miércoles, 21 de diciembre de 2016

PAPA FRANCISCO EXPLICA POR QUÉ ES IMPORTANTE EL PESEBRE EN CASA EN ADVIENTO Y NAVIDAD


Papa Francisco explica por qué es importante el pesebre en casa en Adviento y Navidad
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)




VATICANO, 21 Dic. 16 / 06:23 am (ACI).- Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco explicó la importancia de tener el pesebre en casa, además de la necesidad de contemplar cada uno de sus elementos en el tiempo del Adviento y la Navidad, porque ahí también podemos encontrar una fuente de esperanza.

“En las casas de los cristianos, durante el tiempo de Adviento, se prepara el pesebre, según la tradición inaugurada por San Francisco de Asís. En su simplicidad, el pesebre transmite la esperanza”, señaló el Papa.

“En primer lugar, nos fijamos en el lugar en el que nace Jesús: Belén. Una pequeña aldea de Judea donde mil años antes había nacido David, el pastor elegido por Dios para ser Rey de Israel”.

El Pontífice recordó que Belén no era una capital, “y por eso fue el lugar preferido por la providencia divina, que ama actuar por medio de los pequeños y los humildes”. “En aquel lugar nace el ‘hijo de David’ tan esperado, Jesús, en el cual se encuentran la esperanza de Dios y la esperanza de los hombres”.


Después “podemos mirar a María, Madre de la esperanza”. Francisco subrayó que María, con su “sí” abrió a “Dios la puerta de nuestro mundo: su corazón joven estaba lleno de esperanza, animada por la fe. Por eso Dios la eligió a ella, que ha creído en su Palabra”.

Francisco también subrayó la importancia de la presencia de San José: “Junto a María está José, descendiente de Jesé y de David, quien también ha creído en la palabra del ángel, y mirando a Jesús en el pesebre, medita acerca de aquel Niño que viene del Espíritu Santo, y que el mismo Dios ordenó llamarle ‘Jesús’. En ese nombre está la esperanza de cada hombre, porque mediante aquel hijo de mujer, Dios salvará a la humanidad de la muerte y del pecado”.

Asimismo, destacó que “en el pesebre también están los pastores, que representan a los humildes y a los pobres que esperaban al Mesías, y en Él, al consuelo de Israel, a la redención de Jerusalén. En aquel Niño encuentran la realización de esa promesa, y confían en que la salvación de Dios llegue finalmente a cada uno de ellos”.

Por último, destacó que “el coro de los ángeles anuncia desde lo alto el gran designio que ese Niño realiza: ‘gloria a Dios en lo alto del cielo, y sobre la tierra paz a los hombres que ama’. La esperanza cristiana se refleja en la alabanza y en el agradecimiento a Dios, que ha inaugurado su Reino de amor, de justicia y de paz”.

El Papa Francisco enseñó que el Nacimiento del Mesías marca “el momento en que la esperanza entró en el mundo por la encarnación del Hijo de Dios”.

El Obispo de Roma recordó las profecías de Isaías: ‘Mirad que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo que será llamado Emmanuel’; y también: ‘Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces’”.

“En estas dos citas se transmite el sentido de la Navidad: Dios cumple su promesa de convertirse en hombre; no abandona a su pueblo, se acerca despojándose de su divinidad. De esta manera, Dios demuestra su fidelidad e inaugura un Reino nuevo, que entrega una nueva esperanza a la humanidad: la vida eterna”.

Francisco indicó que “a menudo, cuando nos hablan de esperanza, se refieren a algo que no está al alcance del hombre, o que no es visible. Por el contrario, la Navidad de Cristo, que inaugura la redención, nos habla de esperanza de una forma diferente, una esperanza en la que se puede confiar, visible y comprensible, porque se fundamenta en Dios”.

Esta esperanza, explicó el Pontífice, “entra en el mundo y nos da la fuerza para caminar con Él hacia la plenitud de la vida y de permanecer en el presente de una manera nueva, aunque sea fatigosa”.

Para el cristiano, por lo tanto, “la esperanza significa la certeza de estar en el camino con Cristo hacia el Padre, que nos espera. Esta esperanza, que el Niño de Belén nos entrega, nos ofrece una meta, un destino bueno en el presente, la salvación de la humanidad, la santidad de quien confía en Dios misericordioso. San Pablo resume esto con esta expresión: ‘En la esperanza hemos sido salvados’”.

PAPA FRANCISCO CONCEDE LIBERTAD CONDICIONAL A SACERDOTE CONDENADO POR VATILEAKS


Papa Francisco concede libertad condicional a sacerdote condenado por Vatileaks
Por Blanca Ruiz


VATICANO, 21 Dic. 16 / 06:55 am (ACI).- Como un gesto de clemencia, el Papa Francisco ha concedido la libertad condicional al sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, que había sido condenado por la filtración conocida como “Vatileaks 2”.

El sacerdote español, antiguo secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos, fue condenado el pasado julio a 18 meses de prisión por haber filtrado documentos económicos reservados de la Santa Sede. Hasta ahora había cumplido once meses de su condena.

Este acto de clemencia del Papa Francisco con el sacerdote español le concede la  libertad condicional, lo que le permite abandonar la celda del Vaticano en la que se encontraba, pero no anula los siete meses restantes que le faltan.

Según apunta el diario español ABC, en caso de que infrinja las condiciones de esta libertad, algo que ya hizo cuando se encontraba a la espera de juicio, volvería a la celda de la Gendarmería Vaticana para cumplir el resto del tiempo que le queda.

De esta manera, el sacerdote cesa todos los vínculos laborales con la Santa Sede y pasa a integrarse en la diócesis de Astorga, León (España) a la que pertenece.

Dependerá, como todos los sacerdotes diocesanos de su Obispo, en este caso, Mons. Juan Antonio Menéndez Fernández y deberá dedicarse a las actividades que este le asigne. También se le requiere un comportamiento discreto.

Mons. Lucio Ángel Vallejo Balda fue detenido el 1 de noviembre de 2015 acusado de filtrar material clasificado de carácter económico de la Santa Sede, un proceso conocido como ‘Vatileaks 2’.

La mayoría de los documentos filtrados provenían de la Comisión Investigadora de los Organismos Económicos y Administrativos de la Santa Sede (COSEA), de la que el P. Vallejo Balda era secretario.

El proceso judicial terminó el pasado 7 de agosto con la sentencia de 18 meses de cárcel para el sacerdote y 10 meses de cárcel para la publicista italiana Francesca Chaouqui, también imputada en el caso de filtraciones.

Cuando ingresó en la celda de la Gendarmería Vaticana el 22 de agosto de 2015, el sacerdote ya había cumplido más de la mitad de la pena por una serie de medidas cautelares.

El P. Vallejo reconoció haber dado acceso a los datos financieros a varios periodistas, pero aseguró haberlo hecho bajo la presión de la publicista Chaouqui.

El Tribunal suspendió la pena a Chaouqui por su reciente maternidad.

PAPA FRANCISCO PIDE PAZ EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO


El Papa Francisco pide paz en la República Democrática del Congo
Por Miguel Pérez Pichel
 Lucía Ballester (ACI Prensa)



VATICANO, 21 Dic. 16 / 07:20 am (ACI).- Luego de la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco hizo un llamado a la paz y al diálogo en la República Democrática del Congo, donde la negativa del presidente Joseph Kabila a abandonar el poder, una vez finalizado su mandato, amenaza con desatar una guerra civil.

“A la luz de un reciente encuentro que he tenido con el Presidente y el Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo, dirijo nuevamente un encarecido llamado a todos los congoleños para que, en este delicado momento de su historia, sean artífices de la reconciliación y de la paz”, dijo el Papa.


El Santo Padre llamó a “aquellos que tienen la responsabilidad política de escuchar la voz de su conciencia, a ser conscientes del cruel sufrimiento de sus compatriotas y a trabajar por el bien común”.

Al mismo, tiempo, Francisco quiso “garantizar mi apoyo y mi afecto al amado pueblo de ese país. Invito a todos a dejarse guiar por la luz del Redentor del mundo, y rezo para que la Natividad del Señor abra caminos a la esperanza”.

La República Democrática del Congo está atravesando unos días de graves disturbios en las calles de sus ciudades, principalmente en la capital, Kinshasa, tras la negativa del Presidente Joseph Kabila a cesar en su cargo el pasado lunes 19 de diciembre, como le obligaba la Constitución.

Según denunció la ONU, al menos 26 personas murieron el martes 20 a manos de las fuerzas de seguridad durante los disturbios en Kinshasa.

NUEVA CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA ESPERANZA Y EL PESEBRE


TEXTO: Nueva catequesis del Papa Francisco sobre la esperanza y el pesebre
Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)




VATICANO, 21 Dic. 16 / 06:37 am (ACI).- El Papa Francisco dedicó su catequesis de este miércoles a reflexionar sobre la esperanza originada en la encarnación del Hijo de Dios y la importancia de tener el pesebre en casa en el tiempo del Adviento y la Navidad.

A continuación, y gracias a Radio Vaticano, el texto completo de su catequesis de hoy:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hemos iniciado hace poco un camino de catequesis sobre el tema de la esperanza, muy apropiado para el tiempo del Adviento. El profeta Isaías ha sido quien nos ha guiado hasta ahora.

Hoy, a pocos días de la Navidad, quisiera reflexionar de modo más específico sobre el momento en el cual, por así decir, la esperanza ha entrado en el mundo, con la encarnación del Hijo de Dios. El mismo profeta Isaías había preanunciado el nacimiento del Mesías en algunos pasajes: «Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel» (7,14); y también – en otro pasaje – «Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces» (11,1).

En estos pasajes se entre ve el sentido de la Navidad: Dios cumple la promesa haciéndose hombre; no abandona a su pueblo, se acerca hasta despojarse de su divinidad. De este modo Dios demuestra su fidelidad e inaugura un Reino nuevo, que dona una nueva esperanza a la humanidad. Y ¿cuál es esta esperanza? La vida eterna.

Cuando se habla de la esperanza, muchas veces se refiere a lo que no está en el poder del hombre y que no es visible. De hecho, lo que esperamos va más allá de nuestras fuerzas y nuestra mirada. Pero el Nacimiento de Cristo, inaugurando la redención, nos habla de una esperanza distinta, una esperanza segura, visible y comprensible, porque está fundada en Dios.

Él entra en el mundo y nos dona la fuerza para caminar con Él –Dios camina con nosotros en Jesús–, caminar con Él hacia la plenitud de la vida; nos da la fuerza para estar de una manera nueva en el presente, a pesar de ser difícil.

Entonces, esperar para el cristiano significa la certeza de estar en camino con Cristo hacia el Padre que nos espera. La esperanza jamás está detenida, la esperanza siempre está en camino y nos hace caminar. Esta esperanza, que el Niño de Belén nos dona, ofrece una meta, un destino bueno en el presente, la salvación para la humanidad, la bienaventuranza para quien se encomienda a Dios misericordioso.

San Pablo resume todo esto con la expresión: «Solamente en esperanza hemos sido salvados» (Rom 8,24). Es decir, caminando de este modo, con esperanza, somos salvados. Y aquí podemos hacernos una pregunta, cada uno de nosotros: ¿yo camino con esperanza o mi vida interior está detenida, cerrada? ¿Mi corazón es un cajón cerrado o es un cajón abierto a la esperanza que me hace caminar? No solo sino con Jesús. Una buena pregunta para hacernos.

El pesebre

En las casas de los cristianos, durante el tiempo de Adviento, se prepara el pesebre, según la tradición que se remonta a San Francisco de Asís. En su simplicidad, el pesebre transmite esperanza; cada uno de los personajes está inmerso en esta atmósfera de esperanza.

Antes que nada notamos el lugar en el cual nace Jesús: Belén. Un pequeño pueblo de Judea donde mil años antes había nacido David, el pastor elegido por Dios como rey de Israel.

Belén no es una capital, y por esto es preferida por la providencia divina, que ama actuar a través de los pequeños y los humildes. En aquel lugar nace el “hijo de David” tan esperado, Jesús, en el cual la esperanza de Dios y la esperanza del hombre se encuentran.

Luego, miramos a María, Madre de la esperanza. Con su “si” abrió a Dios la puerta de nuestro mundo: su corazón de joven estaba lleno de esperanza, completamente animada por la fe; y así Dios la ha elegido y ella ha creído en su palabra.

Aquella que durante nueve meses ha sido el arca de la nueva y eterna Alianza, en la gruta contempla al Niño y ve en Él el amor de Dios, que viene a salvar a su pueblo y a la entera humanidad.

Junto a María estaba José, descendiente de Jesé y de David; también él ha creído en las palabras del ángel, y mirando a Jesús en el pesebre, piensa que aquel Niño viene del Espíritu Santo, y que Dios mismo le ha ordenado llamarle así, “Jesús”.

En este nombre está la esperanza para todo hombre, porque mediante este hijo de mujer, Dios salvará a la humanidad de la muerte y del pecado. Por esto es importante mirar el pesebre: detenerse un poco y mirar y ver cuanta esperanza hay en esta gente.

Y también en el pesebre están los pastores, que representan a los humildes y a los pobres que esperaban al Mesías, el «consuelo de Israel» (Lc 2,25) y la «redención de Jerusalén» (Lc 2,38).

En aquel Niño ven la realización de las promesas y esperan que la salvación de Dios llegue finalmente para cada uno de ellos. Quien confía en sus propias seguridades, sobre todo materiales, no espera la salvación de Dios. Pero fijemos esto en la cabeza: nuestras propias seguridades no nos salvaran. Las propias seguridades no nos salvaran, solamente la seguridad que nos salva es aquella de la esperanza en Dios, aquella que nos salva, aquella fuerte.

Y aquella que nos hace caminar en la vida con alegría, con ganas de hacer el bien, con las ganas de ser felices para toda la eternidad. Los pequeños, los pastores, en cambio confían en Dios, esperan en Él y se alegran cuando reconocen en este Niño el signo indicado por los ángeles (Cfr. Lc 2,12).

Y justamente ahí está el coro de los ángeles que anuncia desde lo alto el gran designio que aquel Niño realiza: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él» (Lc 2,14). La esperanza cristiana se expresa en la alabanza y en el agradecimiento a Dios, que ha inaugurado su Reino de amor, de justicia y de paz.

Queridos hermanos y hermanas, en estos días, contemplando el pesebre, nos preparamos para el Nacimiento del Señor. Será verdaderamente una fiesta si acogemos a Jesús, semilla de esperanza que Dios siembra en los surcos de nuestra historia personal y comunitaria. Cada “si” a Jesús que viene es un germen de esperanza.

Tengamos confianza en este germen de esperanza, en este sí: “Si Jesús, tú puedes salvarme, tú puedes salvarme”. ¡Feliz Navidad de esperanza para todos!

sábado, 17 de diciembre de 2016

80 AÑOS DEL PAPA FRANCISCO


ES PROPIO DEL AMOR NO OLVIDAR EL CAMINO DE FE QUE HEMOS RECORRIDO


Papa Francisco: Es propio del amor no olvidar el camino de fe que hemos recorrido
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa.




VATICANO, 17 Dic. 16 / 06:26 am (ACI).- En la homilía de la Misa que celebró este 17 de diciembre, con motivo de su 80 cumpleaños, en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico en el Vaticano, el Papa Francisco alentó a “mirar atrás” y “hacer memoria” del camino de la fe que hemos recorrido. “Es propio del amor no olvidar”, dijo.

El Santo Padre exhortó a los fieles a dirigir “la mirada atrás para poder ir mejor hacia adelante. Esto es el significado de la jornada litúrgica de hoy. La gracia de la memoria. Pedir esta memoria. Es propio del amor no olvidar”.

“Es propio del amor tener delante de los ojos tanto bien que hemos recibido. Es propio del amor mirar la historia. De dónde venimos. Nuestros padres, nuestros antepasados. El camino de la fe”, señaló.

El Santo Padre llamó la atención sobre la peculiaridad del Evangelio del día, en el cual se enumera toda la genealogía de Jesús, en el período de Adviento, cuando ya estamos ansiosos por la Navidad. Según explicó parece como que “en el momento en el cual la espera vigilante se hace más intensa, cuando entramos en este camino del Adviento, en este momento en que la Iglesia empieza con las grandes Antífonas, en este momento fuerte que indica que vamos adelante hacia la Navidad, la Liturgia nos hace detenernos un poco”.


“Detengámonos”, propuso. “¿Qué significa este detenerse en un momento que progresa en intensidad? Simplemente la Iglesia quiere que hagamos memoria. Párate y haz memoria. Mira hacia atrás. Mira el camino”.

“¡Hagan memoria!”, alentó. “La memoria, esta actitud deuteronómica que le da al alma tanta fuerza. La memoria que la misma Escritura subraya como modo de rezar, de encontrar a Dios”.

Francisco destacó las bondades de la memoria. “Esta memoria nos hace bien porque hace más intensa la vigilante esperanza hacia la Navidad. La memoria que toma desde el inicio la elección del pueblo: Jesucristo hijo de David, hijo de Abraham. El pueblo elegido camina hacia una promesa, con la fuerza de la alianza y de las siguientes alianzas que fue haciendo. Así es el camino para el cristiano, así es nuestro camino simple”.

“Nos han hecho una promesa –recordó el Papa–: ‘Camina en mi presencia y sé irreprochable’, como nuestros padres. Una promesa que será plena hacia el final pero que se consolida con cada alianza que hacemos, y nos hace ver que no somos nosotros los que elegimos. Nos hace entender que todos nosotros fuimos elegidos: la elección, la promesa, la alianza son como los pilares de la memoria cristiana”.

Sin embargo, debemos evitar quedarnos en lo externo del Evangelio de hoy, en esa aparente enumeración “aburrida” y fijarnos en la gracia que contiene, pidió. “Esta es la gracia de hoy: hacer memoria. Cuando nosotros leemos este evangelio hay una historia de gracia. Una historia de gracia muy grande, pero también una historia de pecado. En el camino siempre encontramos gracia y pecado”.

“En la historia de la salvación hay pecadores grandes y también hay santos. También nosotros en la propia vida encontraremos lo mismo. Momentos de gran fidelidad al Señor, de alegría en el servicio, y momentos feos de infidelidad y pecado que nos hacen sentir la necesidad de la salvación”.

“Esta es nuestra seguridad. Porque cuando nosotros tenemos necesidad de salvación, confesamos la fe. Hacemos una confesión de fe: ‘Yo soy un pecador, pero tú me puedes salvar, tú me llevas adelante’. Y así se va a delante en la alegría de la esperanza”.

Francisco recordó que “en el adviento hemos empezado a recorrer este camino en vigilante esperanza al Señor. Nos detenemos, miramos hacia atrás, vemos que el camino ha estado lindo, que el Señor no nos ha defraudado, que el Señor es fiel”.

“Aunque también vemos que en la historia, en nuestra vida, hay momentos felices y momentos feos de pecado. Pero el Señor, Él mismo con la mano tendida para levantarnos nos dice: ‘sigue adelante. Sigue adelante al encuentro definitivo’”, señaló.

El Papa Francisco terminó su homilía invitando a todos a luchar por la gracia de la memoria: “que no nos quiten jamás la gracia de la memoria, de mirar hacia atrás todo lo que el Señor ha hecho por nosotros en la Iglesia, en la historia de la Salvación”, porque es “la historia de un Dios que quiere caminar con su pueblo y hacerse finalmente un hombre como cada uno de nosotros”.

FELIZ CUMPLEAÑOS 80 PAPA FRANCISCO!!


¡Feliz Cumpleaños 80 Papa Francisco!
Por Diego López Marina
/ Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 16 Dic. 16 / 06:00 pm (ACI).- Ya son las 00:00 horas del 17 de diciembre en Roma y el Papa Francisco cumple 80 años de vida. Millones de fieles se alegran en todo el mundo por el cumpleaños del Pontífice nacido en la Argentina y que siempre pide que se acuerden de rezar por él.

Este año 2016 ha sido de grandes momentos para el Santo Padre. Poco antes de que comenzara, más precisamente el 8 de diciembre de 2015 en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco inauguró el Jubileo o Año Santo de la Misericordia al abrir, acompañado de Benedicto XVI, la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro.

Ya en 2016, en el mes de febrero, fueron enviados a todo el mundo más de mil misioneros de la misericordia, es decir, sacerdotes que tenían como misión perdonar los pecados reservados como el del aborto, que ordinariamente solo podían absolver obispos y algunos presbíteros; una facultad que el Papa acaba de extender de manera indefinida a todos los sacerdotes a través de la Carta Apostólica “Misericordia et misera”.

Después, entre el 12 al 18 de febrero el Papa realizó un histórico viaje a México, donde además del Distrito Federal, visitó cuatro lugares donde nunca antes estuvo un Pontífice: Ecatepec, San Cristóbal de las Casas, Morelia y Ciudad Juárez en la frontera con Estados Unidos.

En el mes de junio Francisco visitó Armenia, primer país cristiano del mundo, del viernes 24 al domingo 26 y rindió homenaje a las víctimas del genocidio –entre millón y medio y dos millones de personas asesinadas– a manos de los turcos que gobernaron el Imperio Otomano de 1915 a 1923.

Más adelante, el 27 de julio el Pontífice arribó a Polonia, concretamente a Cracovia, donde presidió la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), la segunda de su pontificado luego de la realizada en Río de Janeiro en 2013 donde más de tres millones de jóvenes celebraron la fe con el Santo Padre.

También pudo visitar el campo de concentración de Auschwitz, como hizo Benedicto XVI en 2006, y el Santuario Mariano de Czestochowa.


Al término de este encuentro mundial, el Pontífice anunció que la siguiente edición de la JMJ se llevará a cabo en Panamá en el 2019.

Luego, en una multitudinaria Misa celebrada el 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, a la que se calcula asistieron unas 120 mil personas, el Papa Francisco canonizó a Santa Teresa de Calcuta.

El penúltimo viaje del año se llevó a cabo entre el 30 de septiembre al 2 de octubre, en el que Francisco visitó los países Georgia y Azerbaiyán, dos países limítrofes con Rusia donde se encontró con las pequeñas comunidades católicas, así como con la mayoría ortodoxa y musulmana respectivamente.

El 16 de octubre el Papa Francisco canonizó a siete nuevos santos en el Vaticano, entre ellos el niño mexicano José Sánchez del Río, mártir de la guerra cristera, y el sacerdote argentino José Gabriel del Rosario Brochero, el “Cura Brochero”.

A finales de octubre se llevó a cabo el último viaje apostólico del año en el que el Santo Padre visitó Suecia del 31 de octubre al 1 de noviembre, con motivo de los 500 años de la reforma protestante y los 50 años del diálogo entre los luteranos y los católicos.

Finalmente, concluyendo el año litúrgico y previo a la Misa por la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, el domingo 13 de noviembre se cerraron las Puertas Santas en todo el mundo y el día 20 el Papa Francisco puso fin al Año de la Misericordia con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.

Biografía

Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio y Regina María Sívori, inmigrantes italianos.


Fue bautizado el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires.

Durante su infancia fue alumno del Colegio Salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles y estudió en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 27 Hipólito Yrigoyen en la que se graduó como técnico químico. Luego trabajó en el laboratorio Hickethier-Bachmann.

Durante su juventud, sufrió una enfermedad a los pulmones por lo que fue sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón, lo que no le impidió desarrollar sus actividades con normalidad.

El 11 de marzo de 1958 ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en el Seminario de Villa Devoto.  Como novicio de la Compañía de Jesús terminó sus estudios en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile.


Entre 1967 y 1070 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, casi a los 33 años de edad.

Continuó sus estudios de 1970 a 1971 en la Universidad de Alcalá Henares (España) y el 22 de abril de 1973 realizó su profesión de jesuita. De regreso a Argentina fue maestro de novicios en la Villa Barilari; profesor en la Facultad de Teología de San Miguel; consultor provincial de la Compañía de Jesús, cargo que ocupó hasta 1979; y rector del Colegio Máximo de la Facultad.

Fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires por el Papa Juan Pablo IIel 20 de mayo de 1992. Cuando la salud del entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Antonio Quarracino, empezó a debilitarse, Mons. Bergoglio fue designado Arzobispo Coadjutor el 3 de junio de 1997. Al fallecer el Cardenal Quarracino lo sucedió en el cargo de Arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.

Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el Papa Juan Pablo II lo creó Cardenal. Como Purpurado formó parte de la Comisión para América Latina; la Congregación para el Clero; el Pontificio Consejo para la Familia; la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El Cardenal Bergoglio siempre tuvo un estilo de vida sencillo y austero. Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia episcopal, renunció a su limosina y a su chofer, se movilizaba en transporte público y preparaba su comida.

El Cardenal Bergoglio disfrutaba de la ópera, el tango y el fútbol, cuya pasión aún disfruta al ser socio activo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.