viernes, 16 de diciembre de 2016

PAPA FRANCISCO EXPLICA QUÉ HACER ANTE EL SUFRIMIENTO DE LOS NIÑOS


El Papa Francisco explica qué hacer ante el sufrimiento de los niños
Por Miguel Pérez Pichel



VATICANO, 15 Dic. 16 / 08:55 am (ACI).- “¿Por qué los niños sufren?”, se preguntó el Papa Francisco ante cientos de médicos, enfermeras, administrativos, pacientes y familiares del Hospital Pediátrico Bambino Jesús de Roma, a quienes recibió en audiencia.

“No hay respuesta para esa pregunta. Solo nos queda mirar al crucifijo y dejar que sea Jesús quien nos dé la respuesta”.

Rodeado de un grupo de niños y niñas –pacientes y hermanos de pacientes del hospital–, el Santo Padre indicó que “tampoco Jesús nos dio una respuesta” a esa pregunta. “Viviendo en medio de nosotros no nos explicó por qué sufrimos”. 

Sin embargo, dijo el Papa, Jesús “nos mostró el camino para dar sentido a la experiencia humana del sufrimiento: no nos ha explicado por qué se sufre, pero soportando con amor este sufrimiento nos ha mostrado para qué se sufre”.

“¿Por qué sufren los niños?”, volvió a insistir Francisco. “Es una de las preguntas abiertas de nuestra existencia. No lo sabemos. ¿Es Dios injusto? Sí, fue injusto con su Hijo. Lo mandó a la cruz. Pero es nuestra existencia humana, es nuestra carne la que sufre en esos niños. Y cuando se sufre, no se habla: se llora y se reza en silencio”.


El Pontífice reconoció que “acompañar a un niño que sufre es muy difícil”, y en ese sentido tuvo unas palabras de reconocimiento y agradecimiento a las enfermeras y enfermeros por el trabajo que realizan.

“Son ellos los que permanecen más cercanos a los que sufren, son ellos quienes comprenden a los que sufren. Saben cómo coexistir con el sufrimiento, cómo acompañar con ternura. Las enfermeras y los enfermeros tienen una cualidad especial para acompañar y para sanar. Eso es importante”.

La esperanza

El Papa destacó también la importancia de la esperanza en el proceso de curación de un enfermo, pero también en la vida de todas las personas. 

Esa esperanza es algo que se puede aprender de los niños por medio de la gratitud de la que hacen gala. “El descubrimiento diario del valor de la gratitud, aprender a decir ‘gracias’. Lo aprendemos cuando somos niños, pero luego, cuando somos adultos, no lo hacemos”.

“Solo con decir gracias por estar delante de otra persona, ya es un medicamento contra el enfriamiento de la esperanza, que es una horrible enfermedad contagiosa. Dar las gracias alimenta la esperanza, aquella esperanza en la que, como dice San Pablo, hemos sido salvados”.

“La esperanza –afirmó Francisco– es el combustible de la vida cristiana, sin la cual no podemos funcionar. Es el combustible que te hace seguir adelante todos los días. Por lo tanto, es hermoso vivir como personas agradecidas, como niños felices, pequeños, sencillos y alegres de Dios”.


Por otro lado, el Papa Francisco denunció la corrupción que en ocasiones afecta a los hospitales. También reprendió actitudes pasadas del Hospital Bambino Jesús, cuya historia “no siempre ha sido buena. Muchas veces sí lo ha sido, pero ha habido ocasiones en las que no. La tentación de avanzar hacia la uniformidad, de transformar algo muy bonito, como es un hospital infantil, en un negocio en el que los médicos y las enfermeras fueran fuentes de dinero”.

“Un hospital debe tener miedo a la corrupción”, hizo hincapié. 

“El cáncer más fuerte de un hospital es la corrupción. Y la corrupción no surge de un día para otro. Llega poco a poco. En este mundo donde hay tantos problemas de salud, se engaña a tantas personas con la industria de la enfermedad”. 

Como medicina contra la corrupción, el Pontífice afirmó que “hay que mirar a los niños. Los niños no son corruptos. Hay que tratar de encontrar en ellos el signo de identidad del hospital. El Hospital Bambino Jesús debe aprender a decir ‘no’ a la corrupción. Pecadores, sí, todos lo somos. Pero corruptos, nunca”.

PAPA FRANCISCO: LOS ENFERMOS TIENEN DIGNIDAD Y UNA MISIÓN


Papa Francisco: Los enfermos tienen dignidad y una misión, nunca son “objetos”
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: ACI Prensa



VATICANO, 15 Dic. 16 / 07:36 am (ACI).- Con motivo de la XXV Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará en toda la Iglesia el próximo 11 de febrero, la Santa Sede ha hecho público un mensaje del Papa Francisco en el que resalta que quienes padecen una enfermedad o una discapacidad tienen una misión en la vida y nunca pueden ser considerados “simples objetos”.

El Papa Francisco señaló que “los enfermos, como las personas que tienen una discapacidad incluso muy grave, tienen una dignidad inalienable y una misión en la vida y nunca se convierten en simples objetos, aunque a veces puedan parecer meramente pasivos, pero en realidad nunca es así”.

La Jornada fue establecida por San Juan Pablo II en 1992, y se celebró por primera vez en Lourdes, en Francia, el 11 de febrero de 1993. De hecho, la jornada se celebrará de forma especial en ese importante santuario mariano.


El Papa indicó que esta celebración “constituye una ocasión para prestar especial atención a la situación de los enfermos y de todos los que sufren en general; y, al mismo tiempo, es una llamada dirigida a los que se entregan en su favor, comenzando por sus familiares, los agentes sanitarios y voluntarios, para que den gracias por la vocación que el Señor les ha dado de acompañar a los hermanos enfermos”.

El Pontífice señaló que “en la Jornada Mundial del Enfermo podemos encontrar una nueva motivación para colaborar en la difusión de una cultura respetuosa de la vida, la salud y el medio ambiente; un nuevo impulso para luchar en favor del respeto de la integridad y dignidad de las personas, incluso a través de un enfoque correcto de las cuestiones de bioética, la protección de los más débiles y el cuidado del medio ambiente”.

Además, “esta celebración renueva en la Iglesia la fuerza espiritual para realizar de la mejor manera posible esa parte esencial de su misión que incluye el servicio a los últimos, a los enfermos, a los que sufren, a los excluidos y marginados”.

El Santo Padre recordó en su mensaje, que lleva por título “El asombro ante las obras que Dios realiza: ‘El Poderoso ha hecho obras grandes por mí’”, que en Lourdes la Virgen miraba a Santa Bernadette, “pobre, analfabeta y enferma, como se mira a una persona”.

“La hermosa Señora le habla con gran respeto, sin lástima. Esto nos recuerda que cada paciente es y será siempre un ser humano, y debe ser tratado en consecuencia”. 


El Papa Francisco expresó su “cercanía a todos vosotros, hermanos y hermanas, que vivís la experiencia del sufrimiento, y a vuestras familias”.

El Pontífice también agradeció “a todos los que, según sus distintas ocupaciones y en todos los centros de salud repartidos por todo el mundo, trabajan con competencia, responsabilidad y dedicación para vuestro alivio, vuestra salud y vuestro bienestar diario”.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

PAPA FRANCISCO: NAVIDAD ES ACOGER A UN DIOS QUE SE HACE NIÑO


Papa Francisco: Navidad es acoger a un Dios que se hace niño y nos dona esperanza
Por Álvaro de Juana
 Foto. Lucía Ballester / ACI Prensa



VATICANO, 14 Dic. 16 / 04:35 am (ACI).- El Papa Francisco continuó con el nuevo ciclo de catequesis sobre la esperanza cristiana. Esta vez reflexionó sobre la cita de la Escritura “Qué bellos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz” y pidió ser hombres que den a conocer la Buena Noticia y la esperanza de un Niño que se hace hombre para salvar a la humanidad.

“Viendo al pequeño Niño de Belén, los pequeños del mundo sabrán que la promesa se ha cumplido, el mensaje se ha realizado”. “Se necesita abrir el corazón a tanta pequeñez y a tanta maravilla. Es la maravilla de Navidad, a la que nos estamos preparando, con esperanza, en este tiempo de Adviento. Es la sorpresa de un Dios niño, de un Dios pobre, de un Dios débil, de un Dios que abandona su grandeza para hacerse cercano a cada uno de nosotros”.

En el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre recordó que “nos estamos acercando a la Navidad y el profeta Elías nos ayuda una vez más a abrirnos a la esperanza acogiendo la Buena Noticia de la venida de la salvación”.

Francisco explicó que “al final del exilio de Babilonia” el pueblo de Israel tiene “la posibilidad de reencontrar a Dios y, en la fe, de reencontrarse a sí mismo”.

“El Señor se hace cercano, y el ‘pequeño resto’ que en el exilio ha resistido en la fe, que ha atravesado la crisis y ha continuado creyendo y esperando también en medio de la oscuridad, ese ‘pequeño resto’ podrá ver las maravillas de Dios”.

“¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien!”. “Estas palabras de Isaías –dijo el Pontífice– hacen referencia al milagro de la paz, y lo hacen de un modo particular, poniendo la mirada no en el mensajero sino sobre sus pies que corren veloces”.

El Santo Padre indicó que “el mensajero de paz corre, llevando el buen anuncio de liberación, de salvación y proclamando que Dios reina”.

“Dios no ha abandonado a su pueblo y no se ha dejado derrotar por el mal porque Èl es fiel y su gracia es más grande que el pecado”, añadió.

Francisco dijo luego que “el cumplimento de tanto amor será el mismo Reino de Jesús y de paz que nosotros celebramos con la Navidad y que se realiza definitivamente en la Pascua”. Este “es el motivo de nuestra esperanza”.


A continuación, manifestó que cuando la fe se hace “fatigosa” y “viene la tentación de decir que nada tiene sentido” ahí se puede ver que “Dios está viniendo a realizar algo nuevo, a instaurar un reino de paz; Dios ha ‘desnudado su brazo’ y viene a llevar libertad y consuelo”. “El mal no triunfará para siempre, hay un final para el dolor, la desesperación es vencida”, subrayó.

“Estamos llamados a ser hombres y mujeres de esperanza, colaborando a la venida de este Reino hecho de luz y destinado a todos”. El Papa invitó a anunciar la Buena Noticia de manera “urgente”, concluyó.

PAPA FRANCISCO REZA POR EL FALLECIDO PRELADO DEL OPUS DEI MONS. JAVIER ECHEVARRÍA


Papa Francisco reza por el fallecido Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría
Por Miguel Pérez Pichel



VATICANO, 13 Dic. 16 / 07:31 am (ACI).- El Papa Francisco llamó por teléfono a las 8.15 a.m. de esta mañana al Vicario Auxiliar de la Prelatura, Mons. Fernando Ocáriz, para expresar su cercanía al Opus Dei, tras el fallecimiento de su Prelado, Mons. Javier Echevarría.

Según señala el Opus Dei a través de su sitio web, “el Santo Padre ha asegurado sus oraciones por el Prelado durante la celebración de la Eucaristía y ha enviado su bendición para todos los fieles y amigos de la Prelatura”.

Asimismo, en un telegrama enviado a Mons. Fernando Ocáriz, el Santo Padre hizo llegar al Vicario Auxiliar del Opus Dei y a todos los miembros de la Prelatura su “más sentido pésame” por el fallecimiento de Mons. Javier Echevarría, “al mismo tiempo que me uno a vuestra acción de gracias a Dios por su paternal y generoso testimonio de vida sacerdotal y episcopal”.

El Pontífice destacó que “a ejemplo de San Josemaría Escrivá y del Beato Álvaro del Portillo, a quienes sucedió al frente de toda esa familia, entregó su vida en un constante servicio de amor a la Iglesia y a las almas”.

En el telegrama, el Obispo de Roma indicó que “elevo al Señor un ferviente sufragio por este fiel servidor suyo para que lo acoja en su goza eterno y lo encomiendo con afecto a la protección de Nuestra Madre, la Virgen de Guadalupe, en cuya fiesta entregó su alma a Dios”.


A partir de las 12.00 –hora de Roma– de este martes 13 de diciembre, todos los fieles que lo deseen podrán velar los restos mortales de Mons. Echevarría en el templo de Santa María de la Paz, iglesia prelaticia del Opus Dei, en Roma, situada en Viale Bruno Buozzi, nº 75.

El Prelado fue trasladado hasta esta iglesia después de permanecer en la capilla del policlínico del Campus Biomédico de Roma, donde estaba internado por una infección pulmonar, a la que acudieron numerosas personas durante toda la noche, según informó la Prelatura del Opus Dei.

El funeral de Mons. Echevarría tendrá lugar el próximo jueves 15 de diciembre a las 19.00 en la basílica de San Eugenio de Roma, en Viale delle Belle Arti, 10.

Mons. Javier Echevarría falleció en Roma el lunes 12 de diciembre a las 21.20 de la noche, fiesta de la Virgen de Guadalupe, a los 84 años de edad.

PEREGRINOS MEXICANOS REGALAN UN PASTEL AL PAPA FRANCISCO POR SU 80 CUMPLEAÑOS

Peregrinos mexicanos regalan un pastel al Papa Francisco por su 80 cumpleaños
Por Miguel Pérez Pichel



VATICANO, 14 Dic. 16 / 06:50 am (ACI).- Un grupo de peregrinos mexicanos lograron convencer al Papa Francisco para que soplara las velas de un pastel que le regalaron con motivo de su 80 cumpleaños, que tendrá lugar el próximo sábado 17 de diciembre

Entre felicitaciones y el canto “Las mañanitas”, los peregrinos mexicanos le entregaron el pastel cuando accedía al Aula Pablo VI para comenzar con la Audiencia General de este miércoles.

El Santo Padre, notablemente sorprendido, dio las gracias a la autora del pastel y sopló las velas ante el regocijo de los presentes.


Tras la catequesis del Papa, todas las delegaciones presentes en la Audiencia felicitaron al Pontífice por su aniversario en diferentes idiomas.

El Papa agradeció a todos las felicitaciones. “Pero les voy a contar algo que los hará reír”, comenzó a decir divertido. “En mi tierra, felicitar antes del cumpleaños traer mala suerte. Y quien felicita antes de tiempo un cumpleaños, es un gafe (alguien que tiene mala suerte)”, bromeó, desatando las risas de los fieles presentes.

Al finalizar la Audiencia, los peregrinos volvieron a entonar de forma espontánea “Las mañanitas”.

La Santa Sede ha habilitado varias direcciones de correo electrónico en diferentes idiomas para que todos aquellos que lo deseen puedan enviar al Pontífice un mensaje de felicitación. Los fieles de lengua española y portuguesa pueden escribirle a la dirección PapaFrancisco@vatican.va para enviarle sus mejores deseos.


Para celebrar su cumpleaños, el Obispo de Roma presidirá, a las 8.00 de la mañana en la Capilla Paolina, la celebración de la Eucaristía junto a los Cardenales residentes en Roma.

Además, el Papa Francisco acaba de celebrar 47 años de su ordenación sacerdotal recibida el 13 de diciembre de 1969, unos días antes de cumplir 33 años.

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL ANUNCIO DE LA BUENA NOTICIA


TEXTO: Catequesis del Papa Francisco sobre el anuncio de la Buena Noticia
 Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa



VATICANO, 14 Dic. 16 / 05:21 am (ACI).- El Aula Pablo VI del Vaticano acogió una nueva catequesis del Papa Francisco sobre la esperanza. En ella, meditó sobre la cita bíblica “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien!”. 

“Y viendo al pequeño Niño de Belén, los pequeños del mundo sabrán que la promesa se ha cumplido, el mensaje se ha realizado. En un niño apenas nacido, necesitado de todo, envuelto en pañales y puesto en un pesebre, está contenida toda la potencia del Dios que salva”, dice el Papa.

A continuación, la catequesis completa del Papa Francisco:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Nos estamos acercando a la Navidad, y el profeta Isaías una vez más nos ayuda a abrirnos a la esperanza acogiendo la Buena Noticia de la llegada de la salvación.

El capítulo 52 de Isaías inicia con la invitación dirigida a Jerusalén para que se despierte, se quite de encima el polvo y las cadenas y se revista con los vestidos más bellos, porque el Señor ha venido a liberar a su pueblo (vv. 1-3). Y agrega: «Mi Pueblo conocerá mi Nombre en ese día, porque yo soy aquel que dice: ¡Aquí estoy!» (v. 6).


A este, “aquí estoy” dicho por Dios, que resume toda su voluntad de salvación y de acercarse a nosotros, responde el canto de alegría de Jerusalén, según la invitación del profeta. Es un momento histórico muy importante. Es el fin del exilio en Babilonia, es la posibilidad para Israel de encontrar a Dios y, en la fe –en la fe– encontrarse a sí mismo.

El Señor está cerca, y el “pequeño resto”, es decir, el pequeño pueblo que ha quedado después del exilio, el “pequeño resto” que en el exilio ha resistido en la fe, que ha atravesado la crisis y ha continuado creyendo y esperando incluso en medio de la oscuridad, aquel “pequeño resto” podrá ver las maravillas de Dios.

A este punto el profeta introduce un canto de júbilo: «¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación, y dice a Sión: ¡Tu Dios reina!. […] ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén!, – las ruinas deben cantar porque llega la liberación, viene la reconstrucción –¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, él redime a Jerusalén! El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, verán la salvación de nuestro Dios» (Is 52,7.9-10).

Hasta aquí, Isaías. Estas palabras de Isaías, sobre las cuales queremos detenernos un poco, hacen referencia al milagro de la paz, y lo hacen de un modo muy particular, poniendo la mirada no sobre el mensajero, sino sobre sus pies que corren veloz: «¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia…».

Parece el esposo del Cantar de los Cantares que corre hacia su amada: «Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas» (Cant 2,8). También así, el mensajero de la paz corre, llevando la buena noticia de liberación, de salvación, y proclamando que Dios reina.

Dios no ha abandonado a su pueblo y no se ha dejado derrotar por el mal, porque Él es fiel, y su gracia es más grande del pecado. Esto debemos aprenderlo, ¿eh? ¡Porque nosotros somos testarudos! Y no aprendemos esto. Pero yo les hare una pregunta: ¿Quién es más grande, Dios o el pecado? ¿Quién? … Ah, no están convencidos. No se escucha bien. Y ¿Quién vence al final? ¿Dios o el pecado? Y ¿Dios es capaz de vencer el pecado más grave? También ¿el pecado más vergonzoso? ¿Incluso el pecado que es terrible, el peor de los pecados, es capaz de vencerlo? Sí.

Y esta pregunta no es fácil, veamos si entre ustedes hay un teólogo o una teóloga para responder: ¿Con qué armas vence Dios el pecado? Con el amor. Bien, tantos buenos teólogos. Y esto –que Dios vence el pecado– quiere decir que “Dios reina”; son estas las palabras de la fe en un Señor cuya potencia se inclina hacia la humanidad, se abaja, para ofrecer misericordia y liberar al hombre de lo que desfigura en él la imagen bella de Dios, porque cuando estamos en el pecado la imagen de Dios se desfigura.

Y el cumplimiento de tanto amor será justamente el Reino instaurado por Jesús, aquel Reino de perdón y de paz que nosotros celebramos con la Navidad y que se realiza definitivamente en la Pascua. Y la alegría más bella de la Navidad es aquella alegría interior de paz: el Señor ha cancelado mis pecados, el Señor me ha perdonado, el Señor ha tenido misericordia de mí, ha venido a salvarme. Esta es la alegría de la Navidad.

Son estos, hermanos y hermanas, los motivos de nuestra esperanza. Cuando todo parece terminar, cuando, ante tantas realidades negativas, la fe se hace difícil y viene la tentación de decir que nada más tiene sentido, ahí está en cambio la bella noticia traída por esos pies veloces: Dios está viniendo a realizar algo nuevo, a instaurar un reino de paz; Dios ha “desnudado su brazo” y viene a traer libertad y consolación. El mal no triunfará por siempre, existe un final para el dolor. La desesperación ha sido vencida porque Dios está entre nosotros.


Y también nosotros estamos llamados a despertarnos un poco, como Jerusalén, según la invitación que le dirige el profeta; estamos llamados a convertirnos en hombres y mujeres de esperanza, colaborando con la llegada de este Reino hecho de luz y destinado a todos, hombres y mujeres de esperanza.

Pero qué feo es cuando encontramos un cristiano que ha perdido la esperanza: “Yo no espero nada, todo ha terminado para mí”, un cristiano que no es capaz de mirar el horizonte con esperanza y ante su corazón solo hay un muro. Pero ¡Dios destruye estos muros con el perdón! Y por esto, nuestra oración, para que Dios nos de cada día la esperanza y la dé a todos, aquella esperanza que nace cuando vemos a Dios en el pesebre en Belén.

El mensaje de la Buena Noticia que nos es confiado es urgente, debemos también nosotros correr como el mensajero sobre los montes, porque el mundo no puede esperar, la humanidad tiene hambre y sed de justicia, de verdad, de paz.

Y viendo al pequeño Niño de Belén, los pequeños del mundo sabrán que la promesa se ha cumplido, el mensaje se ha realizado. En un niño apenas nacido, necesitado de todo, envuelto en pañales y puesto en un pesebre, está contenida toda la potencia del Dios que salva.

Se necesita abrir el corazón –la Navidad es un día para abrir el corazón– se necesita abrir el corazón a tanta pequeñez que está ahí, en aquel niño, y tanta maravilla que está ahí. Es la maravilla de la Navidad, a la cual nos estamos preparando, con esperanza, en este tiempo de Adviento.

Es la sorpresa de un Dios niño, de un Dios pobre, de un Dios débil, de un Dios que abandona su grandeza para hacerse cercano a cada uno de nosotros. Gracias.

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA MISERICORDIA