzas de seguridad durante los disturbios en Kinshasa.