domingo, 19 de noviembre de 2017

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA POR LA I JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES


TEXTO: Homilía del Papa Francisco en la Misa por la I Jornada Mundial de los Pobres
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




VATICANO, 19 Nov. 17 / 04:39 am (ACI).- En la I Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco, el Pontífice presidió una Misa en la que comentó el Evangelio del día y aseguró que “nos hará bien acercarnos a quien es más pobre que nosotros, tocará nuestra vida. Nos hará bien, nos recordará lo que verdaderamente cuenta: amar a Dios y al prójimo”.

“Amar al pobre significa luchar contra todas las pobrezas, espirituales y materiales”, afirmó.

A continuación, el texto completo de la homilía del Papa:


Tenemos la alegría de partir el pan de la Palabra, y dentro de poco de partir y recibir el Pan Eucarístico, que son alimento para el camino de la vida. Todos lo necesitamos, ninguno está excluido, porque todos somos mendigos de lo esencial, del amor de Dios, que nos da el sentido de la vida y una vida sin fin. Por eso hoy también tendemos la mano hacia Él para recibir sus dones. La parábola del Evangelio nos habla precisamente de dones. Nos dice que somos destinatarios de los talentos de Dios, «cada cual según su capacidad» (Mt 25,15). En primer lugar, debemos reconocer que tenemos talentos, somos «talentosos» a los ojos de Dios. Por eso nadie puede considerarse inútil, ninguno puede creerse tan pobre que no pueda dar algo a los demás. Hemos sido elegidos y bendecidos por Dios, que desea colmarnos de sus dones, mucho más de lo que un papá o una mamá quieren para sus hijos. Y Dios, para el que ningún hijo puede ser descartado, confía a cada uno una misión.

En efecto, como Padre amoroso y exigente que es, nos hace ser responsables. En la parábola vemos que cada siervo recibe unos talentos para que los multiplique. Pero, mientras los dos primeros realizan la misión, el tercero no hace fructificar los talentos; restituye sólo lo que había recibido: «Tuve miedo —dice—, y fui y escondí tu talento en la tierra; mira, aquí tienes lo que es tuyo» (v. 25). Este siervo recibe como respuesta palabras duras: «Siervo malo y perezoso» (v. 26). ¿Qué es lo que no le ha gustado al Señor de él? Para decirlo con una palabra que tal vez ya no se usa mucho y, sin embargo, es muy actual, diría: la omisión. Lo que hizo mal fue no haber hecho el bien. Muchas veces nosotros estamos también convencidos de no haber hecho nada malo y así nos contentamos, presumiendo de ser buenos y justos. Pero, de esa manera corremos el riesgo de comportarnos como el siervo malvado: tampoco él hizo nada malo, no destruyó el talento, sino que lo guardó bien bajo tierra. Pero no hacer nada malo no es suficiente, porque Dios no es un revisor que busca billetes sin timbrar, es un Padre que sale a buscar hijos para confiarles sus bienes y sus proyectos (cf. v. 14). Y es triste cuando el Padre del amor no recibe una respuesta de amor generosa de parte de sus hijos, que se limitan a respetar las reglas, a cumplir los mandamientos, como si fueran asalariados en la casa del Padre (cf. Lc 15,17).

El siervo malvado, a pesar del talento recibido del Señor, el cual ama compartir y multiplicar los dones, lo ha custodiado celosamente, se ha conformado con preservarlo. Pero quien se preocupa sólo de conservar, de mantener los tesoros del pasado, no es fiel a Dios. En cambio, la parábola dice que quien añade nuevos talentos, ese es verdaderamente «fiel» (vv. 21.23), porque tiene la misma mentalidad de Dios y no permanece inmóvil: arriesga por amor, se juega la vida por los demás, no acepta el dejarlo todo como está. Sólo una cosa deja de lado: su propio beneficio. Esta es la única omisión justa.

La omisión es también el mayor pecado contra los pobres. Aquí adopta un nombre preciso: indiferencia. Es decir: «No es algo que me concierne, no es mi problema, es culpa de la sociedad». Es mirar a otro lado cuando el hermano pasa necesidad, es cambiar de canal cuando una cuestión seria nos molesta, es también indignarse ante el mal, pero no hacer nada. Dios, sin embargo, no nos preguntará si nos hemos indignado con razón, sino si hicimos el bien.

Entonces, ¿cómo podemos complacer al Señor de forma concreta? Cuando se quiere agradar a una persona querida, haciéndole un regalo, por ejemplo, es necesario antes de nada conocer sus gustos, para evitar que el don agrade más al que lo hace que al que lo recibe. Cuando queremos ofrecer algo al Señor, encontramos sus gustos en el Evangelio. Justo después del pasaje que hemos escuchado hoy, Él nos dice: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,40). Estos hermanos más pequeños, sus predilectos, son el hambriento y el enfermo, el forastero y el encarcelado, el pobre y el abandonado, el que sufre sin ayuda y el necesitado descartado. Sobre sus rostros podemos imaginar impreso su rostro; sobre sus labios, incluso si están cerrados por el dolor, sus palabras: «Esto es mi cuerpo» (Mt 26,26). En el pobre, Jesús llama a la puerta de nuestro corazón y, sediento, nos pide amor. Cuando vencemos la indiferencia y en el nombre de Jesús nos prodigamos por sus hermanos más pequeños, somos sus amigos buenos y fieles, con los que él ama estar. Dios lo aprecia mucho, aprecia la actitud que hemos escuchado en la primera Lectura, la de la «mujer fuerte» que «abre sus manos al necesitado y tiende sus brazos al pobre» (Pr 31,10.20). Esta es la verdadera fortaleza: no los puños cerrados y los brazos cruzados, sino las manos laboriosas y tendidas hacia los pobres, hacia la carne herida del Señor.


Ahí, en los pobres, se manifiesta la presencia de Jesús, que siendo rico se hizo pobre (cf. 2 Co 8,9). Por eso en ellos, en su debilidad, hay una «fuerza salvadora». Y si a los ojos del mundo tienen poco valor, son ellos los que nos abren el camino hacia el cielo, son «nuestro pasaporte para el paraíso». Es para nosotros un deber evangélico cuidar de ellos, que son nuestra verdadera riqueza, y hacerlo no sólo dando pan, sino también partiendo con ellos el pan de la Palabra, pues son sus destinatarios más naturales. Amar al pobre significa luchar contra todas las pobrezas, espirituales y materiales.

Y nos hará bien acercarnos a quien es más pobre que nosotros, tocará nuestra vida. Nos hará bien, nos recordará lo que verdaderamente cuenta: amar a Dios y al prójimo. Sólo esto dura para siempre, todo el resto pasa; por eso, lo que invertimos en amor es lo que permanece, el resto desaparece. Hoy podemos preguntarnos: «¿Qué cuenta para mí en la vida? ¿En qué invierto? ¿En la riqueza que pasa, de la que el mundo nunca está satisfecho, o en la riqueza de Dios, que da la vida eterna?». Esta es la elección que tenemos delante: vivir para tener en esta tierra o dar para ganar el cielo. Porque para el cielo no vale lo que se tiene, sino lo que se da, y «el que acumula tesoro para sí» no se hace «rico para con Dios» (Lc 12,21). No busquemos lo superfluo para nosotros, sino el bien para los demás, y nada de lo que vale nos faltará. Que el Señor, que tiene compasión de nuestra pobreza y nos reviste de sus talentos, nos dé la sabiduría de buscar lo que cuenta y el valor de amar, no con palabras sino con hechos.

PAPA FRANCISCO: LA SANIDAD ES UN DERECHO PARA TODOS LOS HOMBRES


La sanidad es un derecho para todos los hombres, subraya el Papa Francisco
 Foto: Facebook Papal Visit SriLanka 2015




VATICANO, 18 Nov. 17 / 11:16 am (ACI).- De qué manera afrontar las "disparidades globales en materia de salud" fue el tema que se trató en un congreso organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, al cual el Papa Francisco envió un mensaje en el que pide asistencia sanitaria para todos.

El Papa asegura en el escrito que todos los hombres tienen derecho a la sanidad, sin distinción de “pueblos y naciones”. “La Iglesia sugiere que la armonización del derecho a la tutela de la salud y el derecho a la justicia sea asegurada de una equitativa distribución de estructuras sanitarias y de recursos financieros según los principios de solidaridad y de subsidiaridad”.

Por otro lado, el Pontífice agradeció una iniciativa de este congreso: una plataforma operativa para la colaboración entre instituciones, entre ellas las sanitarias católicas, “en los diversos contextos geográficos y sociales”.


Una vez más, Francisco pidió ofrecer la mejor asistencia a los necesitados y también saber escuchar, así como “acompañar a la persona”.

“Una organización sanitaria eficiente y en grado de afrontar las disparidades no puede olvidar su fuente primaria: la compasión, del médico, del enfermero, del operador, del voluntario, de todos aquellos que por esta vía pueden restar el dolor a la soledad y la angustia”.

“La compasión es una vía privilegiada también para edificar la justicia, porque poniéndonos en la situación del otro no solo podemos encontrar los problemas, las dificultades y los miedos, sino también descubrir, en el interior de la fragilidad que tiene cada ser humano, la preciosidad y el valor único, en una palabra: la dignidad”.

El Papa entonces manifestó que la dignidad “es el fundamento de la justicia” y antes de despedirse, afirmó que “las estrategias sanitarias, orientadas a la búsqueda de la justicia y el bien común, deben ser económicas y éticamente sostenibles”.

sábado, 18 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO RECUERDA LA RIQUEZA DE LAS ENSEÑANZAS DE BENEDICTO XVI


El Papa recuerda la riqueza de las enseñanzas de Benedicto XVI en los Premios Ratzinger
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 18 Nov. 17 / 07:36 am (ACI).- El Papa Francisco entregó este sábado a mediodía el Premio Ratzinger al teólogo luterano alemán, Theodor Dieter; al teólogo y sacerdote católico alemán Karl-Heinz Menke, y al compositor musical de Estonia, Arvo Pärt, cristiano ortodoxo.

Este prestigioso galardón, que lleva el nombre del Papa Emérito, lo otorga la Fundación Pontificia Joseph Ratzinger a personalidades que hayan contribuido de manera notoria al diálogo entre la fe y la razón y es conocido como el “Premio Nobel de Teología”.

El Pontífice expresó un “afectuoso e intenso pensamiento” al Papa emérito Benedicto XVI. “Su oración y su presencia discreta que da valentía nos acompañan en el camino común” y “su obra y su magisterio continúan siendo una herencia viva y preciosa para la Iglesia y para nuestro servicio”.

Además, invitó a la Fundación a seguir promoviendo precisamente esta herencia “al mismo tiempo mirando adelante, para poner en valor la fecundidad con la exégesis de los escritos de Joseph Ratzinger como para el estudio y la búsqueda teológica y cultural, también en los nuevos campos en los que la cultura de hoy insta a la fe a dialogar”.

“Joseph Ratzinger sigue siendo un maestro y un interlocutor amigo de todos aquellos que ejercitan el don de la razón para responder a la vocación humana de la búsqueda de la verdad”, añadió.

Francisco destacó que su ministerio se puede resumir en “cooperador de la verdad” y dijo que también los premiados podrían hacer uso de esta expresión porque “han dedicado su vida a la altísima misión de servir a la verdad, a la diaconía de la verdad”.

El Papa hizo referencia a que los tres premiados provengan de confesiones cristianas diversas y recordó que “la verdad de Cristo no es para nosotros solos, sino que es sinfónica: requiere colaboración dócil y compartir de manera armoniosa”.

“Buscarla, estudiarla, contemplarla y traducirla en práctica juntos, en la caridad, nos lleva con fuerza hacia la plena unión entre nosotros: la verdad se convierte así en una fuente viva de lazos de amor cada vez más estrechos”.

Francisco también afirmó estar contento de que se haya incluido un premio al campo de las artes, algo que corresponde “a la visión de Benedicto XVI, que tantas veces ha hablado sobre la belleza como vía privilegiada para abrirnos a la trascendencia y encontrar a Dios”.

“En particular, hemos admirado su sensibilidad musical y su personal ejercicio de tal arte como vía para la serenidad y para la elevación del espíritu”, concluyó.

PAPA FRANCISCO: LA CIENCIA TIENE LÍMITES QUE DEBE RESPETAR A LA HUMANIDAD


La ciencia tiene límites que debe respetar por el bien de la humanidad, dice el Papa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



VATICANO, 18 Nov. 17 / 06:01 am (ACI).- El Papa Francisco recordó en el Vaticano que “no todo aquello que es técnicamente posible o factible es por ello éticamente aceptable”.

“La ciencia, como cualquier otra actividad humana, sabe que tiene límites que debe respetar por el bien de la humanidad misma y necesita un sentido de responsabilidad ética”, afirmó.

El Pontificio Consejo de la Cultura ha celebrado estos días su Plenaria dedicada al tema “El futuro de la humidad. Nuevos desafíos en la antropología”, y el Papa Francisco los ha recibido en una audiencia en la que ha pedido que continúa el diálogo entre ciencia y fe.

El Papa afirmó que la medicina y la genética “nos permiten mirar dentro la estructura más íntima del ser humano e incluso intervenir para modificarla”.  La neurociencia “ofrece cada vez mayor información sobre el funcionamiento del cerebro humano”.

Pero todo ellos, así como “los progresos increíbles de las máquinas autónomas que ya forman parte de nuestra vida, nos llevan a reflexionar sobre aquello que es específicamente humano y nos hace distintos a las máquinas”.

Ante este panorama, “la Iglesia, que sigue con atención las alegrías y las esperanzas, las angustias y los miedos de los hombres de nuestro tiempo, quiere poner a la persona humana y las cuestiones que tienen que ver con ella en el centro de sus reflexiones”.

El Santo Padre denunció que “hoy nos damos cuenta de que los grandes principios y los conceptos fundamentales de la antropología rara vez se ponen en tela de juicio incluso sobre la base de una mayor conciencia de la complejidad de la condición humana y exigen después profundizar”.

“La antropología es el horizonte de autocomprensión en el que nos movemos y determina también nuestra concepción del mundo y las elecciones existenciales y éticas”.

El Papa invitó a continuar promoviendo el diálogo entre fe y ciencia y recordó que la Iglesia, “ofrece algunos grandes principios para ayudar a este diálogo”. “El primero es la centralidad de la persona humana, que va considerada un fin y no un medio. Debe ponerse en relación armónica con el creado” como “un amoroso custodio de la obra del Creador”.

Por otro lado, “el progreso científico y tecnológico sirve al bien de toda la humanidad y sus beneficiarios no pueden beneficiar tan solo a unos pocos”, dijo Francisco.

PAPA FRANCISCO REZA POR 44 TRIPULANTES DESAPARECIDOS EN UN SUBMARINO EN ARGENTINA


El Papa reza por 44 tripulantes desaparecidos en un submarino en Argentina
 Foto: ACI Prensa




VATICANO, 18 Nov. 17 / 04:18 am (ACI).- El Papa Francisco, a través del Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, ha enviado un mensaje al Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera, con motivo de la de la desaparición de un submarino con 44 tripulantes en el Atlántico meridional.

“El Papa Francisco asegura su ferviente oración por los 44 tripulantes del ara San Juan, que se encuentra desaparecido desde el pasado miércoles y le ruega que haga llegar a sus familiares y a las autoridades militares y civiles de ese país su cercanía en estos difíciles momentos”.

En el mensaje también se alienta “los esfuerzos que se están llevando a cabo para encontrar el navío”.

“Su Santidad los confía a la maternal intercesión de la santísima Virgen y, a la vez que les ruega que recen por él y por su ministerio al servicio del santo pueblo de Dios, pide al Señor que les infunda serenidad espiritual y esperanza cristiana en estas circunstancias, en prenda de lo cual les imparte de corazón la confortadora bendición apostólica”.

La Armada argentina busca el submarino desde el miércoles 15 de noviembre después de que desapareciera mientras realizaba ejercicios de vigilancia en la zona económica exclusiva a la altura de Puerto Madryn, en la provincia patagónica de Chubut, tras partir del puerto de Ushuaia, en el extremo sur. 

Cuando se produjo el último contacto de radio, el submarino se encontraba 432 kilómetros mar adentro, cerca de la zona del Golfo San Jorge, según informó la Armada en un comunicado.

PAPA FRANCISCO ENTREGARÁ PREMIO RATZINGER


El Papa entregará el Premio Ratzinger a un teólogo católico, un luterano y un ortodoxo
 Foto: L'Osservatore Romano


VATICANO, 17 Nov. 17 / 09:11 am (ACI).- Este sábado 18 de noviembre, el Papa Francisco hará entrega del Premio Ratzinger al teólogo luterano alemán, Theodor Dieter; al teólogo y sacerdote católico alemán Karl-Heinz Menke, y al compositor musical de Estonia, Arvo Pärt, que es cristiano ortodoxo.

Este galardón, que lleva el nombre del Papa Emérito, es uno de los más prestigiosos del mundo que otorga la Fundación Pontificia Joseph Ratzinger a personalidades que hayan contribuido de manera notoria al diálogo entre la fe y la razón.

La ceremonia tendrá lugar en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano. El primero en intervenir en el acto será el padre Federico Lombardi, Presidente de la Fundación. Le seguirá el Cardenal Kurt Kock, Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos y miembro del Comité Científico de la Fundación, quién hará un perfil de los tres premiados en esta séptima edición.

Tras la entrega del premio, considerado por muchos como el Nobel de Teología, el Papa pronunciará un discurso, y la ceremonia concluirá con la intervención de Arvo Pärt, quien tocará algunas piezas musicales en un piano perteneciente a Benedicto XVI.

Además, el Coro de la Capilla Sixtina, dirigido por Massimo Palombella, intervendrá con en diferentes momentos de la entrega del premio. 

La Fundación Ratzinger ha destacado que los tres premiados de este año pertenecen a las tres confesiones cristianas: catolicismo, luteranismo y la iglesia ortodoxa.

HIMNO OFICIAL DE LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO AL PERÚ 2018


Este es el himno oficial de la visita del Papa Francisco al Perú [VIDEO]


LIMA, 18 Nov. 17 / 07:26 am (ACI).- Un jurado de expertos en música y cultura eligió a “Con Francisco a caminar” como el himno oficial del viaje del Papa Francisco al Perú, que se realizará en enero de 2018.

El concurso, organizado por la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), celebró su fase final la noche del 17 de noviembre en el coliseo del Colegio San Agustín de Lima.

El Papa Francisco visitará el Perú entre el 18 y 21 de enero de 2018. En su agenda está contemplado que recorra las ciudades de Lima, Puerto Maldonado y Trujillo.

El jurado que eligió a Con Francisco a caminar como el himno del viaje papal estuvo conformado por los cantautores peruanos Marco Romero y Nicole Pillman, el director coral Luis Benites y el sacerdote Víctor Hugo Miranda.

Con Francisco a caminar es una composición de Oscar Quiñones Enciso. Su hermana, Elizabeth, que pone su voz a la canción, “transmite la profunda emoción que se siente al estar ante la presencia del Santo Padre”, según explica el comunicado de prensa de la CEP.

“Con Francisco a caminar llama a los peruanos a vivir en unidad y tomar la visita del Papa Francisco como una renovación de nuestra fe. En sus líneas, se canta a un país de gran nobleza y con un gran corazón, que no se rinde, que no deja de creer, que no deja de rezar”, indicaron los organizadores.