miércoles, 18 de enero de 2017

HOY 18 DE ENERO SE INICIA LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS


Hoy 18 de enero se inicia la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
Foto L'Osservatore Romano
VATICANO, 18 Ene. 17 / 02:05 am (ACI).- Hoy 18 de enero y hasta el día 25 de este mes se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que este año lleva por título “Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia”, una cita tomada de 2 Co 5, 14-20.

El sitio web del Vaticano recuerda que las fechas de la celebración de esta semana “fueron propuestas en 1908 por (el sacerdote anglicano) Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de San Pedro y la de San Pablo, que tienen un hondo significado”.



En el hemisferio sur donde el mes de enero es tiempo de vacaciones de verano, explican, “las Iglesias frecuentemente adoptan otras fechas para celebrar la Semana de Oración, por ejemplo en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en 1926), que representa también otra fecha significativa para la unidad de la Iglesia”.

En el marco de estas celebraciones y como es habitual cada año, el lunes 25 de enero, Fiesta de la Conversión de San Pablo Apóstol, el Papa Francisco presidirá una celebración ecuménica a las 17.30 en la Basílica de San Pablo Extramuros.

Como se recuerda, San Pablo –entonces conocido como Saulo– fue derribado del caballo camino a Damasco por el mismo Jesús a través de una luz del cielo que brilló sobre él y sus compañeros, cegándolo por espacio de tres días. Durante ese tiempo, Saulo permaneció en casa de un judío llamado Judas, sin comer ni beber.

El cristiano Ananías, por pedido de Cristo, fue al encuentro de Saulo, quien recuperó la vista y se convirtió, accediendo al bautismo y predicando en las sinagogas al Hijo de Dios, con gran asombro de sus oyentes. Así, el antiguo perseguidor se convirtió en apóstol y fue elegido por Dios como uno de sus principales instrumentos para la conversión del mundo.

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE CRISTO


viernes, 13 de enero de 2017

ESTO ES LO QUE EL PAPA FRANCISCO PIDE A JÓVENES EN UNA CARTA


Esto es lo que el Papa Francisco pide a jóvenes en una carta por el próximo Sínodo
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: ACI Prensa



VATICANO, 13 Ene. 17 / 06:41 am (ACI).- “He querido que ustedes ocupen el centro de la atención porque los llevo en el corazón”. Con esa afirmación, referida al tema de la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que llevará por tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, el Papa Francisco hace una acuciante exhortación a las nuevas generaciones en vistas al Sínodo que tendrá lugar en octubre de 2018.

En una carta escrita por el Santo Padre a los jóvenes, con motivo de la presentación del Documento Preparatorio del Sínodo este viernes 13 de enero, los anima a no tener miedo y ponerse en camino hacia aquello que Dios les pide.

[Puede leer: Documento preparatorio para el Sínodo de los Obispos 2018 sobre los jóvenes]

En su carta, el Pontífice hace referencia a las palabras que Dios dirigió a Abraham: “Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré”. Francisco explica que estas palabras están dedicadas hoy a los jóvenes: “son las palabras de un Padre que los invita a ‘salir’ para lanzarse hacia un futuro no conocido pero prometedor de seguras realizaciones, a cuyo encuentro Él mismo los acompaña”.


En este sentido, el Papa invita a los jóvenes “a escuchar la voz de Dios que resuena en el corazón de cada uno a través del soplo vital del Espíritu Santo”.

Explica que cuando Dios le dice a Abraham que se marche “no le pedía huir de los suyos o del mundo. Su invitación fue una fuerte provocación para que dejase todo y se encaminase hacia una tierra nueva”.

Francisco exhorta a los jóvenes a que se planteen si dicha tierra, “¿no es acaso para ustedes aquella sociedad más justa y fraterna que desean profundamente y que quieren construir hasta las periferias del mundo?”.

“Sin embargo, hoy, la expresión ‘Vete’ asume un significado diverso: el de la prevaricación, de la injusticia y de la guerra. Muchos jóvenes entre ustedes están sometidos al chantaje de la violencia y se ven obligados a huir de la tierra natal. El grito de ellos sube a Dios, como el de Israel esclavo de la opresión del Faraón”, señala.

En esta carta, el Santo Padre recuerda las palabras de Jesús cuando contestaba a las personas que le preguntaban dónde vivía: “venid y lo veréis”.

Dice el Papa: “también a ustedes Jesús dirige su mirada y los invita a ir hacia Él. ¿Han encontrado esta mirada, queridos jóvenes? ¿Han escuchado esta voz? ¿Han sentido este impulso a ponerse en camino? Estoy seguro de que, si bien el ruido y el aturdimiento parecen reinar en el mundo, esta llamada continúa a resonar en el corazón da cada uno para abrirlo a la alegría plena”.

Sin embargo, el Obispo de Roma recuerda que es necesario “el acompañamiento de guías expertos” para “emprender un itinerario de discernimiento para descubrir el proyecto de Dios en la propia vida”.


“Incluso cuando el camino se encuentre marcado por la precariedad y la caída, Dios, que es rico en misericordia, tenderá su mano para levantarlos”.

El Papa concluye su carta animando a los jóvenes a no tener miedo “de escuchar al Espíritu que les sugiere opciones audaces”, porque “un mundo mejor se construye también gracias a ustedes, que siempre desean cambiar y ser generosos”. “No pierdan tiempo cuando la conciencia les pida arriesgar para seguir al Maestro”.

Finalmente asegura que “también la Iglesia desea ponerse a la escucha de la voz, de la sensibilidad, de la fe de cada uno; así como también de las dudas y las críticas. Hagan sentir a todos el grito de ustedes, déjenlo resonar en las comunidades y háganlo llegar a los pastores”.

NO BALCONEEN LA VIDA NI SE QUEDEN CON EL ALMA SENTADA, EXHORTA PAPA FRANCISCO


No balconeen la vida ni se queden con el alma “sentada”, exhorta el Papa Francisco
Por Miguel Pérez Pichel
Foto L'Osservatore Romano


VATICANO, 13 Ene. 17 / 06:12 am (ACI).- En la homilía de la Misa celebrada este viernes en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco animó a ser valientes y atreverse a acercarse a Jesús, a seguirle, a abrirse a Él con fe. Frente a esa actitud de apertura, alertó de aquellos que, como los escribas, “miraban a Jesús sentados, desde los balcones, ‘balconeando’ la vida, juzgando a los que seguían a Jesús a los que consideraban personas ignorantes y supersticiosos”.

La gente seguía a Jesús por su autoridad, por sus palabras, “por las cosas que decía y cómo las decía. Se hacía entender. También sanaba, y mucha gente iba junto a Él para que les sanara”, indicó el Santo Padre.

Por el contrario, también estaban los que, ante Jesús, se cerraban, en vez de abrirse a Él. “¡Los cerrados! Aquellos que se encontraban en los bordes de los caminos, que lo miraban y que preferían quedarse sentados”.

“Algunos de ellos eran los escribas, que estaban ahí sentados: estos no le seguían, solo lo miraban. Lo miraban desde los balcones. No caminaban en la vida: ‘¡balconeaban la vida!’. Allí se quedaban, sin asumir peligros. Se limitaban a juzgar. Eran los ‘puros’ y no se inmiscuían. En su corazón pensaban de los que seguían a Jesús: ‘¡Qué gente más ignorante! ¡Qué gente más supersticiosa!’. Y cuántas veces también nosotros, cuando vemos la piedad de la gente sencilla, nos viene a la cabeza aquel clericalismo que tanto daño hace a la Iglesia”, advirtió el Papa Francisco.

“Hay otros cerrados en la vida”, continuó, y se refirió a aquellos que están “amargados de la vida, sin esperanza, digiriendo su propia amargura: también esos están cerrados, no siguen a Jesús y no tienen esperanza”.

Luego están las personas con fe, como aquellos hombres de Cafarnaúm, que “se arriesgaron cuando hicieron aquel agujero en el techo. Se arriesgaron a que el dueño de la casa les denunciara, les llevara ante el juez y les hiciera pagar los desperfectos. Se arriesgaron, pero querían llegar donde estaba Jesús”.

También se arriesgó “aquella otra mujer, enferma desde hacía 18 años. Se arriesgó cuando, de forma oculta, tocó el manto de Jesús. Se arriesgó a sufrir vergüenza. Quería recuperar la salud, quería acercarse a Jesús, y se arriesgó. Pensemos en la cananea: las mujeres se arriesgan más que los hombres, ¡eh! Eso es verdad: ¡son más valientes! Y es algo que se debe reconocer”.


Por ello, el Pontífice animó a “seguir a Jesús, ya sea porque estamos necesitados de alguna cosa, pero tenemos que seguir a Jesús, arriesgándonos, y eso significa seguir a Jesús con fe. Fiarse de Jesús, fiarse de Jesús con fe en su persona”.

El Papa finalizó su homilía lanzando las siguientes preguntas: “¿Me fío de Jesús? ¿Confío mi vida a Jesús? ¿Estoy en camino hacia Jesús, aunque haga el ridículo en alguna ocasión? ¿O me quedo sentado mirando, como hacían los otros, mirando la vida sentado con el alma ‘sentada’, con el alma cerrada por la amargura, sin esperanza?”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco

Marcos 2:1-12

1 Entró de nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa.

2 Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les anunciaba la Palabra.

3 Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro.

4 Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.

5 Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados.»

6 Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones:


7 «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?»

8 Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones?

9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?"

10 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -:

11 "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."»

12 Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida.»

REFÚGIENSE BAJO EL MANTO DE MARÍA, ALIENTA EL PAPA FRANCISCO A INMIGRANTES


Refúgiense bajo el manto de María, alienta el Papa a inmigrantes en Estados Unidos
 Foto: L´Osservatore Romano



LOS ÁNGELES, 12 Ene. 17 / 04:01 pm (ACI).- En un video mensaje proyectado durante la Misa por la Semana Nacional de la Migración en Los Ángeles (Estados Unidos), el Papa Francisco alentó a los inmigrantes a buscar refugio bajo el manto de María cuando hay “turbulencia espiritual”, pues como le dijo la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego: “No tengas miedo. ¿No estoy yo aquí, yo, que soy tu Madre?”.

La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez, en la iglesia Misión Dolores, una parroquia en el este de la ciudad que se dedica al cuidado de los migrantes.

El mensaje del Santo Padre es parte de la entrevista televisiva con el fundador de los Ministerios de El Sembrador, Noel Díaz, y que será transmitida el 29 de enero por ESNE. Díaz es un inmigrante de origen mexicano. Actualmente es periodista, pero cuando era niño trabajó en su natal Tijuana (México) como lustrabotas. Esta decisión la tomó luego de escuchar a su madre -que era soltera-, que no tenía dinero para comprarle su traje para la Primera Comunión.

Noel Díaz relató su historia al Papa durante el vuelo a México en febrero de 2016, tras lo cual le pidió permiso al Pontífice para lustrarle los zapatos, algo que humildemente aceptó Francisco. 


En el video, Francisco recordó a los inmigrantes que “somos una comunidad que también tiene una Madre y Jesús nos la dio a nosotros, su Madre y nuestra Madre, y una comunidad con una Madre debe sentirse segura”.

En ese sentido, el Pontífice recordó que “los monjes rusos de la época medieval, o antes, tenían un hermoso dicho. En aquel entonces decían: ‘cuando hay turbulencia espiritual, refúgiense bajo el manto de la Santa Madre de Dios’”.

“Y esto es lo que quiero decirles, (como) le dijo a Juan Diego en su idioma: ‘No tengas miedo. ¿No estoy yo aquí, yo, que soy tu Madre?’”, expresó Francisco.

El Arzobispo de Los Ángeles afirmó que las palabras del Papa son un “hermoso mensaje de esperanza” que recuerda “las palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego durante un tiempo de temor e incertidumbre, palabras de tranquilidad a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes para no tener miedo porque no están solos. Como la Santísima Madre de Cristo, la Iglesia siempre estará con ellos”.

Además, dijo que el Santo Padre también “nos recuerda que como cristianos debemos ayudar a los que están sufriendo y en necesidad. Por eso, como una Iglesia seguirá estando en solidaridad con nuestros hermanos inmigrantes, porque para nosotros esto no es una cuestión política, es una cuestión humana”.


“Estoy agradecido a Noel y El Sembrador por haber hecho posible transmitir el mensaje del Santo Padre a nuestra comunidad inmigrante, especialmente durante este tiempo en nuestra Iglesia cuando nos unimos para celebrar las contribuciones de los inmigrantes como parte de la Semana Nacional de la Migración”, añadió.

La Semana Nacional de la Migración fue declarada por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos hace 25 años, como una manera de reflexionar sobre cómo los inmigrantes y los refugiados han contribuido a la Iglesia local y al país.

CARTA DEL PAPA FRANCISCO A LOS JÓVENES POR EL SÍNODO DE LOS OBISPOS 2018


TEXTO: Carta del Papa Francisco a los jóvenes por el Sínodo de los Obispos 2018
Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 13 Ene. 17 / 07:15 am (ACI).- En ocasión de la presentación del documento preparatorio para la realización del Sínodo de los Obispos de 2018 cuyo tema serán los jóvenes, el Papa Francisco dirigió una carta a la juventud en la que los alienta a no tener miedo y seguir por los caminos a los que los llama el Señor.

A continuación el texto completo de la misiva:


Queridos jóvenes,

Tengo el agrado de anunciarles que en el mes de octubre del 2018 se celebrará el Sínodo de los Obispos sobre el tema «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional». He querido que ustedes ocupen el centro de la atención porque los llevo en el corazón. Precisamente hoy se presenta el Documento Preparatorio, que les ofrezco como una “guía” para este camino.

Me vienen a la memoria las palabras que Dios dirigió a Abrahán: «Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré» (Gen 12,1). Estas palabras están dirigidas hoy también a ustedes: son las palabras de un Padre que los invita a “salir” para lanzarse hacia un futuro no conocido pero prometedor de seguras realizaciones, a cuyo encuentro Él mismo los acompaña.

Los invito a escuchar la voz de Dios que resuena en el corazón de cada uno a través del soplo vital del Espíritu Santo.

Cuando Dios le dice a Abraham «Vete», ¿qué quería decirle? Ciertamente no le pedía huir los suyos o del mundo. Su invitación fue una fuerte provocación para que dejase todo y se encaminase hacia una tierra nueva. Dicha tierra, ¿no es acaso para ustedes aquella sociedad más justa y fraterna que desean profundamente y que quieren construir hasta las periferias del mundo?

Sin embargo, hoy, la expresión «Vete» asume un significado diverso: el de la prevaricación, de la injusticia y de la guerra. Muchos jóvenes entre ustedes están sometidos al chantaje de la violencia y se ven obligados a huir de la tierra natal.

El grito de ellos sube a Dios, como el de Israel esclavo de la opresión del Faraón (cfr. Es 2, 23).

Deseo también recordarles las palabras que Jesús dijo un día a los discípulos que le preguntaban: «Rabbí […] ¿dónde vives?». Él les respondió: «Venid y lo veréis» (Jn 1,38).

También a ustedes Jesús dirige su mirada y los invita a ir hacia Él. ¿Han encontrado esta mirada, queridos jóvenes? ¿Han escuchado esta voz? ¿Han sentido este impulso a ponerse en camino? Estoy seguro que, si bien el ruido y el aturdimiento parecen reinar en el mundo, esta llamada continua a resonar en el corazón da cada uno para abrirlo a la alegría plena.

Esto será posible en la medida en que, a través del acompañamiento de guías expertos, sabrán emprender un itinerario de discernimiento para descubrir el proyecto de Dios en la propia vida. Incluso cuando el camino se encuentre marcado por la precariedad y la caída, Dios, que es rico en misericordia, tenderá su mano para levantarlos.

En Cracovia, durante la apertura de la última Jornada Mundial de la Juventud, les pregunté varias veces: «Las cosas, ¿se pueden cambiar?». Y ustedes exclamaron juntos a gran voz «¡sí»”.

Esa es una respuesta que nace de un corazón joven que no soporta la injusticia y no puede doblegarse a la cultura del descarte, ni ceder ante la globalización de la indiferencia.

¡Escuchen ese grito que viene de lo más íntimo! También cuando adviertan, como el profeta Jeremías, la inexperiencia propia de la joven edad, Dios los estimula a ir donde Él los envía: «No les tengas miedo, que contigo estoy para salvarte» (Jer 1,8).


Un mundo mejor se construye también gracias a ustedes, que siempre desean cambiar y ser generosos. No tengan miedo de escuchar al Espíritu que les sugiere opciones audaces, no pierdan tiempo cuando la conciencia les pida arriesgar para seguir al Maestro.

También la Iglesia desea ponerse a la escucha de la voz, de la sensibilidad, de la fe de cada uno; así como también de las dudas y las críticas. Hagan sentir a todos el grito de ustedes, déjenlo resonar en las comunidades y háganlo llegar a los pastores.

San Benito recomendaba a los abades consultar también a los jóvenes antes de cada decisión importante, porque «muchas veces el Señor revela al más joven lo que es mejor» (Regla de San Benito III, 3).

Así, también a través del camino de este Sínodo, yo y mis hermanos Obispos queremos contribuir cada vez más a vuestro gozo (cfr. 2 Cor 1,24). Los proteja María de Nazaret, una joven como ustedes a quien Dios ha dirigido su mirada amorosa, para que los tome de la mano y los guíe a la alegría de un ¡heme aquí! pleno y generoso (cfr. Lc 1,38).

Con paternal afecto,

FRANCISCO

jueves, 12 de enero de 2017

PAPA FRANCISCO: SI HOY MORIMOS, TENEMOS EL CORAZÓN ABIERTO AL SEÑOR?


Papa Francisco: Si hoy morimos, ¿tenemos el corazón abierto al Señor?
Por Miguel Pérez Pichel
Foto L'Osservatore Romano



VATICANO, 12 Ene. 17 / 06:37 am (ACI).- El Papa Francisco reflexionó, en su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, sobre esta frase de la carta a los hebreos: “Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”. El “hoy” y el “corazón” centraron la enseñanza del Santo Padre.

Ese “hoy” del que habla la carta es “nuestra vida”, explicó el Papa. Se trata de un “hoy” “después del cual no habrá un recomenzar, un mañana. Un hoy en el cual hemos recibido el amor de Dios, la promesa de Dios de encontrarlo. Un hoy en el que tenemos la oportunidad de renovar nuestra alianza con la fidelidad de Dios”.


“¿Tenemos el corazón abierto al Señor en nuestro ‘hoy’?”, preguntó. Por eso, el Pontífice resaltó la importancia de rechazar la tentación de dejar las cosas para mañana, “la tentación del mañana que no se hará”.

En este sentido recordó la parábola de las diez vírgenes, cinco de las cuales no habían llevado con ellas el aceite para las lámparas, por lo que tuvieron que salir a comprarlo, y cuando regresaron encontraron la puerta cerrada.

“Esto no lo digo para asustarlos –explicó Francisco–, sino, simplemente para decir que nuestra vida es un hoy: hoy o nunca. Pienso en ello. El mañana será el mañana eterno, sin poniente, con el Señor para siempre, si soy fiel en este hoy. La petición que les hago es la que hace el Espíritu Santo: ‘¿Cómo vivo en este hoy?’”.

En cuanto a la segunda palabra sobre la que reflexionó: el “corazón”, el Papa dijo que con él “encontramos al Señor”.

“En nuestros corazones es donde se juega el ‘hoy’. ¿Está nuestro corazón abierto al Señor? A mí siempre me impresiona cuando encuentro a una persona anciana, muchas veces un sacerdote o una hermana, que me dice: ‘Padre, rece por mi perseverancia final’. ‘Pero has hecho el bien toda la vida, cada día de tu hoy lo has dedicado al servicio en el Señor. ¿De qué tienes miedo?’. ‘No, no. Mi vida no se ha desperdiciado, quiero vivirla plenamente. Rece para que el hoy llegue pleno, con el corazón fuerte en la fe y no arruinado por el pecado, el vicio o la corrupción’”.

“El ‘hoy’ no se repite: la vida es esta. Y el corazón debe estar abierto, abierto al Señor, no cerrado, no duro, no endurecido, no sin fe, no perverso, no seducido por el pecado”.

El Papa se remontó a los tiempos en que Jesús predicaba y puso a los doctores de la ley que perseguían al Señor como ejemplo de personas con el corazón cerrado. “El Señor ha encontrado a muchos con el corazón cerrado: los doctores de la ley, toda aquella gente que lo perseguía, que lo ponía a prueba para condenarlo…, y finalmente lo lograron”.

El Santo Padre pidió mirarse uno mismo y comprobar si estamos abiertos al Señor: “volvamos a casa con esas dos palabras. ¿Cómo es mi hoy? Nuestra puesta de sol puede producirse hoy mismo, este día, o dentro de muchos días. Pero, ¿cómo es mi hoy en la presencia del Señor?”.


“¿Cómo está mi corazón? ¿Permanece abierto? ¿Permanece firme en la fe? ¿Se deja conducir por el amor del Señor? Con estas dos preguntas pedimos al Señor la gracia de la cual cada uno de nosotros estamos necesitados”, cuestionó finalmente.

Evangelio comentado por el Papa en su homilía:

Marcos 1:40-45
40 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.»
41 Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.»
42 Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio.
43 Le despidió al instante prohibiéndole severamente:
44 «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.»
45 Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.