domingo, 9 de agosto de 2015

FOTOS DEL PAPA FRANCISCO CON LOS MONAGUILLOS Y ACÓLITOS


News.va Español 
 EL PAPA CON LOS MONAGUILLOS Y LOS ACÓLITOS.
4 de Agosto


Queridos amigos, compartimos con ustedes estas fotos del encuentro del Papa con los participantes en la peregrinación internacional de monaguillos y acólitos, que se celebró el martes por la tarde.

Estas fueron las palabras del Papa a los monaguillos:
“En la Eucaristía y en los demás sacramentos experimentáis la íntima cercanía de Jesús, la dulzura y la eficacia de su presencia. No encontráis a Jesús en un inalcanzable trono alto y elevado, sino en el pan y el vino eucarísticos, y su palabra no hace vibrar las paredes, sino las fibras del corazón.

Cada uno de vosotros descubre también que Dios, aunque en Jesús se hace cercano y se inclina sobre vosotros con amor, sigue siendo siempre inmensamente más grande y permanece más allá de nuestra capacidad de comprender su íntima esencia.

Como el profeta Isaías, también vosotros tenéis la experiencia de que la iniciativa es siempre de Dios, porque es Él quien os ha creado y querido. Es Él quien, en el bautismo, os ha hecho criaturas nuevas, y es siempre Él quien espera pacientemente la respuesta a su iniciativa y quien ofrece el perdón a todo el que se lo pida con humildad.

Si no ponemos resistencia a su acción, Él tocará nuestros labios con la llama de su amor misericordioso, como lo hizo con el profeta Isaías, y esto nos hará aptos para acogerlo y llevarlo a nuestros hermanos.

También a nosotros se nos invita a no permanecer cerrados en nosotros mismos, custodiando nuestra fe en un depósito subterráneo en el que nos retiramos en los momentos difíciles. Estamos llamados más bien a compartir la alegría de reconocerse elegidos y salvados por la misericordia de Dios, a ser testigos de que la fe es capaz de dar un nuevo rumbo a nuestros pasos, que ella nos hace libres y fuertes para estar disponibles y aptos para la misión.

Qué bello es descubrir que la fe nos hace salir de nosotros mismos, de nuestro aislamiento y que, precisamente rebosantes de la alegría de ser amigos de Cristo, el Señor, nos mueve hacia los demás, convirtiéndonos naturalmente en misioneros. ¡Monaguillos misioneros: así los quiere Jesús!

Vosotros, queridos monaguillos, cuanto más cerca estéis del altar, tanto más os recordaréis de dialogar con Jesús en la oración cotidiana, más os alimentaréis de la Palabra y del Cuerpo del Señor y seréis más capaces de ir hacia el prójimo llevándole el don que habéis recibido, dándole a su vez con entusiasmo la alegría que se os ha dado.

Gracias por vuestra disponibilidad de servir en el altar del Señor, haciendo de este servicio una cancha de educación en la fe y en el amor al prójimo. Gracias por haber iniciado también vosotros a responder al Señor como el profeta Isaías: «Aquí estoy, mándame» (Is 6,8)”.
































FOTOS DE LA AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO EL VIERNES 7 DE AGOSTO DEL 2015


News.va Español 
AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO
7 de agosto 


Queridos amigos, compartimos con ustedes unas fotos de la audiencia general que nos han llegado. ¡Un saludo muy cordial a todos!
























PAPA FRANCISCO NOS DICE SI TENEMOS EL CORAZÓN CERRADO, LA FE NO ENTRA


El Papa en el Ángelus: 'Si tienes el corazón cerrado, la fe no entra' Texto completo. Francisco explicó este domingo que la fe no es propiedad privada, sino que es un don para compartir


Ciudad del Vaticano, 09 de agosto de 2015 (ZENIT.org) 


Como cada domingo, el papa Francisco rezó el Ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.

Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice les dijo:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este domingo prosigue la lectura del capítulo sexto del Evangelio de Juan, donde Jesús, habiendo cumplido el gran milagro de la multiplicación de los panes, explica a la gente el significado de aquel “signo” (Jn 6,41-51).Como había hecho antes con la Samaritana, a partir de la experiencia de la sed y del signo del agua, aquí Jesús parte de la experiencia del hambre y del signo del pan, para revelarse e invitarnos a creer en Él.

La gente lo busca, la gente lo escucha, porque se ha quedado entusiasmada con el milagro, ¡querían hacerlo rey! Pero cuando Jesús afirma que el verdadero pan, donado por Dios, es Él mismo, muchos se escandalizan, no comprenden, y comienzan a murmurar entre ellos: “De él --decían--, ¿no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo puede decir ahora: 'Yo he bajado del cielo'? (Jn 6,42)”. Y comienzan a murmurar. Entonces Jesús responde: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió”, y añade “el que cree, tiene la vida eterna” (vv 44.47).

Nos sorprende, y nos hace reflexionar esta palabra del Señor: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre”, “el que cree en mí, tiene la vida eterna”. Nos hace reflexionar. Esta palabra introduce en la dinámica de la fe, que es una relación: la relación entre la persona humana, todos nosotros, y la persona de Jesús, donde el Padre juega un papel decisivo, y naturalmente, también el Espíritu Santo, que está implícito aquí. No basta encontrar a Jesús para creer en Él, no basta leer la Biblia, el Evangelio, eso es importante ¿eh?, pero no basta. No basta ni siquiera asistir a un milagro, como el de la multiplicación de los panes. Muchas personas estuvieron en estrecho contacto con Jesús y no le creyeron, es más, también lo despreciaron y condenaron. Y yo me pregunto: ¿por qué, esto? ¿No fueron atraídos por el Padre? No, esto sucedió porque su corazón estaba cerrado a la acción del Espíritu de Dios. Y si tú tienes el corazón cerrado, la fe no entra. Dios Padre siempre nos atrae hacia Jesús. Somos nosotros quienes abrimos nuestro corazón o lo cerramos.

En cambio la fe, que es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos “atraer” por el Padre hacia Jesús, y “vamos a Él” con ánimo abierto, con corazón abierto, sin prejuicios; entonces reconocemos en su rostro el rostro de Dios y en sus palabras la palabra de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre. Y ahí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe.

Entonces, con esta actitud de fe, podemos comprender el sentido del “Pan de la vida” que Jesús nos dona, y que Él expresa así: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6,51). En Jesús, en su “carne” --es decir, en su concreta humanidad-- está presente todo el amor de Dios, que es el Espíritu Santo. Quien se deja atraer por este amor va hacia Jesús, y va con fe, y recibe de Él la vida, la vida eterna.

Aquella que ha vivido esta experiencia en modo ejemplar es la Virgen de Nazaret, María: la primera persona humana que ha creído en Dios acogiendo la carne de Jesús. Aprendamos de Ella, nuestra Madre, la alegría y la gratitud por el don de la fe. Un don que no es “privado”, un don que no es “propiedad privada”, sino que es un don para compartir: es un don “para la vida del mundo”.

Al término de estas palabras, el Santo Padre rezó la oración mariana:

Angelus Domini nuntiavit Mariae...

Al concluir la plegaria, el Papa recordó a Hiroshima y Nagasaki en el 70 aniversario del trágico suceso:

Queridos hermanos y hermanas,

Hace setenta años, el 6 y el 9 de agosto de 1945, sucedieron los tremendos bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki. A distancia de tanto tiempo, este trágico suceso suscita todavía horror y repulsión. Este se ha convertido en el símbolo del ilimitado poder destructivo del hombre cuando hace un uso equivocado del progreso de la ciencia y de la técnica, y constituye una advertencia continua para la humanidad, para que repudie para siempre la guerra y destierre las armas nucleares y toda arma de destrucción de masas. Esta triste ocasión nos llama sobre todo a rezar y a comprometernos por la paz, para difundir en el mundo una ética de fraternidad y un clima de serena convivencia entre los pueblos. De cada tierra se eleve una única voz: ¡no a la guerra, no a la violencia, sí al diálogo, sí a la paz! Con la guerra siempre se pierde. ¡El único modo de vencer una guerra es no hacerla!

Además, el Pontífice manifestó su preocupación por la situación que atraviesa El Salvador:

Sigo con viva preocupación las noticias que llegan desde El Salvador, donde en los últimos tiempos se ha agravado la situación de la población a causa de la carestía, de la crisis económica, de agudos contrastes sociales y de la creciente violencia. Animo al querido pueblo salvadoreño a perseverar unido en la esperanza, y exhorto a todos a rezar para que en la tierra del beato Oscar Romero florezcan de nuevo la justicia y la paz.

A continuación llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Santo Padre:

Dirijo mi saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos; en especial a los jóvenes de Mason Vicentino, Villaraspa, Nova Milanese, Fossò, Sandon, Ferrara, y a los monaguillos de Calcarelli.

Saludo a los motociclistas de San Zeno (Brescia), comprometidos a favor de los niños hospitalizados en el Hospital Bambin Gesú.

Como de costumbre, el papa Francisco concluyó su intervención diciendo:

Y a todos les deseo un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!


(Texto traducido y transcrito del audio por ZENIT)


(09 de agosto de 2015) © Innovative Media Inc.

jueves, 6 de agosto de 2015

PENSAMIENTOS DEL PAPA FRANCISCO EN IMÁGENES







PAPA FRANCISCO NOS DICE QUE LA AYUDA A LOS POBRES NO SE VA DE VACACIONES


LA AYUDA A LOS POBRES NO SE VA DE VACACIONES


“La ayuda del Papa a los pobres no se para durante el verano”. Con estas palabras, el Limosnero del Papa, Mons. Konrad Krajewski, recuerda que la caridad no tiene vacaciones, y que la opción preferencial por los pobres continúa sin parar. 

“La caridad no es un simple asistencialismo para tranquilizar la conciencia. No, eso no es amor; el amor es gratuito. La caridad, el amor, son una elección de vida, un modo de ser, de vivir; es el camino de la humildad y de la solidaridad. No hay otro camino para este amor”. 

Estas palabras del Papa sirven como referencia para el Limosnero del Pontífice y para quienes le ayudan a llevar el cariño del Papa a los más necesitados: voluntarios, misioneras de la Madre Teresa, guardias suizos… 

Todos los días, en las duchas paras las personas sin hogar construidas en bajo la columnata de la Plaza de San Pedro, más de 100 personas hacen uso de las instalaciones, que funcionan desde hace unos meses. Están abiertas todos los días, desde las 7 de la mañana hasta las 18.00. Los miércoles, el servicio inicia después de la audiencia general. 

Los voluntarios ofrecen a los pobres un kit para la higiene personal, toallas y un cambio de ropa limpia. También hay peluqueros y barberos, preparados para atender las necesidades de las personas que acuden al centro. 

Además, Mons. Kraievski y sus voluntarios recorren la ciudad de Roma por la noche, ya que en verano muchos comedores para los necesitados están cerrados. Se acercan a las principales estaciones de Roma, donde muchas personas sin hogar pasan la noche, y les llevan alimentos comprados gracias a las ofertas procedentes de las Bendiciones Apostólicas. 

“Somos el equipo de primeros auxilios del Papa –dice Mons. Kraievski-. Cuando nos llaman para las emergencias, como sucedió recientemente con un grupo de inmigrantes de Eritrea, nosotros acudimos inmediatamente”. 

Mientras tanto, el dormitorio para personas sin hogar que se está construyendo, por deseo del Papa Francisco, en las inmediaciones del Vaticano, ya está muy adelantado. Se espera que se pueda inaugurar a entre septiembre y octubre.

PAPA FRANCISCO NOS DICE QUE NO HAY QUE TENER MIEDO DE IR A CONFESAR


PAPA FRANCISCO: NO HAY QUE TENER MIEDO DE IR A CONFESAR 

"Hay gente que tiene miedo de acercarse a la Confesión, olvidándose de que allí no encontramos un juez severo, sino al Padre inmensamente misericordioso.

Es verdad que, cuando vamos al confesonario, sentimos un poco de vergüenza. Eso nos pasa a todos, a todos nosotros, pero debemos recordar que también esta vergüenza es una gracia que nos prepara al abrazo del Padre, que siempre perdona y siempre perdona todo".

(Papa Francisco, ayer tras el rezo del Ángelus con los peregrinos en la plaza de San Pedro).

PAPA FRANCISCO NOS DICE QUE LOS DIVORCIADOS EN NUEVA UNIÓN NO ESTÁN EXCOMULGADOS


Papa Francisco: Divorciados en nueva unión no están excomulgados, no hay que tratarlos así
Por Alvaro de Juana


VATICANO, 05 Ago. 15 / 10:24 am (ACI).- Las personas divorciadas vueltas a casar “no están excomulgados", y no deben ser tratadas como tales pues "ellas forman parte siempre de la Iglesia”, afirmó el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles.

De esta manera el Pontífice recordó la tradición de la Iglesia, su Doctrina y Magisterio e invitó a los Obispos a “acogerlos y a animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración”.

El Papa retomó hoy las Audiencias Generales en el Aula Pablo VI luego de un periodo de descanso de algunas semanas. Una vez más, el tema de su catequesis fue la familia, en este caso sobre las personas divorciadas en nueva unión.

“Hoy quisiera detener nuestra atención sobre otra realidad: cómo cuidar a aquellos que, después del irreversible fracaso de su vínculo matrimonial, han comenzado una nueva unión”, anunció el Papa al inicio de su intervención, a lo que añadió: “la Iglesia sabe bien que una situación tal contradice el Sacramento cristiano”.

No obstante, el Obispo de Roma subrayó que la Iglesia tiene una “mirada de maestra” que “viene siempre de un corazón de madre”.

Recordando la exhortación apostólica Familiaris Consortio de San Juan Pablo II, señaló que “un corazón de madre; un corazón que, animado por el Espíritu Santo, busca siempre el bien y la salvación de las personas. He aquí porqué siente el deber, ‘por amor a la verdad’ de ‘discernir bien las situaciones’”.

Una de las preocupaciones en estos casos es siempre la de los hijos pequeños. Ante ello, “vemos aún más la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades una acogida real hacia las personas que viven tales situaciones”.

“Por esto, es importante que el estilo de la comunidad, su lenguaje, sus actitudes, estén siempre atentos a las personas, a partir de los pequeños, ellos son quienes más sufren estas situaciones”, explicó ante miles de peregrinos en el Aula Pablo VI.

“¿Cómo podríamos aconsejar a estos padres hacer de todo para educar a los hijos a la vida cristiana, dando ellos el ejemplo de una fe convencida y practicada, si los tenemos alejados de la vida de la comunidad como si fueran excomulgados?”, se preguntó el Pontífice.

Su respuesta fue que “no se deben agregar otros pesos a aquellos que ya los hijos, en estas situaciones, deben cargar”. “Lamentablemente, el número de estos niños y jóvenes es de verdad grande” por lo que “es importante que ellos sientan a la Iglesia como madre atenta a todos, dispuesta siempre a la escucha y al encuentro”.

Francisco dejó claro que ante esta situación la Iglesia “no ha sido ni insensible ni perezosa” y destacó que “gracias a la profundización realizada por los Pastores, guiada y confirmada por mis Predecesores, ha crecido mucho la conciencia de que es necesaria una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, a los bautizados que han establecido una nueva convivencia después del fracaso del matrimonio sacramental”.

“En efecto, estas personas no son en efecto excomulgadas, no están excomulgados, y no van absolutamente tratadas como tales: ellas forman parte siempre de la Iglesia”, añadió.

El Papa Francisco mencionó también cómo Benedicto XVI intervino sobre esta cuestión “solicitando un discernimiento atento y un sabio acompañamiento pastoral, sabiendo que no existen ‘recetas simples’” en uno de sus discursos en el VII Encuentro Mundial de las Familias en Milán en 2012.

Francisco reiteró además la invitación a los Obispos a “manifestar abiertamente y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos y a animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la frecuencia a la liturgia, con la educación cristiana de los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el compromiso por la justicia y la paz”.

Por último, el Santo Padre puso de modelo al Buen Pastor ya que la Iglesia “acoge a sus hijos como una madre que dona su vida por ellos” y, como dice la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, “todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad. La Iglesia […] es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas”.

“Del mismo modo todos los cristianos están llamados a imitar al Buen Pastor. Sobre todo las familias cristianas pueden colaborar con Él cuidando a las familias heridas, acompañándolas en la vida de fe de la comunidad”, invitó el Papa antes de concluir la Catequesis.

¿Quiénes están excomulgados?

Pueden incurrir en excomunión los bautizados que abandonan la verdadera fe para abrazar el cisma o la herejía, así como los miembros de las comunidades de herejes y cismáticos que han nacido en ella.

Incurren además en excomunión latae sententiae (automática) quienes procuran el aborto.

El adulterio, el divorcio y la nueva unión de los divorciados no están penados con excomunión, aunque sí son un pecado mortal.

El Catecismo de la Iglesia en su artículo 1650 señala que “si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales”.

Así pues, “la reconciliación mediante el sacramento de la penitencia no puede ser concedida más que aquellos que se arrepientan de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo y que se comprometan a vivir en total continencia”.

En el artículo 1651 se señala que “respecto a los cristianos que viven en esta situación y que con frecuencia conservan la fe y desean educar cristianamente a sus hijos, los sacerdotes y toda la comunidad deben dar prueba de una atenta solicitud, a fin de que aquellos no se consideren como separados de la Iglesia, de cuya vida pueden y deben participar en cuanto bautizados”.