domingo, 5 de junio de 2016

PAPA FRANCISCO CANONIZA A DOS NUEVOS SANTOS, PERMANEZCAMOS EN LA CRUZ COMO HIZO MARÍA


El Papa canoniza a dos nuevos santos: Permanezcamos en la Cruz como hizo María
Por Alvaro de Juana



 (ACI).- En la homilía en la Misa de canonización de dos nuevos santos, el Papa Francisco recordó que la experiencia del cristiano pasa por “no escapar de la cruz, sino de permanecer ahí, como hizo la Virgen Madre, que sufriendo junto a Jesús recibió la gracia de esperar contra toda esperanza”.

El Pontífice también aseguró que “Jesús no cesa de hacer brillar la victoria de la gracia que da vida”. “Él toma consigo todos nuestros pecados, los borra y nos devuelve vivos a la misma Iglesia. Y esto sucede de modo especial durante este Año Santo de la Misericordia”, dijo.

La Plaza de San Pedro acogió este domingo la Misa con el rito de canonización del beato polaco Stanislao di Gesù Maria Papczy?ski y de la sueca Maria Elisabetta Hesselblad.

El Papa afirmó sobre ellos que permanecieron “íntimamente unidos a la pasión de Jesús y en ellos se ha manifestado el poder de su resurrección”.


El tema central de la homilía fue “la victoria de Dios sobre el dolor y la muerte”, algo que se puede observar también en las lecturas de la liturgia del día.

“Es el Evangelio de la esperanza que surge del Misterio Pascual de Cristo, que se irradia desde su rostro, revelador de Dios Padre y consolador de los afligidos. Es una palabra que nos llama a permanecer íntimamente unidos a la pasión de nuestro Señor Jesús, para que se manifieste en nosotros el poder de su resurrección”.

Francisco reconoció que “la Pasión de Cristo está la respuesta de Dios al grito angustiado y a veces indignado que provoca en nosotros la experiencia del dolor y de la muerte”.

“Esta ha sido también la experiencia de Estanislao de Jesús María y de María Isabel Hesselblad, que hoy son proclamados santos: han permanecido íntimamente unidos a la pasión de Jesús y en ellos se ha manifestado el poder de su resurrección”.

El Santo Padre explicó que tanto la primera lectura como el Evangelio “presentan dos signos prodigiosos de resurrección, el primero obrado por el profeta Elías, el segundo por Jesús. En los dos casos, los muertos son hijos muy jóvenes de mujeres viudas que son devueltos vivos a sus madres”.

El Santo Padre afirmó que “la ternura de Dios se revela plenamente en Jesús” y puso de ejemplo la historia de San Pablo. “Una especie de resurrección es también la del apóstol Pablo, que de enemigo y feroz perseguidor de los cristianos se convierte en testigo y heraldo del Evangelio”, concretó.

“Este cambio radical no fue obra suya, sino don de la misericordia de Dios, que lo «eligió» y lo «llamó con su gracia», y quiso revelar «en él» a su Hijo para que lo anunciase en medio de los gentiles”.

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